A/N: Nuevo cap.!!!. Aviso que este fic sólo tendrá 10 capítulos y SI! es en serio, los capítulos ya están contaditos y el sgte. lo tengo avanzado hasta la mitad.

Gracias por seguir leyendo!

El rostro del Dios del Fuego permanecía sin expresión, observando a los cinco hombres que yacían semi inconscientes sobre la tierra volcánica. Hace tan sólo unos minutos, Minwoo había tenido el cuerpo del Príncipe Pil Kyo en sus brazos y todavía no podía creer lo tonto que fue al tratar de atacar a la persona que juro proteger desde el día de su nacimiento. Más aún, Minwoo no podía creer que el propio Príncipe había pedido su ayuda para rescatarlo del cautiverio en el que se encontraba, en el castillo del general Seung Ho.

Muchas ideas pasaban por la cabeza del Dios del Fuego, recapitulando palabra por palabra, sus últimas conversaciones con el general Seung Ho y las posibilidades que tenían de mantener al Príncipe a salvo del cruel destino que le estaba preparado. Mas ahora éstas conversaciones parecían ser nada, comparadas a las propias palabras del Príncipe, solicitando que no lucharan en vano contra un destino que estaba ya escrito.

Y las no conocidas aún, maneras de hacer que este destino se cumpliera sin sacrificar ni una sola vida.

Sin sacrificar más vidas de las que ya se habían sacrificado.

Minwoo de pronto sintió un enorme peso sobre sus hombros, recordando todo el daño que había hecho al unirse y dejarse engañar por el general Seung Ho. Su traición al Príncipe Pil Kyo y al palacio que lo vio nacer. Su traición a sus hermanos que yacían mal heridos sobre la tierra que le pertenecía. Su traición a su propia promesa.

-maldito Seung Ho! Vas a pagar por lo que hiciste! – se dijo el Dios del Fuego con amargura, tomando un puñado de la ardiente tierra a la altura de su rostro.

El Dios del Fuego se puso de pie, yendo en auxilio de sus hermanos que no se veían en muy buenas condiciones.

-Dongwan… - llamó primero Minwoo, sacudiendo el cuerpo inconsciente de su hermano

El Dios de la Tierra abrió los ojos con lentitud, reconociendo la mirada ligera y concerniente de su hermano.

El siguiente en despertar fue Choong Jae y luego Sun Ho, con ayuda de éste. Chil Hyun se unió al grupo que hacía un círculo alrededor de Eric, tratando de reanimarlo

-no va servir, está muy mal herido – habló Dongwan a Choong Jae, quien trataba de despertar a Eric con pequeñas gotas de agua contra su rostro

-y esta vez el Príncipe no podrá curarlo – mencionó Chil Hyun, observando el estado lamentable del Valiente Guerrero

-es mi culpa… su destino es proteger al Príncipe y casi lo mato – exclamó Minwoo, apretando los puños, conteniendo la ira que nacía dentro de él, al saberse completamente utilizado por el general Seung Ho

-no podemos detenernos… queda poco tiempo – habló Chil Hyun, observando a Sun Ho, aún tratando de despertar a Eric.

-lo llevaremos a cuestas, de todos modos lo necesitamos para detener al general Seung Ho – habló Dongwan a sus hermanos.

-sólo nos será de estorbo, con nosotros basta para derrotar a ese infeliz – respondió Minwoo, dando la espalda a sus hermanos

-sabes que eso no es cierto… sólo hay una manera de despertar al Príncipe… lo sabes muy bien – intervino Choong Jae, cargando a Eric sobre su espalda.

*Flashback*

-e-este es tu departamento?... – exclamó HyeSung, observando la pequeña habitación frente a él

-sé que estás acostumbrado a los lujos… pero esto es todo lo que puedo pagar… - explicó Eric, avergonzado de que su novio viera por primera vez el lugar donde vivía.

HyeSung escaneó la habitación por cada rincón, asombrándose de cuán pequeño podía ser ese espacio dónde su novio pasaba las noches y parte de sus días.

Era la primera vez de HyeSung visitando a Eric, luego de semanas y semanas de súplicas para que el mayor accediera a llevarlo a su departamento.

Y no es como si Eric no lo hubiera pensado antes, pero teniendo en cuenta que su novio provenía de una familia adinerada, rodeado de lujos y viviendo en lo más parecido a un palacio; Eric encontraba humillante llevarlo a ese pequeño departamento que por lo menos sería la cuarta parte de la habitación de HyeSung en la mansión de sus padres.

