Acelere mis movimientos y terminé de recoger mis pertenencias, me puse de pie y le hice señas a un taxi pero este no se detuvo, levanté nuevamente el brazo con la intención de llamar a otro auto pero todos los coches pasaban frente a mi sin detenerse, miré de reojo hacia aquella perturbadora esquina tratando de serenarme, sin embargo advertí que aquel hombre de aspecto lúgubre se acercaba velozmente hacia donde yo estaba, a continuación mis nervios se crisparon provocando que mi cabeza girara hacia todos lados en busca de alguna persona que pudiera ayudarme, pero las calles aún lucían desoladas.

-¡Yul Bae Park! - Me grito aquel hombre.

Tape mi boca con una mano suprimiendo un grito de terror y corrí entre el tráfico esquivando varios vehículos, corrí a lo largo de una calle sin mirar ni una sola vez atrás y al pisar la acera de enfrente instintivamente rote sobre las puntas de los pies buscando a aquel hombre que me había causado ese estado de mortificación, afortunadamente ya no estaba ahí. Me llevó algunos minutos poder tranquilizarme completamente, después partí rumbo al trabajo. En el trayecto solo podía pensar en aquel hombre y en porque sabía mi nombre.

Las primeras horas del trabajo fueron frustrantes pues no lograba concentrarme en mis actividades dadas las circunstancias que habían antecedido a mi llegada a la oficina. Ya cerca de las diez de la mañana llamaron a la puerta.

-¡Pase! – Dije mientras miraba el monitor de mi computadora, entonces escuché como se abría y cerraba la puerta.

- Mmmm… ¡Cough! ¡Cough! – tocio la persona que acababa de entrar a mi oficina con la intención de hacer notar su presencia.

Despegue los ojos del monitor y me llevé una gran sorpresa. Me levante rápidamente y corrí hacia Gongchan que se encontraba recargado contra la puerta tratando de contener su hermosa sonrisa. En seguida lo rodee con los brazos y el hizo lo mismo, en ese momento olvidé todo lo que me había ocurrido algunas horas antes.

-¡Te extrañé! – Dijo Gongchan liberándome de sus brazos.

¡A decir verdad, yo también te extrañé! – Dije sonrojándome un poco.

-¡Oh, te sonrojaste! Dijo Gongchan abrazándome nuevamente.

-¡No te burles! ¡No es sencillo para mí decirlo en voz alta! – Le dije mientras aún permanecía en sus brazos y después añadí – Y bien ¿Cuál es la razón por la que estás aquí?

-Porque necesitaba verte, pues de ti obtengo mis fuerzas - Comenzó a decir Gongchan mirándome fijamente – Mi felicidad están en ver tus ojos, escuchar tu voz, besar tus labios... - Lentamente fue acercando sus suaves y cálidos labios rojos a los míos, sonreí al sentirlo tan cerca de mi rostro.

Repentinamente se escuchó el sonido fuerte y claro de unos huesudos nudillos sobre la fría madera de la puerta, frenándonos de concretar lo que hubiera sido un beso perfecto. Mecánicamente di un paso hacia atrás, mientras Gongchan respiraba profundamente intentando tranquilizarse con la finalidad de lucir sereno, después se acercó a la ventana para esperar que la puerta se abriera y enseguida esta se abrió mostrando a la asistente de mi jefe.

-¡Buenos días Señorita Park! El director Kim la espera en el estacionamiento en diez minutos, él la acompañará hoy a la supervisión de rutina - Dijo la asistente mientras observaba a Gongchan de pies a cabeza tratando de entender porque le resultaba conocido.

- ¡Gracias! Enseguida bajo - Le dije notando su penetrante mirada sobre Gongchan.

En ese momento la asistente salió de la oficina no sin antes exclamar un “¡Ahhh!” al comprender quién era ese castaño parado frente a la ventana. Entonces mi teléfono celular sonó y al mirar la pantalla descubrí que se trataba de Baro.

-¡Te acompaño al estacionamiento! - Dijo Gongchan.

Accedí moviendo la cabeza de arriba a abajo, después comencé a tomar las cosas que llevaría conmigo mientras contestaba el teléfono sosteniéndolo entre la mejilla y el hombro.

-¡Buenos días! ¿Cómo te sientes? ¿Qué tal amaneciste? - Pregunte al terminar de tomar mis cosas, después caminé hacia la puerta, Gongchan se adelantó unos pasos y abrió la puerta sosteniéndola uno segundos mientras yo la atravesaba.

