Capítulo 2 - Deshaciéndose de Tiffany

Cartas a un Ciego (una segunda oportunidad)

Poco después de que Tiffany cumpliera 6 años Yunho murió, ella jugaba detrás de él cuando ocurrió. El anciano recortaba las hojas secas de las plantas que bordeaban los caminos, arrastraba un cesto de goma con una mano y sujetaba una tijera podadora en la otra. Tiffany  siempre iba a su lado, jugueteando con las hojas secas del cubo, colgándose de la espalda de aquel anciano que la adoraba, saltando con una comba. De pronto comenzó a hacer ruidos extraños, la niña dejó su juguete en el suelo y se agachó a su lado

― Abuelo, ¿estás bien? ―preguntó asustada pero Yunho no respondía.

Llamó a los sirvientes a gritos, a Victoria, a Yul y a Leo, gritó y lloró pero nadie fue a ver lo que sucedía.

Por más que gritase no conseguía nada, de modo que se agachó de nuevo a su lado, y colocó sus pequeñas manos sobre el pecho del anciano, esperando que se pusiera bien sólo con ese gesto, pero al ver que él no reaccionaba trató de tirar de él hasta la casa, su cuerpo convulsionando era una pesada roca para sus débiles brazos con todo el esfuerzo del mundo consiguió arrastrarlo un par de metros, pero no fue suficiente.

Todas las tardes venía una profesora a darles clases a Fanny y a Yul, pero dado que la niña tenía 2 años menos que su amigo no podía alcanzar el nivel de Yul y siempre terminaba antes con ella, que corría como caballo desbocado a por su merienda de todos los días, un enorme bocadillo de crema de chocolate y un enorme vaso de zumo de frutas que Victoria preparaba expresamente para ellos.

Cuando la profesora de Yul terminó su clase con él, se puso en pie y, mientras se masajeaba los hombros se aproximó a la ventana para contemplar la anaranjada luz de la tarde sobre las flores del jardín.

Recreaba la vista en las hermosas vistas observó extraños movimientos de la pequeña Fanny, deteniéndose a mirarla curiosa por saber qué era lo que hacía vio que la niña lloraba desconsoladamente mientras tiraba de algo que parecía pesado, prestando aún más atención al suceso vio que la niña tiraba de Yunho que permanecía inmóvil mientras la pequeña gritaba.

La profesora llamó a una ambulancia y corrió escaleras abajo hasta el jardín para ayudar a Yunho, hizo un gesto brusco y apartó a la pequeña como si estorbase, se arrodilló a su lado y comenzó a presionar sobre el pecho del anciano, que aparentemente ya no respiraba.

Mientras la mujer continuaba con el RCP Fanny se agachó a un lado del camino rodeando sus rodillas con sus delgados brazos y apoyó la frente en sus rodillas. Yul se asomó por la misma ventana que su profesora curioso por saber que la había escandalizado tanto como para hacerla correr de ese modo y encontró a la pequeña encogida a un lado del camino y a la mujer masajeando el pecho de su abuelo. Bajó a toda prisa la escalera, salió por la enorme puerta del jardín y alejó de allí a la niña, corrió con ella de la mano hasta su habitación, donde la estiró en la cama para estirarse él a su lado.

― No te preocupes Fanny, el abuelo se pondrá bien ―le dijo

Yul sabiendo que mentía con el fin de tranquilizarla y calmar su llanto desconsolado.

― Nadie venía Yul, he llamado pero nadie venía ― decía ella casi inentendible por el llanto.

― No te preocupes, no pasa nada.

Yul no dejó salir a la niña de su habitación, escuchaban el ir y venir de la gente. El muchacho recordó cuando los padres de Fanny murieron y no quería que volviera a vivir algo igual de nuevo, de modo que se quedaron durante horas ahí encerrados.

Por mucho que la profesora intentó reanimarlo no pudo hacer nada por

Yunho, cuando la ambulancia llegó solo pudieron certificar su muerte. Un problema en el corazón se llevó su vida sin que nadie pudiera hacer nada.

Dos días después enterraron al anciano.

Yul y Fanny pasaron aquellos dos días encerrados en la habitación, primero por voluntad propia, luego porque el padre de Yul  no quería que los niños estorbasen con los arreglos para el funeral y el entierro.

