Después de los meses que llevaban sin verse Tiffany  y su hermana quedó con ellos para ir al zoo, un día en que podrían disfrutar los tres como nunca antes lo habían hecho, Taeyeon también quiso ir, no iba a dejar a Fanny con su ex novio, sabiendo que Yul estaba enamorado de ella.

Al llegar ella como siempre iba sujeta de su brazo, pero para darle un poco más de movilidad deslizó su mano Hasta la de él, cogiéndole de la mano, Tae sintió un millón de sensaciones en el estómago, su mano era suave y parecía frágil pero a su vez le sujetaba con firmeza, como si no quisiera dejarle ir. Sin pensarlo dos veces entrelazó sus dedos con los de ella, Yuri vio el gesto y cambió su tono de voz, solo Taeyeon se dio cuenta de que estaba molesto.

Caminaban por los amplios caminos de arena deteniéndose en cada recinto. Tae disfrutaba de la risa de Fanny cuando reía por las cosas de algunos animales, uno de los monos lanzó un chupete que se le había caído a uno de los bebés de la gente que también miraba a los animales, la puntería quiso que el chupete golpease directamente en la frente de

Taeyeon, que llevó su mano libre al golpe con cara de asombro sin saber qué había ocurrido.

― Oh Dios mío Tae, ¿estás bien? ―le preguntó Fanny  intentando contener la risa.

― Eso, tu ríete, ¡¡que el golpe me lo he llevado yo!! ― respondió burlonamente conteniendo la risa, ― ¿qué ha sido? ―preguntó refiriéndose a qué le había golpeado.

― No quería reírme, lo siento, ―se contuvo ―ha sido un chupete, lo ha lanzado un chimpancé ― explicó, quiso soltar la mano de él para mirar de cerca el golpe de su frente pero él se aferró aún más fuerte, ―si no me sueltas no puedo mirarte el golpe.

― Estoy bien, no es necesario que me sueltes ―ella sonrió ruborizándose mientras apretaba de nuevo su mano con la de él.

Jessica y Yuri estaban en el recinto de al lado observándolos.

― Hacen una pareja estupenda, ¿no crees? ―dijo Jessi a su marido.

― Él no me gusta para ella.

― Lo sé… ―respondió ella sabiendo que a ojos de Yul nunca nadie sería lo suficientemente bueno, ―pero yo creo que es el adecuado, alto, guapo y la quiere, sólo fíjate en como sujeta su mano. Parece tan indefenso…

― Seguro que solo lo parece.

Jessi sabía que Yul seguía enamorado de su hermana. Nunca la había mencionado, pero ella lo sabía, siempre recordaría la promesa que se habían hecho de pequeños su Fanny  y él, y se sentía culpable por la infelicidad que había causado a ambos pero al menos podía intentar ayudar a su hermana.

Continuaron caminando por los caminos y de pronto las chicas necesitaron ir al baño.

― Yul, ¿te quedas con él un momento? ―preguntó Fanny  a su amigo, que estaba muerto de los celos de que ella no soltase a Tae ni un momento.

― Ni hablar ―respondió con desdén―quédate tú con él.

Fanny  pareció confusa por unos momentos, pero pronto supo qué hacer.

Volvió a agarrar la mano de Taeyeon  y tiró de él, entrando al servicio de chicas con aquel hermoso chico.

― ¡Atención chicas! está entrando un chico, pero no puede ver así que no griten y no le traten mal, ¿de acuerdo?

― ¿Cómo? ―gritó Tae sorprendido palpando en busca de la salida.

― Yul no quiere estar contigo y yo no quiero dejarte solo, así que… ―ruborizada por lo que le iba a decir se acercó a su oído y le dijo,

―quédate conmigo, no te vayas con ninguna otra, ¿vale?

Fanny entró en una de las cabinas, dejando a Tae apoyado en los lavabos del gran cuarto de baño, fuera escuchaba murmullos, sabía que Taeyeon despertaba pasiones y eso de algún modo la tranquilizaba, mientras las chicas murmurasen lo estarían tratando bien.

― Tiffany,¡¡Se llevan a Taeyeon!! ―gritó la rubia de pronto.

Tan pronto como lo escuchó salió en busca de él, no le dio tiempo ni de remeter la camisa por el borde del pantalón. ― Perdonen chicas, ―dijo entre jadeos cuando alcanzó a las 3 muchachas que se lo habían llevado con la excusa de que ella le había dejado ahí tirado. ―Búsquense  a otro para jugar ¿vale? Él es mío, ―matizó esa última palabra, que dejó ir de sus labios con un tono de posesión que los 4 ajenos a ella entendieron a la perfección.

Las chicas se marcharon a regañadientes, soltando el brazo del rubio.

― Mmm… ¿soy tuyo? ― preguntó él divertido mientras caminaban hacia la otra pareja.

― Sí, bueno, ya sabes.

― N o… no sé ―afirmó para molestarla.

― Bueno… no es que estuviera diciendo que eres mi novio ni nada de eso, es solo que… no sé, olvídalo ― comenzaba a ponerse nerviosa por no saber explicar.

