La Pianista

Take Me Away

 

 

 

 

El detective Shun ha recopilado varias hipótesis, la más acertada es que la joven fue secuestrada, en una ágil movida de los que la secuestraron, al ser la única que estaba sola en el salón, lejos de la oficina del Obispado y de la vista de los demás, y con la rapidez del acto la joven al resistirse intentó soltarse y la noquearon, rasgando su vestido y rompiendo las 2 teclas del piano, pero por más que lo piensa no puede acertar la teoría. No hay razón contundente para su hipótesis, ¿cómo es posible que una estrategia de secuestro haya salido tan bien que no haya dejado pistas?, y más aún ¿Quién la secuestró? ¿Por qué?, en un pizarrón de la oficina que está lleno de papeles marcando la hipótesis solo hacen poner más nervioso al detective, con las mangas de su camisa arremangadas en el oscuro lugar solo alumbrado por una gran lámpara se pregunta cómo continuar con hasta ahora su más complicado caso, es la primera vez que le toma tanto tiempo un caso y que no puede cerrar. El Detective Shun entonces decide investigar mejor la personalidad de la joven, lo que hacía, lo que decía, con quién se frecuentaba, etc. El primer lugar sería a la madre de la desaparecida.

La Joven Meisa, aún atrapada en el piano, ha logrado reconocer cierta presencia nueva, una presencia que no había estado desde que está encerrada, la luz que la mantiene con vida la hace estar satisfecha, no siente hambre ni suciedad, ella está viva, radiante y latente, pero está encerrada, algo ha logrado experimentar en su encierro, y es la presencia de seres nuevos en los lugares que ella frecuentaba, se pregunta quién es ese joven, logró reconocer que la presencia es masculina también.

 

 

 

Meisa – ¿Quién vino a la capilla?

Voz Misteriosa - ¿Qué?

Meisa – Alguien vino a la iglesia y tocó el piano, es un chico, tocó una melodía con los mismos acordes de las que yo tocaba, logró sentir mi presencia, pero se asustó al sentir TU presencia y se interrumpió.

Voz Misteriosa – No se asustó, él quiso seguir tocando, pero no logra completar bien el acorde, si lograba tocar bien hasta el final del himno quizás lograba reconocernos.  ¿Cómo supiste vos que había alguien tocando el piano?

Meisa – La soledad te ayuda a pensar muchas cosas, y lográs reconocer las presencias, sean buenas o malas, ese joven logró sentir algo, él es el que  tocó el piano, tiene que seguir tocando, tiene que perfeccionarlo, ¡tiene que tocar el himno a la perfección para poder librarme! ¡Él tiene que salvarme!

 

El detective (Oguri) Shun llega a la casa de la Pianista, un lugar cálido pero con una fuerte presencia de felinos, que vienen a recibir al detective mientras maúllan en busca de cariño, porque la comida la llevan los vecinos del barrio, como una muestra de apoyo para la madre internada de la Pianista, el detective logró los papeles necesarios que autorizan su entrada a la abandonada casa, abandonada por humanos, habitada por gatos de todos los colores, Shun no inspecciona el living, entre fotos de la pianista y su madre y uno que otro gato, y se dirige a la habitación de la desaparecida, el cuarto ordenado pero con algo de polvo al no haber mantenimiento sugiere a una chica que estudiaba inglés, por los libros en la mesa, y que tenía cierto gusto por el color morado. En las fotos de su escritorio ve a varios amigos, algunos de ellos se los había entrevistado, en caso de que tuvieran información valiosa para dar con el paradero, otros son personas no llamadas a declarar, en especial 3 personas que aparecen en muchas de las fotos, y que no figuraban en la lista de testigos, ni de posibles testigos, el detective tiene trabajo para hacer.

 

 

 

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
No comments yet