Regreso A Casa

El Quinto Elemento

A/N: Se que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que publiqué este fic, disculpen la demora y muchas gracias a las personas que continuaron leyendo y esperando por este capítulo. Muchas gracias en verdad.

 

De rodillas sobre el sólido mármol, la cabeza baja y la expresión destrozada; sus ojos aún dolían por los reflejos de luz emitidos; su corazón se sentía vacío y dolido. De su mano caían gotas de sangre, originadas por el cristal que se des-fragmentó entre ellas. Aún no podía alzar la vista. Aún sentía el peso de la culpa y el abandono.

Mientras tanto, a las afueras del jardín del palacio, un rostro confundido abría los ojos, sorprendiéndose al encontrarse en un lugar que desconocía.

-q-qué es esto?... qué es esto?... – la voz en el jardín se sentía perdida. Confusión y miedo se mezclaban en su mirada.

Era como si de pronto hubiera despertado de un sueño eterno. O más como si se encontrara en un sueño.

El hombre de cabello gris a no muy pocos pasos de distancia, lo observó como si fuera la primera vez que lo veía. Era el mismo reflejo pero con un aura diferente.

Por la enorme ventana del palacio real, cuatro pares de ojos observaban la escena en el jardín, con expresiones solemnes y miradas esperanzadoras.

-levántate… no tienes tiempo para lamentarte… - el Dios del Fuego tiró del brazo del Valiente Guerrero, logrando colocarlo de pie por tercera vez.

Las piernas de Eric volvieron a ceder en cuestión de minutos. Con ayuda del Dios del Agua como su soporte, el Valiente Guerrero pudo alzar la mirada y fijar sus ojos en la imagen en el jardín. Su mirada inocente y la expresión perdida, exactamente como lo recordaba.

Los cuatro Dioses dentro de Palacio sonrieron al mismo tiempo, fijando su vista una vez más a través de la ventana.

Como si hubiera vuelto a nacer, estaba frente a ellos.

Eric no pudo seguir mirando y antes que pudieran detenerlo, salió corriendo al jardín, deteniéndose solo a pasos de la imagen que aún lucía confundida.

-Eric?... eres tú? – llamó la imagen como si estuviera viendo un espejismo.

Los ojos de Eric se abrieron en toda la extensión de su rostro. Imposible. Era imposible.

El mismo había visto como su energía era absorbida. Vio su pecho abrirse y el cristal flotar de regreso a los Dioses del Olimpo.

Era imposible.

-Príncipe… - exclamaron las personas detrás de Eric, hincándose de rodillas frente a la imagen que se vio aún más sorprendida con la presencia de los extraños hombres.

-qué está pasando?... qué es esto?... – susurró asustada la imagen, retrocediendo algunos pasos, golpeando con su espalda la puerta de la cúpula que su cuerpo había habitado minutos antes.

-H-Hyesung… HyeSungie? – se atrevió a llamar Eric, también confundido por lo que estaba pasando.

Acaso estaba viendo un fantasma?

HyeSung alzó la vista de regreso al rostro de su novio, buscando respuestas y un refugio para su atemorizada alma.

 

 

El anciano JaeSuk se puso de pie alcanzando el lado del valiente guerrero, colocando una mano sobre su hombro e indicándole con una sonrisa que todo estaba bien. Pero no estaba bien. Eric no entendía qué estaba pasando. Y el rostro asustado y fuera de lugar de su novio, no ayudaba en nada.

-no tema Príncipe, ya está a salvo… - inclinó su mano gentilmente el Dios del Agua,a la figura que permanecía arrinconada contra la puerta de la cúpula.

-quiénes son ustedes?... qué es este sitio?... – la desesperación y confusión iba aumentando en el interior de HyeSung, mostrando más temor ante la mano ofrecida del rostro que le era extraño.

Eric se mostró aún más confundido, luego de oír las interrogantes en labios de su novio.

-recuerdas que el Príncipe PilKyo era la única persona con el poder de sanar en todo Terranópolis? – susurró el Dios del Fuego a oídos de Eric.

El rostro del Valiente Guerrero giró en dirección del Dios del Fuego, cambiando luego de dirección hacia el anciano JaeSuk.

-el Cristal que te entregó el Príncipe PilKyo… era el Cristal de la vida… - pronunció JaeSuk con voz firme.

Las palabras abandonaron los labios del Valiente Guerrero. Quien estaba parado delante de él no era el Príncipe PilKyo, sino HyeSung, su novio.

