CAPITULO 5

Te amo , luego existes

CAPITULO V

 

En mi caso, vivir sola no era el resultado de una elección personal.

Siempre me ha costado intimar, ir más allá de una relación cordial y sin complicaciones. Nunca he sido ese tipo de persona que se acomoda fácilmente

a compartir piso con cualquiera; envidio sinceramente a aquellos a los que no les importa llegar a casa y charlar sin problemas con gente a la

que apenas conocen y a la que probablemente no echarán en falta el día que el destino las separe. Sin duda,la vida resulta más sencilla si eres capaz de vivirla sin conceder tanta importancia a las cosas.

¿Qué es lo que hace que una persona nos parezca diferente a todas las demás? No soy capaz de definirlo.

¿Puede ser un modo de sonreír, la forma de caminar? Muchas veces tienes a alguien a tu alrededor,desviviéndose en vano por agradarte, y

sin embargo caes sin resistencia alguna ante una persona que no ha hecho ningún esfuerzo por merecerlo.

Me estoy liando y no sé muy bien si entiendes lo que pretendo decir. Sólo quería que supieras que nunca había sido tan feliz como lo fui durante el tiempo que estuviste en mi vida.

                                                                                               ***

Pasé el día siguiente consumida en una hoguera de incertidumbre. A ratos conseguía convencerme de que mi anfitriona había intentado seducirme con su exhibición, ¿acaso no había tardado una eternidad en salir de la ducha? ¿Y qué decir de su “inocente” petición de que le extendiera la crema por la espalda? Sí, podía pensarse sin ser una ilusa que había esperanzas. Pero entonces recordaba que Tiffany no sabía que yo era lesbiana, y que por tanto su comportamiento bien podía deberse simplemente a la estrecha unión que sentía conmigo, unión que nunca traspasaría los límites que tanto daño me hacían.

El regreso de Nichkhun a media tarde del domingo me dejó llena de pesadumbre. Nunca me había sentido tan desgraciada como en el momento en el que, a modo de saludo, sus labios rozaron los de mi amada por un instante fugaz. Mientras volvíamos a Madrid, presa de una ira irracional contra todo y especialmente contra mí misma, me juré que esa misma noche pondría el punto y final a la historia: aprovechando el final de curso pediría el traslado a otro instituto, lejos de la tentación y de toda aquella historia que amenazaba con volverme loca. Tenía mil razones válidas para hacerlo, y por el contrario no era capaz de imaginar ni una sola que me indujera a obrar de otra forma. Sabía que me dolería renunciar a Tiffany, pero el tiempo lo cura todo y nada podría ser peor que la ansiedad que crecía día a día en mi interior.

Sin embargo, y como ya me había pasado más de una vez desde que la hermosa profesora de Matemáticas entró en mi vida, todo giró por completo con una simple frase. Estábamos de nuevo frente a la puerta de mi casa, el fin de semana tocaba a su fin y la realidad volvía a imponer su presencia sin compasión alguna. Tras dar un par de besos a Nichkhun, saqué mi equipaje del portamaletas y me dirigí hacia el portal de mi casa. Entonces, Tiffany, que se había bajado del coche para ayudarme, dio un par de pasos hacia mí, y cuando estuvimos lo suficientemente lejos de su marido, al mismo tiempo que apretaba mi brazo con afecto casi susurró a mi lado:

—Gracias una vez más.

—¡Qué tontería! Yo también lo he pasado muy…

—Hacía mucho que no me sentía tan cerquita de alguien.

Habrá quien piense que hago un mundo de una niñería, porque eso fue todo. Me puse tan nerviosa que, tal vez un poco abruptamente, metí la llave en la puerta y desaparecí de su vista.

Luego, en la soledad de mi apartamento, intenté analizar lo sucedido.

¿Había un segundo sentido en las palabras de mi amiga? Siendo estrictos, podían ser inocentes, pero lo había dicho entrecerrando los ojos de una forma que me había traspasado. ¿Eran sólo imaginaciones mías? Podía ser, era plenamente consciente de que, en lo que a Tiffany se refería, ni mucho menos conseguía ser racional. Porque también podía suceder lo contrario, que mi amiga llevara mandándome señales desde hacía meses y yo me estuviera negando a reconocerlas, privándome así a mí misma de lo que llevaba tanto tiempo deseando.

El probador, la invitación a su casa, la velada bajo las estrellas… ¡y la inolvidable ducha! ¿No debería confesarle a Tiffany mis sentimientos?

Mejor sería salir de dudas que pasar el resto de mi vida reprochándome mi cobardía. Aunque hubiera sólo una posibilidad entre mil, debía apurarla con decisión y honestidad. Sí, eso haría, elegiría el momento oportuno y jugaría mis cartas lo mejor posible. Si fracasaba, pediría ese cambio de destino que entonces estaría plenamente justificado; si tenía éxito… ¡estaba tan nerviosa que me negaba a pensar en ello, no fuera a atraer la mala suerte de tanto recrearlo en mi imaginación!

                                                                                        ***

Por desgracia, una vez más desoí mis propios consejos, y después de pasar horas en vela planificando la mejor estrategia, acabé tirándolo todo por la borda y actuando de un modo impulsivo y precipitado.

