El concierto

Desde que Taeyeon me dejó sola en su habitación todo ha sido diferente. Ya no la veo prácticamente en ningún momento del día. Dejaba la puerta del cuarto de sus gatitos entreabierta para poder verla aunque sea un momento, que nuestras miradas se cruzaran sería un respiro más que suficiente, pero nunca se daba. Lo máximo que conseguía era ver ondear rápidamente las puntas teñidas de su cabello.

Estas últimas semanas me he sentido una extraña en su casa. Tiempo era lo que me quería dar para pensar, pero la extraño demasiado. Estaría dispuesta a olvidar lo que sucedió ese domingo y lunes, a cambio de una conversación como las de antes con un par de tazas de café e intercambios de risas.

Con Hyoyeon siento que la amistad se ha vuelto un poco reservada. Ya no tenemos, o bueno ella no me tiene la misma confianza que antes. Aún pienso en ese asunto entre ella y Taeyeon, debe ser la raíz de sus discusiones o el odio que siente Hyoyeon por Taeyeon.

En mi rostro ya no reflejo la misma felicidad que antes tenía al venir cada mañana a trabajar. Hasta mi mamá que ni siquiera me ha visto lo percibe en mi voz. Tuve que mentirle que me sentía ansiosa por iniciar las clases en la universidad y no era necesario que viniera a visitarme para despejar sus dudas.

No puedo dejar de pensar en ella: sus facciones, su personalidad, su deliciosa sonrisa. Ya no sé para que deseas más tiempo, más fácil hubiera sido que me dijeras que no iba a funcionar algo entre nosotras. Sin embargo me agrada ser orgullosa, gracias a ello he podido resistir la tentación que me sofoca cada noche de ir y tocar la puerta de tu dormitorio. Rogarte por un minuto de conversación o solo contemplarte unos segundos.

Me gustas Taeyeon, de eso estoy convencida. Las dudas son las raíces de  los problemas y de eso tengo mucho miedo.

He decidido esperar a que  mis sentimientos se apacigüen por sí mismos. No me es nada fácil conciliar el sueño cada noche. Recuerdo tus profundos y conquistadores ojos, tu aroma que me atrapaba cada segundo. Por qué me tu ve que enamorar de ti, en mundo tan grande, justo de ti. Las probabilidades estuvieron a mi favor o quizás en contra el día que nos conocimos, pero no me arrepiento del todo.

Faltan solo 3 días para el sábado y la sorpresa que mencionaste en nuestra última conversación.  No me cabe la menor duda que no tiene nada que ver con una declaración de amor. Si en 10 días no me has dirigido ni media palabra, es casi imposible que de la nada vengas y me pidas una cita.

Me pregunto qué es lo que has estado haciendo todos estos días, dudo que firmes autógrafos todo el día. Todas las noches en mi departamento antes de dormir me quedo despierta mirando la televisión hasta que pasen la sección sobre los famosos en el mundo. Una parte de mí se alegra mucho que no salgas en ninguna foto, significa que no estás saliendo con nadie. Aunque también me desilusiona no poder ver tu aspecto en estos días.

Me torturo a mí misma imaginando cada posibilidad existente. Si solo tuviera el valor de buscarte, estando en la misma casa.

Por fin llegó el jueves, un día en que prominentes nubes se acumularon alrededor del sol para evitar que sus rayos se filtren sobre toda Roma. Desperté con las ganas acumuladas, hoy te voy a buscar para decirte que ya pensé muy bien lo que siento y no deseo seguir alargando esta torturadora espera. Con una gran sonrisa en mi rostro, me alisté para ir a tu casa. A la misma hora que siempre llegó el auto para llevarme. No sé en sí porqué estoy tan contenta, pero me gusta. Necesitaba sonreírle a la vida.

Estoy de suerte, ya que estás en casa desayunando. Te tengo en frente mío, mi diosa musical. Levantas la vista de tu tostada y por fin, después de interminables días nuestros ojos coquetean entre sí por todos los segundos que desean. Ojalá pudiera hablarte a través de ellos y no usar los labios.

Tu voz me da una descarga eléctrica desde mi cabeza hasta mis extremidades. Casi había olvidado lo y y alegre que es tu voz.

-          ¡Hola Tiff!  Por fin nos vemos.- Ese “por fin” me suena a que también deseaba lo mismo desde hace dos semanas.

-           Buenos días Taeyeon.

-          ¿Deseas desayunar? Aunque ya casi termino, igual te podría hacer compañía.

-          Gracias, pero ya lo hice antes de venir.

-          En compañía es mejor.

-          Te podría aceptar un jugo.- Me devuelve la sonrisa y se va a la cocina a traerlo. Supongo que no desea que Hyoyeon lo traiga y nos vea juntas.

Todo vuelve a ser como antes, eso creí por unos escasos segundos. Hasta que su IPhone que lo había dejado encima de la mesa, empezó a vibrar. Me acerqué con la única intención de ver si tal vez era una llamada y avisarle, pero lo que leí en la pantalla me dejó helada.

“- Claro que sí, contigo me divertí muchísimo durante estos días, espero se vuelva a repetir”

Era un mensaje de WhatsApp, al parecer de una tal Sunny. Tengo cientos de preguntas revoloteando mi cabeza en estos momentos, ¿Quién es Sunny  y qué r