20. ¡Mañana!

Besala tu Por mi
 

La despertó el sonido de la cafetera vertiendo el líquido negro sobre las tazas. jessica abrió los ojos despacio, estiró los brazos por encima de su cabeza y las piernas. La luz del sol bañaba ya todo el salón. ¿Qué hora era? Tenía que ser temprano, pero se sentía demasiado en paz, serena y cómoda como para levantarse inmediatamente. Imágenes de la noche anterior empezaron a pasar ante sus ojos. Oh, dios… había pasado de veras. No era un sueño. No era un producto de su imaginación. Ella y taeyeon… Wow. Y había sido fantástico. No perfecto, porque las primeras veces nunca lo eran, pero sí muy cerca. jessi sonrió con nerviosismo.

Rememoró el momento en el que se despidió de ella. Eran las tres de la mañana, había mirado el despertador de la mesita de noche. taeyeon le rogó que se quedara un poco más, pero la casa estaba sumida en un silencio sepulcral y sus padres tenían un sueño ligero.

Cualquier paso en falso las delataría, si es que no lo había hecho ya. Se quedó un poco más, abrazada a ella hasta que taeyeon se quedó profundamente dormida. La observó en silencio unos minutos. Qué hermosa era. Incluso entonces, tendida en la cama con ella, sus cuerpos abrazados, completamente desnudas, no podía creer lo que acababa de suceder. A eso de las cuatro de la mañana, le dio un suave beso en los labios y se fue al salón, muy a su pesar. Y ahora la saludaba un nuevo día, completamente diferente al anterior. Nada que ver. El escenario era el mismo y, sin embargo, jessica tenía la sensación de que las actrices habían cambiado.

Cuando llegó a la cocina, comprobó que eran los padres quienes ya estaban despiertos. jessica se acercó a ellos con pudor. Tenía la sensación de que cualquiera de ellos podría leerla como un libro abierto. Esperaba escuchar de un momento a otro algo del estilo: «Alguien ha hecho el amor esta noche», pero aunque más silenciosa de lo habitual, tal vez un poco tímida e incluso ruborizada, pasó su primer examen con nota y consiguió calmarse cuando llevaba ya varios minutos sentada a la mesa, rodeada de los mayores, sin ningún comentario respecto a la noche pasada. Mejor así.

—¿Has dormido bien? —se interesó Isabel, untándose una tostada con mantequilla.

—Sí, ya me he adaptado al sofá — replicó jessi.

—Pues yo no he pegado ojo en toda la noche —intervino boa. jessica sintió que parte de la galleta que estaba tomando se le quedaba atrapada en la garganta. Escuchó con atención—. No sé qué me pasó ayer, que no conseguí dormir hasta pasadas las cinco. Un horror.

Eso significaba que boa había estado despierta cuando ella se fue de la habitación de taeyeon. ¿Las habría oído? Sí, por supuesto. boa tenía el oído más afinado que un director de orquesta. ¿Pero qué importaba eso ahora? ¿Por qué seguía dándole pánico que los padres descubrieran algo que ya sospechaban?

En ese momento apareció taeyeon. Estaba más guapa que nunca. Había una expresión nueva en su cara, diferente, radiante, como si desprendiera alegría y buen humor. jessica la buscó con los ojos y taeyeon le sonrió con dulzura.

Había entre ellas muchos temas flotando en el aire. ¿Qué harían a partir de ahora? ¿Tenía lo suyo una fecha de caducidad? ¿Se trataba de una aventura de verano y nada más? Cuestiones que antes le provocaban ansiedad, pero que ahora, al mirar a taeyeon a la mañana siguiente de haber compartir un momento tan íntimo y especial con ella, no podían importarle menos. Tendrían tiempo de hablarlo. Ahora lo único que deseaba era disfrutar del momento, mirarla embobada como lo estaba haciendo y pensar «tu olor todavía está en mi piel y el mío en la tuya y es maravilloso».

—Buenos días, dormilona. ¿Se nos han pegado las sábanas?

—Buenos días, mamá —dijo taeyeon, inclinándose para darle un beso en la mejilla a boa—. He dormido estupendamente.

—Se te nota. Tienes otra cara.

taeyeon sonrió complacida. Le habría encantado saber qué estaba pensando en ese momento.

—¿Tú has dormido bien? —se interesó tae, mientras se servía una taza de café con leche.

—No, fatal. He tenido insomnio toda la noche. De hecho, me pareció haber escuchado algo en tu habitación. Pensé que a lo mejor estabas despierta y estuve a punto de ir.

jessica notó que se le formaba un nudo en la garganta con estas palabras de boa.

—Pues no, estaba dormida como un bebé, lo siento —mintió taeyeon.

—Ya…

Ese “ya” de boa se quedó colgado sobre la mesa del desayuno sin que nadie lo respondiera. Y jessica agradeció que su teléfono empezara a sonar justo en ese momento porque le daba una excusa perfecta para levantarse y salir del centro del huracán. «¿Me disculpáis un minuto? Tengo que atender esta llamada». Se levantó y fue al interior de la casa.

—Dime, Charo.

—Hola, bella. Ya tienes el billete.

Acabo de mandártelo a tu correo. —Estupendo. ¿Para cuándo?

—El lunes, a las dos. Te he dejado un poco de tiempo por la mañana porque sé que tienes que desplazarte al aeropuerto.

