Parecía ser una costumbre de Taeyeon el despertarse con lentitud. A pesar de abrir los ojos anteriormente, no se despertó sino hasta que el olor de algo delicioso llenó sus sentidos. Se estiró y bostezó, tratando de desperezarse. Luego rascó su nariz mientras que apreciaba sus alrededores. Era la misma casa de días anteriores, pudo apreciar, con los mismos muebles y colores suaves a los que no estaba acostumbrada.

Un momento después de que su cerebro despertó fue a la cocina, donde la rubia gruñona y la castaña amable estaban en diferentes lugares, una cocinando y otra sentada en la mesa. Taeyeon entró con pasos inseguros. No le importaría entrar más confiada si no fuera por la rubia.

En sus meditaciones nocturnas, donde por lo general pensaría en las cosas que más le habían gustado en el día y lo que por lo general guardaría cercano a su memoria, la idea de que no le caía bien a Jessica le llegó. Quizá era una idea muy descabellada, puesto que solo se habían acabado de conocer, pero por lo menos sabía que tenía que cuidarse de alguien que no la había recibido bien. Aunque por otra parte, no es como si ella no se estuviera imponiendo al haber llegado a su casa de esa manera. A nadie le gustaba que invadieran el espacio propio.

— ¿No vas a sentarte? — preguntó al fin una voz, haciéndola saltar. Tiffany rio.

— ¿Por qué te espantas tan fácilmente?

—Soy muy distraída y me pierdo mucho en mis pensamientos.

Tiffany solo sonrió mientras continuaba leyendo el periódico.

—Siéntate, el desayuno está a punto. —le ordenó Jessica. Taeyeon obedeció sin rechistar. Comida es comida.

La resignación desapareció cuando un gran plato de panqueques fue puesto en medio de la mesa. Taeyeon, pensando en todo el tiempo que llevaba sin comer uno, alargó la mano para tomar, pero otra mano le dio un pequeño golpe. Ella volteó a ver a la rubia, quien la veía de manera reprensiva.

—No comemos hasta que todos estén en la mesa.

Ella asintió, mientras que mentalmente gruñía, y siguió con la mirada a la rubia, quien abrió el aparato de refrigeración y sacó lo que parecía leche. La puso en medio y se sentó enseguida de Tiffany.

Ahora sí, Taeyeon tomó uno y lo puso en su plato, el cual ya estaba puesto antes de que ella llegara. Como sabían que ella se sentaría ahí, no tenía idea. Tomó el cuchillo y tenedor y comenzó a cortarlo en pedacitos, preferencialmente en formas cuadradas de la misma medida.

Ya con un pedazo en la boca, Taeyeon preguntó —Entonces, ¿podrían decirme en dónde estoy? —

Jessica, sin cambiar de expresión, le devolvió la pregunta — ¿Dónde crees que estás? —

—No sé. No he salido de estas paredes, así que no podría siquiera dar una hipótesis. —Jessica enarcó una ceja. —Así que sería muy útil si contestas mi pregunta.

—Pues estás en uno de los pueblos independientes de Topeka.

— ¿Topeka?

—Topeka. —Jessica afirmó.

— ¿Y qué es Topeka? —Jessica la miró por segunda vez en su estancia en el lugar.

— ¿Acaso has vivido debajo de una roca?

—Francamente no sé exactamente donde viví, pero definitivamente no debajo de una roca. — Tiffany rio ante el último comentario.

—Pues donde sea que hallas vivido ha de ser un sitio aislado, porque esto es conocimiento general. Dile tú, Tiff. Tú sabes mejor del tema que yo. — Jessica, se metió un pedazo a la boca después de redirigir la pregunta a la castaña, quien se vio un poco fuera de si por un momento, pero después volvió a sonreír y contestó.

