12. ¿En qué piensas?

Besala tu Por mi
 

jessica recibió noticias de hyuna poco antes de la cena. Su amiga le decía que había logrado convencer al resto para hacer una excursión a Huelva. Miró el mensaje con los ojos entornados, sin saber cómo interpretar sus sentimientos encontrados. Por un lado, estaba deseando ver a hyuna. Le vendría bien distanciarse unas horas de su familia y de la confusión que le provocaba taeyeon. La noche del concierto lo había cambiado todo. De algún modo, su conversación y los juegos las habían acercado, y sentía que había sido ella misma. La jessica torpe pero bromista, sociable y risueña que a lo mejor hasta entonces taeyeon no conocía. Esto le hacía sentir cómoda. Dejar a un lado sus inseguridades. Quitarle un poco de hierro a la atracción que sabía que sentía por ella y simplemente disfrutar del tiempo que estaban juntas. Así, en los últimos días había pasado de repeler su compañía a buscarla de forma evidente.

taeyeon parecía haber experimentado una transformación parecida, como si ahora se sintiera a gusto a su alrededor. El día anterior lo habían pasado en la piscina, leyendo, bañándose y riéndose por tonterías. jessica estaba tan a gusto que incluso le incomodó un poco cuando los demás regresaron de la playa y se sumaron a ellas. Pero esta nueva sensación provocaba que no estuviera segura de desear que hyuna y las demás le hicieran una visita. Eso significaría tener que pasar un día entero con ellas y en su interior albergaba la esperanza de poder disfrutar de la compañía de taeyeon un poco más.

—¿Te ocurre algo? Estás muy seria —se interesó taeyeon al advertir que su gesto había cambiado— ¿Alguna mala noticia? —Señaló el móvil que jessica acababa de dejar sobre la encimera de la cocina.

Estaban preparando la cena. Ese día les tocaba a ellas y se habían decantado por un menú vegetariano. taeyeon confiaba en que estaría tan rico que los demás apenas notarían la diferencia.

—Nada, una tontería. Unas amigas mías, que planean venir a verme.

—¡Estupendo! ¿No?

—Supongo.

taeyeon picaba cebolla y empezó a llorar—. Mira, hasta yo lloro de alegría —bromeó—. ¿No te apetece que vengan?

—No mucho. Es decir, sí que me apetece, son buenas amigas, y fui yo quien les pidió que vinieran, pero ahora me da un poco de pereza —le confesó, aunque esperaba que taeyeon no le preguntara el motivo por el cual ya no le apetecía verlas. ¿Qué le diría entonces? ¿Es porque deseo pasar más tiempo contigo? No podía decirle algo así.

Sería absurdo. Se reiría de ella. O peor:

saldría huyendo, asustada.

Es hetero. Muy hetero.

A veces parecía olvidarlo.

—Bueno, ya verás como te diviertes cuando estés con ellas. Estoy segura de que será así.

—¿Te apetecería venir? —jessica se arrepintió tan pronto estas palabras escaparon de sus labios. Por supuesto que le apetecía su compañía, pero no estaba segura de si se sentiría a gusto con hyuna y las demás. A lo mejor era demasiado para ella.

—¿Lo dices en serio?

—Si no quieres, lo entiendo. Solo he pensado que…

—Claro que me apetece. Sería estupendo conocer a tus amigas —la interrumpió taeyeon con una sonrisa radiante, mientras mezclaba la cebolla con unos pimientos verdes—. Es decir, si tú quieres. No estás obligada a entretenerme.

—Eso ya lo sé.

—Bien, entonces cuenta con ello.

jessica sonrió complacida y se fijó en el perfil de taeyeon. Tenía una nariz preciosa y llevaba una coleta que le dejaba el cuello al descubierto. Le pareció que su piel era muy suave y sintió tentaciones de alargar la mano y rozarlo con las yemas de los dedos. Pero le turbaba tener estos pensamientos súbitos y desvió inmediatamente la mirada. A veces le resultaba imposible controlarse, en especial después de la noche del concierto. Había sido solo algo estúpido, un juego de niñas tontas, un reto absurdo, pero en aquel momento, al mirar a taeyeon, le dio la sensación de que en el fondo hablaban muy en serio. Aquella conversación no habían dejado de repetirse en su mente. Los labios partidos de taeyeon, como si de veras contemplara la posibilidad de besarla. Sus ojos onices, mirándola con

intensidad. ¿Y si así había sido? ¿Era real o se lo estaba imaginando?

