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Se acabó la melodía

El viaje hasta Seúl fue rápido, 1dias y unas horas más  nos tomó llegar en avión. Tiffany estaba rebosante de felicidad aterrizaríamos.

-          Estás muy contenta amor.

-          Sí, después de un mes veré a mis papis.

-          Te entiendo, cuando estoy de gira muchas veces desearía estar con los míos al menos por un día. Pero ahora además de ellos, te extrañaré mucho.

-          Y yo a ti, aunque el tiempo pasa muy rápido. Este mes se pasó volando, desde que conocimos.

-          Eso es muy cierto, espero que estas semanas pasen lo más lento posible.

Antes de bajar del avión, me recogí el cabello en una coleta y me puse unos lentes de sol, al menos así era menos probable que me reconozcan. En la sala de espera ya estaban sus padres de Tiffany, cuando la vieron fueron a abrazarlas con mucho cariño. Tiff es igual que su madre, posee el mismo tono de cabello marrón y la mirada curiosa. Luego de darle besos y abrazos, se fijan en mí.

-          Buenas noches, soy Taeyeon.

-          Igualmente. Déjame decirte que mi hija se quedó corta cuando dijo que eres guapa.- Su mamá le dio una fugaz mirada y Tiff se sonrojó.

-          Mamaaaá no tenías que decir eso.

-          Tiffany lo es mucho más.- Estiré mi brazo y tome la mano de Tiff, para transmitirle mi confianza.

-          Bueno iremos a casa, seguro estarán cansadas ya casi son las diez de la noche.

La casa de Tiff es acogedora desde que cruzas la puerta, se siente el ambiente hogareño. Las paredes amarillo pálido envuelven el lugar, muchos cuadros familiares están colgados por los alrededores. En ellos está la Tiffany de hace unos 15 años quizás hasta la actual. Su mamá nos ofreció cenar, pero nos negamos ya que teníamos demasiado sueño. Tiff me enseñó su habitación la cual no era muy diferente a la mía, quizás solo por la presencia excesiva de libros en los estantes. Siempre ha sido muy estudiosa.

Nos dimos un par de besos antes de que me fuera a dormir a la otra habitación. Mañana iremos a pasear por la playa. Será un día fabuloso.

Por la mañana me fijo en el horizonte que se filtra a través de las traslúcidas cortinas. El imponente mar se ve tan cerca, sobre él se juntan las nubes de algodón que tantas veces nos entretuvieron a Tiff y a mí, podíamos pasar horas tumbadas en el pasto tratando de encontrarles formas reales. No logro imaginar que sería de mi vida en estos momentos si no te hubiera conocido, ya estaba a punto de dejar mi carrera musical por sentirme vacía. Las ideas de escribir sobre amor ya no existían en mi mente, pero desde que llegaste me has hecho pensar en un millón de melodías de amor. Todas sobre nuestra relación.

Su mamá nos preparó el desayuno, muy diferente al que me dan en mi casa, pero a la vez delicioso. Sus padres me tratan muy bien, están felices que Tiff por fin haya conocido el amor. Y les parezco la chica indicada para su hija. Claro que al principio no podían creer que estuvieran frente a la cantante que sale en  casi todos los canales de televisión. Esperaban poder visitar pronto Roma para pasar más tiempo con Tiffany. Pero como ahora somos Novias estarían menos preocupados por ella, ya que yo la cuidaría.

Luego de desayunar nos fuimos a cambiar de ropa para ir a la playa. El clima estaba estupendo, el sol regalaba sus mejores rayos antes de que acabara el verano. Me puse un y bikini naranja con bordes negros. Tiffany perderá los ojos por mí, de eso estoy segura. Encima me pongo un top y un short de jean a juego con unas sandalias. Voy a buscarte a tu dormitorio, ya te encontrabas lista. Llevas un vestido verde que se ata a tu cuello y deja libre tus hombros, te ves fabulosa. Me muerdo el labio y te digo al oído.

-          Ya quiero ver lo que llevas dentro.

Dejas escapar una risita que me estremece de placer.

La brisa salada nos da la bienvenida en la playa, las olas se estrellan en las rocas y desaparecen dejando espuma atrás. Extendemos las toallas en la ardiente y blanca arena, lo suficientemente cerca para que los últimos restos de las olas toquen las puntas de nuestros pies. El sonido de los pelicanos que sobrevuelan el cielo azulado llena de música el ambiente tranquilo. Hace tanto tiempo que no venía a un lugar así. Puede que viaje todo el tiempo alrededor del mundo, lo que podría ser el sueño de muchos, pero no disfruto de mucho solo es llegar un día, cantar al otro y viajar de nuevo al siguiente. Mientras pienso en ello, tengo la mirada fija en la espuma de mar que aparece y desaparece cada cierto tiempo.

-          ¿En qué piensas Taeyeon?

-          En lo divertida que tu vida amor, estos momentos que pueden parecer simples para la mayoría de personas, para mí son únicas. Y más si tengo al amor de mi vida a mi lado.

-          Entonces te llevaré a pasear todos los días si es necesario, para que tengas esa enorme sonrisa en tus tentadores labios.

-          Eso espero.

 Le doy una larga mirada  y me lamo los labios como si estuviera a punto de decidir qué parte del cuerpo de Tiff besar primero. Me pongo de pie y extiendo mi mano invitándole a hacer lo mismo.

-          Ya quiero meterme al mar. ¿Me acompañas?

-          Umm tengo un poco de vergüenza que me veas en bikini.- Lo dice débilmente casi en un susurro.

-          Te lo diré una y mil veces, eres la mujer más hermosa que he conocido y conoceré en toda mi vida. Siempre serás un deleite para mis ojos.

 Me incliné y le robé un exquisito beso, sus labios nunca dejarán de electrificar mi piel cada vez que los siento. Me quité el top y el short para quedarme en bikini, mi piel me lo agradeció al sentir los el calor del sol sobre ella. Tiff hizo lo mismo pero de espaldas hacia mí. Cuando su vestido cayó al suelo, me acerqué y la giré hacia mí. Wow me quedé sin palabras, se veía mejor que una bella sirena. Su piel contrastaba muy bien ante el bikini negro que llevaba. sus curvas lucen demasiado y. Si alguien se fija en ella me pondría roja de celos.

-          No me veo bien ¿cierto?

-          De qué hablas, estás hecha una diosa. Y sabes lo mejor de todo es que eres solo para mí. Me encantas Tiffany.

Tome de su mano y la llevé hacia el mar, el agua apaciguó de cierta manera el calor que crecía cada segundo en mi interior al ver su vientre plano y desnudo. Cuando el agua tocó sus piernas, dio un chi