Y ahí se encontraban ahora los dos novios, de pie en la puerta, observando el interior del pequeño departamento. Eric se sentía avergonzado, deseando que la tierra se lo tragara. HyeSung sólo observaba el lugar en silencio, pensando en cuan cálido se veía el lugar.

-no me vas a invitar a entrar? – habló HyeSung a su novio

-eh?... ah! Sí!... por favor! – señaló Eric con su mano, cediéndole el paso primero a su novio

-me gusta – mencionó HyeSung, quitándose la chaqueta, colocándola sobre el pequeño sofá

-t-te gusta?! – exclamó Eric sorprendido

-sí, es cálida – sonrió HyeSung en respuesta a su novio

Eric permaneció por varios segundos con la boca abierta, mirando atónito a su novio.

-lo estás diciendo sólo por cortesía, cierto? – habló Eric, acomodándose al lado de HyeSung en el pequeño sofá

-claro que no!... de veras me gusta – frunció los labios HyeSung, en un pequeño puchero

-nunca nadie me había dicho que le gustaba mi departamento – manifestó Eric, sonrojándose por la confesión

-pues a cuanta gente has traído? – interrogó HyeSung con una sonrisa

El rostro de Eric palideció en cuestión de minutos

-oh no! No, no, no, no, no!... es decir… NO!... no pienses mal… no es como si trajera a chicas a menudo o si…

-hahahahaha!!... tranquilízate, lo preguntaba de manera general, no quise implicar que fueras un casanova empedernido – rió HyeSung, recostándose de espaldas contra el respaldar del pequeño sofá.

Eric sintió sus latidos, recuperar su ritmo normal, observando el alegre rostro  a su lado.

-de veras te gusta este pequeño departamento? – se recostó Eric al lado de su novio

-sí… me encanta – respondió HyeSung, clavando su mirada en la de Eric

-pero esto no es nada comparado con tu palacio… - dejó salir Eric una triste sonrisa

-los palacios pueden ser enormes… pero son fríos… los amplios espacios son lugares perfectos para que el viento invernal se cole por las cortinas y llene todo de un frío que termina dejándote un enorme vacío por dentro – habló HyeSung, con aflicción

-lo siento… no debí decir eso – se acercó Eric, limpiando una lágrima corriendo por las mejillas de su novio

-está bien… no es como si fuera la primera vez – respondió HyeSung con una agria sonrisa

-Eric… - habló HyeSung con suavidad, bajando el rostro

Eric observó a su novio con anticipación.

-quiero mudarme contigo… quiero vivir acá – alzó el rostro HyeSung, mostrando determinación en la mirada.

Eric se quedó sin palabras. De todas las cosas que le había pedido HyeSung hasta ese entonces; ésta era la que más lo había sorprendido.

-qué?!... es decir… estás seguro?... Sungie este no es un palacio como el que estás acostumbrado – habló Eric, sin salir de su asombro

-Eric, creí que te había quedado claro que los lujos no me interesan, sólo necesito estar con alguien que me haga sentir feliz para estar cómodo… es todo lo que necesito Eric… a ti – expresó HyeSung, tomando la mano de su novio.

-no será fácil… tendrías que dejar muchas cosas atrás… sabes como vivo… no podré darte nada de lo que estás acostumbrado – continuaba repitiendo Eric, asustado porque su novio pudiera arrepentirse de haberlo elegido, si aceptaba su oferta de mudarse juntos y al final no podría acostumbrarse al estilo de vida humilde.

-sé lo que voy a dejar… y no me importa… ése nunca fue mi lugar… mi lugar está aquí… - respondió HyeSung, presionando más la mano de su novio

-tu padre enloquecerá si se entera que vivirás conmigo – insistió Eric

-ya soy un adulto… mi padre no puede oponerse a mis decisiones… - replicó HyeSung, suplicando con la mirada

Eric no pudo resistirse más y asintió silenciosamente, mientras se acercaba al lado de su novio, tomando sus labios con suavidad. HyeSung correspondió el beso, construyendo poco a poco la pasión que empezaba a colarse en su cuerpo.

Sin darse cuenta los dos muchachos, ahora se encontraban recostados en la cama de Eric, sus ropas yaciendo sobre el piso y los corazones latiéndoles desenfrenadamente.