- ¡Me siento mal! ¡Me duele la cabeza y no se ni como llegue a tu casa! - Comenzó a decir Baro. Por su parte Gongchan caminó junto a mí rumbo a los elevadores sin emitir ninguna queja, aún mantenía una sonrisa en su rostro. Entonces Baro continúo diciendo - ¡Pero bueno no llamo para quejarme, al contrario quiero disculparme por mi comportamiento tan irresponsable, además deseo agradecerte por recibirme a mitad de la noche y tomarte la molestia de programar dos despertadores! ¡Ya imagino tu expresión al abrir la puerta y verme en ese estado!

- ¡Bueno, no fue exactamente de esa manera! - Dije mientras Gongchan presionaba el botón del ascensor.

-¡Oh por dios! ¡No lo recuerdo! ¡Lo siento mucho! Por cierto, tu portero me dijo "¿Para cuándo la boda?  ¡Le deseo mucha felicidad!  ¡Cuide muy bien de la Señorita Park, es muy buena persona!" Bla, bla, bla - dijo Baro muy divertido

-¡¡Jajajaja!! ¿Boda? ¿Casarnos? ¡Jajajaja! ¿Cómo puede pensar eso? - Dije al entrar al elevador seguido por Gongchan quien al escuchar esto cambió automáticamente su expresión, ahora lucía serio y algo afligido.

-¿A qué piso? - Preguntó Gongchan algo enfadado.

- ¡Sótano 3! – Dije, después Gongchan presionó dos botones y se alejó un poco de mí, yo no lo noté y continúe hablando con Baro – Y bien ¿Recuerdas cuál era la razón principal de tu visita a media noche?

- ¡Aquí bajo yo! - Expresó Gongchan después de que el ascensor se detuvo.

-¡Espera! - Le dije a Baro y me despegue un poco el teléfono de la oreja - ¡Te amo! - Le dije a Gongchan mientras sentía como mi rostro cambiaba de color.

-¡Siete de la noche, el restaurante frente a tu casa! - Ordenó Gongchan mientras salía del elevador sin mirarme una sola vez, después las puertas se cerraron y el elevador continúo bajando.

-¿Baro? - Dije - Entonces... ¿Qué era eso tan importante que debías decirme? - Le pregunté y comencé a percatarme que una sensación de incomodidad se apoderaba de mí, pues al parecer había hecho algo mal y no sabía con seguridad cual había sido mi falta.

-Mmmm... ¡No!  ¡De verdad no recuerdo porque fui a verte Yul!... En fin ¡Gracias por todo! Después  te llamo, debo colgar ya estoy llegando a la locación para la grabación de hoy.  ¡Bye!

-¡Bye! - Dije y después colgué, enseguida la puerta del elevador se abrió

Acompañada por mi jefe realicé la supervisión de la construcción de un complejo departamental casi al otro lado de Seúl, permanecí allí el resto de mi jornada laboral. A las cinco de la tarde  mi jefe se despidió de mi liberándome de mis actividades dentro de la oficina, es decir me dio libre el resto del día, de modo que podría asistir a mi cita con Gongchan sin ningún problema, entonces me traslade hasta mi departamento con la intención de prepararme para aquella cena.

Ya lista para tal evento, salí de mi edificio dispuesta a pasar una excelente noche acompañada del amor de mi vida, le pediría disculpas y le explicaría la llamada de Baro, de esa forma todo se arreglaría entre nosotros y volvería a ver esa linda sonrisa que iluminaba mis noches y días. Al llegar al restaurante pregunte por la reservación a nombre de Chano Gongzalez, pues justamente Gongchan utilizaba ese nombre para no ser interrumpido o fotografiado por paparazzis, entonces me guiaron a una mesa para dos que se encontraba escondida tras un par de paneles de tela, ahí espere pacientemente.

-¡Ya es algo tarde! – Me dije a mi misma. Miré el reloj asegurándome de la hora - ¡Ya se ha retrasado por media hora, es raro que algo como esto pase! - Pensé en voz alta. De pronto mi teléfono comenzó a sonar - Me pregunto ¿quién será? ¡Oh! Es Gongchan – Me dije al mirar la pantalla del celular y entonces respondí - ¿Hola?...

-¡Yul! ¡Amor!... Debo decirte algo… -Comenzó a decir Gongchan.