CAPITULO 3

Te amo , luego existes

Créeme si te digo que nunca intenté engañarte. Hubiera querido sentarme a tu lado, hablarte y explicarte muchas cosas, pero tuve miedo. Era tan maravilloso llegar por las mañanas y ver tu rostro sonriente, me llenaba de tal modo verte alegre y saber que yo era en parte responsable de esa alegría, que me sentía incapaz de renunciar al privilegio de tu compañía, y por eso me quedaba quieta, en la sombra, recogiendo las migajas de afecto que pudieras entregarme…

                                                                                            ***

 Durante unos meses todo siguió igual. Yo ocultaba furiosamente mis sentimientos y nuestra amistad se consolidaba día a día, sin que Tiffany pudiera sospechar que su inocente compañera de trabajo era en realidad una espía que hacía todo lo posible por enterarse de hasta el más mínimo detalle de su vida privada. Sin embargo, todo era en vano. A pesar de la intimidad que nos unía, mi amiga era muy celosa en cuanto a su vida conyugal. Eso, unido al temor que yo tenía a delatarme, hizo que poco o nada descubriera sobre sus presuntos problemas con el odioso Nichkhun. Sí, ya no podía ocultarme tampoco eso: odiaba a Nichkhun. Sentía unos celos terribles hacia él, que tenía a su lado sin ningún esfuerzo lo que yo anhelaba con toda la fuerza de mi corazón. Era la historia de mi vida, nunca había tenido suerte en el amor y para colmo me quedaba prendada de una mujer que estaba prohibida para mí, tanto por su orientación ual como por su estado sentimental. Era irritante, y desde luego lo más sensato habría sido poner distancia entre las dos pero, ¿cómo conseguirlo cuando nos veíamos a diario en el trabajo? ¿Qué explicación podría darle a Tiffany para dejar de tomar café con ella, para no ir de compras juntas o para no sentarnos a charlar en los descansos entre clases? Supongo que podría haberle confesado directamente mi problema, pero lo cierto es que fui débil, a medias por temor a la reacción que pudiera causar en el instituto mi salida del armario y a medias por el dolor que me producía el pensar en renunciar a su compañía. Las semanas pasaban, el fin del curso se acercaba y yo no había sido capaz de cumplir ni una sola de las promesas de prudencia que me había hecho a mí misma en la soledad de mi habitación, la noche en que había visto a Tiffany probarse una falda capaz de provocar un cataclismo. Del mismo modo, tampoco supe decir que no cuando, un viernes, mi amiga me propuso salir a dar una vuelta por Madrid, aprovechando que su marido tenía planes. Aunque una vez más me dolió constatar que yo era el comodín utilizado cuando Nichkhun la dejaba de lado, para rechazarla hubiera necesitado una fuerza de voluntad que desde luego estaba lejos de poseer.

 