-c-cómo?... – fue todo lo que pudo escapar de boca de Eric, aproximándose unos pasos a la imagen que aún lucía perdida y asustada.

-te dijimos que la esencia del Príncipe tomó el cuerpo de tu novio, su reencarnación en tus tiempos. El cuerpo de tu novio sólo fue el vehículo para que la esencia del Príncipe completara su misión. En realidad, el espíritu de tu novio estuvo encerrado todo este tiempo dentro de su propio cuerpo, retenido por la esencia del Príncipe PilKyo que lo poseyó… - empezó a explicar el anciano JaeSuk a un confundido Eric.

HyeSung oía atentamente las palabras del anciano, alterándose más sin poder comprender lo que estaba pasando. Lo último que recordaba era estar en la sala del departamento que compartía con su novio, esperando por que éste terminara de ducharse y soplar las velas de su pastel de cumpleaños.

Ahora todo era tan extraño. Era como estar viviendo un sueño muy real. Demasiado real para su gusto.

HyeSung no tenía idea cómo llegó a ese lugar, ni lo que estaba haciendo ahí. Todas las personas de aquel sitio lo observaban como si fuese una especie de divinidad y esto lo ponía aún más nervioso.

Y el único rostro conocido, parecía estar más confundido que él mismo.

-no entiendo… - respondió Eric al anciano JaeSuk, luego de varios minutos de silencio que se sintieron como una eternidad.

-tu novio estuvo durmiendo todo este tiempo, el Príncipe PilKyo tomó su cuerpo para regresar a Terranópolis… - volvió a explicar el anciano

-eso lo sé! Lo que no entiendo es cómo!... yo lo vi ahí arriba!... lo vi hacer ese sacrificio! – exclamó Eric, desesperado por lo que sucedía.

HyeSung se encogió de espaldas a la puerta de la cúpula, asustado por la explosión de su novio.

-efectivamente, viste al Príncipe PilKyo entregar su vida por Terranópolis… y liberar el alma dormida dentro del cuerpo que habitaba – se acercó el Dios de la Tierra, susurrando con voz gentil al Valiente Guerrero.

 

 

Sintió el frío piso de mármol contra su rostro, el momento que abrió los ojos y notó que se encontraba solo. Completamente solo. Su prisionero había huido junto con los guardianes que le juraron lealtad.

Sus ojos saltaron de su rostro, reincorporándose del piso con rapidez, dándose cuenta que ya era demasiado tarde. Había perdido. El príncipe PilKyo habría regresado para estos instantes a su lugar en el Olimpo.

Gruesas lágrimas empezaron a correr por su rostro, corriendo con premura y rabia contra una de las ventanas, cuando la vista a través de ésta lo sorprendió. El cielo lucía claro y despejado como una fresca mañana de verano; nada como debía ser de acuerdo a lo leído en los viejos libros. La ciudad no se veía tenebrosa y el cielo no lucía gris, en señal de duelo por la partida del Príncipe.

Algo no estaba bien.

Su idea original al acercarse a la ventana de su palacio, había sido lanzarse y terminar con su vida, ya que nada tenía sentido ahora para él; pero sus instintos le decían que algo no estaba bien con los resultados de aquella batalla que había perdido.

Sin perder más tiempo, se apresuró a conjurar un encantamiento, logrando visualizar las escenas en el palacio real, buscando detenidamente entre la mezcla de rostros sorprendidos y emocionados, hasta que finalmente lo vio.

El rostro que creía nunca más volvería a ver, estaba ahí; respirando con la expresión perdida, oyendo las palabras de los demás hombres frente a él, sintiéndose cada vez más asustado conforme la confusión y el asombro lo llevaban a perder la cordura.

-está vivo!... el Príncipe está vivo! - exclamó el general Seung Ho con sorpresa, apresurándose en alistar sus armas e ir en búsqueda del Príncipe.

Criados desde que eran unos niños, y bajo la misión de proteger al Príncipe incluso con su propia vida, An Seung Ho, creció adorando y haciendo honor a su juramento, permaneciendo siempre cerca del Príncipe PilKyo.

Pero un día mientras sus pensamientos protectores del Príncipe PilKyo lo traicionaban, el general Seung Ho se dio cuenta que había desarrollado otro tipo de sentimientos hacia el Príncipe, que iban más allá de sus deberes como soldado de Palacio. Incluso más allá de lo que su naturaleza como simple mortal podía ambicionar.

