Ojo

Prey

El martes, Tiffany tenía que ver a dos de sus pacientes. Sunny definitivamente le caía bien. Le gustaba hablar y no le costaba profundizar en los temas más peliagudos, como sentimientos y potenciales traumas. Con Hyoyeon, otra de sus pacientes, no lo tenía tan claro. Ella era más hermética, y Tiffany sospechaba que tenía problemas de control de la agresividad. En su historial se detallaban varios sucesos violentos en los que había participado, no parecía nada muy excesivo, se detallaba que tras castigarla en la celda de aislamiento tardaba mucho en volver a realizar nada problemático.

 

Si bien tuvo toda la mañana ocupada, repasando las infracciones y otras cosas sobre Hyoyeon, además de las sesiones; Tiffany no pudo apartar de su cabeza el misterioso caso de Taeyeon. No podía esperar a verla sin tener que seguir el guion que es una evaluación.

 

Esa noche cuando llegó a casa intentó buscar de nuevo algún dato más sobre su nueva paciente. Esta vez, en la vigésima página del buscador, encontró un blog de un aficionado a los sucesos paranormales. Se hablaba sobre todo de las grotescas muertes de la familia y de la imposibilidad de cualquier humano de realizar esos actos. En los últimos párrafos mencionaban las escasas pruebas presentadas en el caso y también la opacidad de los medios y policía para dar información sobre este. A la psicóloga le pareció, ante todo, un escrito morboso, no tenía muy clara su veracidad. Incluso así su mente no pudo cesar de hacerse preguntas.

 

***

 

El viernes era el primer día en que Tiffany por fin volvería a hablar con Taeyeon. No quería admitir ni con ella misma la magnitud con la que le atraía el caso, pero era indiscutible que algo muy dentro de ella necesitaba conocer la mente de aquella pequeña chica, desvelar qué la llevó a cometer tal atrocidad, llegar al fondo de sus pensamientos.

 

Mientras hacía su recorrido diario de su despacho a la cafetería, una mujer con bata blanca y voz algo estridente la llamó.

 

—Perdona, Tiffany ¿verdad? —la esbelta mujer le sacaba casi dos cabezas por lo menos. Era psicóloga como ella, Tiffany más o menos los ubicaba a pesar de no haber hablado mucho con ellos.

—Sí—asintió.

—Soy Sooyoung no sé si te acuerdas—Tiffany asintió, aunque no habría adivinado su nombre—¿qué tal te trata la cárcel?

Le pareció extraño que quisiera iniciar una conversación y últimamente siempre estaba ocupada pero ahora tenía unos 15 minutos para su segundo café del día, así que pensó que sería bueno conocer a más compañeros.

—Bien. Muy ocupada la verdad.

—Creo que has entrado en la peor época, estamos desbordados. Yo he tenido que quitarle un día de sesiones a una paciente para poder tener más horas con los que más lo necesitan y aun así…—la mujer siguió hablando de sus horarios y cosas banales que a Tiffany no le interesaban lo más mínimo así que dejó de escuchar.

 

Se quedó pensando en la mención sobre cambiarse las horas y supuso que llevando más tiempo tal vez a ella también le darían más flexibilidad para sus sesiones.

 

Cuanto más hablaba Sooyoung, más cuenta se iba dando Tiffany de que a su compañera no le importaba en absoluto su situación, solo le apetecía hablar con alguien y quejarse.

 

Antes de que a Tiffany le diera tiempo a contestar con más de 3 monosílabos durante el monólogo de Sooyoung, un guardia se acercó a saludarlas.

 

—Buenos días señoritas—dijo con una sonrisa impecable.

 

Tiffany reconocía su cara, pero poco más.

 

—Hola Siwon—saludó Sooyoung encantada con su aparición.

—Creo que no nos han presentado—dijo el guardia colocando sus manos en las caderas mirando a Tiffany.

Antes de que le diese tiempo a presentarse a ella misma, Sooyoung y su imparable lengua hicieron los honores.

—Parece que todas las psicólogas son chicas guapas—no se le quitaba esa sonrisa vacilona. A Tiffany le daba escalofríos aquel tipo.

