19. Piratas

Besala tu Por mi
 

Desesperante.

Era desesperante. jessica supo que aquel iba a ser uno de los días más largos de su vida cuando su madre propuso que se bañaran todos juntos. No solo habían tenido que comer en familia, tomar el sol en familia y jugar a las cartas en familia (cosa que odiaba), sino que ahora también tenían que lanzarse al agua como un equipo.

Intentaba no mirar a taeyeon, porque cada vez que lo hacía, el corazón le palpitaba muy rápido y sentía sudores fríos. Estaba segura de que a ella le ocurría lo mismo. A veces sus miradas se cruzaban y se quedaban unos segundos así, contemplándose, pupila con pupila. A jessi le parecía que los ojos onices de taeyeon le transmitían infinidad de mensajes. «Me gusta cómo besas; ojalá estuviéramos solas; te quitaría la ropa aquí mismo; quiero hacer el amor contigo». Cabía la posibilidad de que se lo estuviera imaginando, de que realmente taeyeon no deseara decirle nada cuando sus ojos se encontraban, pero estaba casi segura de que no era así. Y por eso evitaba mirarla, porque, si lo hacía, era casi como caer por un agujero negro del que luego le costaba horrores salir.

—jessi, ¿me escuchas? Ay, hija, qué distraída estás hoy —le dijo Isabel en una de esas ocasiones.

Parpadeó. Con fuerza. Consiguió salir del yugo de los ojos de taeyeon, pero por los pelos.

—Sí. Te escucho. ¿Qué quieres ahora? —respondió de malas maneras. tae tenían razón. Necesitaban intimidad. Cuanto antes.

—¿Tienes que contestar así? ¿Con ese mal humor?

—Sí, tengo que contestar así. ¿Qué es lo que quieres?

—Que me alcances la crema, me estoy quemando. Está ahí, a tu izquierda, debajo de la toalla.

jessica estiró un brazo y le tendió el bote a su madre. Se fijó en que kristal ya estaba preparada para lanzarse al agua, donde flotaban los padres. Habían anclado el velero en una zona cercana a una cala, podían ver personas de tamaño minúsculo nadando en la orilla, pero en los alrededores solo había otro barco, a cierta distancia. boa y taeyeon se encontraban detrás de kristal, ahora miraban el agua. Mientras Isabel se aplicaba la crema, decidió acercarse.

—¿Está fría? —le gritó taeyeon a la zona donde flotaba su padre.

—En absoluto. Está perfecta.

¡Lánzate!

taeyeon puso un gesto de duda, pero se mantuvo en su posición. kristal y

boa se tiraron por fin al agua. En el barco ya solo quedaban ellas e Isabel, y a jessica se le ocurrió que podían hacerse con el control del velero, tirar a su madre por la borda, arrancar los motores y dejarlos flotando en el agua. Sobrevivirían. A tan pocos metros de la playa y con otra embarcación tan cerca no corrían ningún peligro. Y así ellas podrían tener su anhelada intimidad. Sí, era una opción, un plan casi perfecto al que le fallaban ciertos detalles. Como por ejemplo qué excusa pondrían cuando los vieran de nuevo. O de qué manera sobrevivirían a la furia de Isabel si se atrevían a dejarles allí tirados, flotando en el agua como corchos.

jessica meneó la cabeza y sonrió. Estaba perdiendo el norte. Que estuviera pensando cosas tan absurdas solo demostraba que su salud mental se encontraba en peligro.

—¿De qué te ríes? —le preguntó taeyeon, sonriendo.

—De las estupideces que estoy pensando. Creo que me estoy volviendo loca.

—No eres la única. Yo estaba

pensando volvernos piratas y robar el barco para que nos dejen un ratito a solas.

—¿Tú también lo has pensado? —se asombró jessica, arqueando las cejas.

—¿Qué hacéis aquí paradas? ¡Venga, al agua! —Isabel se acercó a ellas y empezó a empujarlas por la espalda para que se lanzaran junto al resto.

Las dos pusieron gesto de hastío, pero se acabaron tirando al agua con los demás. jessica pensó que cuanto más luchara contra ello, peor sería. Las cosas eran como eran, no como querían que fueran. Ahora tocaba estar con la familia perdidas en el mar y después, cuando regresaran a tierra firme, ya se vería.