Le costó noches enteras de desvelo y auto-castigos, para que finalmente,An Seung Ho terminara por rendirse a sus sentimientos y albergara esperanzas, gracias al siempre trato amable y preocupado del Príncipe Pilkyo. Y fue esto lo que lo llevó a perder la cabeza, el día que llegó a sus manos el gran libro de Terranópolis, leyendo minuciosamente la leyenda sobre el Príncipe PilKyo y su cruel destino.

El Príncipe debía regresar a donde pertenecía. Su amor nunca se cristalizaría. El destino había hablado aún antes que él pudiera evitarlo.

Pero siendo el hombre obstinado y egoísta que era, el general Seung Ho no estaba dispuesto a rendirse. No si podía evitarlo. Aunque fuera en contra del propio destino.

 

 

-no tengas miedo HyeSungie... estás a salvo ahora – dio Eric unos cortos pasos en dirección de su novio, asegurándose de mantener aún una distancia prudente que tranquilizara el evidente nerviosismo de éste.

HyeSung observó una vez más a su alrededor, deteniéndose en cada rostro que le sonreía con familiaridad, adorándolo sin saber por qué.

-esto es una pesadilla... es una pesadilla... tengo que despertar – susurró para si mismo el asustado muchacho, apretando los ojos con furia, tratando de hipnotizarse con sus propias palabras

-tranquilo Príncipe, déjeme que le explique todo – se acercó el anciano Jaesuk, tratando de colocar su mano sobre la cabeza del asustado Príncipe.

-no me toque! Aléjese! - retrocedió HyeSung en pánico, apartando la mano del anciano con brusquedad.

Todos los hombres alrededor del resucitado Príncipe retrocedieron unos pasos, dándose cuenta del estado de pánico del muchacho y no queriendo asustarlo aún más. Todos retrocedieron menos uno. La única persona que seguía avanzando a paso lento, estirando una mano en dirección del muchacho que parecía que podría quebrarse en cualquier momento.

-HyeSungie estás a salvo… ven, toma mi mano, regresemos a casa – habló Eric con suave voz, deteniéndose a tan solo dos pasos de distancia de su novio.

HyeSung miró directamente en los ojos de Eric, reconociendo esa mirada gentil y enamorada que le aseguraba que todo estaba bien, siempre y cuando él estuviera a su lado. Y sin dudarlo y olvidándose de sus miedos, alzó lentamente una mano para colocarla en la mano que seguía extendida en su dirección.

Eric observó a su novio con ojos de adoración, anticipando el momento que su mano llegara a tocar la suya. Parecía como si hubiera pasado una eternidad desde la última vez que pudo sentir la textura de la suave piel de su novio contra la suya. Minutos antes lo creía perdido para siempre, y ahora estaba ahí nuevamente frente a él, respirando, observándolo directamente a los ojos como si estos fueran su único refugio en medio de esa maraña de confusión en la que había despertado.

HyeSung no tenía idea de lo que sucedía. Su último recuerdo era estar en el departamento que compartía con su novio, buscando unas velas para decorar su pastel de cumpleaños. Y luego todo era oscuro. En un parpadeo despertó en ese lugar que parecía sacado de uno de sus más vívidos sueños, rodeado de desconocidos que lo observaban como si lo conocieran muy bien. Sus nervios parecían estar a punto de colapsar, su cabeza giraba como si aún estuviera despertando de un largo sueño, sus piernas se sentían débiles, tan débiles que le era difícil seguir manteniéndose en pie. Se sentía como si de pronto hubiera sido abandonado en esa especie de dimensión que le causaba escalofríos. Excepto por la persona que había logrado hacerse paso en medio de los rostros desconocidos, y que le sonreía asegurándole que todo estaría bien siempre que continuara mirándolo a los ojos, ignorando el extraño mundo en el que se encontraba.

-vamos a casa HyeSungie – volvió a repetir Eric, estirando su mano unos centímetros más, casi rozando los delgados y delicados dedos de su novio que también estiró su mano, esperando que esa especie de pesadilla terminara con el solo toque de su novio.

Pero no fue como ninguno de los dos se lo esperaba.

-NOOO! - una fuerte exclamación interrumpió el momento de los dos amantes, obligando a HyeSung a despertar y convencerse aún más que en realidad se encontraba viviendo una pesadilla.

-ERIIICC!! - exclamó HyeSung sorprendido y desesperado, observando como el cuerpo de su novio se alzaba en el aire con brusquedad, abandonando su lado.

