Teclas Rotas

Take Me Away

 

 

 

Meisa – Alguien se dio cuenta de mi existencia.

Voz – El Joven pianista ese que te reemplaza.

Meisa –Con mirada subestimando a la voz- Dejá de fingir que no sabés mi mente, ¿quién es la persona que busca mi paradero?

Voz – No puedo decirlo.

Meisa – Es el tipo que estaba con el Pianista la última vez que intenté comunicarme. Él descubrió el himno. Uno de ellos tiene que tocar el piano para poder liberarme.

Voz – Estás cada vez más atenta a los movimientos de las personas que están pensando en vos, antes solo pensaste en tu familia y amigos, ahora solo pensás en esos seres que te pueden liberar, sean quién sean.

Meisa – Vos mismo lo dijiste, cada vez estoy más atenta, dejá de hacerme creer no pienso en los demás, estoy segura que mi gente intenta ayudar. Pero en el mundo hay personas más capacitadas que otras, y podrán ayudarme con su inteligencia, no es una cuestión egoísta, la próxima vez que toquen el himno, lograré comunicarme bien con ellos.

Voz - ¿Cómo vas a hacerlo?

Meisa – Esperá que toquen el himno en el piano y verás.
 

 

 

El detective y el pianista vuelven a la capilla, a tocar el piano de nuevo, el pianista está nervioso por el himnario, pero es valiente y se sienta para tocar, el detective se para frente al piano cara a cara con Jin. Jin tantea las teclas para ver que todo esté afinado, pero hay una tecla que no suena, la de al lado tampoco suena, son las teclas que él toca y siempre erra en la melodía del himno.

 

 

 

Jin – Hay que arreglar estas dos teclas, son las que no me dejan continuar comunicándome con Meisa.

Shun – ¿Dónde conseguimos un afinador de pianos?

Jin – Intentaré arreglarlo primero yo, nunca pensé que estarían rotas.

 

 

Fijándose en el interior del piano ven que no hay cuerda rota, se miran escépticos, o sea que es algo surreal. Cuando Shun estira el brazo para ver si las cuerdas están efectivamente arregladas de repente y bruscamente se cierra la tapa del piano, causando el asombro de los dos hombres en la capilla, Jin rápidamente se levanta de un salto ante la inesperada surrealidad de que el piano solo se cerró. Shun mira con mas confianza y piensa en abrir la tapa de nuevo, lentamente ante la mirada de Jin, Shun se acerca al piano meticulosamente para abrir la tapa de un tirón, al momento que estira la mano para agarrar la tapa sale volando de un tirón hacia atrás por una ráfaga de viento…

 

 

Meisa –Hablándole a la voz misteriosa- ¡¿Qué estás haciendo?!

Voz – ¿Que creés que hago?, trato de que no me descubran.

Meisa – ¿Cómo sabés que te iban a descubrir?, ni siquiera te conocen, querés que nadie se entere de tu existir pero solo das más señales de vida a los humanos.

 

 

La voz no responde a nada esta vez, Meisa ganó esta plática.

 

 

Meisa – Si no querés que te descubran no hagás mas nada, dejá que yo controle esta situación.

 

 

Mientras tanto…

 

 

Shun – Levantándose del suelo- ¿Qué pasó?

Jin – Esta vez si ví que lo empujó, una ráfaga de aire caliente lo tiró hacia atrás bruscamente, ¿ese piano está poseído o qué?, ya no importa si esto es surreal o no, voy a tocar el himno entero, Detective, póngase en guarda por si intenta empujarme de nuevo.

 

 

Jin se acomoda el cuello y hace tronar los dedos, el detective algo asombrado de la actitud del joven pianista recapacita rápidamente y se prepara para atajarlo en caso de que vuelva a salir expulsado misteriosamente.

Jin se concentra y empieza a tocar el piano otra vez, Meisa identifica esta vez el objetivo y se prepara para la comunicación, la voz también empieza formar el aura, Jin queda de nuevo atónito ante la mirada del detective, que se adelanta y lo toma de los hombros, el piano suelta un aura gris pero los muchachos no se alarman. La comunicación sucede, la voz esta vez parece reprendida, una ráfaga está por venir ferózmente.

 

 

Meisa –hablándole a la voz misteriosa- No! No hay nadie que te descubra.

 

 

Jin hace un sonido seco con la boca y logran encontrarse cara a cara en medio de la nubosidad gris que se vuelve blanca lentamente, ambos se miran mutuamente, Meisa luce segura y decidida, Jin luce atónito y distante.

 

 

Meisa - ¿Tu nombre es Jin?

Jin –muy titubeante- si.

Meisa - ¿Vos estás tocando el piano?

Jin –con mas decisión- sí.

Meisa – Escuchá con atención, porque solo lo diré una vez.

 

 

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