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Sentí que apretaba su cuerpo contra el mío, y se movía más desesperadamente, algo más quería y yo lo sabía, solo la estaba haciendo esperar, solo por placer. Sentía su respiración más agitada cada vez más hasta que se acercó a mi oído y con la voz más sensual del mundo me dijo:

– Hazme el amor, ya no puedo esperar más-

Esa frase desató la descarga eléctrica más salvaje dentro de mi ser. Con mis labios besaba tu pecho, tu cuello, bajé dándote pequeños besitos por tu estómago desnudo y perfecto mientras con una de mis manos acariciaba tu pierna, subía y bajaba jugueteando, quería su entrepierna y cuando al fin la rosé pude notar su humedad y al tocarla con la punta de mis dedos, sentí como su espalda se arqueaba, abrí un poco sus piernas y al verla así, plena, toda mía tomó mi mano y la posó sobre su intimidad. Otra descarga eléctrica invadió mi ser al sentirla tan húmeda, hice presión y un pequeño gemido escapó de su boca, Chae abrió un poco más sus piernas para darme más acceso… entendí lo que quería y bajé nuevamente besando sus piernas, sus muslos, hasta llegar al punto donde quería, la miré y pedí permiso:

--¿Puedo?

Chae asintió avergonzada pero deseosa.

Pasé mi lengua despacio, lamí su clítoris con cuidado para no lastimarla, sentía como palpitaba y como sus manos se posaban en mi nuca y se enredaban en mi cabello para profundizar el contacto de mi lengua en su intimidad. Gemidos salían de su boca. Cuando sentí que estaba lista para hacerla completamente mía, introduje un dedo en ella y comencé a moverlo despacio, luego introduje un segundo dedo y sentí como se abrazaba a mi espalda para hacer más profundo el contacto, sus movimientos, sus caderas me tenían totalmente ardiendo, de esta forma podía llegar más adentro y los gemidos ys del mundo salían de su boca mientras me rasguñaba la espalda y mordía los labios que ya sabían a ella… aumenté la velocidad y baje a tu intimidad nuevamente mientras me movía y lamía su clítoris, sentí como ya estaba cerca de acabar, arqueaba su espalda y esta vez gimió aún más fuerte, no nos separamos, nos quedamos unos minutos así y luego subí para abarazarnos. Nos sonreímos de la manera más complice posible y la besé dulcemente. Me quedé en su pecho jugando con sus cabellos mientras la miraba extasiada con tal belleza. Desnuda, agitada y sudada era la mujer más hermosa del universo. Sabía que quería estar a su lado el resto de mi vida. Me sonrió, acarició mi rostro, me miró y dijo:

--Te amo Dara.

 Abrí los ojos más de lo normal y me quedé mirándole unos segundos, nada salía de mi boca, solo tomé su rostro y la besé con todo el amor del mundo. Cuando nos separamos, tomé sus manos, la miré y le dije:

--Yo también te amo Chaerin.

Sabía que a pesar de estar juntas desde hace una semana, físicamente, parecía que nos conociéramos desde siempre, estábamos destinadas la una a la otra, por eso no sentí miedo de decir que ya la amaba…

Sonreímos como idiotas y nos acomodamos, ella en mi pecho abrazada a mí con las manos entrelazadas y al cabo de unos minutos caímos en el más profundo y hermoso sueño.

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La mañana siguiente fue mágica. Ella seguía dormida así que bajé a buscar desayuno para las dos. Frutas, café, jugo, leche y tostadas si quería. Todo de la forma más cursi que pueden imaginar, hasta me robé una rosa de adorno del hotel para ponerla en la bandeja de desayuno. Me sentía feliz y plena, nadie en la vida me había hecho sentir más completa y feliz, Chae era única, tenía que quedarme con ella para siempre, ya lo había decidido.

Llegue a la habitación, Chae ya estaba despierta, se sobresaltó al verme y al notar que ella estaba desnuda y solo cubierta con las sábanas de la cama, quiso taparse pero me acerque rápidamente para besarla y se sintiera segura.

--Buenos días bonita, ¿dormiste bien Chae?

Ella me sonrió dulcemente antes de responder cualquier cosa.

--Si, dormí como un bebé, hace tiempo no dormía tan relajada, estoy un poco cansada, pero supongo que es normal después de… -- Se detuvo antes de continuar la frase y su rostro se sonrojó por completo.

--Está bien.  Me reí y la besé.

–Traje desayuno Chae y una rosa para ti.

Se sonrojó aún más, parecía un tomate. Tomé sus manos y sin pensar solo dije:

--Me gustas tanto Chae… desde que te vi supe que no quería ver a otra persona como te veo a ti.

Todo mi lado romántico y cursi salió a la luz. No sabía que aún existía esa parte de mí. Chae estaba volviendo a encender mi pasión, la esperanza en el amor que había creído perder, de a poco a pesar que solo llevaba una semana con ella, sentía como mi corazón podría explotar de felicidad en ese mismo momento.

--Gracias Chaerin.

Ella me besó tiernamente.

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Tarán! ¿Qué pasará a partir de ahora que quedan pocos días para que Dara regrese a Londres?

Saludos y una vez más gracias por seguir esta historia n n