Pánico

Invierno

Y entonces desperté, el temor y la confusión se apoderaron de mis pensamientos de modo que di varias vueltas sobre mi cama antes de intentar dormir nuevamente. Cerré los ojos una vez más y a punto de rendirme ante el cansancio escuché un fuerte portazo seguido de un golpe seco sobre el piso, acompañado de una risa ersa, en ese momento recordé que había olvidado ponerle el seguro a la puerta.

Me escondí debajo de las sábanas, mis piernas temblaban de miedo,  afuera de la recamara se seguía escuchando esa risa tan peculiar que me provocaba escalofríos. Me tranquilice un poco y me armé de valor, deje mi cama y tome el perchero que estaba frente al armario, me acerqué a la puerta de la habitación, lentamente giré la perilla y abrí bruscamente gritando y moviendo el perchero hacia todos lados como si se tratara de una espada.

-¿Quién eres?... ¿Qué quieres?... ¡Estoy armada! ¡Sal de mi casa ahora mismo! – Gritaba tratando de asustar al intruso pero aquella risa no paraba al contrario se intensificaba.

Me acerqué a una de las paredes y estiré mi mano sobre su superficie tratando de encontrar el apagador sin perder mi postura de ataque. La luz se encendió revelando al culpable de aquel incidente.  La puerta estaba cerrada y frente a ella se hallaba Baro, su cara se había estrellado contra el piso del recibidor provocándole estruendosas carcajadas. Deje mi arma de defensa y corrí a su auxilio.

-¿Baro, te encuentras bien? - le pregunté mientras me acercaba.

-¡Yul! ¡Pequeña embustera! ¡Nos engañaste a todos! ¡Me engañaste! - Decía casi inteligible mientras intentaba ponerse de pie.

-¡Ohhhh!  ¿Bebiste? - Dije salvándolo de caer nuevamente sobre el piso.

-¡Sólo unas cuantas!... No quisieron venderme más botellas, me dijeron que mi tarjeta ya no pasaba,  que estaba sobre... Sobre... Sobregirada - Mascullaba Baro apoyándose en mi espalda para ponerse de pie.

Como pude lo lleve al sillón, él se recostó y me miró de una forma en la que jamás lo había hecho. Sus ojos reflejaban enojo y preocupación al mismo tiempo.

-¿Por qué bebiste tanto? - Le pregunté mientras acercaba algunas mantas.

-¿Quien?  ¿Yo? - Balbuceaba Baro intentando ponerse de pie y cayendo sobre el sillón, después agregó - ¿Por qué solo tienes un sillón? … ¡Oye, oye! ¡El porte...ro se quedó dormido! De todos modos me quite los zapatos para no despertarlo y poder verte.

Entonces note que sus zapatos habían aterrizado en la cocina después de su vergonzosa entrada.

-¡Basta de tanta platica y duerme un poco! - le ordené y añadí mientras comenzaba a alejarme - ¡Seguramente por la mañana no recordaras nada!

-¡No! ¡Espera! - Gritó Baro tomándome del brazo - ¡He venido aquí por que debo decirte algo y no puede esperar!

Me senté a su lado y lo mire atenta. Sus manos comenzaron a temblar y sus ojos no se despegaban del suelo.

- Bueno, veras... Yo sé que... Jinyoung está... Ayer tú y...

- ¿Café? - Le ofrecí al darme cuenta de lo nervioso que estaba y añadí - ¡Sí! Un café bien cargado…

Me levanté y me dirigí a la cocina, así le daría tiempo de aclarar su mente, encontrar las palabras exactas que utilizaría para hablarme y reunir el coraje suficiente para decírmelo. Él se recostó sobre el respaldo del sillón sin decir nada. El agua hirvió en menos de cinco minutos.

-¿Dos de azúcar verdad? - Pregunté mirando dentro de la alacena, pero no recibí respuesta, así que pregunté nuevamente - ¿Con azúcar?... ¿Baro?... ¿Baro?... - Pero seguía sin escuchar sonido alguno, me asome por la puerta de la cocina y  vi que Baro dormía sobre el sillón. Guarde todo y fui hacia la sala, acomode a Baro sobre el sillón y lo cubrí con una manta gruesa, después mire el reloj, mi despertador sonaría en media hora.

Caminé a mi habitación y me recosté sobre la cama, con una mano recorrí el lugar que por algunas horas había ocupado Gongchan, involuntariamente una lagrima salió de mis ojos,  la limpié inmediatamente.

-¿Que me pasa? - Dije en voz alta.

Ese sentimiento era nuevo para mí, hacia solo algunas horas Gongchan se había marchado y ya sentía que mi corazón se desgarraba al no estar a su lado. Para disipar ese estado de ánimo me senté sobre mi cama y comencé a pensar en mis actividades de aquel día, quince minutos más tarde sonó la alarma del celular. Me duche rápidamente y me vestí cómodamente ya que debía supervisar personalmente una obra en construcción. Al salir de la habitación observé que Baro dormía aun tranquilamente, me acerqué a él y tome su celular, revisé su agenda, su primera actividad era a las once de la mañana así que programe el despertador a las ocho para que le diera  perfectamente tiempo de prepararse, después le escribí una nota y se la deje a la vista para que la leyera justo al despertarse. Entonces recordé parte de la conversación que habíamos tenido horas antes y comencé a pensar en lo que habría querido decirme.

-¡Ya tendremos tiempo suficiente para eso! – Pensé.

Tome mis cosas con cuidado pues estaban sobre el sillón en el que Baro descansaba y me apresure a salir del departamento. Antes de abandonar el edificio le pedí al portero que a las ocho y cuarto de la mañana llamara a mi departamento para despertar a un amigo, el portero accedió con gusto aunque sonrió cuando escucho la palabra "amigo".

A punto de tomar el taxi que me llevaría al trabajo mi bolso cayó sobre el suelo esparciendo todas mis cosas, me puse sobre mis rodillas y comencé a regresar el contenido al bolso, levanté la vista y vi a un hombre alto vestido totalmente de negro parado en la esquina de mi calle, aquel hombre miraba directamente en mi dirección, sostenía un cigarrillo con la boca mientras sus dos manos permanecían dentro de sus bolsillos, entonces sentí que escalofríos comenzaban a recorrer todo mi cuerpo, acelere mis movimientos y termine de recoger mis pertenencias, me puse de pie y le hice señas a un taxi pero este no se detuvo, levante nuevamente el brazo con la intención de tomar otro taxi pero solo pude ver que aquel hombre se acercaba velozmente hacia donde yo estaba, mis nervios se crisparon y mi cabeza giro hacia todos lados en busca de alguna persona que pudiera ayudarme, pero las calles lucían desoladas pues aún era muy temprano.

-¡Yul Bae Park! - Me grito aquel hombre...

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Comments

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Lisett #1
Chapter 6: Espero que todo se solucione!
Y como cambio su vida para siempre?
Lisett #2
Chapter 5: Espero que pueda arreglar esta situacion...
Lo bueno es que estan alli para apoyarla.
^_^
Lisett #3
Chapter 4: Ay no, que le va a pasar?
Me quede con ansias de seguir leyendo...
Vas muy bien!
Lisett #4
Chapter 3: Que ira a decir Gong Chan?
Lisett #5
Chapter 2: Que iba a decir Baro??? Quien era ese hombre?
Tendre que esperar hasta el siguiente capitulo...
Lisett #6
Chapter 1: Espero que Gong Chan no haya tenido nada que ver con la llamada...
Quiero saber que pasa despues!