 

 

HyeSung quería ir en auxilio de su novio, pero la debilidad en sus piernas y el fuerte agarre en su mano derecha se lo impidieron, viéndose prisionero por el hombre que lo observaba como si estuviera poseído.

-estás vivo… estás vivo… - exclamaba en voz baja el hombre, sujetando con más fuerza la mano del Príncipe que se veía desesperado por liberarse de su captor.

-Príncipe!! - exclamaron en vano los hombres que de pronto se vieron prisioneros en una especie de campo de fuerza que los iba debilitando.

El general An Seung Ho se había preparado muy bien para hacer un nuevo contra ataque.

-s-suélteme! Qué quiere de mí! - luchaba HyeSung sin éxito, sintiendo como las fuerzas iban abandonando sus piernas, cayendo al piso sin que pudiera evitarlo, llevando a su captor a caer de rodillas a su lado frente a él.

-salvarte… he venido a salvarte mi Príncipe… - respondió Seung Ho, estirando una mano sobre la cabeza de HyeSung.

-no lo toques! No lo toques! - se levantó Eric de pronto, desenvainando su espada, alistándose para una nueva pelea contra el general Seung Ho.

HyeSung oyó la voz de su novio, alzando la mirada, dándose cuenta de la mano que se acercaba en su dirección emitiendo una especie de rayo de luz que lo encegueció ligeramente, pero no evitó que pudiera defenderse inconscientemente, enviando al general Seung Ho unos metros de distancia, luego de hacer uso de su propio poder de defensa.

-AAAHHH!!… no puedes hacerme esto! No después de todo lo que he hecho por ti! - exclamó Seung Ho, viéndose atacado por el joven Príncipe que permanecía en shock después de darse cuenta de lo que acababa de suceder frente a sus ojos.

-Príncipe! Aléjese! Huya! - gritaban los hombres prisioneros dentro del campo de energía, impotentes al no poder hacer nada para ayudar al Príncipe que se veía en peligro una vez más.

HyeSung se mostraba más confundido y asustado, petrificado por todo lo que se desarrollaba a su alrededor, imposible de moverse o tener alguna reacción.

-HyeSung! No te muevas! Quédate ahí! - comandó Eric, colocándose de pie delante del Príncipe, sosteniendo su espada en posición de batalla, direccionándola hacia donde se encontraba el general Seung Ho, reincorporándose luego de haber recibido el ataque del Príncipe.

-no vas a impedirlo… yo lo salvé! Yo me lo merezco! - exclamó Seung Ho con potente voz, lanzando una potente esfera de energía en dirección de Eric.

-Eric! No! - el movimiento regresó al cuerpo del Príncipe al ver a su novio en aparente peligro, estirando una mano en dirección de la esfera de energía que se acercaba a Eric, logrando un efecto rebote que terminó destruyendo el campo de fuerza que aprisionaba a los otros hombres en el jardín.

Seung Ho no se dio por vencido, empuñando su espada con furia, arremetiendo con fuerza contra Eric, logrando desarmarlo de un solo movimiento.

-Eric!! - exclamaron a la vez los hombres recientemente liberados, observando la espada de Seung Ho a pocos centímetros de ser insertada dentro del pecho del valiente guerrero.

-NOOOOOOOO!!!

Y sin que nadie pudiera advertirlo, el pecho del general Seung Ho fue atravesado por una fina y legendaria espada.

 

 

-p-por qué?… y-yo yo te amaba… - fueron las últimas palabras de An Seung Ho, antes de caer sobre el verde pasto, recorriendo su vista desde el extremo de la espada insertada en su pecho, hasta la delicada mano que la sostenía, y los sorprendidos y horrorizados ojos de la persona que no creía lo que acababa de hacer.

-H-HyeSung!… cariño estás bien? - sintió HyeSung los brazos que rodeaban su cuerpo, mientras su mano soltaba la espada y sus ojos observaban el cuerpo sin vida del general Seung Ho.

-una pesadilla… esto tiene que ser una pesadilla… - susurró HyeSung para sí mismo, observando las pequeñas gotas rojas que habían caído sobre su mano.

-Príncipe! - se acercó el anciano Jaesuk, sintiendo lástima por la persona que lucía como si acabara de cometer el peor crimen del universo.

-sácame de aquí Eric! Quiero despertar de esta pesadilla! - se hundió contra el pecho de su novio el Príncipe, soltando amargas lágrimas que habían estado contenidas por mucho tiempo en sus ojos.

Los cuatro Dioses observaban al Príncipe, deseando tomar su miseria sobre ellos, absorbiendo todo tipo de dolor del interior de la persona que adoraban.