*Fin Del Flashback*

-HyeSungie… HyeSungie… - oía Choong Jae susurrar al hombre que llevaba sobre su espalda.

-qué le pasa? – habló Minwoo, dirigiendo una mirada desagradable al convaleciente guerrero

-está llamando al Príncipe en sus delirios – respondió Sun Ho, colocando una compresa de agua fría sobre la frente del valiente guerrero

-al Príncipe? – insistió el Dios del Fuego, dando una mirada interrogativa a su hermano

-ese es el nombre del Príncipe en la otra dimensión, HyeSung – respondió esta vez Dongwan, ayudando a su hermano a socorrer al delirante Eric

Minwoo permaneció en silencio, girando el rostro con desagrado. Los pensamientos sobre el futuro del Príncipe Pil Kyo lo invadían, llegando a sentirse culpable por haber caído en el engaño del general Seung Ho y exponer a tanto peligro a gente inocente.

-HyeSungie te amo… no tengas miedo HyeSungie – continuaba susurrando el convaleciente Eric.

-qué le pasa a ese tipo? – volvió a girar Minwoo en dirección del valiente guerrero, cuando algo de pronto sorprendió a todos.

-hey!! Qué crees que haces?! – exclamó Choong Jae, cuando el valiente guerrero presionó con fuerza contra su cuello, para luego mover sus manos hacia su pecho, explorando traviesamente toda la zona

-HyeSungie… HyeSungie… - seguía susurrando Eric, con voz sensual

-YAAAAAAAAAAAHHHH!! Este tipo está teniendo sueños obscenos con nuestro Príncipe!! – exclamó Minwoo, lanzando una pequeña bola de fuego en dirección del valiente guerrero.

-hey! – respondió Choong Jae, bloqueando la bola de fuego con una flecha de agua, lanzando luego pequeños chorros de agua con sus dedos, sobre el rostro del valiente guerrero.

Dongwan y Sun Ho corrieron en ayuda de su hermano, cuando éste dejó caer a Eric contra el césped, librándose de los toques poco agradables.

-ahh! – exclamó Eric, cuando su cabeza golpeó contra el césped

-Eric?, Eric estás bien? – habló Chil Hyun de rodillas, sosteniendo al valiente guerrero

Eric abrió los ojos lentamente, reconociendo a los cuatro hombres que lo observaban con ojos horrorizados. Y luego Eric, reconoció el nuevo rostro, que se mostraba muy enfadado.

-tú… tú… - señaló Eric al Dios del Fuego

-es nuestro hermano Minwoo, ahora está de nuestro lado – se apresuró a explicar Sun Ho

Eric y Minwoo intercambiaron miradas, uno podía sentir el temor crecer dentro de su cuerpo, ante los ojos aniquilantes del otro.

Y fue cuando Eric se vio forzado a salir de su estado de convalecencia.

-aarrgh!! Se puede saber cómo te atreves a tener sueños prohibidos con el Príncipe Pil Kyo?!! – corrió Minwoo hacia Eric, tomándolo por el cuello en un movimiento amenazador.

Choong Jae y Dongwan corrieron en ayuda del valiente guerrero.

-hermano tranquilízate!... ellos eran novios después de todo – habló Sun Ho, sorprendiendo al Dios del Fuego

-novios?... el Príncipe… novio? – giró Minwoo la mirada hacia Eric, con incredulidad

En el inmenso Castillo, ubicado del lado este de la hermosa tierra de Terranópolis, un hombre caminaba presuroso; el rostro ardiéndole en furia y sus pasos haciendo un eco amenazador por todos los rincones. Los guardias ubicados en el camino, sólo podían agachar la cabeza y esperar por que su líder se tranquilizara e indicara las nuevas órdenes para enfrentar la batalla que estaba muy cercana.

El general Seung Ho, se detuvo frente a la enorme puerta de metal, abriéndola de par en par, de un sólo golpe, dirigiendo inmediatamente su mirada furiosa, al hombre que dormía tranquilamente sobre la cama de mármol.

-no pienses que ganarás, aún no has visto nada de lo que puedo hacer – habló el general Seung Ho, a la figura durmiente

-qué no entiendes que lo hago para salvar tu vida! – exclamó Seung Ho con rabia, como si el hombre en la cama de mármol pudiera oírlo

-sólo yo puedo salvarte… sólo yo!... deja de pelear contra mí!! – enfureció aún más el hombre de pie en la habitación, golpeando con fuerza contra una de las columnas que rodeaban la cama de mármol.

