La multitud en el lugar público era realmente una excelente excusa para perderse de vez en cuando, o cuando las palabras de Tiffany no llegaban a ser escuchadas porque el bullicio se las llevaba.

La cosa se tornaba realmente torpe y poco interesante para la rubia, que pensaba que hoy no era el mejor día para que su ex se le diera por un ataque de sinceridad absoluta, cuando ella lo viene pidiendo desde hace tiempo, pero solo hoy, cuando ella siente que ha tocado fondo, es que llega a confesarse. Como quien ha matado y necesita un bálsamo, palabras alicientes para poder continuar sin pesos.

Tal vez cuando el mundo estuviera más a su favor podría escucharla, pero en estos instantes ni siquiera le provoca verla. Observa de vez en cuando su celular, en pro de que sus amigas contesten sus mensajes, luego va hacia la boca de Tiffany y puede escuchar entre palabras, nada claro y preciso, y a veces a los tumultos de personas que continúan entrando a lugar en busca de comida o solo con ánimo de buscar un lugar que los aleje del sol.

Tiffany, por otro lado no parece querer rendirse, pese a notar que los grandes círculos marrones de Jessica van de un lugar a otro sin detenerse, y de todo el entretenimiento que pueda tener en el lugar, ella parece ser el último en su lista. Se toma su tiempo, agarra aire profundamente para no dejar salir el berrinche interno que parece querer explotar. La explicación del por qué le contó todo a Krystal, parece ha pasado más desapercibida que cuando llegó a Corea por primera vez diciendo que era Americana.

“¿Me estás escuchando?” pregunta sabiendo perfectamente que nada de eso está ocurriendo, pasa su mano abierta por delante de sus ojos, a una distancia prudente para no tener luego que recibir un manotazo, de esos que la rubia solía darle alguna vez, cuando su paciencia se agotaba.

“¿Jessica?” la llama con timidez y mira hacia algún lugar cercano, donde se siente observada, pensando que Sunny o TaeYeon la han estado vigilando durante cierto tiempo, o que los minutos a solas con la rubia se han agotado y por ende las enanas vendrían en rescate de su amiga para que ella no la acosara más.

“Lo hecho, hecho está Tiffany, no me interesa tú explicación…” La mira a los ojos por un momento hasta que la chica de cabello oscuro baja la vista “Y es demasiado estúpida como para decir que lo entiendo” la mirada penetrante y sin ningún tipo de sentimiento en el rostro de la menor, provocan que los hombros de la rubia suban y bajen un par de veces, tratando de expresarse sin palabras.

La más alta deja salir un poco de aire por la boca, y oculta el dolor que siente ante la indiferencia que deja huella internamente y se estaciona dejando una especie de calambre interno que quiere atraer sus más profundas ganas de llorar ante el recuerdo y los errores. Pero sabe que con la lastima solo conseguirá palabras de aliento y tal vez un abrazo, nada que venga realmente del corazón, sería más bien por caridad, y no está en busca de nada de eso, quiere honestidad, así duela y por ello y pese a su dolor, levanta la mirada para continuar con su discurso, que parece más bien un sermón aburrido de domingo para la princesa.

“Ha pasado un tiempo desde que puedo hacer esto” dice sin retirar la mirada, mientras Sica aprieta sus dientes esperando a que sus amigas contesten “Lamento haber sido la persona que fui, lamento haber querido cambiar tú mente. Lamento no haber comprendido que tú familia es lo más importante, lamento no haberme puesto en tú lugar. Lamento que haya dejado pasar tanto para simplemente llegar hasta aquí cuando desde el principio simplemente pude asumirlo…”

La mirada gélida de Jessica no parece ser clara con su verdadera emoción, porque no hace contraste con su rostro, parece más bien atenta y enojada, pero por la manera en que se curvan sus labios mínimamente, parece querer burlarse, pero su semblante es tranquilo. La intranquila es la menor.

“No quiero ahondar en todo aquello que parece haber tocado tu fibra Tiffany, pero  pidiéndome disculpas a mí, y de esta manera…” la queda mirando con firmeza, llegando a esos ojos que alcanzó a ver por primera vez hace un tiempo que parecen transmitir un brillo parecido a ese ayer “Dudo que logre hacer algo real contigo, porque creo que lo que te llevó a ese fondo del que me hablas, no fui yo” las palabras pesadas con honestidad es un costal para el que Tiffany se había preparado, pero que en el momento de sostenerlas, le parecen bastante difícil.