Este cambio de actitud le permitió afrontar el resto del día con otro humor. Al final hasta consiguió pasar un buen rato con kristal y taeyeon, chapoteando en el agua. Era curioso. Aquellas vacaciones no solo le habían servido para estrechar lazos con su madre, sino que la presencia de taeyeon también le había permitido comprender mejor a su hermana. kristal seguía siendo una pequeña consentida, pero ahora despertaba en ella un sentimiento de ternura hasta entonces desconocido. Su hermana no dejaba de ser una

adolescente. Y ella también lo había sido, con su punto raro e insoportable, sus hormonas descontroladas, los cambios de humor, el sentimiento de que el mundo y cuantos lo habitaban estaban en su contra. Pero la miró flotando en el Atlántico sur y supo que se le pasaría, sería una fase más, como lo había sido para ella y para taeyeon. Para todos, en realidad.

Eran las ocho y media cuando regresaron al chalé de sus padres. El viaje en barco les había dejado exhaustos. Nada como una travesía sobre las olas, el sol y la brisa del mar para alcanzar un estado de paz. Afortunadamente, propusieron cenar pizza. Todos estaban demasiado cansados para preparar una cena. El repartidor llegó mientras algunos acababan de ducharse. Cuando se sentaron a devorarla, jessica se fijó en el buen color que tenían todos. Los días en la playa habían borrado por completo su palidez y lucían rostros radiantes y saludables.

Deseó que todas las estaciones del año fueran así. Mirar al otro lado de la habitación y que sus ojos se encontraran siempre con la adorable taeyeon, que lucía un vestido de tela fina que se adaptaba a las líneas de su cuerpo. Estaba tan preciosa que jessi se quedó con la pizza a medio camino de la boca. Solo se percató de que se había quedado embobada cuando sintió un agudo dolor en la parte trasera de su cabeza. kristal le había dado una colleja.

—Despierta, que te has quedado boba —le dijo, sonriendo—. Yo te entiendo, está muy guapa esta noche, pero mamá… —Cierra el pico.

—¿Ha habido suerte ya? ¿O esta noche es la noche?

—Shhh —la reprendió jessi con un codazo. Miró a su alrededor, pero todos estaban demasiado ocupados para prestarles atención.

Advirtió que taeyeon se acercaba al grupo en ese preciso momento. Subió los brazos por encima de su cabeza y se estiró. —Estoy cansadísima —dijo—. Si me disculpáis, creo que me iré ya a la cama.

—¿Ya? ¿Tan cansada estás? Es muy temprano —se sorprendió boa.

Eso mismo digo yo. ¿Ya? jessica hizo un puchero. Tenía esperanzas de que las dos esperaran juntas hasta que el resto se retirara a sus habitaciones y entonces… Pero ya era imposible. taeyeon se iba a la cama. La miró con tristeza.

—Estoy exhausta. Ha sido un día muy largo —les explicó taeyeon.

—Tienes razón, nosotros también nos retiraremos en un rato. Bueno, pues que descanses, cariño.

—Que descanséis —dijo taeyeon.

jessica esperó por si se giraba. Si le hacía una seña. Si le guiñaba un ojo o al menos le decía un buenas noches que pudiera leer en sus labios. Pero taeyeon no hizo nada de esto. Nada más saludó al grupo con la mano y se dio media vuelta para perderse en el interior de la casa.

Arrugó el entrecejo, sin comprender. ¿Qué estaba ocurriendo? Habían pasado un día complicado pero maravilloso, lleno de miradas cómplices, sonrisas tímidas y promesas que no necesitaban ser dichas en voz alta. Y ahora… esto.

taeyeon se iba a la cama. taeyeon se acababa de ir sin un adiós, sin una seña, sin absolutamente nada. Solo un buenas noches, una sonrisa, hasta mañana y ya.

¿Acaso había hecho algo mal?

***

Tic, tac, tic, tac, tic, tac, tic, tac.

El segundero del despertador que había en la mesita de noche le sacaba de quicio. taeyeon quiso aporrearlo, pero se contuvo. Resopló para quitarse el mechón de pelo que le tapaba la cara y fijó la mirada en el techo. Llevaba así media hora, pero le parecía una eternidad. Había intentado relajarse un poco, leer, revisar su correo, ver una serie, y nada conseguía distraerla. Las horas pasaban a un ritmo tan lento que se estaba desesperando. Aguzó el oído para comprobar si la casa estaba en silencio, pero le pareció escuchar la cisterna del baño. Por dios, ¿Cuánto iba a tardar aquello? ¿Cuánto tiempo necesitaban para irse a dormir?

taeyeon dio media vuelta en la cama y de pronto escuchó que alguien llamaba a su puerta. Se incorporó de golpe. El corazón empezó a latirle muy deprisa. ¿Estaba guapa? Se miró en el espejo y se atusó un poco el pelo. Sentía que le temblaban las manos.