-HyeSung?.. HYESUNG!! - exclamó Eric repentinamente, sosteniendo el cuerpo inconsciente de su novio en sus brazos.

-tranquilo valiente guerrero, solo está inconsciente por el impacto… ha sido demasiado para él – se oyó una voz desconocida a lo lejos, llamando la atención de todos los hombres.

-JIHOON!! - escaparon las palabras de labios del anciano JaeSuk, observando al hombre que se acercaba cada vez más, vistiendo una túnica blanca que resplandecía una luz casi enceguecedora.

-los Dioses me han favorecido… - respondió Jihoon las interrogantes silenciosas de los hombres alrededor que lo creían muerto.

-quiere decir que eres el nuevo Rey de Terranópolis? - interrogó el Dios del fuego, obteniendo como respuesta el breve asentimiento de Jihoon.

-los Dioses han favorecido mi sacrificio y mi amor por Terranópolis… y te han favorecido también Valiente Guerrero – habló Jihoon en dirección de Eric.

-yo?… yo solo quiero regresar a casa… quiero dejar esta pesadilla! - respondió Eric al nuevo erigido Rey, sosteniendo con más firmeza el cuerpo inconsciente de su novio entre sus brazos.

-los Dioses agradecen tu valentía y que hayas salvado la vida de nuestro preciado Príncipe, es por eso que te concederán un deseo… cualquier deseo que esté en tu corazón – continuó hablando Jihoon, quedando todo en silencio.

Eric apretó los ojos, repitiéndose una y otra vez las palabras de Jihoon, meditando si este regalo de los Dioses le traería más problemas, o debería aprovecharlo para asegurarse una vida de felicidad eterna al lado de su novio.

-será muy difícil para él… regresar y pensar todos los días en lo que sucedió aquí… - pronunció Eric luego de varios minutos de silencio, dando una mirada al rostro durmiente de su novio.

-no podrá soportarlo… no podrá… - se volvió a repetir el Valiente Guerrero, sosteniendo el cuerpo de su novio más cerca a su pecho.

-mi deseo… mi deseo… quiero que lo olvide todo… todo lo que vivió acá – respondió Eric directamente a los ojos de Jihoon.

-cualquier deseo de tu corazón – asintió Jihoon, elevando una de sus manos al aire, abriendo el portal por el que hace tres semanas atrás, Eric arribó a la desconocida dimensión en busca de su novio.

-es tu deber protegerlo siempre, no lo olvides – habló Minwoo con tono firme, mientras Eric levantaba en brazos el cuerpo de su novio, dirigiéndose hacia el portal.

-jamás… ya antes era mi deber protegerlo… ahora solo tengo una razón más… - prometió Eric a los rostros afligidos de los hombres que observaban su partida.

 

 

Oscuro, todo era oscuro dentro del portal, a diferencia de la primera vez cuando las resplandecientes luces lo enceguecían, transportándolo lejos de su hogar.

-H-HyeSung!!! - exclamó Eric en pánico, cuando el cuerpo de su novio desapareció de entre sus brazos y la oscuridad que lo había recibido parecía tragárselo.

La oscuridad de pronto se iluminó, resplandeciendo a tal punto que Eric sintió sus ojos arder, alcanzando solo a cubrir su rostro con su antebrazo, antes que todo volviera a quedar en completa oscuridad.

-HyeSung! HyeSungie!… - abrió los ojos Eric completamente desesperado, siendo recibido por las continuas gotas de agua que iban cayendo por su cuerpo desnudo.

-HyeSung… HyeSung! - repitió Eric una vez más, reconociéndose dentro de la ducha de su departamento. Exactamente como la última vez que lo recordaba.

Tomando una toalla rápidamente, envolviéndola alrededor de su cintura, Eric abrió la puerta del baño, corriendo por todo el pasillo con el corazón latiéndole a mil.

-yah! Estás mojando la alfombra! - recibió una potente y enojada voz a Eric, alzándose de entre las gavetas inferiores de la alacena en la cocina.

Eric quedó inmóvil, observando el rostro familiar y natural de su novio. Parecía como si nunca se hubiera ido. Parecía como si nunca hubiera estado en la tierra a la que pertenecía su pasado. Parecía como si nunca su mano hubiera empuñado una espada. Parecía como si todo hubiera sido un sueño que ya había llegado a su fin.