Y eso que durante toda una semana conseguí reprimir mis deseos de abrazarla, de besar su cuello y acariciar sus manos de dedos largos y delgados.

Sabía que, en un caso tan delicado, de la adecuada elección del momento dependía buena parte del éxito de la empresa. No sólo se trataba de que Tiffany nunca hubiera besado a otra mujer; para complicarlo más yo era una compañera de trabajo, alguien a quien tendría que seguir viendo día tras día independientemente de cuál fuera el resultado de mi asalto.

¿Por qué, entonces, si era tan consciente de que debía ser cauta, fui incapaz de seguir el plan trazado?

Supongo que estaba tan enamorada que actué con el corazón y no con la cabeza.

Por otra parte, había algo que me preocupaba enormemente: parecía obvio que el matrimonio de Tiffany atravesaba, si no una crisis, al menos sí un período de desencanto. ¿Y si, mientras yo aguardaba el momento oportuno, la chispa volvía a surgir y me negaba entonces cualquier posibilidad? Sería para tirarse de los pelos fracasar por mi falta de decisión.

Creo que ese temor fue el que indujo a lanzarme al vacío aquella mañana en la que, un día antes del final de curso, dos golpes suaves en la puerta de mi despacho me interrumpieron mientras corregía los últimos exámenes.

—Adelante, la puerta está abierta.

El rostro sonriente de Tiffany me produjo un regocijo que, de tan intenso, llegaba a ser preocupante.

—¿Te molesta si me quedo aquí a corregir mis ejercicios? Hay una reunión en mi departamento y arman un ruido insoportable.

—Claro que no. Hazte un sitio y ponte cómoda.

Sin hacerse de rogar, Tiffany se sentó frente a mí al otro lado del escritorio. Estaba preciosa, con unos vaqueros ajustados y una blusa que dejaba sus suaves brazos al descubierto.

Durante un rato, las dos nos dedicamos en silencio a nuestra tarea. La llegada del fin de curso me parecía una buena señal: sin duda sería el mejor momento para actuar. Una tarde quedaría con ella en algún sitio tranquilo, charlaríamos, la invitaría a tomar una copa de vino — sabía lo mucho que mi amiga se relajaba en cuanto probaba el alcohol—, y ya no me quedaría más que cruzar los dedos y confiar en la suerte… y en mis encantos.

—¿Tú crees que los alumnos nos escuchan cuando hablamos? —pregunté mientras ponía un cero en un examen—.

Gómez cree que Cervantes es el autor de

El Lazarillo de Tormes , y que “va de un ciego que siempre tiene mucha hambre”.

Tiffany se rió a carcajadas desde el otro lado de la mesa. Llevaba el pelo recogido en una coleta, y yo no podía dejar de apreciar lo delicado y esbelto que parecía su cuello a la luz del flexo que nos iluminaba. Mi amiga me gustaba de cualquier forma y a todas horas, pero cada vez que se recogía el pelo sentía un rebullir en mi estómago que no conseguía explicarme. Tampoco podía evitar, cada vez que la miraba, detenerme unos segundos en la contemplación del majestuoso volumen de sus senos, tal vez demasiado evidente para las mojigatas costumbres de nuestro instituto.

—¿Y qué me dices de éste? —

contratacó mi amiga levantando en el aire un folio lleno de correcciones en rojo—. ¡Es buenísimo, escucha!

Cuando trabajo durante mucho tiempo seguido, a veces tengo la costumbre de sentarme sobre una de mis piernas, dejando media silla vacía. Por eso pudo Tiffany levantarse de su sitio, venir hacia mí de un salto… y sentarse a mi lado en la media silla que quedaba libre. De pronto y sin haberlo imaginado, estábamos otra vez tan juntas que podía sentir la tibieza de su cuerpo junto al mío, nuestros hombros tocándose, su rodilla izquierda descansando sobre mi muslo derecho.

—Problema —leyó mi amiga, aparentemente ajena al efecto que su cercanía causaba sobre mí—: Dos ciudades A y B distan 300 km entre sí. A las 9 de la mañana parte de la ciudad A un coche hacia la ciudad B con una velocidad de 90 km/h, y de la ciudad B parte otro hacia la ciudad A con una velocidad de 60 km/h. ¿Cuánto tardarán en encontrarse? Respuesta: poco porque la distancia es muy corta.

Las dos nos reímos por la ocurrencia. Al hacerlo, sus senos oscilaron tan cerca de mí que me parecía sentir su presión sobre mi antebrazo. Notaba el calor de su piel sobre la mía, me mareaba aspirar su aroma a fresas frescas y excitantes. Mi pulso había duplicado su cadencia y padecía la conocida sensación de no conseguir respirar adecuadamente, como si tal actividad hubiera dejado de ser involuntaria para convertirse en algo que requiriera de todo mi esfuerzo y concentración.

—¿De verdad pensará que tiene opciones de aprobar?

