Cap 1

Hola,Roma

Sigo mirando detenidamente la última pregunta: “¿Qué tipo de música suele escuchar?”. De todo el cuestionario esta es la que más me sorprende (por no decir la única). No es la primera vez que me presento a un trabajo, en toda mi adolescencia he conseguido empleos de medio tiempo después de la escuela, pero este es el trabajo que más pagan. Quien podría imaginar que por cuidar un par de gatitos te fueran a pagar 15$ la hora, y con el mes que me queda de vacaciones antes de iniciar las clases en la universidad, podré ahorrar suficiente dinero para poder pagar el semestre. Umm música clásica es lo que escucho de vez en cuando, me permite concentrarme al estudiar. Reviso una vez más mis respuestas antes de entregar las hojas del cuestionario a la chica de recepción, aún con la duda sobre la relevancia sobre los gustos musicales en mis pensamientos.

- Aquí tiene señorita.

- Gracias, bueno si llega a ser seleccionada será informada por teléfono.

- Espero que así sea, que tenga un buen día.

- Igualmente.

Necesito suerte para conseguir este trabajo, de por si mis papás ya están haciendo un enorme esfuerzo en mandarme a vivir aquí a Roma, y además de pagar la universidad. Recién llevo dos días aquí en Roma, desde que dejé atrás la ciudad de jeonju, pero ya me siento enamorada de ella. La arquitectura que posee es bellísima, la naturaleza que la rodea, en fin todo me gusta. Ya es casi medio día y no tengo nada que hacer, desde que terminé de ordenar mi dormitorio en el departamento que alquilo, se me acabaron las ideas para pasar el tiempo. Ojalá consiga ese trabajo y así estaré ocupada casi todo el día. Doblo la esquina dispuesta a ingresar al metro, cuando de la nada siento que me empujan a un lado, ni siquiera puedo decir nada pues las adolescentes ya están al otro lado de la pista. Corren como si alguien las persiguiera, llego a oír que una de ellas chilla: - … Taiyan está firmando autógrafos en el parque.- Si mi memoria no me falla, Taiyan es la cantante del momento en toda Europa y Asia. Música romántica es lo que canta, me parece tan banal y engañoso lo romántico. No creo en el amor, es carente de sentido y solo te hace perder el tiempo. Espero jamás enamorarme como una tonta, perdiendo la cabeza y dejando lo primordial en mi vida, el estudio.

Al menos he llegado a tiempo para tomar el metro, creo que iré a almorzar y a pasear por los alrededores el resto de la tarde. Extraño la brisa marina de las playas de Jeonju, recostada en la arena y pensando en el futuro. Me encantaría ser una arquitecta famosa y reconocida. Aunque es bastante contradictorio a lo que siempre he tratado de hacer, en el colegio siempre pasaba desapercibida. Nueva ciudad debería ser un nuevo comienzo, pero sigo prefiriendo lo mismo, que nadie me note.

Una nueva llamada de mi mamá me saca de mis pensamientos, desde que llegué lo hace al menos 10 veces al día.

- Hola mamá

- Me tenías preocupada, te dije que me llamaras cuando salieras de la entrevista.

- Lo olvidé -en realidad no quería llamarla- pero creo que salió bien, ahora solo queda esperar.

- Ya verás que lo conseguirás, y con lo mucho que te gustan las mascotas.

- Eso espero, ya estoy por ir a almorzar.

- Ay mi niña, como me encantaría poder cocinarte alguna pasta. Sigo en desacuerdo en que estudies en Roma lejos de tu familia.

- Ya estoy grande mamá, puedo cuidarme yo sola.- Aunque me cueste admitirlo la extraño, a ella y a mi papá.

- Cómo que grande?, apenas tienes 18 años. Siempre serás mi bambina, además estoy asustada por ti.

- Mamaaá.. Ya crecí, pero también quisiera estar en casa. Pero los estudios son primero, ya en vacaciones estaré con ustedes.

- Bueno mejor cortó antes que me ponga a llorar de nuevo, Tiffany. Cuidate bastante y cualquier cosa que suceda, sabes que estás a una llamada de distancia. Estaré ahí al instante si es necesario.

- Gracias mami, saluda a papá.

- Lo haré, ciao.

Sé que ella todavía no está completamente convencida de que estudie aquí, como toda madre es sobreprotectora conmigo. Tuve que convencerla durante semanas después de haber obtenido el ingreso a la universidad, sin que ella se hubiera enterado.

El jueves antes de subir al avión rumbo a Roma, ella me abrazó como nunca antes lo había hecho. Aunque en