-HyeSungie! - recuperó Eric el movimiento en sus piernas, corriendo hacia su novio, tomándolo en sus brazos con tanta fuerza que bien pudo quebrarle algunos huesos.

-ahh! No me dejas respirar… y me estás empapando! Ponte algo de ropa por Dios! - volvió a regañar HyeSung, luchando por liberarse de los fuertes brazos de su novio.

-lo siento! - se disculpó Eric luego de unos minutos, besando una y otra vez los labios que había extrañado más de lo que se había imaginado.

-mmmhh! Mmhh! Qué pasa contigo?… ve a cambiarte antes que lleguen los chicos… - ordenó HyeSung, logrando apartar a su novio un par de centímetros.

Eric asintió con la cabeza, regresando a su habitación, terminando de secar las gotas que aún recorrían parte de su cuerpo, colocándose luego sus pijamas para ir al encuentro de su bello novio y soplar las velas de su pastel de cumpleaños.

-… los chicos?…. Qué chicos?… - se interrogó Eric de pronto quedándose congelado en la puerta de su habitación.

-HyeSungie… ? - Eric volvió a perder las palabras al regresar a la cocina y ver seis lugares puestos en la mesa circular a un lado de ésta.

-ahora te ves mejor – sonrió HyeSung a su novio, continuando con el decorado de la mesa.

-por qué hay seis lugares?… - interrogó Eric, no pudiendo más con su curiosidad. La última vez que estuvo en ese departamento antes del secuestro de su novio, Eric recordaba que los planes eran soplar las velas los dos juntos y luego ir a la cama hasta el día siguiente. Por qué entonces ahora habían seis lugares en la mesa?. Quién podría venir de visita pasada la medianoche?

Como si estuviera respondiendo las interrogantes de Eric, el sonido del timbre se dejó oír.

-ahh siempre tarde! - se dirigió HyeSung a la puerta, dándole otro shock a su novio.

-FELIZ CUMPLEAÑOS!!! - exclamaron a viva voz y con grandes sonrisas en sus rostros, los cuatro hombres de pie en la puerta del departamento.

Eric sintió que su alma dejaba su cuerpo en ese instante.

 

 

-les dije a las doce! Aish! Siempre tarde! - regañó HyeSung a los cuatro hombres mientras los dejaba ingresar al departamento uno por uno.

-lo sentimos mucho Principito, había mucho tráfico – se justificó el más bajo entre los cuatro hombres, mostrando una genuina e irresistible sonrisa de ojos.

-mira! Te trajimos regalos! - negoció el más alto del grupo, entregando un par de bolsas de papel en manos del dueño del cumpleaños.

El rostro de HyeSung se iluminó apenas vio la cantidad de paquetes envueltos en las bolsas, corriendo hasta el sofá de la sala para abrir sus regalos, seguido por otro de los cuatro hombres con rostro adorable.

-como siempre, sabes cómo calmar a nuestro Principito, Junjin – elogió otro de los hombres, dirigiendo luego su mirada hacia el hombre que seguía petrificado sin entender lo que estaba sucediendo.

-ha pasado mucho tiempo, eh Eric? - habló el hombre más bajo, acercándose hacia Eric.

-u-ustedes… q-qué… qué hacen acá!? - logró exclamar Eric en voz baja, observando sin parar los rostros de los cuatro hombres que había conocido en su corto viaje por una dimensión desconocida.

-tranquilo, no venimos a hacer ningún daño – consoló Dongwan, colocando una mano sobre el hombro del alterado Eric.

-no pensaste que nos íbamos a quedar tranquilos dejando a nuestro Príncipe solo a tu cuidado, o sí? - habló ahora Minwoo, dirigiendo una mirada hacia HyeSung y Andy que continuaban abriendo los regalos del primero en el sofá.

-qué quieren decir?… - interrogó Eric más confundido.

-que queremos pasar más tiempo con nuestro Príncipe… - sonrió Choong Jae.

-borraron sus recuerdos de lo que pasó en Terranópolis… y pedimos a los Dioses que nos dejaran vivir al lado del Príncipe en su dimensión – explicó Dongwan, antes que Eric pudiera hacer otra pregunta.

-no te preocupes por nada, insertaron recuerdos de nosotros en su memoria – aseguró ahora Minwoo.

-qué hacen ahí?… ayúdenme a abrir mis regalos! - llamó HyeSung desde el sofá.

-puede que le quitaran la memoria… pero un Príncipito, es por siempre un Principito… - rió Minwoo dirigiéndose al sofá.

-Junjin tú también! - llamó HyeSung en dirección de Choong Jae.