Es hetero, jessica, joder, no lo olvides. ¿Y qué?, se preguntaba acto seguido, como teniendo un debate consigo misma. E inmediatamente se respondía: ¡Y mucho! ¡Recuérdalo! Que parece que se te ha olvidado… Entonces venían a su mente vivencias que había tenido con otras mujeres heterouales. Como Susana, con la que estuvo una noche y si te he visto no me acuerdo. Aunque le aseguró que había sido una grata experiencia. O Marisa, una compañera de universidad que solo buscaba amistad pero no tenía reparo alguno en incendiar la llama cada vez que notaba que jessica se alejaba de ella. Acabó cansándose de que la utilizara solo para mantenerla cerca. Y Marga, casada, infeliz en su matrimonio. Perdió el tiempo con ella dos años, hasta que se dio cuenta de que jamás dejaría a su marido. Con taeyeon no sería diferente. Está dolida por su ruptura, es verano, para ella es como un juego.

—¿Cómo va la cena? —Ricardo asomó la cabeza a la cocina y les sonrió. Los demás estaban en el jardín. La mesa llevaba varios minutos puesta y estaban esperando para comer.

—Ya casi está. Cinco minutos — anunció taeyeon.

—Bien, yo voy conteniendo a las fieras. Tienen hambre —bromeó

Ricardo.

taeyeon se limpió las manos en el delantal y sirvió la cena en una bandeja.

—¿Vamos? —le dijo—. Yo también estoy hambrienta.

jessica asintió y la siguió hasta el jardín, taciturna, y diciéndose a sí misma que debía cambiar de actitud cuanto antes. Sus pensamientos se estaban volviendo indomables y se sintió vulnerable, en peligro, como si estuviera haciendo malabarismos sobre un cable de metal. Tenía que poner solución a aquello cuanto antes y en ese momento no se le ocurrió mejor manera que aceptar la propuesta de su jefa.

Charo estaba esperando una respuesta y jessica había estado posponiendo el momento, pero el tiempo se agotaba. Tarde o temprano tendría que hacer esa llamada. Decidió que no dejaría pasar más tiempo. Mañana como muy tarde la llamaría.

***

La cena de aquella noche fue muy breve. Casi todos estaban cansados de la playa y decidieron retirarse a sus aposentos más temprano que de

costumbre. jessica se ofreció voluntaria para recoger la mesa y meter los platos en el lavavajillas. Se encontraba inquieta y desvelada. Además, como dormía en el salón, ya se había acostumbrado a que la casa se quedara en silencio antes de acostarse en el sofá torturador. Para su fortuna, con los días se había acostumbrado a aquel colchón y ahora ya podía descansar casi toda la noche sin interrupciones.

Conectó el lavavajillas y guardó el mantel en uno de los cajones. Eran solo las once de la noche, pero la casa ya estaba en silencio y le pareció el mejor regalo de todos. Le encantaba poder salir al jardín en esos momentos en los que nadie podía interrumpirla. Sentía que así conseguía ordenar sus pensamientos, que esos días notaba caóticos, incontrolados, por una buena causa. La presencia de taeyeon estaba siendo muy diferente a lo que había esperado. Cuando llegó a Huelva se imaginó un escenario distinto. Creyó que cada una haría su vida por su lado y se ignorarían convenientemente. Serían educadas, civilizadas pero distantes. Sin embargo, ahora se encontraba con que pasaba más horas en compañía de taeyeon que de los demás y cuando sus encuentros no se producían de manera natural, ella misma los provocaba.

Le costaba mucho poner orden a sus sentimientos, pero esa noche, sentada en una hamaca bajo las estrellas, con el único sonido de las ramas de los árboles por compañía, jessica hizo un ejercicio de introspección que le provocó alivio y pánico a partes iguales. taeyeon le gustaba. Mucho. Y no solo como amiga, sino como mujer. Empezaba a parecerle tan fascinante que un ovillo de sentimientos estaba creciendo de manera descontrolada en su interior y no tenía muy claro cómo frenarlo.

Asustada por sus propios sentimientos, se incorporó en la hamaca y suspiró hondo. Hacía una noche calurosa y necesitaba despejar la cabeza, así que fue hasta el salón, se puso un bañador y se lanzó a la piscina sin pensárselo dos veces.

El agua estaba fresca y tuvo un efecto inmediato en ella. Hizo varios largos sin detenerse, tocando una pared del extremo de la piscina y después la otra, así durante varios minutos en los que solo sacaba la cabeza para tomar aire. Cuando estuvo lo suficientemente cansada como para dejar de pensar, se detuvo y empezó a relajarse, su cuerpo flotando en el agua, las estrellas en el cielo, el momento perfecto. Empezaba a sentirse mucho mejor. Estaba segura de que esa noche dormiría como un bebé.

—¿Hay sitio para una más?

jessica no esperaba tener compañía, así que se sobresaltó en el agua. Cuando se giró, vio a taeyeon, sentada en el borde de la piscina. Tenía los pies y parte de las piernas sumergidas en el agua.