—¿Sí? Adelante —dijo, con la mirada fija en la puerta.

Esta se abrió y pasaron unos segundos que se le hicieron insoportables, el corazón le latía muy deprisa hasta que vio quién se aparecía tras ella.

Su madre.

Joder.

—Buenas noches, cariño. Venía a darte un besito —dijo boa, todo ternura, asomando la cabeza. Después entró en la habitación y besó la frente de su única hija—. Pensé que ya estarías dormida. Me apetecía darte un beso como hacía cuando eras pequeña y dormías.

—Sí, bueno, no, es decir, tenía sueño, pero me he desvelado.

¿Quieres hacer el favor de calmarte?

Estás histérica.

boa acarició su cabello. — Bueno, no te preocupes, si te relajas seguro que te quedas dormida.

¿Necesitas algo?

Necesitaba que todos se fueran a la cama. Y necesitaba a jessi. Pero eso no podía decírselo a su madre.

—Estoy bien, gracias.

—Pues buenas noches, que descanses, princesa.

—Buenas noches, mamá. Que descanses.

boa se fue entonces cerrando la puerta con suavidad y taeyeon volvió a quedar tumbada sobre la cama, mirando el techo, preguntándose qué tenía que hacer una en esa casa para tener un poco de intimidad. ¿Y si jessi se había quedado dormida? ¿Y si lo estaba ya? Pero aquello era imposible. jessica era normalmente la última en irse a dormir. Solía esperar a que los demás estuvieran en sus habitaciones para tener un poco de intimidad en el salón y taeyeon esperaba que esta vez no fuera diferente.

Aguzó el oído una vez más y le pareció escuchar unos pasos en el pasillo. Su corazón empezó a latir de nuevo con fuerza al pensar que esta vez sí sería jessi.

La habitación que ocupaba taeyeon era una de las últimas del pasillo y los pasos se escuchaban demasiado cerca para que se dirigieran a cualquier otro sitio. Tres golpes en la puerta. Se volvió a incorporar como un resorte. Se miró en el espejo. Estás bien, déjalo ya. Otros tres golpes. Qué impaciencia. Respiró hondo y se colocó uno de los tirantes a mitad del hombro.

—¿Sí? Adelante.

La puerta se entornó, exactamente igual que antes, el tiempo se detuvo, como si pasara más despacio de lo normal. Esta vez contuvo la respiración. Tenía que ser jessi. Le iba a dar un infarto como no entrara pronto. Pero entonces…

—Oye, tae, ¿me dejas unos cascos? Es que los míos se han fastidiado.

kristal. No podía creer su mala suerte.

Sintió ganas de gruñir, pero solo dijo: —Cógelos, están ahí, sobre el escritorio.

—Gracias. Y perdona que te haya molestado, vi que la luz estaba encendida y…

—Sí, sí, no te preocupes —replicó taeyeon con desgana—. Cierra la puerta al salir, por favor.

kristal cerró la puerta y taeyeon volvió a dejarse caer sobre la cama. Se lo estaba pasando genial esas vacaciones, pero, de verdad, qué intensidad. Se juró a sí misma que las próximas las pasaría en una casa aislada, en medio de un monte, sin cobertura ni manera de que nadie la interrumpiera. Si tan solo

jessica quisiera ir con ella…

La puerta volvió a sonar. Tres golpes más. No podía creerlo. taeyeon se tapó la cabeza con la almohada y contestó sumamente airada:

—¿QUÉ? ¿Qué queréis ahora? ¿Un cepillo? ¿Mi cartera? Llévate lo que quieras, ahí tienes la Visa si la necesitas. Por mí como si retiras todos mis ahorros del banco.

—Perdona —dijo una voz compungida—, no pretendía molestar.

¡JESSI!

Abrió los ojos de golpe, retiró la almohada y se incorporó en la cama, con cara de lunática.

—¡No! ¡Espera, no te vayas!

—Pero si me acabas de decir que… —Ya, pero no era a ti, era a… Da igual, no tiene importancia. Pero no te vayas.

jessica arqueó una ceja, como si no entendiera una sola palabra. —¿Estás segura? Porque puedo volver en otro momento. Yo solo… te fuiste de repente y pensé que a lo mejor había hecho algo mal.