-Junjin?… - observó Eric al hombre que parecía ligeramente nervioso

-qué?… suena más cool que Choong Jae… - respondió Junjin, haciendo su camino al lado de HyeSung.

Eric permaneció quieto por un par de minutos, observando a los cuatro hombres al lado de su novio en la sala, rodeándolo como si quisieran protegerlo del mundo. En cierta forma, Eric se sentía contento al volver a ver a los hombres que ayudaron a rescatar a su novio y dieron su vida por él. Cuatro hombres que pese a las circunstancias, se habían convertido en unos grandes amigos.

-es hora de soplar las velas! - exclamó Minwoo con emoción, siendo seguido luego por todos los hombres hasta la cocina donde los esperaba un hermoso pastel en medio de la mesa circular.

-qué deseo pedirás Principito? - se acercó Dongwan a HyeSung, pasando un brazo por detrás de sus hombros.

-aish ya dejen de llamarme así! - se quejó HyeSung haciendo un puchero.

-pero sí eres un Principito… MI Principito – se acercó Eric por detrás de su novio, rodeando su cintura con ambos brazos, liberándolo del agarre de Dongwan.

-tonto… - sonrió HyeSung con las mejillas coloradas, bajando la mirada ante las sonrisas pícaras que le dirigían los cuatro hombres restantes en el departamento.

-bien, pide un deseo – acercó Andy el pastel.

HyeSung dio una breve mirada por cada uno de los rostros que lo observaban con amplias sonrisas, colocando sus manos luego sobre las manos que sostenían su cintura, cerrando los ojos, inclinándose ligeramente hasta las velas que resplandecían en el hermoso pastel, y finalmente soplando con todas sus fuerzas mientras los cinco hombres se observaban entre ellos, felicitándose silenciosamente.

 

 

La noche resplandecía como nunca antes la había visto. La luna parecía más grande y las estrellas parecían sonreírle. Era tan cálido y tan extraño que creyó que había caído en otra especie de sueño sin fín.

-no comiste mucho pastel – se acercó la voz por detrás, abriendo la mámpara del balcón, llevando en una mano un pedazo de pastel y en la otra una ligera chaqueta.

-también hace frío – volvió a hablar la voz, colocando el plato del pastel sobre la baranda, colocando la chaqueta en hombros del hombre que permanecía silencioso, observándolo como si el mundo hubiera dejado de existir a su alrededor.

-estás bien? - interrogó HyeSung luego de unos segundos, observando preocupado el rostro de su novio.

Eric solo sonrió en respuesta, tomando a su novio por la cintura, trayéndolo más cerca a su cuerpo hasta envolverlo amorosamente entre sus brazos.

-gracias… gracias por volver a mí – habló Eric con voz quebrada, acariciando el cabello de su novio.

-de qué hablas?… si yo nunca me he ido… ni me iría jamás… siempre vas a ser tú Eric… desde el principio… siempre fuiste tú y siempre serás tú… - respondió HyeSung en un susurro, envolviendo el cuello de su novio con sus delgados brazos, sosteniéndolo con el mismo amor con el que era sostenido.

-siempre creí que era yo el que te había elegido… pero me equivoqué… fuiste tú el que me eligió – susurró también Eric cerca del oído de su novio.

-en nadie más que en ti podría confiar, mi compañero, mi mejor amigo, mi guardián… el amor de mi vida – sentenció HyeSung, apartando su rostro unos centímetros para volver a acercarlo luego directamente a los labios de su novio.

La noche resplandecía mágicamente, iluminando sus rostros y ese beso que se iba intensificando conforme los latidos de sus corazones se aceleraban y sus cuerpos se juntaban aún más.

La noche los saludaba, la noche los bendecía. La noche les decía que ahora todo estaba bien.

-HyeSungie… - susurró Eric muy cerca a los labios de su novio, deteniendo el beso por unos segundos.

-hum? - respondió HyeSung confundido, inconforme con que los labios de su novio se hayan apartado repentinamente.

-quieres casarte conmigo? - soltó Eric la pregunta con el tono de voz más natural que sus nervios le permitían en ese instante.

El rostro de HyeSung se mostró sorprendido, iluminándose luego con una gran sonrisa.

-claro que si! - saltó HyeSung sobre su novio, haciéndolos tambalear por un momento, obligando a Eric a sujetarse con fuerza de la baranda del balcón para evitar una colisión contra el piso.

