A/N: Me disculpo inmensamente por dejar abandonado este fic por tanto tiempo!!... Bueno ya estamos llegando al final, ya que esta historia tendrá a lo mucho 10 capítulos.

Gracias por continuar leyendo!!

*Flashback*

Dentro de la recámara del general Seung Ho, dos hombres sostenían una acalorada discusión. Ninguno parecía rendirse ante los argumentos del otro.

-es mi deber defenderlo! Existimos para eso! – argumentaba uno de los hombres, cuya mirada se encendía más con cada palabra que salía de su boca

-ellos lo van a destruir! Yo sólo quiero salvarlo! No te das cuenta?... si él muere Terranópolis será historia! – contraatacaba el otro hombre, el rostro enrojecido por la furia que llenaba su cuerpo

-igual lo mataremos nosotros si llevas a cabo tu plan!... no cuentes conmigo para tan macabra idea! Su vida es más valiosa de lo que piensas – el primer hombre decidió salir de la habitación, siendo detenido por las repentinas palabras del hombre que aún permanecía dentro de la habitación

-hay otra manera… ese viejo de JaeSuk nos ha estado ocultando más de lo que nos imaginamos…

-qué quieres decir? – el primer hombre regresó sus pasos enfrentando directamente al que aún permanecía de pie con expresión solemne

-no es necesario su sacrificio… existe otra manera para mantener viva a Terranópolis…

El primer hombre frunció el ceño, queriendo entender las palabras que acababan de ser dichas

-cómo sabes que hay otra manera? – interrogó el primer hombre

-por que lo he visto… lo leí en los libros de las leyendas… JaeSuk nos ha ocultado todo este tiempo de la existencia de ese escape!... y todo por mantenernos doblegados a unos dioses que sólo quieren la sangre de un ser inocente! – estalló el segundo hombre, golpeando con su puño el espejo que se encontraba a un lado de la habitación

-si existe otra manera… JaeSuk nos lo hubiera dicho, él no dejaría que le ocurriera nada! Él lo crió desde que era un niño! Tú fuiste criado para estar a su lado y protegerlo!

-es exactamente lo que quiero hacer! Protegerlo… protegerlo de la tiranía de esos dioses

-matándolo?

-tengo todo bien planeado… nada debe salir mal si me ayudas… confía en mí

-la leyenda dice que cuando llegue el día, los cuatro elementos se juntaran y darán lugar a una nueva vida… pero lo que tú quieres

-es darle una nueva vida a Terranópolis, una vida donde no se tengan que hacer sacrificios en vano!

-su destino ha estado marcado desde el día que nació, no puedes cambiarlo

-si puedo! YO cambié mi destino… no voy a ser el tonto que sólo se quede mirando! Voy a serle fiel a mi juramento y lo protegeré hasta de su mismo destino! – la firmeza y decisión en los ojos del segundo hombre, ardían tanto dentro de la habitación, que ni el mismo primer hombre pudo resistir un segundo más

-sólo te ayudaré… si prometes no derramar sangre inocente

-eres el más fiel al Príncipe, debes saber que hay sacrificios que deben ser necesarios por guardar nuestro juramento, Minwoo

El primer hombre asintió, desapareciendo luego entre llamaradas de fuego, dentro de la habitación.

*Fin del Flashback*

-huele a azufre – observó Eric, mientras continuaban subiendo la montaña

-estamos cerca… los dominios de mi hermano están cerca – respondió Sunho con melancolía

El Dios del Fuego era el más poderoso entre los Dioses de los Cuatro Elementos y el más leal al Príncipe Pil Kyo. Algo en estos dos hechos, hacía que Eric sintiera cierto temor de enfrentar al último de los Dioses.

-llegamos – oyó Eric la voz de Chil Hyun, mientras los cinco hombres daban una mirada a la tierra volcánica que literalmente ardía frente a sus ojos.  

-Dios mío… - susurró Eric, sintiendo sus piernas temblar y el sudor frío recorrer su frente.

-debemos tener cuidado… mi hermano no será un oponente fácil – advirtió Choong Jae al grupo

-esperen! – detuvo Eric al grupo que se disponía a adentrarse en las tierras volcánicas

Todos giraron observando al valiente guerrero que regresó sus pasos unos metros, tomando un puñado de tierra del suelo para luego colocarlo dentro de una pequeña bolsa de lona que colgaba de uno de los extremos de su cinturón.

