Tiffany parqueó su moto un par de cuadras del lugar, en verdad sí que hacía frío, venía con un lindo sweater color blanco decorado con puntitos de color negro, jeans y unas zapatillas. No le costó encontrar a su amiga, estaba como una figurita de porcelana, sentada como una autentica dama, su perfil contrastaba perfectamente con la noche y simplemente parecía la escena de una película. Ésta tuvo que parpadear un par de veces e incluso para pellizcarse para sentir que era real, emprendió su camino hacia la contraria y se detuvo detrás de ella.

Taeyeon miraba el cielo fijamente, estaba completamente estrellado y la luna resplandecía, redonda y blanca. Unas manos delicadas se posaron sobre sus ojos y susurraron a su oído.

- ¿Adivina quién soy?

 El corazón de Taeyeon volvió a sentir esas mariposas extrañas de hace unos minutos, Tiffany igual de emocionada, tenía el corazón en la boca.

- Fany – Dijo mientras retiraba las manos con delicadeza de sus ojos – Gracias.

- No hay de qué, al contrario – Meditó un poco. Empezaba a sentir un ambiente extraño entre las dos, era agradable, así que se permitió abrirse un tanto – Quería verte.

- Al igual que yo.

Esa afirmación tomó a la contraria por sorpresa y se puso de frente a la mayor.

- ¿Me hablas en serio?

- ¿Tendría alguna razón para mentirte?

 - Estás en lo cierto – Se permitió acomodar un mechón de cabello a Taeyeon mientras sonreía – Deberíamos ir a algún lado.

- ¿Me puedo cambiar antes?

- Lo harás.

- ¿Y la moto? ¿Dónde está?

- A un par de cuadras de aquí. ¿Vamos?

- Está bien – Le miró en silencio por unos cuantos minutos permitiendo observar lo sencilla que venía – Te ves hermosa, por cierto.

A Tiffany nuevamente la tomó por sorpresa lo último. Nunca había visto a Taeyeon dar tantos cumplidos en tan pocos minutos, de hecho, en todo el tiempo que se conocían, así que simplemente guardó silencio y comenzó a caminar sabiendo que era inevitable que esa curva surcara su rostro y se sonrojara un poco, claro, no tenía pensado hacerlo a la vista de la causante así que avanzó a un paso un tanto veloz. Mientras tanto, la contraria observaba la silueta de su amiga, realmente lucía distinta, como si hubiese pasado las dos horas buscando algo sencillo.

- Eh, tonta – Gritó Taeyeon – No me dejes sola.

- No lo hago, sólo voy más rápido que tú – Intervino en un aire jocoso mientras se daba la vuelta – Aún así, voy a esperar a la tortuga.

- No soy una tortuga – Protestó mientras hacía un puchero – ¡No lo soy, tonta Hwang!

- ¿Estás… –  Tiffany rió – Siendo adorable?

- Sí – Se sonrojó inmediatamente – Pero puedo dejar de hacerlo si no te gusta.

- Me encanta… – Susurró sin cuidado la castaña – Puedes hacerlo cuantas veces quieras.

- ¿Cómo?

- Que me encanta en la forma que te ves cuando intentas ser adorable.

Taeyeon se encontraba completamente roja mientras abría poco a poco sus ojos, la menor por el contrario estaba demasiado tranquila, no se arrepentía ni un poco de lo que había dicho. Llegaron en ese preciso instante al lugar donde se encontraba la Vespa de Tiffany, ésta le tendió un casco a la más bajita mientras intentaba mantenerse lo más normal después de haber hecho el comentario, la otra lo tomó con la mirada baja mientras sentía nuevamente ese estúpido mariposeo en su estómago, trató de disimular su real nerviosismo y miró en un intento frío sin éxito a Tiffany.

- Espero que lo hayas dicho en broma – Carraspeó, necesitaba disimular un poco y realmente Taeyeon era mala mintiendo así que necesitaría controlarse si no quería que la menor se diera cuenta de lo que estaba causando en ella – No soy ni siquiera algo cercano a lo adorable. Creo que hice el ridículo hace unos minutos.