                                                                                   ***

 Había puesto todo mi empeño en estar guapa esa noche, pero cuando vi aparecer a Tiffany comprendí que cualquier intento de hacerla sombra era ridículo. Lucía un vestido negro que había elegido en una tarde de compras junto a mí, y nunca me había parecido tan perfecta: se había hecho un recogido en su melena rubia y su cuello, esbelto y elegante, me pareció tan delicioso como sus suaves y desnudos hombros. —Estás muy guapa —la elogié,considerando que entre amigas no estaba fuera de lugar. —Tú también, ¡y qué piernas tan morenas! Agradecí en lo más profundo de mi ser su cumplido. Quizá era lo único en lo que podía aventajarla: en cuanto me dan los primeros rayos de sol mi piel adquiere un agradable bronceado del que había intentado sacar partido con unos pantalones cortos que dejaban una generosa porción de mis muslos al descubierto. —¿Damos un paseo hasta la Plaza Seul? Con tal de estar junto a Tiffany, me daba igual estar en la Plaza Seul que en un polígono industrial, de modo que sin oponer resistencia me dejé conducir por mi amiga. Paseando despacio, deteniéndonos en las tiendas repletas de turistas y sin dejar de charlar, nos dirigimos después hacia Ópera, deambulamos por los alrededores del Palacio Real y nos paramos en un par de ocasiones a escuchar a los músicos callejeros que pueblan las calles céntricas de la capital. A pesar de que aún no había llegado el verano, el calor en Seul era intenso aquella noche, y después de un par de horas de paseo, Tiffany se colgó de mi brazo y me suplicó un descanso que yo también deseaba, de modo que, sin pararnos a pensar demasiado, decidimos entrar a cenar en el primer restaurante que encontramos. Un mâitre muy ceremonioso nos condujo a una mesa exquisitamente presentada, y mientras un camarero nos servía unos apetitosos aperitivos, otro nos entregó una de esas cartas en las que resulta endiabladamente difícil adivinar qué es lo que estás a punto de comer. Sin duda, nos habíamos metido en un sitio caro, pero la ocasión bien lo merecía, y nuestros sueldos de profesoras nos permitían esos pequeños lujos de cuando en cuando. —¿Te gusta el sitio? —pregunté apenas nos tomaron nota. —Sí, es muy bonito. Tal vez un poco… serio, ¿no? Un poco sorprendida por la mirada traviesa de mi amiga, miré a mi alrededor y enseguida supe a qué se refería Tiffany. Yo no había estado allí en mi vida, y sólo al azar —y al calzado de Tiffany— se debía que hubiéramos entrado en aquel restaurante, pero lo cierto era que habíamos acabado en un sitio íntimo, ideal para un encuentro romántico. De hecho, había un par de velitas en nuestra mesa, sonaba una agradable música de fondo y todos los clientes eran parejas en actitud muy acaramelada. Un ligero escalofrío me recorrió por dentro al darme cuenta de dónde nos habíamos metido. Tristemente, yo hubiera elegido ese restaurante entre mil para cenar a solas con Tiffany, pero tal vez mi amiga no lo viera de aquel modo. Estaba a punto de preguntarle si prefería buscar otro sitio, cuando su pregunta, hecha con picardía y en un tono divertido, me dejó de piedra: —¿Tú crees que pensarán que tú y yo…? Sin poderlo evitar, me puse terriblemente colorada, y sólo gracias a la tenue iluminación mi desconcierto le pasó desapercibido a mi acompañante. —¿Qué? —pregunté, tragando saliva con dificultad y fingiendo que no entendía qué quería decir. —Ya sabes, que si pensarán que somos… pareja. Entonces, guiñándome un ojo, Tiffany extendió su mano derecha y, durante unos maravillosos segundos, la puso encima de la mía. Como si hubiera sufrido una sacudida eléctrica, eludí su caricia justo cuando el camarero se acercaba con una botella del mejor vino blanco de la carta. —Vaya, ¿me das calabazas? — siguió ella con la broma cuando de nuevo estuvimos solas—. Me rompes el corazón. —¡Qué tonta eres! De pronto me sentía incomodísima. Era evidente que Tiffany estaba haciendo aquello sin ninguna maldad, pero lo que para ella no significaba nada para mí resultaba cruel y delicioso a un tiempo. ¡Me habría sentido tan feliz si hubiera podido tener mis dedos entrelazados con los suyos durante el resto de la velada! Pero no me engañaba: mi amiga estaba más pendiente del primer plato que de mis encantos. —Este vino está delicioso, ¿brindamos? Intentando ocultar mi pesadumbre, alcé mi copa y la hice chocar con la suya. —Por nosotras, las mejores amigas —me clavó una daga más sin saberlo. —Por nosotras. —Pues no sé tú, pero yo a veces pienso que mi vida sería mucho más sencilla si fuera lesbiana.

