Siempre tuve este tipo de pensamiento, desde una muy temprana etapa, no era desde ningún punto una ertida a esa edad, pero debido a mi solidario tiempo libre, sí muy curiosa, así que más o menos empecé a saber cual era mi lugar, y era aquel que se ve desde la vergüenza, la opacidad, repugnancia, odio, y en su gran mayoría ignorancia e incomprensión.

Recuerdo que durante mi infancia, mi profesora me preguntó alguna vez, cual era mi color favorito, yo miré hacia mi derecha, luego hacia mi izquierda, jugando con mis dedos impregnados con pintura de muchos colores, entrelazaba mis pequeñas manos haciendo sonar un chasquido con cada acercamiento. Después de unos segundos y con muchas dudas respondí  - azul - .

La mayoría de las niñas había respondido rosa,  y los chicos se debatían entre el azul y el rojo, por el rabillo del ojo alcanzaba a ver algunos rostros sorprendidos y desaprobatorios frente a mi inocente respuesta, ciertas risitas y unas burlas se escuchaban en el fondo, si, en el fondo, yo seguía concentrada en el chasquido que emitían mis manos llenas de pintura.

Mi profesora notó mi rostro temeroso, mi indecisión y mis ganas de cambiar inmediatamente la respuesta cuando repetía – Este… yo… – como si quisiera cambiar mi sentencia. Pero ella solo me sonrío y acarició mi mentón – Está bien que te guste algo diferente – Desde entonces supe que debes ser del montón para ser aceptado. Porque señalarme por haber elegido algo que según muchos está destinado a ser para el o masculino, cuando es solo un color, son cosas que te van simplemente marcando. Allí supe que mi profesora, era una en un millón.

El resto se conforma con la moda, o lo que se supone está bien, lo que digan las masas, aquellas que no saben elegir, de mentes débiles, que no tienen ni imagen propia, ni pensamiento propio y obviamente mucho menos una propia vida.

Entonces debes pertenecer a ese gran grupo, y hacerte fan de la película de vampiros del momento, ilusionarte con que ese ser infernal aparezca en tu ventana una noche, única y exclusivamente para mirarte mientras duermes, como si tu baba colgando fuera algo muy y. O mejor aún, un chico que se transforma en hombre lobo y lo único en lo que debes pensar al respecto es que es demasiado y. Si esa bola de personas se animan a vivir  algo así, debo decir que son muy valientes o extremadamente drogadictas para no huir de dos tipos tan apocalípticos.

Otra parte importante de ese clan es gritar como loca por el ídolo pop del momento sin importar si su música es basura o si es un buen ejemplo para la sociedad. Claro, porque no importa lo que haga, siempre se lo vamos a justificar, entonces todo estará bien, lo importante es dejarse arrastrar por lo que a los demás le guste, sino, no estas en este lugar, no eres de este mundo y no encajas con la gran mayoría, eres raro y generalmente te hacen a un lado. Y yo me pregunto ¿Quién quiere estar allí? Y la respuesta es… las grandes masas.

Todo aquello que menciono son patrañas estupidas de gente aún más estúpida; y yo definitivamente no pertenezco a ese gran gremio.  Pertenezco a otra tropa, que aún que no esté entre la locura y la idolatría, la gente lo ve aún peor, y por eso mismo me siento como una en un millón.

Con todo esto que siento y tenerlo tan escondido, tenía que buscar una salida, porque a veces mi cuerpo sentía la necesidad de hacer implosión, y si todo eso que llevo dentro salía a flote el mundo me apedrearía, y temo mucho estar más arrinconada de lo que ya estoy, porque todo lo que sigue es el precipicio, y tengo tanto miedo de salir de esa orilla como de caer. Y aunque entre la espada y la pared, este es mi sitio de confort, creí que no había otro.

Creí muchas cosas; estar destinada a ser el punto de inflexión en este mundo al que se me obligó a venir, y aparte de estar aquí sin consultarme me exigen estar apartada del resto, solo porque me gusta el azul y no el rosa como el resto de las mocosas. Quisiera solo ser feliz amando, sin sentir la mirada aborrecedora de mi padre, sin que mi vecina religiosa me mire y  se persigne, sin que me digan que soy un mal ejemplo para mi hermana menor. Y aun que en algún momento pensé en saltar, alguien llegó a mi vida.