“Estoy tratando de hacer las cosas bien Jessica, esto lo hago también por mi, porque es algo que siempre quise hacer, pero tengo un ego demasiado grande y sé que es algo que tú igual querías escuchar pero de forma sincera y ahora lo estoy haciendo. Así que lo hago porque realmente lo siento y porque te quiero…” agacha su rostro cerrando los ojos brevemente, sabiendo que esa parte debería llegar solo al final cuando las cosas estuvieran bien. Si es que salían de esa forma.

“Si lo estás diciendo de corazón entonces para mi está bien…” la menor empieza a asentir repetidas ocasiones queriendo dejar en claro todo “Yo no le diría ‘Te quiero’ a cualquier persona Jessi” sus ojos semi-abiertos y las arrugas en medio de su frente avisan que la chica parece llevar un poco de dolor, pero ante todo verdad en lo que dice “Yo, me refiero a todo lo demás Fany, no a si me quieres o no” responde se manera cruda la rubia que parece ignorar como la frente de la menor se estira ante el otro apretujón interno que parece se hace cada vez más notorio cuando la rubia abre su boca.

Fany sabía que ella iba a venir con su corazón abierto, pero una de las desventajas de este tipo de acciones es que ese órgano demasiado expuesto puede llegar a ser lastimado con facilidad. Y en cuanto a la pureza de sus palabras, igual era algo que tenía bastante claro. Exponer ante todo con la verdad para que nada quede por fuera y empezar a escribir en páginas blancas a partir de ese momento. Lo que no esperaba, era que su ex viniera de manera tan fuerte hacia ella. Las razones son obvias, pero Jessica ha preferido dejar de ser tan tenue cuando de recibir disculpas se trata, antes podía dejar pasar cualquier cosa y con una mirada totalmente natural decía que no había problema, y en realidad era el fin de cualquier cosa. Pero ahora era diferente, parecía ida, sumida en sus pensamientos que le daban trasfondos de dolor a cada cosa que la otra decía, no quería dejar escapar nada y quería tanto como la menor, dejar salir todo lo que siente, respecto a cada cosa que la otra deje salir.

“¿Podemos simplemente tratar? Yo quiero arreglar las cosas contigo y no tener más peso que llevar aquí” dice señalando su pecho y el rostro un tanto marchito ante la desesperación y el dolor obstruido que parece está haciendo de las suyas.

“¿Esto lo haces por mi o por ti?...” la mira fijamente con sus ojos que empiezan a tensar ciertos músculos en el cuerpo de Tiffany y ante el gesto en la cara de la rubia ella ese estremece “¿Lo haces para sentir llevar menos peso contigo misma o porque realmente sientes?” la mira entrecerrando los ojos, esperando que cualquiera sea la expresión o respuesta quede desnuda ante su ser, para poder capturar de forma inmediata si es verdad o mentira. Ella más que nada sabe cómo exponer a la chica.

“No te voy a negar que quiero estar bien conmigo misma, y para hacer eso necesito estar bien con todo lo que me rodea…” el sonido burlón de la rubia dejando chasquear su lengua y soltando un fastidioso “tsh” de entre sus labios, permitiendo ver una sonrisa pretenciosa, y la negativa total en su rostro.

La menor queda frenada, y es como si tantas imágenes pasaran por su cabeza, haciendo entender que todo lo que le pasa a estas alturas, en el pasado lo pudo haber hecho con muchas personas, y claramente es presa del efecto bumerang que la vida suele usar contigo. O lo que bien muchos llaman karma.

Tiffany abre los ojos como aviso de que va a continuar pese a la interrupción abrupta “Y quiero que tú hagas parte de lo que me rodea, porque aunque parezca un ogro…” con los orbes a tope, la mira a la cara “Te quiero en mi vida” Jessica se guarda la sonrisa jactanciosa y decide solo tomar aire.

“Si has tomado tú decisión Fany, solo debes ganar tú plaza” dice levantando hombros y manos, siendo plenamente consciente del movimiento afirmativo y lento en la cabeza de Tiffany.

“Prometo dejar de moles…”

“Tiffany…” le interrumpe de manera brusca y exclusiva, solo para que no llene su cabeza de cosas que luego la harán decepcionarse y evitarle a ella misma llenarse la boca de más mierda que luego no podrá hacer.

