La semana de exámenes iniciaba, era el principio del final, todo el cuerpo estudiantil estaba inmerso en lo que serían las pruebas reinas para determinar quienes debían repetir el año académico y quienes estarían presentes en la ceremonia de graduación, esa que les daba el paso al siguiente escalón que los lleva a ser profesionales.

Jessica lee pregunta tras pregunta sin responder ninguna, se le ve seria. Algunos pocos quejidos, tos y el sonido más vibrante, son los de los lápices que se arrastran sobre las hojas de respuesta, de vez en cuanto una que otra hoja pasando hacia eco y llamaba levemente su atención sin desprender la mirada de su cuestionario.

Empieza colocando su nombre, sección, salón y fecha, cuando cree que se dispone abiertamente a responder las preguntas que está segura de saber levanta su mirada, una silla delante de ella en la fila de al lado está Sunny, y justo en frente de Jessica, TaeYeon.

La mirada de Sunny podría causarle entre risa y ganas de estrangularla, observa su boca estirada al frente, sus ojos tristes y algo llorosos, concentrada en la hoja de su mejor amiga, quien con un lápiz empuñado en la mano golpea su cabeza cada tanto, como si fuera una botella de ketchup, para que la información baje desde su cerebro. Es el ritual habitual de Taeyeon, que aun que poco le funciona, ella aún le tiene fe.

Jessica decide hacer sonar su lápiz contra su pupitre, llamando la atención de unos cuantos, pero su mirada esta clavada en Sunny, un vistazo que parece de enojo. La menor mira hacia el frente donde se encuentra su profesor, cuando se da cuenta que éste  está solo leyendo mira a su amiga, que tiene los ojos muy abiertos transmitiendo un regaño directo que la envía a levantar los hombros como acción de inocencia.

La rubia toma su bolígrafo, lo mueve gesticula con su boca, intentando que la otra entienda, La pequeña comprende el mensaje, una orden, esa que alcanzó a leer de los labios de la mayor, la cual le indica que haga su examen y deje de mirar a TaeYeon.

Y Sunny lo toma como tal, porque baja su mirada triste y su boca se ha fruncido aún más que antes, Jessica no puede dejar de suspirar, rindiéndose un poco ante la actitud de entrega de la pequeña para con la mayor. Sica emprende su camino hacia su propia hoja, donde vuelve a leer la primera pregunta y empieza a escribir tratando de recordar ciertas partes con palabras difíciles que le truncaban un poco el esquema fácil que ella misma había planteado por medio de resúmenes.

No se había esforzado tanto, necesitaba una nota mínima,  contrario a TaeYeon, quien se esforzaba demasiado, al final no conseguía nada productivo y aún debe 1 habilitación. Sunny, ella tenía todo bajo control, siempre hacia las cosas a una velocidad increíble y de manera perfecta, la mayoría de los exámenes los hace en un tiempo que se puede denominar record, pero si lo entrega de forma inmediata sabe que debe abandonar el aula de clases, y ella quiere permanecer por si Jessica y TaeYeon necesitan alguna respuesta. Ella hará hasta lo imposible para aprovechar el momento y que la respuesta llegue a destino.

Como en ese instante en que ve que Sunny se levanta a tomar su borrador que obviamente ella misma tiró, y cuando intenta subir, tira un pedazo de hoja en el regazo de TaeYeon, quien levanta la mirada hacia el frente y luego hacia la menor, quien tiene un rostro serio, ese que generalmente los héroes ponen cuando han cumplido su misión, pero la sonrisa de TaeYeon logra intimidar esa expresión grave en el perfil de la menor, quien pone ahora en su rostro la estampa calcada, de su mejor y más brillante sonrisa. Un “de nada” dibujada en ella.