― ¿Querías dejar claro que estábamos juntos?…

― Yo… Juntos, juntos… ―respondió ella tímidamente, algo que provocó una carcajada en él.

Yuri los miraba desde la distancia corroyéndose de los celos, no podía seguir viéndola en esa actitud con otro chico.

Después de un rato paseando se detuvieron en la tienda del zoo para comprar recuerdos. Jessica  compró postales de animales para sus padres y un enorme peluche para su antigua habitación, Fanny solamente miraba en busca de algo que Tae pudiera identificar con el tacto cuando de pronto su hermana cogió de una de las estanterías un peluche de un mono con piernas y brazos largos, rodeó el cuello de Tae con los brazos del peluche juntando el velcro de los extremos y rodeó el cuello de Fanny  con las piernas del mismo, juntando del mismo modo el velcro de las extremidades, dejando a la pareja unidos por un peluche. Tae  palpó intentando identificar lo que le habían puesto y en el otro extremo encontró a Fanny.

― Vaya, ahora parece que no voy a poder separarme de ti ―con esa inocente frase iba una indirecta que Yuri entendió a la perfección.

― Si, eso parece, ― respondió la muchacha ruborizada mirando a su hermana con una sonrisa.

― Les prohíbo que se lo quitén hasta que yo lo diga ―dijo la rubia sonriente mientras pasaban por caja para pagar todo lo que habían comprado.

Jessi  quiso ver las ballenas desde que habían llegado al zoo e insistía como una niña a cada rato, de manera que se encaminaron hacia el acuario con los peluches y la bolsa con las postales.

El día se había nublado, el sol resplandeciente de hacía unas horas había dejado paso a las nubes negras que ahora lo cubrían todo, aun así siguieron paseando tranquilamente por el zoo. Al llegar al acuario la función de las ballenas ya había empezado y las últimas filas estaban llenas, dejando solo las dos primeras filas vacías.

La orca saltaba, aleteaba, salpicaba con la boca. El entrenador se subía en su lomo y lo paseaba por debajo del agua para luego dar un gran salto sobre ella.

En uno de los saltos salpicó abundante agua hacia el público Tae no había querido ponerse el chubasquero que les habían repartido y se mojó, solo llevaba una camiseta fina y hacía frío como para ir mojado sin pensarlo Fanny  le rodeó por la cintura con su brazo para darle calor. Tae colocó sus manos sobre sus brazos con una tímida sonrisa en los labios.

― ¿No te estás excediendo Tiffany? ― preguntó Yul irritado,

―tampoco hace tanto frío ―Jessi  le golpeó cuidadosamente con el codo a modo de advertencia para que no les interrumpiera.

Tae sujetó su brazo para apartarlo, no quería causar un ambiente incómodo entre los cuatro.

― No, TaeTae, ¿qué haces? ―replicó Fanny cuando éste apartó su brazo.

― No es necesario, no importa.

― Déjame Tae ―replicó ― solo quiero darte calor, hasta que encontremos una tienda y pueda comprarte algo para que te cambies ―le dijo volviendo a rodear su cintura mientras miraba a Yul de un modo que nunca había hecho. Tae estaba feliz, todo lo que hacía con ella le hacía feliz.

S e detuvieron en una tienda y Fanny eligió una sudadera de cremallera cruzada y llevó a Tae hasta el probador de la tienda, Yul deseó no haber visto como Tiffany le ayudaba a ponerse la prenda, era tan cuidadosa con él, tan gentil que comenzaba a sospechar que no estaba con él solo por ayudarle, la forma en la que le sonreía, o la forma en la que él buscaba rozar su brazo “accidentalmente”.

A l llegar a casa aún colgaba de sus cuellos el mono de peluche que

Jessi  había comprado para ellos, se dirigían cada uno a su habitación cuando Tae recordó el peluche y llevó su mano libre a él.

― ¿Sabes Tiffany? ― preguntó con un tono juguetón.

― Dime ―respondió mirándole a los ojos.

― Vas a tener que dormir conmigo de ahora en adelante.

― ¿Cómo? ―Exclamó ella con sorpresa cuando escuchó aquella última frase.

― Si, lo que oyes ― bromeó entre risas. Al ver que ella no respondía elevó la mano de ella hasta su cuello, ―¿ves? Esto no nos lo podemos quitar hasta que Jessica no nos lo ordene… ―sonrió, ella suspiró relativamente tranquila, ―tu hermana me cae cada vez mejor...

― Dios, no me vuelvas a asustar así ―dijo empujándolo suavemente con una mano en su pecho, el corazón se le había acelerado incontrolable.

Llevó las manos al peluche y se liberó de él.

― Siento comunicarle señor Kim… que esta noche dormiré acompañada como todas las noches… ―hizo una pausa de suspense,

―solamente por mi pijama y mis mantas.

―Vaya, es una lástima, con lo bien que podríamos pasarlo…

―bromeó sonriendo de un modo que Fanny  no podía dejar de mirar,

―Buenas noches Tiffany ―continuó con un tono tierno y cálido.

― Buenas noches TaeTae ―sonrió, por un momento miró su sonrisa y se sintió nerviosa.

Ambos desaparecieron sonrientes tras las puertas de sus dormitorios.