-tu poder no sirve sino tienes nada de dónde hacerlo nacer cierto? – se acercó Eric al Dios de la tierra, entregando la pequeña bolsa de lona.

Luego tomó un pequeño frasco, vertiendo unas gotas de agua de la cantimplora que llevaba Chil Hyun en sus manos, entregándosela al Dios de Agua.

Y la confusión llegó cuando Eric giró, enfrentando de manera interrogativa al Dios del aire.

-no puedo usar mis poderes allá… y tampoco debería… - habló Sung Ho con voz solemne

-por qué? – refutó Eric

-el aire sólo hace que el fuego se expanda más… si Sung Ho usa sus poderes allá, estaremos muertos – explicó Dongwan

Eric asintió solemnemente con la mirada, liderando luego al grupo hacia los dominios del Dios del Fuego.

El más leal al Real Príncipe Pil Kyo.

-no veo nada – se quejó Eric, tratando de regular su visión entre la intensa humarada que los rodeaba.

-tengan cuidado, ésta es tierra volcánica, mi hermano puede salir de cualquier sitio – advirtió Choong Jae una vez más.

Las inmensas humaradas, trajeron a Eric un recuerdo que creyó había dejado enterrado en el olvido.

*Flashback*

Eric salió de la habitación, vistiendo nada más que una delicada y reveladora toalla alrededor de su cintura. Las gotas de agua seguían cayendo descuidadamente por las hebras de su cabello, mojando cada centímetro que iba avanzando, dentro del modesto departamento.

-eso huele muy bien – susurró Eric a oídos de su novio, pasando su brazo por su cintura

-estás goteando!... ve a terminar de secarte… - se quejó HyeSung, haciendo a un lado a su molesto novio, dirigiéndose luego a buscar algo dentro del refrigerador

-te extraño… si vienes conmigo…

-ni lo intentes! No lo haremos dos veces en un día… - detuvo HyeSung las palabras de su novio

Eric hizo un pequeño puchero con los labios, tratando de ganar la compasión de su bello novio. Sin embargo  HyeSung estaba decidido a no dejar ganar fácilmente a su molesto novio.

-termina de vestirte o no comerás – amenazó HyeSung, colocando algunas especias dentro de la olla que se encontraba sobre la cocina

-aish! – se rindió Eric, lanzando la toalla que llevaba asida a su cintura contra el sofá en la sala

-YAH!! llévate eso contigo!! – se quejó HyeSung, persiguiendo a su novio hasta la habitación.

Eric supo entonces, que su inocente novio había caído en su trampa.

Sólo le tomó a Eric un par de minutos, para doblegar a su bello novio y encontrarse nuevamente acurrucados en la cama que guardaba sus más íntimos secretos.

-E-Eric… b-basta… n-n-no… no sigas – se quejaba Hyesung, gozando la atención de las manos de su novio, en su cuerpo.

-si quieres que me detenga, por que sigues besándome? – reía Eric traviesamente, entrecortando levemente, los apasionados besos.

Hyesung sentía que su presión cardíaca estaba por explotar. Eric no estaba menos emocionado, sintiendo el calor de su cuerpo empezar a hervir.

El calor que literalmente empezó a hervir, llenando toda la habitación de un extraño humo negro.

-E-Eric?... q-qué es eso? – interrogó HyeSung

-oh vamos cariño, como si no lo hubiera hecho antes – respondió Eric, continuando la exploración manual en el cuerpo de su novio

-no, hablo en serio.... no hueles algo quemándose? – pronunció HyeSung una vez más

-yo estoy quemando por dentro cariño – respondió Eric, devorando el cuello del frágil HyeSung

-LA COCINA!! – exclamó Hyesung, sacando fuerzas de la nada, lanzando a su novio contra la alfombra.

-hey!! – corrió Eric detrás de HyeSung, encontrándose con la inmensa pared de humo en el corredor. La alarma contra incendios se encendió, obligando a Eric a colocar ambas manos en sus oídos a causa del molesto ruido.

-Sungie?! – llamó Eric, cegado completamente por el humo que continuaba saliendo de la cocina.

-Sungie!! – volvió a llamar Eric, alarmado que algo pudiera haberle ocurrido a su siempre despistado novio.

