Trabajar era algo que nunca había tenido que hacer en toda su vida. Su día era marcado por lo general por educación por medio de libros de texto, interacciones con Sunny, Oppa y algunas otras personas como ella, y comer dulces de la maquinita. No se le encomendaba hacer mucho ejercicio a menos que solo fuera para estudios que según Oppa serían para asegurarse que todo estuviera bien en su cuerpo, como un chequeo periódico. Por eso, y por la alta flojera que había desarrollado a pesar de caminar por kilómetros semanas atrás, trabajar con las ovejas era algo monótono.

Justo en el desayuno, Jessica había dicho severamente que era tiempo que Taeyeon dejara de ser una sanguijuela (¡Sólo he pasado tres días aquí! No es para tanto) y trabajara para ayudar a la manutención del hogar. Supuestamente la rubia había querido llevarla con ella, pero al necesitar primero hablar con su jefe para ver si había vacante, ella había quedado al cuidado de las ovejas junto con Tiffany, la castaña que le confundía.

A pesar de preferir pasar su tiempo con Tiffany que con Jessica, ninguna de las pasadas tres horas habían sido amenas. Los balidos de ovejas la habían hartado y el estar parada no era lo más conveniente. Hubiera estado mejor si pudiera hablar con alguien, como Tiffany, pero la castaña se había alejado en cuanto habían llegado, diciéndole que se dividirían para así cuidar mejor que las ovejas no se escaparan.

Suspiró, tratando de pensar en otros menesteres, que solo lograron llevarla a la noche anterior, en la que había estado sospechosa de una Sooyoung sola en un mercado oscuro y solitario.

Recordaba el viento frío, que traía un silbido extraño, como si alguien tocara un instrumento de viento, las diferentes carpas cerradas y sus puertas trancadas con algo metálico. Y ahí, al final del pasillo, estaba Sooyoung sola, mirándose nerviosa y un tanto asustada.

Taeyeon no había sabido que hacer al momento de acercarse sigilosamente. Quizá la había agarrado en un momento de debilidad o de preocupación y podía ser algo grosero entrometerse. De un rato de indecisión a otro, se había decidido acercarse a Sooyoung, quien, sorprendida, asió la mano en un saludo, su expresión sin cambiar.

Para la sorpresa de Taeyeon, las palabras de Sooyoung, aunque un poco infectadas de nerviosismo, eran firmes, como si tuviera por seguro lo que decía.

¿Qué haces?

La conversación consiguiente no fue intrigante, sino hasta la despedida, cuando Sooyoung le dijo que tuviese cuidado de caminar en la oscuridad, como si ella no lo hubiese hecho para llegar al mercado del mismo modo. Además de darle la recomendación de buscarse algo que hacer en la ciudad, lo más pronto posible. ¿Qué pensaría del pastoreo de ovejas?

Con más cuidado, se acercó a una de las ovejas, y, por apenas la segunda vez, tocó su lana algo rasposa por la suciedad de las afueras. Era esponjosa, algo que Taeyeon nunca había podido tocar. En las ciudades que había atravesado no había nada remoto a cuidado de animales, mucho menos para fines comerciales.

Tiffany le había dicho que parte de la lana se vendía localmente, mientras que la otra era de uso personal. Cuando Taeyeon le preguntó acerca de si se las comían, el horror en el rostro de Tiffany le dio prácticamente una respuesta categórica.

Y bue… al final terminaron su tarea, regresando a las lanudas a su corral, el cual realmente no era un corral, sino un cuarto con infinitos controles de seguridad. Una clave tras otra tras otra. De lo que se dio cuenta fue de que lo más difícil de apacentar un rebaño no es sacarlas a pastar, sino meterlas de nuevo en su prisión. Se quedaban inmóviles ante la voz de la castaña que en otro momento habrían obedecido y Taeyeon juraba que podía ver el disgusto en sus caras.

—Y eso fue lo último — dijo resoplando Tiffany después de haber vuelto a poner las veinte mil claves de seguridad. —Ven, vamos a casa para recoger unas cosas y luego al mercado. —

Taeyeon le sonrió de vuelta y le siguió, camino a casa.

—¿Y qué haremos ahora?

—Ya que estamos por rasurar a las ovejas, debemos de preguntar acerca de los precios del mercado y de si quizá habrá alguien que lo lleve a otro lugar.

—¿Y qué vamos a recoger en casa?

Tiffany le sonrió más ampliamente. —Eres muy preguntona, ¿no? — Por alguna razón sintió que las palabras no eran positivas.

—Lo siento. — Taeyeon bajó la cabeza avergonzada. Tiffany suspiró.

—No, no, lo siento yo. Es solo que nunca había conocido a nadie así.

—Es que no entiendo nada. Todo lo que veo, todo lo que he visto no lo conocía. El mundo que me rodea es nuevo y me siento fuera de lugar. Por eso quiero llegar a entenderlo.

Tiffany le miró con una expresión que no pudo descifrar bien, entre admiración y algo más. Continuaron el camino callados hasta que Tiffany habló de nuevo.

—Y dime, entonces, ¿cómo es el lugar de dónde vienes? — Taeyeon se quedó pensando un momento antes de formular su respuesta.

—Siempre viví rodeada por paredes, nunca en el exterior. Cuando quería jugar o algo así, había como una habitación donde tenían juguetes y juegos. Todo lo que se me lo enseñaron ellos o lo leía en libros.

—¿Quiénes son ellos? ¿Tus padres?

—No. — Se quedó congelada por un momento, pero luego siguió.  —De hecho, jamás me había preguntado a mí misma quienes eran. Simplemente desde que tengo memoria las cosas había sido así y lo acepté. —

A la falta de responsiva de la más alta, Taeyeon la miró por el rabillo del ojo. Parecía sumida en sus pensamientos. Se sintió mal por volver a hacer a la castaña entristecerse (o cualquier otra emoción que estuviera pasando), pero decidió no decir nada, porque la verdad no sabía que decir.

Hasta que llegaron a la casa fue cuando Tiffany volvió a hablar.

—Bueno, entonces después de recoger unas cosas aquí vamos a ir al mercado. —

Sin embargo, sus planes serían detenidos por una Jessica que, con mucha seriedad, dijo algo que a Taeyeon le pareció casi apocalíptico.

—Shadow está aquí. —

Wow! Por fin, después de meses posteé algo. Perdón por tardar tanto, pero el tiempo que duré sin postear nada me ayudó a organizar mejor mis ideas y la historia en general. Hacerles unos cambios por aquí, ahondar en el pasado de otros presonajes, etc. Gracias a los que todavía siguen leyendo esta historia, me hacen sentir feliz cuando comentan. Y bien, nos veremos la siguiente vez con el siguiente capítulo que, espero yo, les guste a ustedes. Además, les pido que tengan paciencia conmigo en lo que al romance respecta, especialmente cuando el romance jamás ha sido mi fuerte al escribir. Me esforzaré por escribir algo que les guste. :)

BigDinosaur

PD: El corte de pelo de Tae me tiene emocionada :DDD Amo su pelo corto