 —¿De… de veras? —conseguí articular tras estar a punto de derramar el vino sobre el inmaculado mantel. —Sin duda. Los hombres son tan poco comunicativos… mi marido me resulta a veces exasperante. —¿Sigues de morros con él? El primer plato, un coctel de marisco que nos había  recomendado encarecidamente el mâitre, merecía sin duda los elogios con los que había sido presentado, pero yo no estaba en condiciones de apreciarlo. La conversación había tomado un sesgo totalmente inesperado, y por mucho que adivinara la ausencia total de segundas intenciones en mi amiga, cualquiera que haya estado en una situación parecida sabrá lo difícil que es no hacerse ilusiones cuando te va el alma en cada palabra que pronuncia la persona amada. —Es difícil discutir con Nichkhun — contestó Tiffany tras volver a vaciar su copa—. Sencillamente, apenas hablamos. Bicicleta de montaña, fútbol y amigos, eso parece ser lo único que le interesa en el mundo. —Suena fatal. —A veces pienso que sólo soy para él otro de sus accesorios: tiene su equipo de música, su coche… y su muñeca de carne y hueso con la que, cada vez más de tarde en tarde, alivia sus más bajos instintos. Estaba muy sorprendida por lo comunicativa que parecía Tiffany aquella noche. Nunca me había hablado tanto de su marido, y con un nerviosismo creciente yo iba descubriendo que, tal vez, la crisis de su matrimonio fuera mucho más profunda de lo que había sospechado. Tras dar otro sorbito de vino, mi amiga siguió con sus quejas, aunque sin despreciar el salmón ahumado que acababan de servirnos. —Aprovechando la fiesta de la semana que viene pretende ir a la casita que tenemos en la sierra, ¡no puedes imaginar lo aburrido que es aquello! —¿No tienes amigos allí? —No, es un sitio muy solitario, apenas una aldea. Él se entretiene con su bicicleta y practicando cualquier deporte, y a cambio de ir luego a la playa a mí me toca ceder y aguantarme. —¿Y qué haces tú entonces para entretenerte? —Leo novelas, veo la televisión… y cuento las horas que faltan para que llegue el lunes, ¿no es patético? Las dos nos reímos a la vez. Tiffany estaba preciosa, con las mejillas encendidas a causa del vino y con su esbelto y aristocrático cuello tan cerca de mí que me quitaba el aliento. ¿Cómo sería besarlo, recorrer despacio su piel tersa y delicada con los labios? Su mano sobre la mía, ¡había sido tan suave! De nuevo, rellené las copas de vino, y sólo entonces me di cuenta de que la botella estaba prácticamente vacía… ¡y eso que yo apenas había tomado un par de sorbos! —Me parece que estoy un poco borracha —anunció entonces mi amiga con una sonrisa que la delataba. —Eso me parece a mí, no bebas más o tendré que llevarte a casa a cuestas. —¿Entiendes ahora por qué digo que a veces me gustaría ser lesbiana? Poder prescindir de los hombres sería maravilloso. —Estoy segura de que las lesbianas tienen sus propios problemas —contesté sin poder evitar un suspiro de desconsuelo. —¿Tú crees? No me puedo imaginar qué problema podríamos tener tú y yo,por ejemplo, que no pudiéramos resolver charlando. ¿Pedimos otra botella de vino? —¿De verdad piensas que tú y yo nos llevaríamos bien? No conseguía pensar con claridad. ¿Y si el alcohol estaba haciendo que Tiffany hablase de cosas que en realidad la corroían por dentro? ¿Y si ella se sentía atraída por mí? Dios, ¡sería tan sublime! Era tentador dejarse cautivar por esa posibilidad, ¿no sería increíble que las dos llevásemos meses ocultando sentimientos que ya no podíamos sujetar por más tiempo? —La vida en el instituto es mucho más agradable desde que apareciste tú. Tenía un nudo en el estómago, apenas había conseguido tocar el salmón y me costaba permanecer quieta en mi asiento. —Tiffany, yo... —Quiero que sepas que eres mi mejor amiga. Espero que tú encuentres un hombre más cariñoso que el mío. ¿Por qué tuvo que añadir Tiffany esa maldita frase? Odio la palabra “amiga”, la detesto. Por unos segundos había soñado con otro final totalmente distinto, y ahora de nuevo sentía sobre mi espalda el conocido jarro de agua fría que me dejaba tiritando emocionalmente. —Escucha, ¿por qué no te vienes con nosotros a nuestra casa en la montaña? Podríamos pasarlo estupendamente juntas. —Vaya, yo… —Vamos, anímate, sé que todavía no tienes ningún plan para esos días. —¿No deberías consultarlo antes con Nichkhun? —¿Bromeas? Estaría encantado de poder desentenderse de mí sin remordimientos. Claro que, con lo guapa que eres… tal vez no sería lo más inteligente por mi parte. —Por dios, Tiffany, estás realmente borracha. —Sólo digo la verdad, no entiendo cómo es posible que no tengas pareja. —¿Otra vez con eso? Ahora mismo estoy muy centrada en mi trabajo y no tengo tiempo para esas cosas. Cada vez me notaba de peor humor. Todo en mi vida era un error, no debería seguir saliendo con Tiffany, no tendría que estar cenando allí con ella, y por supuesto bajo ningún concepto debería aceptar su invitación. —Entonces, ¿te animas? —No lo sé. Te lo agradezco mucho, de verdad, pero tendría que hablar con mis padres. Les había prometido ir a verles estos días… —No puedo aceptar que me abandones por tus padres. Prométeme que intentarás librarte de ellos. Me sentía increíblemente cansada. Lo único que deseaba en aquel momento era volver a mi casa, meterme en la cama y llorar hasta caer rendida. Nuestra educación permite grados de intimidad física y afectiva entre mujeres que no estarían bien vistas entre hombres, y yo había estado muy cerca de malinterpretar las manifestaciones de cariño de Tiffany. Hubiera sido horrible confesarle mi amor y ser rechazada por ella, ¿cómo podría volver al trabajo entonces al lunes siguiente? Sin embargo, por unos instantes maravillosos, había llegado a creerme que podía tenerla, que había al menos una pequeña posibilidad, y algo tan insignificante como eso había puesto mi mundo patas arriba. Ahora, el problema era reunir la fuerza de voluntad suficiente como para rechazar su invitación. Sabía que Tiffany sólo quería una amiga con la que poder charlar y pasar unos días agradables mientras el estúpido de su marido se entretenía haciendo dios sabe qué. De ningún modo podía acompañarla, tenía que ser fuerte y empezar a marcar distancias o acabaría sufriendo una vez más. Cuando salimos del restaurante, Tiffany estaba tan mareada que tuve que cogerla de la cintura para ayudarla a caminar.