—Me has asustado.

—Lo siento, no podía dormir y he tenido la misma idea que tú.

—¿Vas a bañarte?

—Si no te importa…

Claro que le importaba. Estaba intentando distanciarse de ella… y ahora

taeyeon se presentaba allí con su bikini en tonos verde manzana que le quedaba estupendamente bien y le planteaba darse un baño nocturno con ella. Sintió que se le formaba un nudo en la garganta.

—Claro, de todos modos, yo ya me iba.

taeyeon se lanzó de cabeza a la

piscina y nadó hacia ella. jessica ya se estaba dirigiendo a la escalerilla para salir, pero ella se lo impidió.

—No, no te vayas —le pidió, agarrándola por el brazo y mirándola fijamente a los ojos. jessica tuvo la sensación de que podría hundirse allí

mismo. A taeyeon le sentaba francamente bien el pelo mojado, echado hacia atrás, y sus ojos onices parecían destacar como los de un gato en la oscuridad.

—¿Por qué no?

—Porque no. Quédate.

—Pero hace un poco de frío.

—Por favor.

No consiguió moverse de donde estaba. Quería irse, pero la mirada suplicante de taeyeon se lo impidió. Estaban tan cerca que en su interior crecieron las ganas de besarla sin su permiso. Simplemente acercarse y hacerlo. ¿Por qué no podía?

Porque es hetero. Y la hija de los mejores amigos de tus padres.

—¿En qué estás pensando? —le preguntó taeyeon, con una sonrisa misteriosa.

—En nada, ¿por qué?

—¿Seguro? A mí no me lo parece. Has puesto cara de estar pensando algo muy importante.

—¿Ah, sí? ¿Y cómo lo sabes? Apenas me conoces.

—Te conozco más de lo que crees. Eres un libro abierto, jessi —repuso taeyeon, alejándose un poco, nadando hacia el otro lado, mientras sonreía.

jessi, Era la primera vez que la llamaba así y le gustó tanto que deseó que a partir de entonces nunca la llamara de otra manera.

Se rio, sonrojada. Tal vez tuviera razón. A lo mejor era tan mala mintiendo que llevaba escrito en la frente aquel pensamiento: «Me apetece besarte».

—Ya que lo tienes tan claro, ¿Qué crees tú que estoy pensando?

taeyeon volvió a sonreír. Aquella sonrisa la estaba matando. Sintió ganas de decirle: «¡Para! ¿No ves que me estás matando lentamente? Deja de ser tan adorable».

—Si te lo dijera, perdería la gracia. Además, me gustaría que me lo dijeras tú —repuso taeyeon.

No estaban tan cerca como antes, pero sí lo suficiente para que jessica notara una extraña subida de temperatura en todo su cuerpo. Su parte racional le alertaba del peligro y le decía que se alejara, mientras que su instinto le impedía dar una sola brazada. Así que simplemente se quedó allí, flotando, los ojos de taeyeon retándola a que le dijera lo que estaba pensando. Como si de verdad quisiera escucharlo.

jessica respiró con dificultad. Tenía un nudo en la garganta y otro en el estómago.

—¿Y bien? —dijo taeyeon, esperando —. ¿Me lo vas a decir?

—Creo que esta noche te quedarás con las ganas —respondió, siguiéndole el juego.

taeyeon pareció un poco decepcionada. Esta vez nadó hacia la escalerilla, poniendo de nuevo distancia entre ellas dos. Colocó las manos en la barra, un pie en el escalón y salió lentamente del agua. jessica observó la escena fascinada.

—Bueno —dijo entonces taeyeon escurriéndose el pelo y colocándose la toalla en la cintura—. Si cambias de opinión, estaré esperando. Buenas noches, jessi. Que descanses.

—Buenas noches, tae.

Y dicho esto, desapareció en el interior de la casa.

jessica se quedó un rato más en la piscina, desordenada, mirando las estrellas y preguntándose qué era lo que acababa de suceder. ¿Sabía taeyeon lo que había estado pensando o se esperaba cualquier otra cosa? ¿Aquello había sido un flirteo? Así se lo parecía, pero no podía estar segura.

 

Cerró los ojos, sumergió la cabeza y buceó hasta la escalerilla. Empezaba a tener frío y necesitaba una ducha, aunque sabía, incluso entonces, que al final su baño no había servido de nada. No pegaría ojo en toda la noche, dándole vueltas a lo que acababa de suceder en la piscina.

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Comments

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ashleyurdiales24 #1
Chapter 23: Una historia muy buena, me sentí a gusto leyendola jaja me gustó mucho, gracias por compartirla y adaptarla al taengsic<3