¿Algo mal? No, no, no. ¿Cómo que algo mal? Se había ido así para que los demás no sospecharan de ellas. Para esperar en su habitación a que todos durmieran y así poder ir al salón para dormir con jessica. Y ahora ella se pensaba que estaba enfadada por algún motivo estúpido. Oh, no.

taeyeon se levantó y se acercó para tomarle la mano. —Ven, déjate de tonterías.

—Entonces, ¿no estás enfadada?

—Claro que no. Solo fingía para que los demás no sospecharan. Como estás tan paranoica con eso…

jessica pareció suspirar tranquila. Su cara, hasta ese momento un poco descompuesta, se relajó en una sonrisa. Se miraron fijamente diciéndoselo todo con los ojos.

—¿Te ha visto alguien entrar?

—Creo que no —dijo jessi—. Esperé hasta que todo estuviera oscuro.

—¿Ya duermen?

—Eso parece. —jessi se encogió de hombros.

Seguían con las manos entrelazadas, pero las dos parecían demasiado tímidas para dar el primer paso. El momento había llegado, pensó taeyeon, por fin solas. Por fin podía tocarla, besarla, acariciarla sin varios pares de ojos observando en todo momento lo que hacían. Y sin embargo, ahora que estaban solas, sintió vértigo, verdadero pánico. ¿Realmente era eso lo que quería?

Sí.

¿Dormir con jessi?

Sí.

¿Hacer el amor con jessi?

Sí.

—¿En qué piensas? ¿Por qué sonríes? —le preguntó. Había un destello de pánico en sus ojos.

—Ven —le pidió taeyeon, tirando de su mano y aproximándose a la cama—. No tengas miedo.

taeyeon sintió que su respiración se aceleraba. La de jessica parecía también más pesada de lo normal. Mantuvo el contacto visual hasta que las dos quedaron sentadas en el borde de la cama y entonces le acarició la cara para darle un suave beso.

—¿Estás… segura de esto? Porque no hay ninguna prisa y estamos en casa de mis padres. ¿No prefieres otro sitio? — le dijo jessi con los ojos cerrados, mientras ella trazaba un rastro de besos en su cuello.

taeyeon se detuvo un momento y la miró fijamente. —jessi, nunca he estado tan segura de nada en mi vida —le dijo —. Y no me importa si estamos aquí o en un hotel de cinco estrellas. Para mí lo especial es tu compañía, no dónde estemos. ¿De acuerdo?

jessica asintió en silencio y taeyeon comprendió que, después de todo, aquella situación era perfecta. Quería que sucediese allí, de manera espontánea, sin planes, estaba cansada de planear. Con Baek siempre lo hacía y se había vuelto aburrido. Pero con jessi todo era una sorpresa, fascinante, incluso algo tan incómodo como plantearse dormir con ella a escasos metros de la habitación de sus padres.

taeyeon se recostó en la cama y tomó la mano de jessi. La subió hasta sus labios y besó sus nudillos, tratando de recordar la última vez que se había sentido tan segura de algo. Nunca. Con todos los anteriores había tenido dudas, unas más grandes y otras más pequeñas, pero dudas. Con jessica era diferente. Ella le reportaba una seguridad desconocida. Tenía miedo, pero era de otra clase. A no gustarle. A defraudarle. A que su primera vez fuera un desastre. Pero cuando sus ojos se encontraron por unos segundos, supo que todo iba a estar bien.

jessica se inclinó para capturar sus labios y aprovechó para colocarse encima de ella. Se besaron profundamente, casi de manera ruda, sus lenguas librando una batalla a medida que sus respiraciones se volvían más y más pesadas. Sus cuerpos danzaban bien juntos. Encajaban. Como si llevaran años haciendo el amor. Ninguna de ellas parecía sentir pudor, solo un deseo extremo que empezaba a quemarles por dentro y que hizo que sus pezones se erizaran al contacto con las caricias de jessica. Ese pensamiento cruzó la mente de taeyeon momentos antes de que jessica le quitara la camiseta y se peleara para bajarle los pantalones. Estaba casi desnuda, pero lejos de importarle, se sentía excitada. Quería que jessi la mirara con aquellos ojos suyos tan preciosos, quería ver la misma excitación en ellos.