Las dos habíamos vuelto la cabeza para mirarnos en un gesto de complicidad, y de pronto estábamos tan

cerca que podía notar su aliento sobre mi boca. Incapaz de controlarme durante más tiempo, me bastó con inclinarme un par de centímetros hacia ella para que nuestros labios se rozaran levemente.

Fue un beso tierno, sutil, apenas insinuado, un beso que a mí me transportó al paraíso pero que hizo que

Ángela arrugara la nariz y frunciera el entrecejo.

—¿Qué haces?

Mi amiga parecía extrañada, pero no se movía ni hacía nada que terminara de decantar la partida hacia un lado o el otro. Por toda respuesta, notando que el corazón se me salía del pecho y que toda mi felicidad futura dependía de los siguientes treinta segundos, volví a inclinarme hacia ella y la besé de nuevo.

Esta vez, fue un beso más prolongado. Cumpliendo un deseo que me quemaba desde hacía meses, recorrí sus labios con los míos, los mordisqueé con ternura, traté de insinuar mi lengua con cautela…

Tiffany se levantó bruscamente. No parecía enfadada, pero tampoco daba muestras de que aquello le agradara.

Durante unos segundos, las dos nos miramos en silencio, ella quieta y como a la expectativa, yo aterrada por lo que pudiera venir a continuación. Podía apreciar cómo subía y bajaba agitado su pecho, sabía que debía decir algo que rompiera aquel ominoso silencio, hacerla ver que yo seguía siendo la misma persona en la que podía confiar y que daría cualquier cosa por hacerla feliz, conseguir que entendiera que no había nada malo ni pecaminoso en mi anhelo de traspasar a su lado la frontera que separa la amistad del amor verdadero.

—Yo… —empecé a balbucir confusamente—, pensé que…

—Será mejor que termine de corregir los exámenes en mi departamento.

—Escucha Tiffany, por favor… vamos a hablarlo.

Antes de que pudiera darme cuenta, mi amiga había cogido los ejercicios que le faltaban por revisar y había salido precipitadamente de mi despacho.

Durante unos segundos me quedé inmóvil sobre la silla, incapaz de reaccionar. ¿Debía seguirla y tratar de arreglar aquel desastre? No podía creer mi torpeza, ¿en qué estaba pensando?

¿De verdad había creído que todo sería tan sencillo? Hubiera dado cualquier cosa por poder volver atrás en el tiempo y borrar los últimos diez minutos. Esa misma mañana, mientras me vestía para ir al instituto, tenía esperanzas, ilusión por el futuro; ahora, sólo me quedaban la derrota y la humillación más absolutas.

¿Cómo había podido convencerme de que una mujer heteroual podía sentirse atraída por mí? Mi propia candidez me irritaba y me producía deseos de llorar a un tiempo. Lo único que podía hacer era dejar que las aguas se calmaran y, al día siguiente, tratar de disculparme con Tiffany y procurar al menos salvar su amistad.

Ésa era una cuestión interesante. ¿De verdad podría conformarme con ser su amiga? Más bien, me inclinaba a pensar que con ella sólo me bastaba tenerlo todo, y que si eso era imposible lo mejor sería cortar cualquier tipo de relación. Ser consciente de ello me transmitió una calma inesperada, pero también me sumió en una tristeza estremecedora.

 

Hola!!!! 

Siento el no haber actualizado , pero los estudios me atormentan , aparte de muchas cosas tengo vida tambien kekeke , pero bueno nose cuantos capitulos actualizare pero lo hare 

Bueno espero que lo disfruten , a cierto esta historia la estare actualizando por wattpad pasense por ahi keke bueno las dejo cuidense 

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Comments

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czankx #1
Chapter 12: It's weird, is this base on someone's real life story? That was. Sudden death, Tiffany just finally decided to be with Taeyeon and was about to talk to Nickhun about choosing her, but ends up dying, it's unfortunate event.. It's supposed to be Taeny ending but ends up TaengSic, whoever has this true story, it's very unfortunate huhuhae
Janamm #2
Chapter 12: Hi you author. Usually I don't write any comments for any story. But here I m writing to you. Sorry but ending story was poorly very bad.. I want to say lots of things to u. But I can't. Ur writing skills are amazing. But I just don't like story ending. In real life mostly things happen negatively. But atleast in fiction we should get nice ending. Bye bye
Judithp
#3
Chapter 12: T_T ya decía yo que esto pintaba con un final triste <\3
Judithp
#4
Chapter 10: Porque la dejas asi!!! T_T esto es tan hilirantee :c pobre tetee <\3
leyling22
#5
Chapter 10: La uni consume mucho tiempo, espero te valla bien...
Me la relei de nuevo para agarrar el hilo de la historia, gracias por volver y actulizar. Esperando la proxima actualizacion :)
Luaniita #6
Chapter 8: Hola!!! , Si lose desaparecí no tengo excusas pero la u me consume por completo , pero ya estoy aquí dispuesta a darles los capítulos que faltan , hoy en la noche estare actualizando esperenlo con ansias
sone009_ #7
Por favor actualiza!
pilargutierrez #8
Chapter 8: Actualiza pronto por fabor
TaenyCol22 #9
Chapter 8: Espero que todo termine bien :(