Sooyoung rio nerviosa por el piropo y Tiffany encontró la oportunidad perfecta de escapar de allí, disculpándose con ellos por estar ocupada.

—Ya nos veremos por ahí—le dijo Siwon con tonito coqueto, antes de que la psicóloga doblase la esquina del pasillo.

 

***

 

Tiffany quedó boquiabierta al ver entrar a Taeyeon a su despacho con un ojo morado. Se levantó de inmediato de su silla, no sabía si con la intención de socorrerla. La joven iba escoltada justamente por Siwon, el cual le dio un brusco empujón hacia el interior de la habitación. El guardia volvió a sonreírle de esa manera que inquietaba tanto a la psicóloga, que se limitó a sonreírle de vuelta y pedirle que saliera.

—Ten cuidado doctora, es peleona—Dijo antes de salir.

A Tiffany no le entusiasmaba que la llamaran de usted como hacían todos los guardias y otros trabajadores que se consideraban de rango inferior al suyo, pero le escamaba que Siwon se hubiera tomado la libertad de tutearla.

 

Regresó a volcar toda su atención en Taeyeon, que se asemejaba un cachorrillo asustado, parecía todavía más pequeña que el otro día, allí de pie en medio de su despacho.

—¿Estás bien? —le preguntó Tiffany mientras la invitaba a tomar asiento.

—Sí

La psicóloga la notó algo diferente. Pensó que probablemente hoy estaría más lucida, más consciente del lugar en el que estaba.

—¿Cómo te has hecho eso? —dijo, refiriéndose al enorme moretón que lucía en su ojo izquierdo.

—Duele menos de lo que parece—trató de quitarle hierro al asunto—. He aprendido que a Krystal no le gusta que toquen sus cosas.

—¿Krystal? —inquirió la terapeuta.

—Mi compañera de celda.

 

Tiffany asintió en entendimiento.

 

—Lo siento mucho.

—Está bien. No es su culpa.

 

Taeyeon estaba más tranquila que primera vez que se vieron. Gracias a ello Tiffany pudo apreciar el melodioso tono de voz de la rea. Era suave, parecía que te acariciaba los oídos al hablar.

 

La psicóloga intentó centrar su mente. Procuró no fijarse demasiado en el ojo magullado que hacía que Taeyeon pareciera incluso más vulnerable, y pensó en todo lo que quería conocer de ella.

 

—¿Qué tal ha ido tu primera semana aquí?

 

Taeyeon resopló, pensativa. Colocó las manos esposadas encima de la mesa y se quedó mirándolas distraída.

 

—Bueno, me han dado mi primer puñetazo en la cara, creo que la rubia que hay en la lavandería me quiere violar y. —se interrumpió ella misma tragando saliva. Tiffany pudo notar como algunas lágrimas intentaban salir por sus ojos. Taeyeon miró hacia arriba en un esfuerzo por que no cayeran y respiró hondo. La psicóloga le dio su tiempo. Era imposible que no fuera duro para su paciente—Pero bueno este mes me toca jardinería y ya tengo tres tiestos con tomates y también he plantado patatas en el invernadero.

—Taeyeon—Tiffany buscó su mirada sin éxito—, está bien contarme tus problemas, estoy para ayudarte. Estás en proceso de adaptación, en cuestión de semanas todo será un poco menos difícil—. Habló más desde la esperanza que desde la experiencia, Taeyeon era su primera paciente que acababa de entrar, no conocía de primera mano el proceso de adaptación de nadie, pero realmente esperaba que pronto las cosas mejorasen.

 

Taeyeon volvió a mirarse las manos. Sin decir nada.

 

—Si tienes problemas con tus compañeras de celda, tengo potestad de solicitar un cambio, si noto que estás en peligro.

—Está bien—se sorbió los mocos que se habían formado con su casi llanto—, probablemente si me cambiaras me pasaría lo mismo, además Luna es simpática.