Con todas mis hormonas despiertas y al tanto de cuanta chica se cruzaba, ella no pasó desapercibida, pero con el tiempo ese amor se fue engruesando tanto, que ahora no puedo estar sin su presencia.

Sunny es justo eso, un día soleado para mis días grises, y es como yo, una en un millón.

Cuando teníamos la suficiente confianza, simplemente fue como si nos hubiéramos puesto de acuerdo para contarnos lo obvio entre ambas, un dicho popular dice ojo de loca no se equivoca, pues bueno, ella me olía y yo a ella, así que simplemente lo dijimos  abiertamente la una a la otra. Fue como dejar salir un suspiro que parecía llevaba siglos allí, que más que de aire parecía de ladrillos, realmente liberador.

Desde ese momento tal vez por el mutuo apoyo, que significaba tanto, significaba todo. Salíamos juntas a todos lados, íbamos de la mano como si realmente fuéramos pareja, cabe agregar que en esta sociedad te miran con otra nena tomada de la mano y es muy normal, pero nadie sabía lo que había detrás, y en realidad éramos dos lesbianas con ganas de morder nalgas desesperadamente, más Sunny que yo… es solo una aclaración.

Bien, no de ese modo, pero queríamos salir del closet y que fuera lo más normal del mundo, pero solo pensar eso me hace sentir una bofetada  y a mi padre mirándome con desaprobación y decepción.

Sunny es una chica muy sonriente, muy brillante, su nombre lo dice está más que claro, así que estábamos dispuestas a vernos todos los días y dejarnos ser, a veces creo que nuestros pequeños espacio de libertad,  [que solían ser su habitación o la mía] eran realmente repugnantes.

Escudriñar en un mundo al que sabes que perteneces, pero que es un tabú, está prohibido por la sociedad a la que a la vida le dio la gana de tirarte y los espacios que tienes son limitados, ¿que más creen que se puede hacer aparte de derrochar? Pues justo eso. Veíamos tipas desnudas, hacíamos amistades por Internet y de vez en cuando o, aun que, la mayoría del tiempo no era tan excitante como debería, Sunny se reía constantemente y se burlaba de absolutamente todo.

Bueno, eso y que TaeYeon, su mejor amiga, la llamaba continuamente al teléfono. Así que los planes de aprender por medio del o quedaron cancelados indefinidamente.

Pese a que Sunny es completamente Libre conmigo, TaeYeon es su mejor amiga, aún así TaeYeon no sabe que Sunny es gay, pero si sabe que yo lo soy. Ella no se mete en mis asuntos, pero tampoco le gusta adentrarse. Bueno, no es como si hubiera algo más profundo detrás de esto, porque realmente estoy nula respecto a todo lo que se refiere a relaciones sentimentales, intimas y demás.

Lo más cercano a una relación amorosa en mi vida ha sido Sunny, y una perrita que tuve hace algún tiempo, pero eso realmente suena demasiado enfermo.

Y Sunny, bueno, ella ha estado enamorada de TaeYeon desde hace un tiempo, siempre me dice lo mismo, cuando le pregunto – ¿Exactamente hace cuanto? – Ella responde – Exactamente hace un tiempo – y me abre los ojos y las manos como si fuera demasiado preciso o demasiado obvio y realmente no es ninguna de las dos.

Lo cierto en todo esto es que ella hace absolutamente todo por Tae y TaeYeon igual por ella, pero la mayor es algo sobre protectora con Sunny,  pese a que de eso no pasa, para Soonkyu es como si cada vez que la defiende o la quiere salvaguardar estuviera dando una pelea a muerte por ella como un gran caballero que lucha por su princesa a capa y espada.

El cuento es largo, pero para hacerlo corto, TaeYeon está saliendo con alguien, es sumamente extraño, que alguien con su personalidad algo sombría y que se comunica tan poco, pueda estar saliendo con alguien, pero creo que su rostro lindo dice lo que su boca no, maldita, eso es lo que es TaeYeon.

No, no lo digo por envidia, salir con un chico que solo la quiere por su rostro es claramente una maldición, y aún peor q