- ¡Estoy lista, afrontare a mi padre! – Susurre en su oído.

Baro me soltó lentamente y me observo cuidadosamente para comprobar con sus propios ojos que lo que decía era verdad, la seguridad que reflejaba mi actitud aunada a la firmeza de mi mirada bastaron para convencerlo por completo.  Me puse de pie y Baro hizo lo mismo. En ese preciso momento CNU se nos aproximaba velozmente atravesando el largo pasillo que conectaba la sala de espera del hospital con la cafetería del mismo, así que en unos cuantos segundos se hallaba ya frente a nosotros.

-¡Yul! ¡Baro! ¡Lo siento! Debo llevar a Alma a su casa! ¡Pero estaré de vuelta cuando me desocupe! ¿Está bien? – Explicó CNU con un gesto de arrepentimiento.

-¡Yaah! – Exclamó Baro golpeado ligeramente a CNU con el frente de su mano.

¡Yaaaaah! Respétame aun soy mayor que tu – Replicó amenazadoramente CNU y despues palpando el lugar donde había recibido el golpe me miro de reojo.

-¡Lo se CNU! – Declaró sonrientemente Baro quien al sentir la mirada fría de CNU sobre él agrego temerosamente - ¡Hyung!

Solté una ligera carcajada ante aquella divertida situación, y ambos se alegraron un poco al verme sonreír aunque fuera por un breve momento.

-¡Lo entiendo CNU! ¡No te preocupes! ¡Ahora ve! ¡Alma te está esperando! – Le indiqué. El unió las palmas de sus manos e hizo una ligera reverencia en señal de agradecimiento y caminó hacía la puerta del hospital donde Alma ya lo aguardaba, ella agitó su mano y tanto Baro como yo le devolvimos el saludo, después ambos desaparecieron de nuestra vista.

-¿Y bien, en que estábamos?... ¡Oh, sí! Te acompañare a… -Baro comenzó a decir cuando fue interrumpido.

-¡No! – Dije enérgicamente negando con la cabeza y añadí - ¡Sera mejor que esperes a Sandeul! Aun no sé cuándo llegará, y no sabemos que podría pasar ¡Ya lo conoces! ¡Se desespera con mucha facilidad! Es mejor que lo esperes, así podrás contarle un poco la situación y lograras que se calme ¡O de lo contrario podría ser expulsado del hospital!

-¡Muy bien! ¡Creo que tienes razón! – Afirmó Baro un poco desanimado al recordar la actitud atípica de Sandeul, me abrazo una vez más y preguntó - ¿Estas segura de esto?

-¡Si! – Respondí confiada y tranquila anulando  todo rastro de inseguridad, eliminando así cualquiera de sus dudas.

-¡Bien, entonces ya no te detengo! ¡Adelante! – Manifestó Baro mientras se dejaba caer sobre uno de los asientos. Asentí con la cabeza, di algunos pasos hacia adelante y me detuve, gire la cabeza y observe por algunos segundos a Baro, lucía realmente agotado y muy preocupado y sin embargo ahí estaba, brindándome completamente su apoyo, secretamente agradecí por tenerlo en un momento como este. Baro me noto perdida en mis pensamientos y entonces exclamó elevando un  poco su tono de voz - ¡Anda, ve!

Le regalé una sonrisa indudablemente falsa y continúe caminando hacia los elevadores. Aborde el primero que abrió, afortunadamente nadie subió conmigo. El elevador sonó anunciando la llegada al noveno piso, respire profundamente tratando de reunir las fuerzas suficientes para abandonar ese prisma de acero. Cuando las puertas se abrieron fuertes sonidos de gritos llegaron hasta mí.

-¡Y tu quien eres para decirme lo que debo o no hacer con respecto a mi familia! ¡No eres más que un…! – Vociferaba mi padre.

Al escucharlo mi corazón se agitó y los nervios volvieron,  exhale fuertemente y me acerque a la puerta del elevador para observar lo que ocurría al final del pasillo

-¡Jinyoung hyung, vámonos! No tiene caso discutir con una persona que no entiende de razones, al parecer nosotros no seremos capaces de sensibilizar a este hombre – Aseguró Gongchan tomando a Jinyoung por la espalda con la finalidad de alejarlo de aquel lugar.

-¡Suéltame! ¡Espera! - Reclamo Jinyoung soltándose del agarre de Gongchan - ¡Ahora usted me va a escuchar! ¡¿Sabe lo asustada que esta Yul y por todo lo que ha pasado durante todo este tiempo?! - Pregunto Jinyoung apretando los puños.

-¡No y no quiero saberlo! ¡Ella se lo busco, se lo dije el día que nos abandonó a su madre y a mí y ahora se los digo a ustedes dos que parecen muy interesados en lo que a ella le pasa! ¡¡Yo tuve una hija, pero para mí ella ya está muerta!! - Declaró fríamente mi padre sin demonstrar siquiera una pizca de arrepentimiento.

Sentí una fuerte punzada que me atravesaba el corazón y me provocaba un dolor indescriptible,  cerré mis ojos y contuve el llanto.

-¡¿Cómo se atreve?! ¡Pedazo de...! - Expresó Jinyoung enfurecido a muerte acercándose peligrosamente a mi padre con los puños preparados para dar el primer golpe.

-¡Hey! ¡Ya! ¡Tranquilo! - Le dijo Gongchan tomándolo por los hombros impidiendo la concreción de sus actos.

-¡Yahh! ¡Estulto! - Jinyoung le gritó a mi padre mientras forcejeaba un poco con Gongchan para que este lo liberara.

-¡Ya cállate! - Le repetía Gongchan mientras aun lo sostenía.

-¿Cómo me llamaste cretino anormal? - Le grito mi padre que se le acercaba a pasos agigantados.

Sin saber cómo logre interponerme entre mi padre y Jinyoung. Aquellos tres hombres me miraron con incredulidad esperando algún argumento que los disipara de su inminente pelea, pero no dije nada. Voltee hacía mi padre que me miraba exasperado aniquilándome con su gélida expresión de desprecio, di algunos pasos hacia el frente y mi padre retrocedió para impedir que me acercara más a él. Al observarlo supe que nada en este mundo lograría hacerlo cambiar de parecer pero mi corazón me pedía a gritos que lo intentara si quería por lo menos salvar mi relación con mi madre, trague saliva y mire al piso, a continuación mis rodillas tocaron el suelo.

-¡No Yul! ¿Qué haces? – Gritaron desde el otro lado del pasillo, provocando que todos giráramos para ver de quien se trataba, Sandeul se aproximaba impetuosamente hacia mí - ¡Él! – Dijo señalando a mi padre y ayudando a ponerme de pie - ¡Él no se merece este tipo de respeto! ¡Es suficiente con el dolor que has cargado todos estos años, todos sabemos que estas arrepentida y nada en este mundo te impedirá saber sobre el estado de salud de tu madre!

A partir de ese momento los recuerdos de aquel suceso se vuelven borrosos en mi memoria, no recuerdo con exactitud claramente lo que paso, solo sé que después de aquel día todo cambio para siempre.