-general Seung Ho, están en el bosque de los sueños… - entró HeeJun, mano derecha del general Seung Ho

El rostro del temible general oscureció aún más. Los Dioses estaban cada vez más cerca.

-que vengan… que vengan y reciban lo que se merecen… - hablo Seung Ho con voz aterradora

-doblen la seguridad del Castillo, quiero más hombres vigilando esta habitación…. – ordenó el general con firmeza

HeeJun asintió,  tomando su camino fuera de la habitación.

-… y HeeJun… reúne a los demás… aún sin el traidor de Chil Hyun, destruiremos a esos Dioses y al estúpido guerrero – afirmó Seung Ho, antes de despedir por completo a HeeJun

Una vez solo nuevamente, Seung Ho retornó su atención a la delicada figura durmiente sobre la cama de mármol.

-estás demasiado débil para ayudarlos… esta vez los acabaré y no podrás impedirlo. Tendré la vida que siempre quise  – habló Seung Ho finalmente, saliendo de la habitación

-novio… - continuaba repitiendo el Dios del Fuego, mientras los seis hombres reanudaban el camino hacia el castillo del general Seung Ho

Eric caminaba lentamente, ayudado por Sun Ho, observando de manera interrogativa al temible Dios, que había tomado el liderazgo de la expedición.

-por qué sigue repitiendo eso – interrogó Eric a Sun Ho

-para todos es extraño oír que el Príncipe tenga novio – respondió Chil Hyun, detrás de los dos hombres

Eric giró el rostro de lado, mostrándose más confundido

-por qué no le dices la verdad Chil Hyun – habló Minwoo, dándoles la espalda a los tres hombres

Por primera vez desde que iniciaron el extraño y peligroso viaje, Eric vio a Chil Hyun notablemente nervioso.

Qué era lo que le estaban ocultando?

-si no se lo dices tú, lo haré yo… no tiene caso seguir ocultando la verdad – continuó hablando Minwoo con voz fría.

Eric giró el rostro hacia Chil Hyun, exigiendo una explicación a las palabras del Dios del Fuego.

-aún no es el momento – fue todo lo que respondió Chil Hyun, con voz solemne

Eric pudo notar los tensos rostros de los demás Dioses que caminaban cerca suyo. Algo no estaba bien y Eric tenía miedo de saber qué era.

-en algo tenía razón Seung Ho, Jae Suk sólo sabe contar las historias a medias – expresó finalmente el Dios del Fuego, dejando una enorme interrogante dentro de Eric

-no es el momento para hablar de eso, por ahora sólo debemos concentrarnos en rescatar al Príncipe Pil Kyo – reiteró Chil Hyun, dando por terminada la confusa conversación.

Sin embargo Eric no se daría por vencido, hasta saber qué era lo que le estaban ocultando sobre el destino del Príncipe Pil Kyo.

-tengo derecho a saber qué es lo que están ocultando. HyeSung es mi novio, íbamos a casarnos hasta que fue arrastrado a este sitio por ese tipo demente que quiere matarlo! – exclamó Eric, casi perdiendo el balance por la fiereza y desesperación de sus palabras.

-Seung Ho no quiere matar al Príncipe… - habló Minwoo, sorprendiendo a los cinco hombres que le dirigieron una mirada atónita

-n-no quiere matarlo? – repitió Eric, aún sorprendido por la confesión del Dios del Fuego

-si no es para acabar con su vida, por que otra razón atacaría el castillo y lo secuestraría – intervino Chil Hyun

-tú sabes muy bien que Seung Ho jamás lastimaría al Príncipe… asesinarlo, nunca ha estado en sus planes – respondió Minwoo, decidiendo que era el momento de sellar la conversación que ya estaba dando más información de la deseada por Chil Hyun

El poderosísimo y temible general Seung Ho, caminaba por los corredores del imponente Castillo, llevando consigo dos de sus mejores hombres de confianza y su fiel combatiente Hee Jun. Los cuatro hombres se detuvieron frente a una pequeña y estrecha puerta de metal, abriéndola con una llave de cristal que el general Seung Ho retiró del collar pendiente en su cuello.

La pequeña puerta, daba inicio a un estrecho camino, que los guiaba a la parte inferior del Castillo, hasta llegar a una pequeña habitación, donde alumbraban unas tenues luces en medio de la oscuridad que los rodeaba.

