Después de ser desterrada del cuarto 359 mis pensamientos comenzaron a girar en torno a la imagen de mi madre que hacia algunos minutos se había grabado en mi mente provocándome sentimientos de culpabilidad. Baje del elevador y comencé a caminar sin dirección entre las personas que entraban y salían del hospital hasta que choque contra el pecho de un hombre, sin pedir disculpas continúe caminando y repentinamente aquel hombre me tomó del brazo y me hizo encararlo, su rostro me resultaba conocido pero el estado en el que me encontraba no me permitía reconocerlo y mucho menos hablarle.

-¿Yul, cómo estás?  ¿Cómo está tu madre? - Preguntó Jinyoung reflejando preocupación en su rostro.

En ese momento mis rodillas flaquearon, y a punto de caer al piso Jinyoung me detuvo entre sus brazos, después me condujo hasta los asientos más cercanos sosteniéndome fuertemente. Se sentó frente a mí, mirándome fijamente. Con solo observarlo podía leer sus pensamientos, su mirada ahora perdida en las persianas celestes del hospital, reflejaba la verdadera preocupación que lo abrumada, sin embargo permaneció callado, sin  preguntar nada, sin presionarme para hablar acerca de todo lo que en ese momento me inquietaba. Después de un breve momento Jinyoung se acercó a mí, se sentó a mi costado y tomó mis temblorosas manos entre la suavidad de las suyas.

-¡Ya le avisé a los demás!  Baro y CNU ya vienen en camino, Sandeul dijo que tomaría el primer avión con destino a Seúl - Señaló Jinyoung.

Una de sus manos se escapó por mi espalda, me tomo por el hombro y sin poner resistencia me acerqué a él, ahora mi cabeza descansaba en uno de sus hombros. El tiempo comenzó a transcurrir con extrema lentitud, entonces, recordé de golpe a Gongchan y que aún no regresaba de su encuentro con mi padre, la culpa se apoderó de mi por un instante al no sentirme incomoda en los brazos de Jinyoung así que me separe de él inmediatamente.

- ¡Debo subir, debo hablar con mi padre, no puedo dejar que Gongchan o alguien más arregle mis problemas! - Dije firmemente poniéndome de pie para dirigirme nuevamente hacia los elevadores.

- ¡Yul! ¡Yul! - Gritaron repentinamente desde la entrada.

Por un momento olvide mis intenciones y gire hacia la puerta para descubrir quién me llamaba, pero unos fuertes y confortables brazos me envolvieron y rápidamente reconocí a su dueño.

- ¡ShinWoo! - Dije mientras mi cabeza se mantenía unida a su cálido pecho y mis brazos comenzaban a rodearlo  lentamente, sin embargo un ligero toque sobre mi espalda me hizo reaccionar,  al voltear me di cuenta que Alma me miraba fríamente frunciendo el ceño expresando molestia y celos, mecánicamente me separe de CNU y di un paso hacia atrás golpeando a Baro quien había estado detrás de mi observando todo.

- ¡Auch! ¡Duele! - Se quejó Baro.

- ¡SunWoo! ¡Mi madre... Ella esta... Y mi padre...! - Balbuceaba tratando de contar lo que estaba pasando, pero no lo lograba.

- ¡Yul, tranquila! ¡Siéntate, respira un poco! ¿Qué ocurrió? - Expresó Baro mirando a Jinyoung tratando de obtener una respuesta,  pero éste movió la cabeza hacia ambos lados negando tener conocimiento alguno de la situación.

Nuevamente me senté sobre una de las sillas del hospital y comencé a hablar.

- ¡No sé nada! ¡Estoy desesperada! ¡Mi madre está hospitalizada y ni siquiera puedo saber su estado de salud! ¡Mi padre me corrió de su habitación y yo no...! - Les dije y después comencé a exteriorizar mis miedos y culpas en voz alta - ¡No puedo...! ¡Ella esta...! ¿Por qué no...? ¿Por qué yo?... Yo debí...  -  Al instante me congele, mi vista se dirigió al piso y miles de pensamientos se agolparon en mi cabeza.

-¡Yul! ¡Yul! - Me decía Baro pasando una mano de arriba abajo frente a mí, tratando de traerme de vuelta a la realidad, en tanto que CNU le dirigía una mirada aprobatoria a Jinyoung indicándole que fuera en busca de información,  y éste así lo hizo,  camino velozmente rumbo a los elevadores.

Tome un profundo respiro aclarando mis ideas mientras Baro y CNU se sentaban a mis costados. A continuación comencé a relatarles lo sucedido esa misma tarde, sentía sus miradas compasivas sobre mí y mis fuerzas fallaron, las lágrimas brotaron de mis ojos a gran velocidad, entonces los brazos de Baro me rodearon.

-¡Yul, hermosa! ¡No llores! – Manifestó Baro con la voz ya entrecortada.

Alma sentada sobre el asiento de enfrente tapo su rostro con ambas manos conmovida por mi situación, las lágrimas amenazaban con salir por sus ojos.

-¡Alma, ven! ¡Vayamos por algo de café! – Le dijo CNU al notar su estado, se levantó tomándola de la mano, y conduciéndola por un largo pasillo mientras la abrazaba. Baro le agradeció con la cabeza mientras aún me estrechaba.

A pesar de que ya habían pasado algunos minutos mi llanto no se detenía, la desesperación y la angustia se habían estancado dentro de mí, me odiaba por momentos por mi actitud tan desinteresada, por mi estúpido empeño en hacer siempre lo que yo quería desatendiendo mis responsabilidades como hija, pero recobraba mis fuerzas al pensar que si las cosas se arreglaban a mi madre no le gustaría verme en ese estado de lamentación, llore amargamente por algunos minutos más para desechar todos esos sentimientos de dolor intensos y penetrantes y cuando mis ojos dejaron de derramar lágrimas me aferre fuertemente a Baro que aún me tenía ceñida por la espalda y los hombros.

- ¡Estoy lista, afrontare a mi padre! – Susurre en su oído.

No tenía idea de lo que a continuación ocurriría, pero estaba segura de que al menos contaba con el apoyo incondicional de estos cinco hombres que no dudarían en hacer frente a todos las amenazas y desafíos por los que tuviese que pasar, y sabía que sin titubeos yo haría lo mismo por cualquiera de los cinco, entonces secretamente guarde este momento en mi memoria.

De antemeno una disculpa por no subir capítulo pero es que de verdad he tenido un periodo de sequía mental.

Prometo que actualizare más seguido, espero que lo disfruten.

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