-acá estoy!... – oyó Eric la voz de su novio.

Y Eric creyó por un momento que lo que estaba viendo debió ser una ilusión creada por el humo que estaba empezando a entrar por sus fosas nasales.

Eric vio como Hyesung colocó una mano sobre la cocina en llamas, apaciguando las lenguas de fuego que parecían devorar todo lo que se encontraba a su alrededor.

-Sungie!!! – exclamó Eric, pensando que el fuego podría lastimar a su hermoso novio; mas HyeSung estaba completamente intacto, sorprendido únicamente por los gritos de su novio, que de alguna manera, hicieron que perdiera la conciencia.

*Fin del Flashback*

-AAHHH!

-ten cuidado… - oyó Eric las voces de SunHo y Choong Jae respectivamente.

Voces que lo despertaron de sus recuerdos.

-estás bien? – interrogó Chil Hyun, notando la extraña expresión en el rostro del Valiente Guerrero

-sí… es sólo qué… me estaba preguntando… - balbuceaba Eric, temiendo escuchar la realidad.

-Qué? – presionó Chil Hyun

-cuando peleamos contra Choong Jae… Hyes... el Príncipe Pil Kyo usó el poder de Choong Jae para rescatarlo... – continuó Eric su balbuceo, esperando por una respuesta que no quería oír.

-piensas que el Príncipe tiene los mismos poderes que los Dioses?

Eric asintió con la cabeza, al interrogatorio de Chil Hyun.

-la leyenda dice que los Dioses y el Príncipe son uno solo… sin el Príncipe, los Dioses no existen y sin los Dioses, la vida del Príncipe no es nada… ambos existen por que el otro existe… el Príncipe puede absorber algunos de los poderes de los Dioses, pero nunca llegar a igualarlos… me entiendes?

Una vez más, Eric asintió; sus temores haciéndose más fuertes.

-se supone que soy yo quién debe derrotar a los Dioses… pero fue HyeSung el que derrotó a Choong Jae… - susurró Eric…

-es lo que me t…

-CUIDADO!!! – oyó Eric voces a sus espaldas, levantando por instinto el escudo que tenía asido en su cinturón, colocándolo a manera de barrera, cuando una inmensa bola de fuego se dirigía amenazadoramente contra él y Chil Hyun.

Choong Jae, trató de tomar la cantimplora entregada por Eric y usar su poder para detener las inmensas bolas de fuego que seguían cayendo contra los cinco hombres.

-NO!... resérvalo para más tarde! – detuvo Dongwan a su hermano

-moriremos calcinados! – refutó Choong Jae

-este es sólo el recibimiento… - habló Dongwan, con ojos de advertencia.

Los cinco hombres se refugiaron bajo el escudo, que ya empezaba a arder por el poder del fuego que seguía cayendo contra ellos.

“intrusos”

Oyeron todos, la voz que sonaba como una invitación a la muerte.

-hermano detente!!... somos nosotros!! – exclamó Dongwan, buscando con la mirada la figura de su hermano, el Dios del Fuego

“son traidores… estar del lado de JaeSuk es traición!”

-Minwoo ya basta! Nadie quiere pelear contigo! – ahora era la voz de Choong Jae, la que intervenía

“el Príncipe no se merece ese final!... ustedes son unos traidores por aceptar el trato de ésos hombres!”

Por primera vez, Eric pudo ver la figura del Dios del Fuego, concentrándose en la mirada que estaba encendida en rabia y repulsión. Y el brazo que se extendía en su dirección, acusándolo de un crimen del que no tenía idea.

-ERIIIICCC!! –sintió el Valiente Guerrero, una mano que se deslizó por su cuello jalándolo con fuerza hasta hacerlo besar el suelo.

-maldito seas Chil Hyun!... tú y esos traidores morirán!!

Los cinco hombres se reunieron, formando un círculo entre sus espaldas, esperando los ataques del temible Dios, que podrían venir de cualquier parte.

-todos ustedes no merecen llamarse guardianes del Príncipe… deben morir por su traición! – apareció una vez más la figura del Dios del fuego, haciéndose paso entre las lenguas de fuego que parecían devorarse entre ellas.

La mirada fiera del Dios, hizo que el cuerpo de Eric se escarapelara por completo. El valiente guerrero no entendía cómo es que estando rodeado por tierra volcánica y llamaradas de fuego por doquier, podía sentir un escalofrío recorrer su cuerpo.