—Claro. Empezaré desde el principio. Hace años, un siglo, comenzó a haber catástrofes en el mundo. La contaminación que llegaba a la atmósfera… ¿sabes que es una atmósfera? Ah, ok, solo reafirmaba. La contaminación provocó mucha destrucción en el planeta. Hambrunas, desastres naturales y enfermedades que jamás había visto el hombre. — Su expresión se vio un poco ensombrecida, pero no dejo el tono alegre. —Afortunadamente, la ciencia había provisto de otros lugares que el hombre pudiese habitar si una situación así ocurría. Mucha gente fue reubicada a otros 2 planetas contiguos mientras que los científicos determinaban la manera de regresar la Tierra a su estado original. Pero, como puedes ver, no todos los civiles fueron capaces de ir. El remanente que quedó fue dividido en subestaciones. Nuestro pueblo entra en la de Topeka.

— ¿Y ya? ¿No es esta la versión resumida?

—Así es, pero no creo que sea necesario entrar en detalles.

— ¿Por qué no si voy a vivir aquí?

Jessica le fulminó con la mirada, y con eso Taeyeon calló.

—Tiff tiene razón. No es necesario que sepas más que lo básico. Además, si piensas quedarte a vivir aquí, lo que necesitas aprender no es historia, sino un oficio para traer ingresos.

— ¿Ingresos?

—Así es. ¿O pensabas quedarte a vivir aquí sin trabajar?

—No, no. Por supuesto que buscaré ayudar.

—Excelente. Pasaremos por el mercado para ver si hay algo para ti, además de conseguir comestibles. —Jessica agachó la cabeza. —Coman ahora. Es mejor ir temprano.

Taeyeon no pudo evitar sentirse mal al notar que la expresión ensombrecida no había dejado el rostro de Tiffany. Sabía que algo de lo que había dicho le había incomodado. Después se disculparía. No quería ser mala con quien le había tratado tan bien. Solo había sido su curiosidad hablando. Agachó la cabeza y comió, no queriendo volver a ver los ojos chispeantes de la rubia.

——**

— ¿Por qué llegas tan tarde, Sunny?

—Lo siento. Es que ellos me detuvieron y me dijeron que estudiara un poco más.

— ¿Por qué?

—No sé, oppa así me dijo.

—Ay, Sunny, que afortunada eres. Oppa ya no habla conmigo. Parece que me evita.

— ¿Qué le hiciste? ¿Pusiste sal en su café otra vez?

—No. No tengo idea de lo que hice mal.

—No te preocupes, Taeyeon. Seguro que ha estado muy ocupado que no ha podido ir a verte.

— ¿Tú crees?

—Claro. Oppa nunca nos haría daño a propósito.

—Que yo no le he hecho nada.

—Claro, Taetae. Como tú digas.

— ¡Yah! ¡Sunny vuelve aquí!

—Ven tú a atraparme.

— ¿Y la que gana se queda con el pudín de la otra?

— ¡Sí!

——**

Taeyeon estaba maravillada con los sonidos que le rodeaban. Desde unos kilómetros antes de llegar, ya se podía escuchar el bullicio de muchas voces hablando y de sonidos como cajas de cartón y metal golpeando otras superficies de plástico y madera. Solo podía deleitarse en lo que veía.

A pesar de ser un caos total, era algo que Taeyeon apreciaba. Vivir toda su vida en ese lugar la había privado de tener compañía constante, por lo que apreciaba todo lo veía, que de alguna manera la hacía sentir sofocada pero libre al mismo tiempo. Ahora podía ir adonde quisiera y nadie, excepto Jessica, la detendría.

—Lo que buscamos está al final de este pasillo. —apuntó Jessica con el dedo al fondo, donde se podía apreciar un camión con muchas cajas que parecían ser de frutas y verduras. —No te despegues de nosotros porque es fácil perderse.

Taeyeon asintió, pegándose a Tiffany, quien venía discutiendo con la rubia acerca de lo que llevarían a casa. Miró los puestos, que en su mayoría mantenían necesidades básicas como comida, ropa, jabón, entre otras cosas. Solo en uno de los puestos podía ver juguetes hechos de trapo, donde niños los apreciaban sin tocar.

