Habían pasado aproximadamente dos semanas desde que Tiffany había llevado a Taeyeon y no habían vuelto a cruzar palabra desde entonces a pesar de que se habían encontrado más de una vez, quizás era porque ninguna de las dos se atrevía a decir algo. Aún así la “mala” suerte seguía rondando a Taeyeon, una maqueta se le cayó mientras bajaba las escaleras, otra la dejó olvidada en su casa y así sucesivamente, había dejado sus botas favoritas en casa de su padre, en pocas palabras, seguía aumentando su teoría sobre Tiffany y que era de mala suerte.

Taeyeon salió de la universidad directamente hacia la oficina de su psicóloga, necesitaba urgentemente hablar con ella, no había vuelto hace más o menos un mes, creyó que su vida había entrado en un equilibrio pero después de ese par de semanas, era urgente verla.

- Cuéntame Taeyeon, ¿Cómo han sido estas semanas?

La chica hizo una mueca antes de empezar a hablar, suspiró y guardó silencio unos cuantos segundos.

- Al comienzo todo parecía tranquilo, a excepción de ese profesor que se me sigue insinuando. Mi mala suerte, si es que se puede llamar así, comenzó cuando ayudé a una niña, se llama Tiffany, Tiffany Hwang, es todo lo contrario a mí, incluso me humilló y mi suerte ha ido empeorando desde que la conocí, es que sabes, pasa en mi cabeza esa niña. La detesto. Mantiene sonriendo. Es tan estresante, me pone de mal humor su mera existencia.

- ¿Te humilló?

- Bueno, probablemente. O sea, es que…

- Entonces no lo hizo – Afirmó la terapeuta – Dime, ¿La trataste mal?

- Fui amable con ella – Dijo excusándose – Bueno, el primer día que la vi pero al siguiente ella se volvió estresante y me interrumpió mi lectura. Eso no se hace.

- Taeyeon, ¿Recuerdas que te dije que debías ser amable con las personas?

- Con ella no me nace – Espetó – No tiene por qué agradarme, todos tenemos derecho a odiar a alguien. Yo puedo odiarla a ella ¿No?

- Intenta ser su amiga. ¿Qué sabes de ella?

- Le dicen tornado – Echó a reírse en ese preciso instante – Estudia diseño de modas y se viste de colores, ah, el día que peleamos en la biblioteca me di cuenta que tenía una sonrisa bonita. Maneja bien su moto.

- ¿Cómo sabes lo de la moto?

- Bueno, ella me llevó a casa porque las llaves de mi Porsche se habían quedado dentro del auto ese día y no había llevado las de repuesto. Fue muy amable al llevarme a casa después de todo eso. Pero, en serio, no la tolero.

- ¿No la toleras? – Cuestionó – Lo único que me has dicho son cosas buenas de ella.

- No la entiendo, está insinuando que…

- Probablemente sea tu tipo.

- ¿Mi qué? No, ni loca.

- Ya, sólo fue un aporte para darle ligereza a la conversación – Volvió su mirada fija hacia Taeyeon – Deberías intentar ser su amiga.

Las frases que había pronunciado Tiffany aquella vez en la biblioteca volvieron como un rayo de luz a la cabeza de la chica. ­“¡Tú no sabes nada de mi maldita Taeyeon!”

- Me maldijo… Y me dijo que no sabía nada de ella.

- Siempre haces juicios a la ligera Taeyeon.

- ¿En serio debo hacerme amiga de ella?

- Al menos dale la oportunidad de mostrarte quien es.

- ¿Y mi mala suerte? – Protestó – Sé que es culpa de ella.

- No es mala suerte, se llama estrés. Por eso las cosas te han salido mal, andas pensando tanto tiempo en Tiffany consciente o inconscientemente que se te olvidan las cosas. En cuanto tu cerebro aclare las dudas que tenga sobre Tiffany y deje de señalarla con una gran equis roja, y pase a un segundo plano o se vuelva amiga tuya, se acabará la mala suerte.

- ¿Entonces debo tratar con ella para poder salir de ese karma?

- Pues si quieres verlo así, sí.

- Me voy a enloquecer en el intento.

- Soy tu terapeuta, si enloqueces, te mandamos al psiquiatra y ya.

Taeyeon rió ante el comentario de su terapeuta, siempre le decía lo mismo cuando tenía problemas, y eso era siempre. Al salir de la terapia fue por un batido, como era costumbre, cuando estuvo allí pidió el mismo batido de mora, blueberries, arándano y fresa.  La misma rutina iba a empezar, se sentaría allí a beberlo mientras leía algún libro, se levantaría e iría por todo el centro comercial observando la gente y luego partiría al parqueadero, allí se subiría a su auto y se reiría todo el camino a casa por haber visto algo que le pareció gracioso en las personas pero a diferencia de todo eso hubo un ligero cambio en la rutina, cuando llegó a la tienda de batidos se encontraban Tiffany, Jessica y Yuri sentadas en una mesa. Recordó las palabras de su terapeuta pero sintió que era una locura hablar con Tiffany, sería aún más loco porque estarían Jessica y Yuri allí, era mucha presión para Taeyeon.

Realizó su pedido y se sentó en la primera mesa que vio, ni siquiera reparó si las chicas la habían visto. Abrió su libro y comenzó a leer tranquilamente, i