“Solo actúa, las palabras están dichas, tus actos son los que al final me dejarán ver quien realmente eres. Porque desde donde estoy no te conozco y prefiero…” estira su mano abierta hacia la chica en frente que la mira de manera perpleja “Que hagamos como si fuera la primera vez que nos conocemos, sin un pasado”.

La mirada atónita de la menor, que muestran con simpleza la confusión de sentimientos que parece quiere hacerse espacio dentro de ella para conseguir un dominio absoluto. Pero el impulso de la piel que siempre quiso tener con ella, la está invitando a tocarla, y como si sus sentidos, estrepitosamente estuvieran evolucionando, escucha su respiración pesada, el corazón justo en sus oídos y sobre todo el perfume de Jessica, escueto pero atractivo; completamente nuevo para ella, como las nuevas sensaciones que parecen despiertan con el solo hecho de que el aroma relajante llegue a sus sentidos.

El apretón de mano apresurado y fuerte llega de forma inminente, pestañando tantas veces y asintiendo a la misma velocidad de sus parpados, queriendo dar la impresión que no se ha ido de este mundo en ningún momento, pero la rubia ha captado todo. La mitad de su fisionomía arrugada da nota de ello.

Jessica sonríe un poco con vergüenza y otro tanto de incomodidad cuando la rubia no suelta su mano, pese a que ha ido de arriba hacia abajo amistosamente unas diez veces “Bueno…” apunta la rubia, diciendo gentilmente que es suficiente, pero recibe una sonrisa de agrado por parte de la menor, que parece no entender la situación.

Pero la sonrisa entrañable y honesta en el rostro de la muchacha hacen tomar un respiro profundo en la rubia, que la invita a relajarse y no estar tan a la defensiva de la otra “oh, lo siento” escucha de la nada, sintiendo su mano ser liberada “No, ya estaba permitiéndole irse a vivir allí” dice en juego. Un juego que toca lo más profundo de las entrañas de Fany, que se queda mostrando su lado más idiota, con una sonrisa que no consigue serlo y con un rostro a punto de lágrimas que brotan. Tal vez tomó literalmente cada palabra de la mayor.

“¿Pedimos algo?” dice Sica mirando su teléfono, dándose cuenta que las enanas no han respondido y que su estómago la incita a comer. La menor asiente dos veces y se pone de pie rápidamente “Yo invito” dice sacando la cartera de su bolso “Yo me dejo invitar” sonríe la rubia de forma abierta, viendo como el riachuelo empieza a dejar ir su corriente después de una tempestad.

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“¿Abriste la aplicación?”  Los ojos abiertos hacia su amiga, en modo preguntan dejan ver toda la duda en ellos “¿Dónde te escribió Jessica?” con toda la paciencia que la pequeña Lee suele tener hacia la mayor advierte “ah sí, nos está escribiendo…Eso dice” le responde volviendo a su estado de seriedad.

“Si abriste la venta de su chat, se dará cuenta que leíste su mensaje, pero que no has querido responder” advierte Sunny mordiendo su pajilla después de haber terminado la súper malteada gigante de frutas que pidió junto con su nueva compañera de mesa, quien obedientemente después de que casualmente pidieran lo mismo y decidir en conjunto pedir una sola de tamaño familiar solo para ambas. Se sentó tan cerca cómo era posible de Sunny.

“coño, no sabía…” Levanta su rostro de niña inocente como pidiendo ayuda y abre vuelve a mirar su celular, viendo que la rubia está escribiendo una vez más en su ventana “¿Qué hago?”  Pregunta, con nerviosismo, como si estuviera a punto de enfrentar a su madre por un regaño.

“Dile que nos ocupamos con Camila, que si ya terminó allá que venga” La latina mira hacia su lado izquierdo aun sorbiendo la espuma que queda en el fondo de la gran copa cristalina  y sonríe mordiendo la punta de su lengua, sacando la pajilla antes de hacer el gesto que hace sonreír a SoonKyu.

“Quedé sumamente llena” dice la menor pegando la espalda al espaldar de la silla y poniendo ambas manos sobre su estómago. Sunny no pierde el gesto que al parecer la enternece, y TaeYeon interrumpe apropósito con el mensaje que ha recibido de la rubia “Está desayunando con Fany ¿que si nos vemos en el parqueadero en 10?”

“Bueno…” Camila se pone de píe dejando ir aire, sintiéndose un poco más aliviada, como si el jugo dentro de si estuviera acomodándose de f