—¿Estás bien? —le susurró jessi al ver que la observaba.

—Mejor que nunca —replicó taeyeon con una sonrisa.

Ese iba a ser otro de sus problemas. Que nadie las escuchara. Hablaban en susurros, pero taeyeon sentía que sus respiraciones eran demasiado ruidosas y tenía que hacer esfuerzos sobrehumanos para controlar algunos gemidos cuando jessi la acariciaba.

Estiró los brazos y tomó el borde de la camiseta de jessica. Cuando consiguió deshacerse de ella y también de su sujetador y los lanzó al suelo con prisas. «Es lo justo, yo casi estoy desnuda», le dijo. jessica se ruborizó un poco cuando se detuvo unos segundos a observarla con atención. La piel de jessi brillaba, sus pechos eran pequeños y perfectos, sus hombros redondos y femeninos.

La boca de Alex se precipitó entonces con hambre hacia la suya y Malena olvidó cualquier pensamiento que estuviera teniendo. Sintió que su ropa interior viajaba hacia sus tobillos y pataleó un poco para deshacerse de ella, hasta que las dos quedaron desnudas y fue como una tortura dulce pero dolorosa, sentir su piel cálida rozando plenamente la suya. Se le escapó un gemido involuntario, demasiado alto, cuando Alex usó su pierna para separar las suyas y después empujó su muslo contra su cuerpo. Malena se mordió los labios para controlar el volumen de su voz. Pero estaba tan excitada sintiendo el movimiento del cuerpo de Alex contra el suyo que era difícil permanecer callada.

En ningún momento rompieron el contacto visual. Era como una dulce tortura. Unos segundos después jessica se movió un poco, separó las piernas de taeyeon, y colocó sus caderas entre ellas.

—¡Oh, joder! —exclamó al sentirla por completo. jessica abrió los ojos con terror y taeyeon se llevó una mano a la boca. Esperaba que su madre no hubiera escuchado eso.

La posibilidad se le olvidó tan pronto jessi comenzó a moverse reanudando esa dulce tortura. Cerró los ojos al sentir sus besos en su cuello mientras, al mismo tiempo, bajaba la mano por su estómago hasta colarse entre sus muslos. taeyeon estaba excitada. Podía sentirlo por el movimiento de los dedos de jessica, causando oleadas de calor hasta el epicentro de su cuerpo, notó que le temblaban las piernas. jessica encontró su boca y volvió a besarla con prisas de nuevo, mientras sus dedos comenzaban a acariciarla. Se perdían en su interior y después volvían a aparecer, para volver a empezar. Sus rodillas se separaron todavía más, como si tuvieran voluntad propia y no quisieran ponerle ningún impedimento a Alexia para que tuviera total acceso a su cuerpo.

Los pechos de jessica estaban ahora en sus manos. Los acarició y notó sus pezones erectos contra las yemas de sus dedos, pero se sentía incapaz de concentrarse. Cada vez que jessica la tocaba, taeyeon sentía que podía estallar de un momento a otro. Su respiración se volvió entrecortada y aprovechaba para respirar cuando jessica se lo permitía y, joder, dios, lo único que podía pensar es que nunca antes había sentido algo igual. Cuando por fin decidió que ya no podía soportarlo más, estiró la mano para agarrar a jessica por la muñeca y hacerle saber que estaba muy cerca. Cuando la miró, taeyeon simplemente le susurró «No puedo más», y dejó su mano libre.

 

jessica le sonrió con dulzura y mantuvo el contacto con taeyeon en todo momento, sin dejar de tocarla ni un instante, observando sus reacciones, deleitándose con los esfuerzos que hacía para no gritar, para que nadie las escuchara. Era como si pretendiera matarla de placer. Las oleadas de calor comenzaron de nuevo, pero esta vez más fuertes, estaba tan cerca que quería gritar. Tomó una bocanada de aire y apretó a jessica con fuerza contra su cuerpo cuando sintió aquel espasmo, como si acabara de convertirse en una flecha que rasgara el aire con fuerza, y un gemido gutural se escapó de su garganta. Sus músculos se tensaron y taeyeon arqueó la espalda mientras se sujetaba a jessica con tanta fuerza que le pareció ver miles de colores explotando contra sus párpados cerrados.

 

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Comments

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ashleyurdiales24 #1
Chapter 23: Una historia muy buena, me sentí a gusto leyendola jaja me gustó mucho, gracias por compartirla y adaptarla al taengsic<3