 

 

 

Hi!!! Actualizando despues de una semana , los domingos tengo mas tiempo en actualizar los unicos dias los estudios me quitan tiempo , pero igual siempre aparece on una actualizacion espero que el capitulo sea de su agrado !!! 

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
czankx #1
Chapter 12: It's weird, is this base on someone's real life story? That was. Sudden death, Tiffany just finally decided to be with Taeyeon and was about to talk to Nickhun about choosing her, but ends up dying, it's unfortunate event.. It's supposed to be Taeny ending but ends up TaengSic, whoever has this true story, it's very unfortunate huhuhae
Janamm #2
Chapter 12: Hi you author. Usually I don't write any comments for any story. But here I m writing to you. Sorry but ending story was poorly very bad.. I want to say lots of things to u. But I can't. Ur writing skills are amazing. But I just don't like story ending. In real life mostly things happen negatively. But atleast in fiction we should get nice ending. Bye bye
Judithp
#3
Chapter 12: T_T ya decía yo que esto pintaba con un final triste <\3
Judithp
#4
Chapter 10: Porque la dejas asi!!! T_T esto es tan hilirantee :c pobre tetee <\3
leyling22
#5
Chapter 10: La uni consume mucho tiempo, espero te valla bien...
Me la relei de nuevo para agarrar el hilo de la historia, gracias por volver y actulizar. Esperando la proxima actualizacion :)
Luaniita #6
Chapter 8: Hola!!! , Si lose desaparecí no tengo excusas pero la u me consume por completo , pero ya estoy aquí dispuesta a darles los capítulos que faltan , hoy en la noche estare actualizando esperenlo con ansias
sone009_ #7
Por favor actualiza!
pilargutierrez #8
Chapter 8: Actualiza pronto por fabor
TaenyCol22 #9
Chapter 8: Espero que todo termine bien :(