*

“Gracias Sunny, si no hacías eso me iba como un culo” Dice TaeYeon tomando la mano de la menor entre la suya y entrelazando sus dedos, haciendo cara de salvación, Sunny no pierde las muecas representativas de cada mínima conquista, poniendo cara entre alegría y llanto solo porque la otra chica está tomándola “Dije que te ayudaría en todo lo que pudiera, luego te la cobro” Jessica mira a Sunny que va caminando en medio de ambas y sabe lo que esas palabras significan “yo estuve en guerra con Cho. Me quedó mirando cuando el pedazo de hoja se esfumó y cayó en medio de la fila” Taeyeon aporta sin habérselo pedido “casi le sacas un ojo” Sunny suelta su pequeña risa “él sabía que eran las respuestas, y estaba más perdido que nemo. Quería tomarlo pero gané” responde Jessica defendiendo su actitud agresiva como si fuera algo normal “tenía más miedo que el profesor nos viera que quitarle la vida a él” Tae la mira con su cara monótona pero no dice nada, ni transmite nada, Jessica solo arruga el entrecejo y niega, parándose en medio de tantos alumnos que al igual que ellas esperan que vengan para llevarlos a sus hogares.

Sunny viendo como al fondo el carro del papá de Jessica viene, pregunta “hoy ¿en tú casa o en la mía?” Jessica ve la cara de Taeyeon, que mira hacia otro lado cuando siente la mirada de la rubia sobre la de ella, Sica sabiendo que Tae estaba recordando el evento del fin de semana, cuando dejó su laptop abierta y tenía una escena de un video bastante caliente “en tú casa” dice asintiendo levemente, Sunny señala con su dedo índice el coche que se estaciona lentamente muy cerca de la acera “¿a las 3?” pregunta la rubia con algo de duda en su voz “a las 3” dice Sunny haciendo un ademán al señor, que sonríe saludándola desde su lugar de piloto y dándole un beso a su hija cuando está le hace compañía en el puesto del lado.

Sunny puede decir que la sonrisa que Jessica le brinda a ese señor es simplemente aquella honesta de amor puro e incondicional, ese gesto que tal vez la chica reprime demasiado ante todo aquello que la rodea, cuidándose en demasía, sabiendo de que está rodeada. De humanos impertinentes que llegan al mundo buscando placer, cuando lo que más se goza es aquello que podemos sostener con nosotros, dándole la libertad de elegir, de amar, de permitirle ser, de permitirle estar contigo.

Jessica comprende la situación en la que vive, después de su primera experiencia, que más que un vacío, le ha dejado una pared muy alta de saltar, y por ello hasta su sonrisa es un gesto que quiere guardar para aquellos que solo su corazón cree que lo merecen.

La menor mira hacia atrás buscando a la persona que le roba el alma en cada segundo, así sus cuerpos no estén en el mismo lugar, incluso si no se están mirando, incluso si la mayor no lo sabe, Sunny con cada mirada y cada respiración de su existencia está gritando desde lo más inmerso de su ser que la quiere desde siempre, pero puede ser un salto a un abismo que no tiene fondo, o tal vez este sea simplemente la separación y el fin de una sutil amistad que se ha impregnado en medio de cada roce con sentimientos tan profundos que TaeYeon sabe que existen, pero que no sabe el principio ni el final de ellos, y es porque simplemente, es infinito no existe un limite.

Por eso Sunny se encarga de simplemente sonreírle levemente cuando la mayor después de testear un mensaje con una sonrisa gigante, le regala una un poco más pequeña a su mejor amiga, que internamente desea que algún día la mayor sonría así por ella y para ella.

“¿Te vas conmigo o vas a esperar al mongolico con el que estás saliendo?” La mirada de chica a punto de hacer rabieta no se hace esperar, y aun que en otras ocasiones Sunny hubiera sonreído tratando de aliviar un poco el golpe psicológico, esta ves se mantiene seria abriendo un poco los ojos y desapareciendo su labio superior con su labio carnoso “No es gracioso” responde la mayor torciendo un poco sus ojos y cruzando los brazos. Sunny sonríe con malicia teniendo en manos su gran remontada “Si, yo lo se, pero no es culpa mía, es culpa de la naturaleza” asiente muchas veces, TaeYeon voltea a mirarla aun