— ¿Qué te llama la atención?

—Aquél puesto, el de los muñecos de trapo —volteó a ver a Tiffany.

— ¿Quieres ir a ver?

—Si, por favor.

—Bueno, pero solo por un momento.

El puesto, por su catálogo limitado, no tenía mucho de especial. Solo algunos muñecos de trapo y uno que otro trompo. Taeyeon tomó una muñeca entre sus manos, examinándola. Parecía muy frágil.

— ¿Qué te parece?

—Algo… primitivo.

— ¿Primitivo?

—Si… ¿por qué pones esa cara?

—Lo siento. Es que no puedo creer que alguien que no sepa que es una estufa diga que un juguete de trapo es primitivo.

—No es eso —Taeyeon se sonrojó. —Donde vivía no necesitaba de métodos de calentamiento de comida. Simplemente me llevaban la comida hecha y yo la engullía.

Tiffany quedó callada un momento, como si estuviera metida en sus propios pensamientos. Luego de un rato, volvió a hablar.

—Entonces… ¿quieres esta muñeca?

—Eh-eh no. Solo tenía curiosidad de verla de cerca.

— ¿Estás segura?

—Sí, completamente segura.

La castaña le miró, como si estuviera analizando a Taeyeon. Luego, le tomó la mano, sorprendiéndola. Ella solo le sonrió.

—No podemos arriesgarnos a que te pierdas, ¿verdad?

——**

—Entonces… sería un total de ocho kiteros y nueve pesines —dijo una morena, quien, con calculadora en mano, vendía a Jessica una caja a sus pies, que contenía diferentes tipos de verduras.

Jessica abrió su bolso para tomar el efectivo y dárselo a la morena cuando las otras dos mujeres llegaron.

—Se tardaron mucho.

—Lo siento, de repente se llenó de gente y no podíamos pasar.

—Hola, Tiffany.

—Hola, Soo

— ¿Quién es ella?

—Oh, ella es Taeyeon. Acaba de llegar a vivir a nuestra casa.

—Interesante. ¿De dóndes vienes?

—N-no sé.

Sooyoung tronó la lengua.

—Eii, ¿cómo no vas a saber de dónde vienes?

—Es que-

—Es que ella viene del yermo. Ya sabes, como Choa.

La mirada de la morena se iluminó al pensar en su esposa.

—Ah, ¿cómo Choa dices? ¿Entonces no sería interesante que Choa hablara con ella?

— ¿Está aquí? — Jessica preguntó sorprendida.

—No, ¿cómo crees? No sería capaz de traerla aquí a hacer trabajo pesado. Está en casa, como debe de ser.

—Hmm, ya te iba a catalogar como una shikshin tirana.

—Podré ser tirana con todos, pero no con mi Choa.

Tiffany hizo una mueca y Jessica simuló nauseas, haciendo a Taeyeon reír. Definitivamente este tipo de bromas le hacían recordar su niñez, especialmente cuando de vez en cuando se les permitía ir a la cafetería a comer. Sunny y ella unirían fuerza para vencer a oppa a base de proyectiles de puré de patata.

—Está listo —dijo Sooyoung después de volver a contar el dinero.

—Solo una cosa más —dijo Jessica, moviendo el dedo para acercarla y susurrarle — ¿Cuándo viene Shadow?

— ¿Shadow? Jessica, no puedes... —pausó por un momento para ver de reojo a Taeyeon, quien inspeccionaba las cajas. — ¿Por eso está viviendo en tu casa? ¡Es una niña!

—Tiene más edad de la que aparenta —Sooyoung la miró con una mezcla de incredulidad e indignación. —Solo era una pregunta, Soo.

—No me preguntes eso de nuevo. Todavía está en mis pesadillas la última vez que hiciste eso. Si quieres dinero, busca otra manera.

—Lo siento, solo era una pregunta.

—No le hagas esto a nadie más. Es más, si quieres le doy a...

—Taeyeon.