El Dios del fuego se veía muy diferente a sus otros hermanos.

-Eric, hay algo que debes saber… - habló Chil Hyun, interrumpiendo la concentración del valiente guerrero

-el Dios del Fuego… fue el único que no bebió el brebaje que Seung ho entregó a sus hermanos… -continuó Chil Hyun, dejando a un Eric confundido y sorprendido

-qué quieres decir?!

-nuestro hermano es un traidor… él ayudó a Seung Ho a preparar la trampa para nosotros – respondió Choong Jae.

Eric no tuvo la oportunidad de reaccionar ante la repentina confesión, cuando una inmensa bola de fuego viajó en su dirección.

El valiente guerrero sostuvo una vez más su escudo en alto, logrando dirigir las llamaradas de fuego hacia los lados. Pero las llamaradas empezaron a tomar fuerza propia, envolviendo el círculo formado por los guerreros y los demás Dioses.

Choong Jae roció una gota de agua en sus dedos, extendiendo los brazos, creando una inmensa pared de agua que parecía apaciguar las llamas que los rodeaba.

Al ver que las llamas estaban siendo controladas por la pared de agua, Choong Jae decidió intensificar su poder, tratando de apagar las llamas, convirtiendo la pared de agua en una pared de hielo. Mas el poder del Dios del Fuego, era más grande de lo que se imaginaban.

Minwoo, aumento su poder, haciendo que las lenguas de fuego devoraran la pared de hielo creada por Choong Jae. Prácticamente la pared empezó a  arder en llamas, sofocando más intensamente a los hombres que permanecían atrapados en medio del círculo.

Y esta vez quien decidió actuar fue Dongwan, tomando un poco de la tierra entregada por Eric, levantando un remolino de arena que envolvió rápidamente las amenazantes lenguas de fuego.

-Dongwan! Trata de crear una pared alrededor del fuego! – vociferó Choong Jae a su hermano.

Del otro lado del círculo, Eric mantenía su escudo en alto, protegiendo a Chil Hyun y SunHo de las llamaradas que lograban colarse entre la defensa de los Dioses.

Dongwan hizo como su hermano le ordenó, usando casi toda su energía, en crear una especie de fortaleza alrededor de las lenguas de fuego, atrapándolas casi en su totalidad. Choong Jae luego, dirigió una corriente de agua dentro de la fortaleza, tratando de extinguir las llamas. Mas las llamas escaparon de la prisión creada por Dongwan, cayendo como gotas de lluvia sobre los cinco hombres.

-corran! – exclamó Dongwan, usando una pequeña cortina de arena para protegerse de las pequeñas llamaradas.

El grupo se dividió, quedando cada uno a merced del temible Dios del Fuego.

-Chil Hyun traidor!! – exclamó Minwoo, atacando al mencionado, con una especie de  flechas de fuego

-y ustedes también! – se oyó nuevamente la temible voz del Dios, esta vez siendo los objetivos sus tres hermanos que yacían en el suelo, recuperando el aliento.

Tres saetas de fuego fueron lanzadas a cada uno de los dioses, defendiéndose cada uno como podía. Choong Jae lanzó discos de agua para evadir las saetas de fuego; Dongwan lanzó rocas que se desintegraron en el aire, cubriendo las saetas hasta extinguirlas; SunHo no tuvo más opción que lanzar su contraataque, usando su poder, provocando que las llamaradas se extendieran hacia sus hermanos.

Minwoo aprovechó el shock de SunHo, luego de poner en más problemas a sus hermanos; atrapándolo entre lenguas de fuego.

-SunHo!!! – exclamó Eric, viendo al Dios en aprietos.

El Dios del Fuego aprovechó su oportunidad para atacar al valiente guerrero, lanzando una enorme bola de fuego en su dirección. El golpe que sintió Eric fue indescriptible. En un segundo el valiente guerrero se encontraba yaciendo en el piso, con casi la cuarta parte de sus ropas rasgadas; los brazos heridos, dejando notar pequeños rastros de sangre.

-Eric!!! – llamó el Dios del agua, yendo en ayuda del valiente guerrero.

Minwoo no demoró en cortar el camino del Dios del agua, convirtiendo su ataque en inmensas llamaradas que lograron hacer retroceder a su hermano, hasta casi dejarlo inconsciente.