—¿El lunes? —jessica arrugó el ceño. Su corazón empezó a palpitar con miedo —. Pero eso es dentro de dos días.

—Sí, claro. Cuanto antes mejor, ¿no?

—Podías haberme dado un poco de tiempo para despedirme de mi familia.

—Querida, no me dijiste nada sobre fechas concretas y pensé que, como yo, estarías ansiosa por cerrar cuanto antes ese trato con Rodolfo —la chantajeó Charo.

—Sí, pero…

—Pues no se hable más. Te espero aquí el lunes por la tarde. Ven directamente desde el aeropuerto, ¿de acuerdo?

—De acuerdo.

—Perfecto. Chao, bella. Hasta el lunes —se despidió Charo, colgando sin más preámbulos.

El lunes… se iba el lunes al mediodía.

jessica sintió un ataque de pánico. Pero había sido estúpida e inocente. ¿Qué le había hecho pensar que Charo le daría unos días más para despedirse de su familia? Esa mujer no tenía sentimientos. Su corazón era como una viga de cemento. Para Charo lo único importante en ese momento era Rodolfo y cerrar cuanto antes el acuerdo. Por supuesto que no se había detenido a pensar en sensiblerías como la familia o las relaciones sentimentales.

taeyeon…

jessica sintió un nudo en el estómago nada más pensarlo. ¿Cómo iba a decirle aquello? Ella sabía que tendría que irse tarde o temprano, pero, claro, no tan temprano. Esto lo cambiaba todo.

Apartó la cortina de la ventana y la vio riéndose con sinceridad por algo que le acababa de decir Ricardo. Cómo iba a echar de menos esa risa. jessica imaginó que se borraría en cuanto le diera las noticias. Notaba los hombros más pesados, como si acabaran de sentenciarla a una condena horrible. Madrid, las horas interminables en metro, la polución, el ruido, Charo, largas jornadas laborales… y todo eso sin taeyeon.

taeyeon lejos, en otra ciudad, a tantos kilómetros que si decidían continuar lo que empezaron anoche, tendrían que depender de un ordenador o un móvil. Billetes de tren. Pasajes de avión. Reencuentros en aeropuertos y estaciones. Odiaba lo que estaba pensando. Y odiaba todavía más tener que darle la noticia justo ahora, justo después de la noche anterior. Pero no podía posponerlo mucho más tiempo. Mañana tenía que hacer las maletas.

¡Mañana!

Este pensamiento le hizo sentir tan derrotada que tuvo que sentarse en una de las sillas de la cocina. Tenía la mirada perdida en el dibujo de los azulejos de la pared, estaba tan absorta en sus nefastos pensamientos que no se percató de que alguien había entrado.

taeyeon.

Se acercó a ella muy despacio, con una sonrisa en los labios que le hizo sentirse todavía más hundida. taeyeon no imaginaba nada y jessica no quería arruinar el momento. Se puso en pie y ella le tiró del borde de la camiseta, jugueteando con la tela. Miró por encima de su hombro para asegurarse de que no había nadie y le dio un beso en los labios.

—¿Has dormido algo? —le preguntó

taeyeon—. Me hubiese gustado dormir contigo.

—A mí también.

—Tal vez esta noche puedas escaparte un rato —sugirió mientras acariciaba su mano.

—Suena bien —dijo jessi con un nudo en la garganta.

Quería fingir que no ocurría nada, pero falló estrepitosamente. taeyeon notó enseguida que algo iba mal. La miró muy seria y arrugó la frente.

—jessi, ¿te pasa algo? ¿Estás bien?

—Sí.. —jessica se apartó unos pasos y se atusó la melena. ¿Era ese un buen momento? No, no lo era—. Creo que solo estoy un poco cansada.

—¿Seguro que es solo eso? Antes parecías tan contenta y ahora…

—¿Qué?

—Nada. Es como si se te hubiera cambiado la cara. Estás muy seria.

—tae, de veras estoy bien, no pasa nada, de verdad. —Se acercó y le acarició la mano. Intentó cambiar el tono de voz, sonar más animada de lo que en realidad se sentía—: ¿Qué te apetece que hagamos hoy?

—Hmmm… Se me ocurren un par de cosas —dijo taeyeon, juguetona—, pero creo que para eso necesitaríamos estar solas.

—Sí, eso creo. —jessica sonrió—. ¿Y aparte de eso? ¿Qué te apetecería hacer?

—Podríamos ir hasta Huelva, no sé, dar una vuelta, pasear un rato. ¿Hay algún sitio al que te apetezca ir?

—La verdad es que no. Me da igual.

—Ya, a mí también.

 

Las dos se miraron y enseguida se echaron a reír. Parecían unas colegialas enamoradas y tímidas, que se comportaban con rubor cuando la otra estaba cerca. Pero estaba bien así. jessica pensó que por nada del mundo se perdería estos momentos con taeyeon, incluso si la amenaza de su inminente viaje pendía sobre sus cabezas. Ya habría tiempo después para abordar ese tema. Porque lo habría, ¿verdad? Quería pensar que sí.

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Comments

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ashleyurdiales24 #1
Chapter 23: Una historia muy buena, me sentí a gusto leyendola jaja me gustó mucho, gracias por compartirla y adaptarla al taengsic<3