Los colores neutros  en la vida de Byul tomaron vida, de pronto el gris y negro se desvanecían por los acuarelas azulados, rojos, y amarillos de YongSun, su personalidad burbujeante y traviesa, esa misma que ella había olvidado, la tomó por completa, la inundo y pronto se sintió ahogada por todo lo que era la psicóloga.
Los días seguidos después de esa confesión y ese beso fueron trajinados y movidos, Yong la iba a buscar todos los días sin que ella lo pidiera y la llevaba a casa, sus chistes sin gracia absoluta y la manía de la psicóloga de probar comida exótica hacían estallar en carcajadas a la fotógrafa, se preguntó varias veces antes de dormir cuando había reído así, la respuesta era hace bastante tiempo no lo hacía.
La magia que desprendía su mayor era como una batalla hechizos ante ella, solo que ella nunca lucho contra el embrujo, más pronto que tarde, se dio cuenta que le gustaba, la psicóloga le encantaba, era un dulce respiro, era como canción debut de su grupo favorito, en unas pocas semanas, la algarabía de Sun la tomo de buena manera, pero de nuevo esa misma algarabía también se llenaba de dudas tontas ¿Ella le pidió ser su novia? no, claro, no lo hizo, le pidió algo más complicado y profundo,  pidió que la ame, y ahí estaba de nuevo las inseguridades saliendo de las profundidades del corazón de Byul
La fotógrafa está sentada en su terraza con una taza de café en sus manos, el frío instalado en la ciudad la obligaba a ello, a explorar sus acalorados sentimientos aferrada a una taza blanca de café.

  Poco después de que otra vez Yong la haya dejado frente a su casa, el rostro jovial de la otra se quedó pegada en su mente, esos hoyuelos fantásticos siendo el placer ocular de cualquier ser viviente, ella tan tierna y amorosa, ¿Cómo siquiera no quererla? Es tan imposible, no cuando Yong se aferra a ella en un abrazo, cuando sus labios se posan de manera casi inocente en su cuello encendiéndola de maneras que es ilegal admitir en voz alta.

 Pero de algún modo la fotógrafa a pesar de la explosión de sentimientos por su mayor, se retraía, el temor de perder a alguien la perseguía cuál fantasma en alguna mala película de terror, ¿debería supera