—Sí, Taeyeon, un trabajo. O si no yo la hospedo en mi casa. No deseo manchar más mis manos con sangre inocente. —Sooyoung le entregó la pesada caja en los brazos. —Medítalo.

——**

Taeyeon se sentó en uno de los escalones más grandes del frente de la casa mientras que a su lado dejaba una taza de té. Este había sido el día con mayores eventualidades que había tenido. Sin embargo, no podía quitarse la sensación de incomodidad.

¿No estaba aceptando todo muy rápido? Apenas hace unos días había conocido a Tiffany y Jessica y, sin embargo, ya estaba planeando hospedarse ahí por un largo tiempo. ¿Estaba haciendo lo correcto al confiar en estas personas?

¿Por qué no había ninguna invención que le dijera con certeza si una persona era digna de confianza? Se hubiera ahorrado mucho dolor. Tiffany parecía buena persona, pero también Oppa lo parecía, y ya sabía cómo había terminado aquello. No quería volver a ser traicionada en la manera en la que había sido con anterioridad, dejando su corazón roto en mil pedazos.

Además, estaba olvidando a alguien muy importante. ¿Cómo podría vivir dejando atrás a Sunny? Quien sabe que le estarían haciendo esos terribles hombres ahora. Si pudiera, pondría sus manos en sus cuellos y les sacaría el…

— ¿Estás bien?

Taeyeon se volvió a sobresaltar, pero no solo por la presencia inesperada, sino también por la dirección desconocida que estaban llevando sus pensamientos.

—S-sí. Estoy bien, gracias.

—Pues no lo parece. ¿Qué estás pensando?

Tragó un poco al recordar lo que había estado pensando hace unos segundos.

—N-nada en especial.

— ¿No habíamos establecido ya que fueras justa conmigo? Te estás quedando en mi casa. ¿No crees que merezco confianza?

—Supongo. —Taeyeon no entendía la lógica, pero asintió, no deseando hacer enojar a su anfitriona. Movió sus manos ansiosamente, presionando sus pulgares en la mano contraria a la otra. — ¿Alguna vez has dejado a alguien atrás?

Tiffany se sorprendió con la pregunta. Sintió los recuerdos inundarle la mente, pero los empujo fuera de su mente, no queriendo mostrar esa debilidad de sí.

—Yo sí. Y me siento culpable. No puedo creer que la haya dejado atrás. Fui… fui muy egoísta—Taeyeon terminó con un sollozo.

— ¿No puedes regresar por ella?

— ¡Ese es el problema! —contestó más exaltada, gesticulando con las manos. —No puedo. No sé de dónde vengo y no sé cómo llegar a ella. ¡La he dejado sola! ¡No he podido cuidar de ella!

Tiffany vio sus ojos llenarse de lágrimas y tragó, sintiendo simpatía. No sabiendo que decir, la abrazó, estrujándola a su pecho. Taeyeon, después de un momento de tiesa quietud, también la abrazó con fuerza.

La castaña acarició lentamente la espalda de Taeyeon, quien todavía reprimía sus lágrimas sin saber que la primera también reprimía las propias. Tiffany no entendía cómo podía sentirse tan conectada a la chica que había acabado de conocer. Sin embargo, eso no fue lo que la desconcertó más. Lo que la desconcertó más fueron las siguientes palabras.

—Perdóname.

A pesar de no tener sentido en este contexto, sentía que sabía de dónde venía ese arrepentimiento. Lo que era incoherente era la necesidad de la pequeña de disculparse. Sabía que no lo había hecho con malicia. Aun así, pidió perdón.

Se aferró a Taeyeon más, sintiendo el peso de memorias propias regresar.

¿Quién eres, Kim Taeyeon?

Este capítulo parece tesis xD Está muy desarreglado y mal editado, pero ya ven como uno es apresurado. Espero que les guste. Gracias por los comentarios. Los apreció mucho. No crean que no los leo. Gracias también por las suscripciones y votos que dan! Hasta la próxima!

BigDinosaur