-¡Yul! De verdad ¿estarás bien? - Pregunto Jinyoung acercándose a mí.

-¡No lo sé! - Le respondí  mientras las lágrimas ya se desbordaban por mis ojos y en seguida lo abracé tan fuerte que podía sentir el palpitar de su corazón acelerándose.

Jinyoung no dijo nada, solo me envolvió con sus brazos y dejo que todas mis emociones, hasta ese momento reprimidas, fluyeran; después acaricio suavemente mi cabeza mientras mi rostro descansaba en su cálido pecho. En un segundo sentí sus labios rozando mi frente y en lugar de alterarme y sepárame de él, permití que sus labios bajaran por mis húmedas mejillas y terminaran estrellándose contra mis labios.

Entonces, la puerta de la entrada se abrió, inmediatamente empuje a Jinyoung quien al momento cayó sobre el sofá, corrí a mi habitación y me encerré azotando la puerta. Pero ¿qué demonios había pasado?, ¿cómo había permitido que eso pasara?, ¿en qué rayos estaba pensando?

-¡Por dios! Tengo novio – Me dije a mi misma. Las lágrimas que habían parado hace algunos segundos debido al sobresalto producido por el sonido de la puerta abriéndose, ahora resurgían y con más fuerza, no solo me embargaban mis emociones de pérdida y tristeza, sino ahora también me sentía avergonzada y culpable.

-¿Yul, estas bien? – Jinyoung preguntó del otro lado de la puerta y agregó - Gongchan quiere verte con sus propios ojos para saber si estas bien.

-¡Si, ya salgo! -  Le respondí aun nerviosa limpiándome las lágrimas con las palmas de las manos. Inhale profundamente y trate de calmarme  y a continuación abrí la puerta.

Gongchan se hallaba de frente al fregadero lavando lo que parecía una manzana. Tan pronto como escucho la puerta cerrarse dio un giro de ciento ochenta grados,  automáticamente su boca se curvo revelando su encantadora sonrisa, recorrió la cocina y se acercó a mi rodeandome con sus brazos.

-¡Yul, te extrañe! – Me dijo mientras descansaba sus labios en mi mejilla.

Hasta ese momento advertí la mirada penetrante de Jinyoung sobre mí, su mirada atravesaba mi alma, ahora los cargos de culpabilidad se hacían más pesados.

-¿Qué te pasa? ¿Yul, estás bien? – Me pregunto Gongchan separándose de mí notando mi expresión confusa.

-¡Si! ¡No! Yo… Veras, hay algo que debo decirte… - Comencé a balbucear  mientras mis ojos eran atrapados por los de Gongchan.

-¡Bueno será mejor que me vaya, deje la comida en la nevera! – Dijo repentinamente Jinyoung, se acercó a Gongchan despidiéndose de él y después agregó - ¿Yul, puedo hablar un momento contigo?

Mire a Gongchan esperando su aprobación y al ver su sonrisa accedí con la cabeza. Acompañe a Jinyoung hasta la puerta pero él me tomo de la muñeca y me saco del departamento conduciéndome a las escaleras de emergencia.

¡Yul! ¡Lo siento! ¡No volverá a ocurrir! ¡Solo me deje llevar! ¡No tiene mayor importancia! ¡No necesitas decírselo a Gongchan! ¡Solo se complicarían las cosas!  - Me aseguro Jinyoung mirándome a los ojos, tratando de convencerme.

-¡Lo sé! ¡No es tu culpa! ¡Yo debí abofetearte, pero no lo hice! ¡Y te creo! ¡Ahora vete, te llamare cuando este más tranquila!  - Le respondí.

-¡Esta bien! - Dijo Jinyoung, aproximándose para abrazarme.

-¡No! - Di un paso atrás - ¡Ahora no! - Después camine al departamento preguntándome aun  si debía o no decirle a Gongchan sobre mi flaqueza y falta de voluntad.

Al entrar al departamento, Gongchan estaba parado al lado de la estufa saboreando la comida que Jinyoung había dejado en la nevera, al verlo tan tranquilo  decidí que dejaría esta penosa confesión para otro día. Me acerque a su lado y lo abrace nerviosamente.

-¿Estas bien? – Me preguntó dejando el plato que sostenía con ambas manos sobre la estufa.

-¡No! - Le dije - ¡Pero lo estaré! ¡Solo abrázame, abrázame por favor!

El me abrazo y tan pronto como lo hizo la tristeza por la pérdida de mi madre se fue desvaneciendo poco a poco.

-¡Te amo Gongchan! ¡Nunca me dejes! – Le supliqué

-¡Te amo Yul! ¡Nunca te dejare, nunca lo hare! – Me respondió depositando un suave beso en mi boca.

Los días pasaron y se convirtieron en meses y las cosas comenzaron a marchar con tranquilidad y aunque aún lloraba al recordar a mi madre, ahora podía contar con el apoyo de mi padre, nos comunicábamos constantemente y aunque le había pedido en más de una ocasión que viniera a Seúl  a vivir conmigo, él seguía negándose pues no quería abandonar la casa en la que vivió con mi madre.

Por otra parte Alma solicitó mi ayuda para organizar su boda con CNU y aunque sería un evento pequeño e íntimo, la cantidad de cosas que se debían realizar para que cada detalle del evento fuese perfecto me tenían agotada.

Una tarde CNU llego inesperadamente a mi Departamento, al preguntarle cual era la razón de su visita solo se limitó a decirme que debía escapar un rato de todo lo que lo rodeaba, sin preguntarle más detalles le di la bienvenida a casa. Y aunque su plan era desaparecer del  mundo, su celular no paraba de sonar. Ya desesperado, ShinWoo le quito la batería al celular para despues arrojarlo sobre el sillón y a continuación encerrarse en el baño. Pasaron alrededor de quince minutos  y CNU aún no salía, así que supuse que algo andaba mal, me acerque a la puerta del baño y a punto de tocarla, se escuchó un grito ahogado del otro lado de la puerta.

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Y bien ¿Qué tal va?

Espero que les guste.

Prometo actualizar más seguido!!!!

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