Yong Sun no pudo dormir en los siguientes días, la imagen de una Byul sufriendo era una carga demasiada pesada para sus hombros, la culpa era también parte de esa mochila y algo dentro de su interior le decía que la única manera de conseguir tranquilidad es solicitar perdón a la persona que hirió.

Mientras se hundía en sus propios pensamientos, el café y la magdalena de vainilla se olvidó hace un tiempo, no sintió a su amiga cerca y mucho menos llamarla.

–Eonni?– Hye Jin desde lejos vio a su amiga sentada en unos bancos a las afueras de las oficinas del trabajo, bajo las sobra de un gran árbol de sauce, el rostro expresivo de su amiga le decía que había algo más allá, mientras se acercaba lentamente, pudo confirmar sus sospechas  con las  ojeras de su amiga bajo sus ojos y su preocupación aumento.

–Eonni?– volvió a repetir, y ahí un poco más cerca Yong Sun la miro a los ojos, con un cansancio que no veía hace mucho Hye Jin sabia bien acerca de las luchas de Yong y después de mucho volvió a ver detrás de esos ojos café, miedo, indecisión e inseguridad.

Luego de unos momentos la calma y la tranquilidad del silencio de este parque le dieron fuerza a la psicóloga y se lo dijo todo a su mejor amiga.

Para Hye Jin era sencillo, debía asumir el error y ver que sucedía al acercarse a Moon Byel Yi, independientemente de que pudiera o no ser rechazada, a veces, Yong Sun pensaba que Hye Jin era una especie de genio, detrás de esa apariencia de mujer fuerte adicta al pollo frito, sus palabras precisas y cortas siempre daban en el ojo sin tener que dar un gran discurso

–Si no lo haces, jamás lo sabrás, vivirás eternamente de meras especulaciones eonni, sé que puede ser aterrador pero es eso o vivir en duda– ambas la envuelve de nuevo el silencio, mirando el amplio cielo azul entre medio.

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Si las miradas pudieran matar, seguro Yong Sun estaría enterrada tres metros bajo tierra, ella no pensó que la encontraría casi al entrar al café, espero casi un mes para animarse a venir al lugar donde estaría su ex mejor amiga, las insistencias molestas de Hye Jin de ir allí la colmaron y decidió arriesgarse, Byul la miraba como nunca nadie la miró, unos ojos oscuros, enojados, y un ceño fruncido, brazos cruzados, rostro indescifrable.

Pero incluso en medio de todo eso, Yong sabia que su loco corazón le estaba dando una señal, la sorpresa de verla, solo le confirmo algo que ella ya sabía, todavía la amaba, su corazón saltando como un gato asustado en su pecho la hizo sentir feliz y también temerosa de lo que pudiera pasar, quizá su amiga no la perdone, pero ella se encargaría del menos intentarlo.

— ¿Unnie por qué no entras?–Hye Jin empuja a su compañera quien casi se cae , y entonces allí están

— Ha sido un tiempo Yong Sun– la fotógrafa rompe el silencio, sin despegar su rostro en la otra mujer, haciendo sentir a la psicóloga vulnerable.

— ¿Cómo has estado Byul Ah?– Yong la enfrenta, sus ojos se conectan de nuevo y Yong espera que Byul no vea el gato temeroso en sus ojos al menos no todavía.

— Unnie – Hye Jin fue olvidada hace mucho, en este concurso de miradas de dagas.

— Supe que este café y estudio fotográfico eran tuyos, y quise saludar–  la psicóloga dijo con cierto nerviosismo metiendo sus manos en sus jeans cargo color negro, tratando de poder sostenerse a si misma.

Byul sonrío de manera irónica y ahora se llevó las manos en los bolsillos también

— Ya dijiste hola ahora puede irse señorita Kim–  Byul da la vuelta, se aleja lentamente hacia la parte trasera del café.

Un silencio momentáneo lleno el café, Yong Sun agradeció que estaba totalmente vacío, y que solo su amiga y la chica en el mostrador que parecía ajena a lo que pasaba estaban alli

—No me iré , quiero hablar contigo después de ese saludo, concédeme unos minutos–  casi grita al ver alejarse a la fotógrafa, sintiendo que su valor se iría una ves que perdiera de vista a Byul.

Hye Jin pensó que era la situación más incómoda de su vida, miró al bar