Leo esperó solo unos meses para enviar a Yuri a otro país, tenía doble intención en ello, la primera era apartarlo de Tiffany, no soportaba la idea de que su hijo se enamorase de aquella niña sabiendo que él había estado enamorado de su madre años atrás, la segunda era que su hijo se formase desde joven para poder gestionar sus empresas cuando él no pudiera, para ello necesitaría varios años y con suerte Tiffany  ya estaría casada con cualquiera cuando él regresase.

― ¿Has preparado ya la maleta? ―Preguntó Leo a Yuri.

Leo creía que los niños debían aprender a hacer las cosas por ellos mismos, de ese modo cada vez se desarrollarían más rápido y no dependerían de nadie. Yuri con casi 9 años debía preparar su maleta él solo.

― Papá ¿hará frío allí?, ¿qué debo llevar?

― Lleva lo que quieras, hijo.

― Ven conmigo Tiffany ―dijo Yuri a Fany que estaba sentada en el alfeizar de la ventana con un cuaderno y unos colores.

― Ni hablar Yul, deja aquí a Tiffany, no le va a pasar nada, es más, va a tener que acostumbrarse.

― Pero papá. Leo se acercó a su hijo y le sujetó por un brazo mientras tiraba de él fuera del estudio. Fanny miraba sin saber qué hacer.

Cuando Leo regresó Fanny disimuló tanto como pudo y dejando los colores y el cuaderno en la ventana fingiendo que debía ir al baño, corrió tras Yul que estaba sentado en la cama enfadado.

― Tiffany, ¡has venido! ―el muchacho abrazó a su amiga unos instantes y la escondió bajo la mesa del escritorio―va a venir a buscarte, escóndete hasta que yo te lo diga ―Ambos sonrieron traviesos.

― Yuri, ¿te vas de viaje? ―preguntó la muchacha mirando la maleta sobre la cama.

― Si ―respondió el muchacho con tono triste.

 

― ¿Puedo ir contigo? ― preguntó ella.

― No, voy a ir a estudiar, pero vendré a verte todas las vacaciones

―prometió sin saber los planes de su padre.

― Te olvidarás ― reprochó la niña.

― No, no me olvidaré ― rebuscó en la maleta en busca de

algo― ¿ves? ―le dijo enseñándole un marco con una foto de ella que había cogido secretamente del estudio de su difunto abuelo, ―aunque no vengas conmigo en persona estarás conmigo siempre, y cuando seamos grandes nos casaremos.

La niña salió de su escondite y abrazó a su amigo. En ese momento

Leo apareció por la puerta, Yuri escondió la foto nuevamente en la maleta para que su padre no se la quitase.

― Debí suponer que no irías al baño, pequeña desobediente.

Fanny y Yuri se despidieron con la mirada y con una sonrisa dibujada en el rostro mientras Leo arrastraba a la niña por el pasillo de vuelta al estudio.

Tras la cena fueron a dormir sin saber el plan secreto del ahora cabeza de familia.

Antes del amanecer un coche se llevó a Yuri al aeropuerto, donde cogería un avión destino a Londres, éste no pudo despedirse de su amiga que a esa hora dormía inocentemente.

Ya entrada la mañana alguien llamó a la puerta, Leo se adelantó a los sirvientes e hizo pasar al desconocido, un hombre de pelo cano que vestía una larga gabardina oscura, Tiffany bajó curiosa para ver de quién se trataba.

― Anna, Chris vallan al dormitorio de la niña y meted todas sus cosas en una maleta ― ordenó Leo.

― De acuerdo señor, pero… ¿todo?

― Si, todo la niña se va de la casa ―respondió severo.

Las dos sirvientas se miraron horrorizadas, temían que sucediese lo que estaba pasando, Leo se estaba deshaciendo de la pequeña sin miedo a lo que le ocurriese y sin sentimiento alguno por una pequeña que no tenía culpa de haber perdido a su familia.

Pasados unos minutos bajaron con una maleta, los dos hombres salieron con la niña y con sus pertenencias y se dirigieron al coche.

― ¿Yo también voy con Yuri? ―preguntó curiosa.

― No.

― ¿Dónde vamos? ― Nadie le respondió.

 

― A delante, aquí tiene su comisión, espero no volver a verla, ―le dijo Leo al hombre con un tono de voz tan frío y seco que estremeció a las dos sirvientas que esperaban nuevas órdenes a los pies de la enorme escalera unos metros más atrás de ellos.