El Dios del fuego, decidió luego inmovilizar a su otro hermano, lanzando un remolino de fuego que lo elevó en el aire bruscamente, para finalmente dejarlo caer pesadamente sobre la tierra volcánica.

-no debiste oírlos nunca… tú deber era proteger al Príncipe, pero te convertiste en un traidor – se acercaba Minwoo peligrosamente al valiente guerrero, haciendo nacer entre la palma de sus manos, una finísima espada de fuego.

-todo aquel que traicione al Príncipe, debe morir – sentenció Minwoo, sosteniendo en alto la espada

La visión de Eric se hacía borrosa, sus heridas quemaban en su piel como si estuviera dentro de un horno, sus fuerzas eran escasas pese a los esfuerzos que hacia por levantarse y dar pelea contra el temible Dios. Sus amigos yacían heridos sobre el suelo, apunto de tomar la misma suerte que él.

Minwoo alzó su espada, direccionándola sin piedad contra el pecho de Eric.

-Minwoo!!! – se oyó una voz que retumbó en el aire, desviando la atención del temible Dios.

Minwoo no tuvo oportunidad de reaccionar, cuando un choque de energía golpeó contra su estómago, lanzándolo varios metros de distancia del valiente guerrero. Por instinto, Minwoo se levantó rápidamente, lanzando un poderoso ataque contra lo que sea que lo haya atacado primero. Mas su ataque se vió detenido a medio camino, por una nueva fuerza que lo dirigió en contra del Dios, causando no sólo el shock en éste, sino temibles heridas en su cuerpo.

Al verse sorprendido por el extraño ser que lo atacaba al punto de dejarlo casi desarmado, el Dios del Fuego decidió hacer uso de su espada, tele transportándose hacia donde venía la luz del ser que lo atacaba. Mas su ataque se vio bloqueado una vez más, por una extraña barrera de luz, que envolvía a la persona que se encontraba flotando en el aire.

-quién eres!! – exclamó el Dios del Fuego, frustrado al ver todos sus ataques bloqueados.

-te atreves a alzar tu espada contra tu  Príncipe! – habló la persona en el aire, haciendo que cada palabra retumbara en cada rincón de la extensa tierra volcánica.

Los ojos de Minwoo se abrieron ampliamente, sosteniendo su espada con más fuerza.

-el Príncipe está custodiado por el General Seung Ho! Tú no eres el Príncipe! – respondió Minwoo, una vez más tratando de atacar al Príncipe Pil Kyo con su espada. Pero sus esfuerzos fueron en vano, viéndose una vez más golpeado contra el suelo, tras una nueva defensa del Príncipe, utilizando esta vez una barrera de agua que cayó como una catarata sobre él.

-y te llamas el guerrero más leal? – hablaba el Príncipe, dando cortos pasos en dirección del muy herido Dios del Fuego.

-no es posible… por que el Príncipe ayudaría a éstos traidores… - se decía Minwoo, observando la delgada figura que se acercaba hacia él

-el traidor eres tú! – exclamó la delgada figura, estirando el brazo, dejando salir de la palma de sus manos, un rayo  que cayó sobre el Dios del Fuego, haciéndolo retorcerse sobre la tierra en la que yacía.

-deja que el propio destino hable por sí mismo, no pueden cambiar lo que está escrito!... tú destino era proteger al Príncipe! – hablaba un muy furioso Príncipe Pil Kyo, continuando su ataque sobre el debilitado cuerpo del Dios del Fuego.

-Seung Ho no te dijo toda la verdad!... hay más de una manera que el destino se cumpla!...

De pronto el ataque sobre el Dios del Fuego se detuvo, Minwoo entre abrió los ojos, notando la figura del Príncipe Pil Kyo, de rodillas sobre la tierra, tratando de conseguir aire para sus pulmones. La luz que lo rodeaba se extinguía lentamente.

-P-Príncipe Pil Kyo!! – exclamó Minwoo, reuniendo lo último que le quedaba de fuerzas, para transportarse al lado del Príncipe.

-tienes que ayudarlos… o moriré antes que las constelaciones se alineen – habló el Príncipe con voz débil, siendo sostenido por el Dios del Fuego.

Y sin que nadie se lo esperara, la figura del Príncipe se desvaneció en brazos de Minwoo.