 

Tiffany asumió que Luna sería la otra persona con la que compartía celda. Yuri le había dicho que pronto iría conociendo el nombre de las presas y detalles de cómo eran. Pero eran demasiados nombres que se liaban en su cabeza. Anotó los nombres de Krystal y Luna, como hacía cada vez que sus otras pacientes mencionaban a alguien, e indicó la relación que tenían con Taeyeon, además de poner “ojo” al lado del nombre de Krystal, aunque sabía que no se olvidaría de la persona que le había hecho eso a su paciente.

 

—Bien. Iremos viendo cómo se desarrollan las cosas—se pausó un momento para pensar en su siguiente frase—. Yo soy nueva aquí, como tú. Todavía no conozco bien a la gente—no sabía si era una buena decisión decirle eso, era probable que así, Taeyeon la viera como una inexperta y no como una profesional. Pero siguió adelante, algo le decía que podía dirigirse a ella de una forma más cercana—, si te parece bien, puedes contarme cómo son tus compañeras, o las mujeres con las que hables o te llamen la atención. Así me ayudas a mí también y nos ponemos al día.

 

Taeyeon alzó una ceja al escuchar la petición. Le resultaba un poco extraño que su psicóloga le pidiera que le contase los cotilleos de la cárcel. Igualmente aceptó, no tenía por qué cumplirlo luego y de todas formas deberían llenar las horas de terapia hablando de algo. Así que alzó sus hombros en respuesta, haciendo ver que le daba un poco igual.

 

Tiffany se alegró. Taeyeon aparentaba ser una persona colaborativa. El lunes no le había dado sensación de ser violenta, ni siquiera se enfadó al tocar temas más sensibles. En ese momento sentía que podía ganarse plenamente su confianza y ayudarla a rehabilitarse.

 

Antes de hablar sobre Krystal Taeyeon le hizo prometer a la psicóloga que no diría nada. No estaba aterrorizaba por su compañera de celda, pero, por supuesto, le preocupaba recibir una paliza por irse de la lengua. Tiffany le aseguró que a no ser que estuviera tramando algo peligroso, un suicidio, una fuga, o por el estilo, ella no tenía el deber de reportarlo a sus superiores o a las autoridades.

Taeyeon estuvo hablando alrededor de 40 minutos casi sin parar. La terapeuta se había sentido muy tentada a ahondar más en ciertas menciones pasajeras del pasado de la convicta, o de reconducir más la conversación; no fue capaz en vista de que estaba claro que la muchacha llevaba sin tener una charla tranquila y distendida en mucho tiempo. Tiffany simplemente la dejó ser, además le era entretenido escucharla hablar sobre sus primeras impresiones y opinar sobre algunas mujeres.

 

Cuando pasaron 60 minutos de reloj, Siwon llamó a la puerta con una disculpa que, saltaba a la vista, no era sincera, y se llevó a Taeyeon a trompicones por el pasillo. Ocurría así en cada ocasión. Al llegar la hora, dependiendo del guardia (alguno daba unos minutos de prórroga), se llevaban a sus pacientes alegando que tenían un horario que cumplir. Había visto a bastantes guardias ya abusar de su poder y tratar de manera inadecuada a las presas, eso le indignaba, no parecía que hubiera nada que ella pudiera hacer, haber visto a ese hombre de 1,90 llevarse así a su paciente que ni se estaba resistiendo, ni le estaba contestando le dieron ganas de tirarle una silla a la cabeza.

 

No le había dado tiempo a conocer mucho la mente de Taeyeon, al final la sesión podía resumirse en que Krystal era una estirada antipática, Luna podría ser un apoyo para Taeyeon y en que una tal Amber podría resultar un problema.

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Thank you!
Niberian
Hola eh... no creo que haya alguien esperando que updatee esto pero la que ha sido mi novia durante 4 años me ha dejado jej, no es por contar mi vida pero lo q menos me apetece es ponerme a escribir, no sé si seguiré con esta historia algún día o escribiré otra cosa, mientras tanto cuidaos mucho ;)

Comments

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taesica33
#1
Hola cuando volverás a escribir
Soneforever2
#2
Chapter 1: Though my spanish skills are pretty low I like this story a lot. Good job author