Los cuatro hombres concentraron sus miradas en los objetos resplandecientes en medio de la habitación.

-tómenlas…. – ordenó Seung Ho a los dos hombres, quiénes no demoraron en tomar los objetos resplandecientes. Luego cada uno de los hombres, tomó un pequeño frasco que contenía un líquido rojo, vertiendo una gota de éste líquido sobre la punta filuda de los objetos resplandecientes.

-Woo Hyuk, Jae Won; ustedes son nuestros mejores arqueros, asegúrense de estar listos para cuando vengan los Dioses

Los dos hombres nombrados, asintieron rápidamente, sosteniendo en sus manos, cada uno, dos flechas de cristal que emanaban una luz intensa de color carmesí.

-Hee Jun, tú permanecerás conmigo – continuaba dando órdenes Seung Ho, ganando un nuevo asentimiento por su hombre de confianza

-y no olviden que necesitamos a los Dioses con vida… - reiteró Seung Ho a los dos hombres que sostenían las resplandecientes flechas

-qué del Valiente Guerrero? – habló Woo Hyuk

-mátenlo, a él no lo necesitamos – respondió Seung Ho con odio.

-y Chil Hyun? – habló esta vez, Jae Won

-a él lo quiero vivo, pagará muy caro su traición – expresó Seung Ho, tomando el camino de regreso hacia el Castillo.

Los seis hombres continuaban su camino completamente silenciosos luego de la última discusión que sostuvieron. Eric continuaba con las mil y un preguntas dentro de él, sobre cuál era el secreto que le estaban ocultando y cuáles eran los planes del general Seung Ho, para con su novio.

Si Seung Ho no planeaba asesinar a HyeSung, entonces por qué lo tenía cautivo?, Cómo planeaba el general Seung Ho, obtener el cristal que yacía dentro del Príncipe Pil Kyo sin asesinarlo?. Y más aún, estaba la gran interrogante. Para qué quería realmente el General Seung Ho, el cristal del Príncipe Pil Kyo?

Habían demasiadas preguntas dentro de Eric y pocas maneras de llegar a las respuestas. Eric sabía que sólo obtendría sus respuestas, una vez que el Príncipe Pil Kyo, esté a salvo de todo peligro. Y esto lo asustaba. Qué pasaría luego que HyeSung sea rescatado?. Dejarían a Eric regresar con su novio a casa? Cuál sería el destino de HyeSung ahora que la esencia del Príncipe Pil Kyo, vivía dentro de él?.

Preguntas que lo confundían, preguntas que no lo dejaban tranquilo.

Y respuestas que lo aterraban.

Sin darse cuenta en qué momento, Eric chocó contra la amplia espalda del Dios del agua, quien detuvo su paso en algún momento de la jornada, junto a sus hermanos y el valiente Chil Hyun.

-qué sucede? – interrogó Eric a Sun Ho, quien sostenía su mirada directo al imponente y aterrador Castillo que se hacía visible entre la arboleda.

Los latidos de Eric se detuvieron. Finalmente el momento llegaría. El momento de demostrar por qué fue elegido como guardián del Príncipe Pil Kyo. El momento de cumplir su palabra y arriesgarlo todo por el bienestar de la persona que más amaba.

El momento de traer a HyeSung de regreso.

-es hora – pronunció el Dios del Fuego, girando sobre sus talones, enfrentando las miradas solemnes de sus hermanos

-por el Príncipe Pil Kyo – habló el Dios del Agua, estirando una mano en el aire.

-por el Príncipe – repitió el Dios del Aire, colocando su mano sobre la de su hermano

-por nuestro honor y el bienestar de Terranópolis – siguió el Dios de la Tierra, uniéndose a sus hermanos

-con todas nuestras fuerzas y hasta el último aliento. Por el Príncipe Pil Kyo – colocó el Dios del Fuego su mano sobre las otras tres juntas.

Unas intensas luces brillaron de los cuerpos de cada uno de los Dioses, disipándose finalmente cuando éstos retiraron sus manos y giraron al mismo tiempo a contemplar el imponente Castillo; cada uno colocando un puño sobre sus pechos, recordando la promesa de fidelidad y lealtad al Príncipe Pil Kyo.

Una promesa por la que estaban dispuestos a sacrificarlo todo.

Absolutamente todo.