El hombre extraño sujetó la mano de la niña que se negaba a caminar de la mano de aquel individuo, la arrastró intentando no hacerle daño, la metió en el coche entre llantos y pataleos y se alejó con la pequeña para nunca regresar.

Varias horas más tarde llegaban a un edificio con aspecto antiguo. El hombre descendió del coche y sacó la maleta del maletero.

― Vamos pequeña, ven conmigo ―le dijo con voz amable.

― ¿Dónde estoy?

― Estás en un orfanato ―respondió con voz afligida.

― ¿Qué es eso?

― Es un sitio donde hay otros niños que no tienen familia.

La niña le siguió temerosa, el hombre entregó un sobre a una de las monjas que había por ahí y tras las órdenes recibidas llevó a la niña hasta la tercera planta, donde dejó la maleta en una de las habitaciones.

― A hora ésta es tu casa, olvídate de aquella familia y adáptate a la nueva situación ― le dijo mortificado.

Aquel hombre de aspecto rudo y desaliñado era en el fondo una buena persona a la que se le partía el corazón cada vez que alguien se deshacía de una pequeña criatura inocente de aquel modo. Su trabajo en el orfanato era siempre el mismo, una llamada anónima que avisaba del paradero de algún bebé o de algún niño abandonado, una llamada de alguien que quería deshacerse de un hijo no deseado o en éste caso una llamada de alguien que deseaba con su vida deshacerse de un pequeño intruso, una niña huérfana que se quedaba sin familia por segunda vez en su corta vida.

Sunny era su compañera de dormitorio a pesar de ser una niña muy guapa y adorable ella tenía 12 años y, eso no era una virtud, o algo que valorasen las personas a la hora de llevarse un niño en régimen de acogida o de adopción, siempre que alguien iba a adoptar a un niño pedían que fuera siempre un bebé, o al menos muy pequeño.

Cuando el hombre salió del nuevo dormitorio de Fanny , Sunny se acercó a la niña, que lloraba bajo el pelo que le cubría la cara.

― Hey, vamos, no llores, tampoco es tan malo estar aquí, eres pequeña, seguro que alguien te adopta pronto. Dime, ¿cómo te llamas?

― Tiffany ―respondió entre sollozos.

― Muy bien Tiffany ¿me acompañas? Te voy a enseñar la casa

―le dijo mientras le tendía una mano.

La simpática muchacha estaba acostumbrada a tener compañeros de habitación, siempre mucho más pequeños que ella y siempre se marchaban pronto, de modo que su rutina de siempre era enseñarles el edificio, enseñarles las zonas de recreo y las aulas…

Tiffany  y ella pronto se hicieron amigas, a pesar de que Sunny  doblaba su edad lo pasaban muy bien jugando juntas, la acompañó y la consoló los primeros meses, que fueron los más duros para Fanny. Aún no era muy consciente de la situación en la que se encontraba, pero sabía que estaba sola a pesar de tener una amiga.

 

 

 

 

 

Holi eh vuelto espero que les guste dejen sus comentarios subire capitulos de Mia esta Noche antes del fin de semana al igual que los otros fic.

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Comments

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alexghastly #1
Chapter 13: actualiza quiero saber si se quedaran juntos
silvanaph #2
Chapter 13: Actualiza por favor.... no te olvides de este fic por favor
silvanaph #3
Actualiza por favor.... esta interasante por favor que hay taeny... por favorrrrrr
dafnytae
#4
Chapter 13: actualiza porfa ya me quede pikada en el fic plissss!!!!!!!!!!!!
gabriela021
#5
Chapter 6: Me hubiera gustado mucho que fuera YulTi no hay fics, todos son taeny taeny y taneny, pero bueno
LlamaAmerica #6
Chapter 13: Tengo unas enormes ganas de pegarle a Taeyeon jajajaja hay Fany :(
silvanaph #7
Chapter 13: wooooooww me gusto mucho espero que actualizes muy pronto por favor quiero ver taeny jejeje suerte y gracias
Lari_sone #8
Chapter 13: <\3 mi taeny!!!
silvanaph #9
disculpa pero ya no vas a seguir con el fic.. me dejas con ganas del taeny, queria saber si tiffany se enamoro de taeyeon jejejejeje suerte espero que actualizes
lovetaengo93
#10
Hola se que no eh actualizado ,pero estaba en Duelo, fallecio mi hermna y pues es un duro golpe solo pido tiempo vale lss prometo actualizar prontk antes de que salga el mes ,a todas las historias.