-te amo HyeSungie! - exclamó Eric entre sonrisas, abrazando a su novio con fuerza

-te amo Eric! - exclamó HyeSung con emoción, sellando sus palabras con un profundo y largo beso.

Desde dentro del departamento, cuatro rostros sonreían observando a la pareja. Observando el rostro de felicidad y amor de quien prometieron cuidar y adorar.

-ahora el Príncipe es libre… es libre de amar y ser amado… - sonrió Minwoo, colocando una mano sobre el hombro de Junjin.

 

 

FIN

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Comments

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anurim #1
Chapter 11: Gracias mi Shinbe-autornim favorita!!!!!! Habia esperaado con ansias por este epilogo!!!!!! abrazos para ti!!!!
sofiliztore #2
Chapter 11: Wow... unnie te luciste... el fic es realmente hermoso y este capítulo lo es aun más... muchísimas gracias por escribir este epílogo.
sofiliztore #3
Chapter 10: Wow... wow... wow...unnie esto es demasiado... este capitulo y el fic en general es fantásticamente intenso :) ... si, esa es la palabra correcta... cada escena y dialogo me hizo vivir intensamente cada emoción que transmitías a través de las palabras... ahora solo me resta pedirte que por favor publiques el epílogo... el final estuvo genial pero sería lindo un capítulo solo del RicSung <3
sofiliztore #4
Chapter 9: Nooooo :o ... los cuatro dioses y Chil Hyun estan muertos... ademas Eric esta mal herido... maldito Seung Ho... claro, era obvio que lo quería para él.. eso no es amor sino obsesión -_- ... unnie no es justo... uno de estos días me va a dar un infarto... el recuerdo fue tan hermoso... es simplemente bellisima la forma en la que Eric se le declaro a Sungie... y luego zas! ... rompes mi corazón con esa sangrienta batalla...
sofiliztore #5
Chapter 8: Otra vez no... la preocupación y la duda me invaden al igual que a Eric... ¿ Que estan ocultando los dioses? ¬¬... ¿ que le hara Seungho al principito?... este fic me tiene con el corazón en la mano
sofiliztore #6
Chapter 7: Minwoo es un tonto -_- ... pero todo es culpa del desgraciado de SeungHo. Eric esta muy mal herido :( ... y Hyesung perdió mucha energía al enfrentarse al special stupid así que no podrá curarlo... eso significa que puede morir... nooo... unnie eres mala... primero me alegras con un recuerdo romántico y luego me preocupas.
sofiliztore #7
Chapter 6: Por todos los cielos... que dura fue esta batalla... definitivamente la más difícil hasta el momento... llegue a creer que no lo lograrían :/ ... bueno era de esperar que ChoonJae no escuchara razones... ya sea en la ficción o en la realidad él es muy obstinado cuando hace algo ¬¬ ... felizmente Hyesung intervino... aunque ahora su vida corre peligro... unnie me tienes con las emociones a mil... es prácticamente imposible predecir que pasara en cada capítulo... yo ya perdí intentando adivinar a los dioses... escribes genial cada capítulo es mejor que el otro =D
sofiliztore #8
Chapter 5: Oh que hermosos recuerdos ^_^ ... bueno un poco tristes porque al parecer el padre de Hyesung tiene un carácter difícil pero son lindos porque Eric siempre cuidaba al principito <3 ... tanto amor me ayudó a sobrellevar esa batalla... por cierto ya perdí... Dongwan es el Dios de la Tierra y no del agua... aunque aún faltan dos... quizás acierte.
sofiliztore #9
Chapter 4: Casi muero de un infarto por la tensión que me ocasiono imaginarme tremenda pelea... Eric sufrió mucho... felizmente venció al Dios del Viento... owww que tal sorpresa que él fuera Lee Sunho, el maknae mas tierno del mundo ^_^ ... y lo mejor de todo es que los va ayudar... unnie uno de estos días me vas a matar... escribes demasiado bien... las emociones estan a flor de piel en cada capitulo... combinas perfectamente los recuerdos con las escenas de acción... por cierto intentaré adivinar los otros dioses... el dios de la Tierra será Minwoo, el de Agua es para Dongwan y el poder del Fuego creo que va bien con Jinnie :)
sofiliztore #10
Chapter 3: Noooooooo... Hyesung no puede morir... que será de Eric si él no está :( ... el principito esta gastando su energía para salvar a Eric, así como él esta arriesgando su vida para rescatarlo... wow en verdad ellos se aman intensamente <3 ... ojala que no le pase nada malo a ninguno...