- Deberías dejar de tratarte así.

- ¿Perdón?

- Lo que oíste, Taeyeon.

- Tienes alguna razón para decirlo. Quisiera saber el porqué debería dejarme de tratarme así.

Ésta vez, la habían atrapado fuera de base, no sabía que responder realmente a su amiga. No quería decirle que le gustaba porque ni siquiera estaba segura de la orientación ual de ella, no quería arruinar la amistad que habían empezado a construir, no quería hacerlo precisamente ahí, quería inevitablemente que fuese romántico, tan cursi como sólo podía serlo ella.

- Porque eres alguien que me importa.

El corazón de Taeyeon quería salirse, eran demasiadas emociones juntas.

Subieron a la moto y Tiffany condujo en dirección a su apartamento lo cual se le hizo extraño a Taeyeon.

- Creí que íbamos para mí apartamento para cambiarme.

 - Creías. Vamos para el mío.

Transcurridos unos minutos se encontraban en el apartamento con Taeyeon vestida con una camiseta blanco que tenía estampada la frase cliché de Carpe Diem, unos pantalones de color gris y los zapatos que había escogido para la fiesta de su padre. Tiffany se deleitaba con la idea de que esta jovencita extraña estuviese usando sus prendas, podría sonar extraño y un poco psicópata si se ve desde una perspectiva de sentido común pero quizás eso era lo que menos tenía la menor.

-  Ahora sí que me siento extraña. No uso ropa de otras personas, me resulta ¿Aterrador?

- ¿Aterrador? ¿Acaso no compartes ropa con Yuri?

- No. No me gusta.

- ¿Y entonces por qué estás usando la que te acabo de prestar?

Taeyeon se sonrojó, era verdad, qué tenía esa castaña que no la hacía querer quitarse inmediatamente eso que tenía puesto.

- No lo sé. Tú ropa se siente cómoda – Admitió siendo un poco arriesgada – Huele a ti.

- Obvio, tonta, es mía – Sonrió mientras algo que apenas podía llamarse rubor se asomó en sus mejillas – Salgamos a algún lugar.

- ¿Salir?

- Por Dios Taeyeon tienes veintiún años y no piensas salir a esta hora, ¿Qué clase de anciana encerrada en un cuerpo joven eres?

- Ay, mujer, no, qué haremos, la mata de la juventud y la sociabilidad ha hablado – El aire sarcástico de Taeyeon hizo que Tiffany sólo la deseara más – Quiero simplemente…

Sin esperar aprobación, tomó de la muñeca a la bajita y la arrastro hasta la salida del apartamento, puso un casco sobre ésta y  le cargo hasta subirla en la moto. Ella aún confundida por la actitud impulsiva de la contraria solo hizo más reclamos durante el camino, mientras se aferraba a la menor, iba un poco más rápido de lo normal y eso para la mayor, era maravilloso.

- Pareces mi abuela – Dijo Tiffany mientras se detenía al frente de un pub que parecía estar de moda – Debes disfrutar la vida.

- Pareces mi abuela – Mofó Taeyeon – No, es sólo que si quiero beber prefiero…

- ¿Bebes en casa? – Rió audiblemente mientras daba unas palmadas en la espalda a Taeyeon – Tae ¿Acaso tienes dieciséis?

- A veces salgo.

- A ver adivino… Bares bohemios, lugares intelectuales, no mucha gente, ¿Vino tal vez?

- Es bueno, relajado. A mí me gusta y es lo importante, y lastimosamente no atinaste, prefiero las cervezas.

- Tienes veintiuno – La miró – Al menos por consideración a la moda y a lo que yo llamo cool deberías venir a estos sitios al menos una vez al mes.  

- Tiffany – La miró fijamente – Entraré, pero no te garantizo que me quede al menos una hora. Si no me gusta, nos vamos.