( once años más tarde ).

Para algunas personas, no siempre las cosas salen cómo lo desean. 
En una solitaria residencia, ubicada en un barrio privado de la ciudad de Seúl. En una zona dónde vivía gente que fácilmente, podía encasillarse cómo de clase alta, adinerada. 
Allí se hospedaba Hwang Miyoung, o cómo la mayoría le llamaba, "señora Hwang". Una cuarentona, viuda, con tres hijos, que había dedicado casi toda su vida a su difunto esposo y al "negocio" que con tanto esfuerzo habían sacado a flote, desde antes que inmigraran de China a Corea. 

Todo había comenzado cuándo eran simples jóvenes, Jian Li y Mi Young, se conocieron en la preparatoria en Estados Unidos. En aquel tiempo, el entonces muchacho ni siquiera tenía planes futuros para su vida. Pero el amor entre estos dos, creció rápidamente. 
Siempre que existía oportunidad, se veían a escondidas en la biblioteca, ya que los padres de Mi Young o Stephanie, cómo la llamaban en América, eran demasiado rectos, autoritarios. 
Finalmente cuándo cumplió la mayoría de edad, a pesar de que su relación con Jian ya era pública y de total conocimiento para los padres de ambos; el padre de Stephanie no se encontraba conforme y tenía mucha desconfianza del muchacho Chino. 
Así iniciaron los problemas, el no dejar a la chica salir y ponerle todo tipo de límites, impidiendole vivir, sin más. 

Fue entonces que Jian le contó acerca de un trabajo que había conseguido, pero debería viajar de regreso a su país natal. 
Inconsciente de las consecuencias que después destacaría, Stephanie decidió escapar; aquella misma noche en la que deberían asistir al baile de graduación, Jian y ella se fugaron. Una torpe joven enamorada que no medía la gravedad de sus actos, le costó toda una vida de soledad y miseria. 

Años más tarde la pareja se casó y acorde al tiempo, tuvieron a su primer par de hijos, mellizos. Durante el embarazo, Jian fue muy adorable y consentido con Stephanie, pero luego de que sus hijos nacieran y crecieran, las cosas comenzaron a cambiar. 
Él jamás dejó de brindarle su amor a los niños, pero si era notable su falta de atención para con su esposa, llegadas tarde a casa y no sabía mucho acerca de su trabajo, ya que ese tema era el que menos se tocaba a la hora de la cena. 
Mi Young vivía buscando el cariño de su esposo, cuándo estaban en la cama, pero lo único que había llegado a conseguir con el tiempo era sentirse cómo un objeto. 
Jian comenzó a tomarla como un objeto y tener o con el cuerpo de la mujer incluso cuando ella no sentía ganas, a él sólo le importaba satisfacer sus necesidades. 
No estaba de más escarbar más, era obvio que él salía con otras mujeres, sus amantes. 

Un hombre de poder, sospechosamente demasiado respetado en la ciudad, que tenía una vida oculta por las noches y por el día fingia ser bien esposo y padre. 
Una tarde mientras él no se encontraba en casa, Mi Young se escabulló a su despacho y comenzó a revisar todos sus papeles, los cajones, etc. No buscaba pruebas de su infidelidad, no las necesitaba para ssber, pero si halló algo peor, algo de lo que no creía fuese capaz. Jian era narcotraficante, para ser precisa, por los documentos que había encontrado, todo indicaba que él tenía un alto cargo o simplemente era el jefe. 

Así que cuándo regreso a casa, ella lo enfrentó y amenazó indirectamente; por supuesto no fue del agrado del hombre. Pero entonces él cedió a lo que sea que su esposa quisiera. 
La mujer por su parte, pidió adentrarse en el negocio y encargarse de las finanzas, estaba muy cansada de pasar tiempo sola en la casa y necesitaba algo que hacer, también pidió un gran porcentaje de las ganancias y toda la riqueza de Jian sería heredada solamente a sus hijos con ella, por las dudas que dejará embarazada a una de sus zorras. 
Meses más tarde, Stephanie volvió a quedar embarazada, a raíz de esas sesiones uales en las que su esposo la tomaba a la fuerza. 
A veces su mente quedaba en blanco, tal vez el amor se había ido de su hogar, tal vez el amor no estaba hecho para ella. Pero lo que jamás había pensado, era en la posibilidad que el amor estuviese en otra parte. 

Una secuencia se repetía a través de sus sueños. Una adolescente cruzando la avenida y chocando de frente con ella. Mi Young no alcanza a ver su rostro, le grita y la contraria sale huyendo. 
Pero al despertar, aun siente el perfume de sus cabellos, la sensación de haber visto su sonrisa y un sentimiento cálido y acogedor que la lleva a la paranoia. 

"¿Quién eres?".