Chanyeol había tenido razón: esa noche no durmió mucho. Recostado en el viejo colchón con el brazo rodeando los hombros de Baekhyun, se sentía en paz como no se había sentido en mucho tiempo.

-Entonces… ¿habías perdido el interés en el mundo virtual? – Preguntó Baekhyun luego de que Chanyeol le contara más sobre la situación.

-Algo así. Quiero decir, cuando comenzó a convertirse en una competición a ver quién subía más rápido de nivel o quien obtenía las mejores armas en el próximo campeonato… perdió su encanto para mí.

-Lo comprendo.

Baekhyun se quedó callado un segundo mientras sopesaba la situación.

-Aun así no justifica cómo los traté, y lo siento mucho.  – Dijo Chanyeol.

Baekhyun se giró de costado de modo que quedó mirándolo de frente.

-Deja de disculparte, lo has hecho demasiado esta noche.

-Y lo seguiré haciendo.

Baekhyun sonrió y se acercó para un rápido beso. Chanyeol cerró los ojos un momento.

-Pensar que la situación era más complicada y había algo oculto que…

Chanyeol dejó de escuchar lo que Baekhyun decía aunque podía ver cómo sus labios se movían. Un pensamiento de pronto se le cruzó por la mente y no pudo ignorarlo. Se sentó en el colchón como si de una momia se tratara, se puso de pie esquivando el cuerpo de Baekhyun y se posicionó tan rápido frente a la computadora que casi tiró la silla al suelo. Baekhyun se sobresaltó ante el inesperado movimiento.

-¿Chan?

Como éste no respondía, se levantó también y observó por sobre el hombro del más alto qué sucedía en la pantalla; la única fuente de luz en la habitación.

-¿Cómo no se me ocurrió antes? – No dejaba de murmurar Chanyeol. Baekhyun aún no comprendía la situación.

-¿Qué sucede?

-Aquí está. Tenía razón. – Chanyeol sonrió y giró la cabeza para observar al otro chico. – Hay algo más en el video de Lay.

Ante la expresión de confusión de Baekhyun, Chanyeol volvió a enfrentar la pantalla para explicar en más detalle.

-Una palabra. – No podía dejar de sonreír ante el hecho de que Yixing hubiera querido decirles algo más con ese video. – Oculta en el código.

-¿Una palabra? ¿Qué dice?

-“Soy”.

La confusión de Baekhyun creció aún más.

-¿”Soy”? ¿Nada más?

-¿No lo entiendes? – Chanyeol se giró aún con entusiasmo. – Esto quiere decir que nos ha dejado más pistas. Está con vida.

Baekhyun al fin lo comprendió, dejó largar un suspiro y desvió un poco la mirada para descargar las emociones que lo habían invadido.

-Ahora solo debo crear un programa que busque las huellas de su código y podremos encontrar el resto. – Chanyeol se puso manos a la obra antes de terminar la frase.

-Le diré a los demás que nos reunamos más tarde. – Baekhyun sacó el teléfono de su bolsillo y comenzó a teclear.

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Esa tarde todos se reunieron en el remolque de Junmyeon otra vez. Baekhyun había dicho que tenían novedades sobre Yixing, pero no había explicado la situación por completo. Chanyeol se encontraba de pie, casi en el centro de la sala, mientras los demás esperaban ansiosos las noticias.

-¿Qué encontraste?

-Esperen. Hay algo que necesito hacer primero. – Chanyeol tomó coraje. – Jongdae, ¿podemos hablar a solas?

El aludido se sorprendió y enderezó la postura en el sillón. Pudo observar cómo más de un par de ojos lo miraban de soslayo.

-¿Conmigo? No tengo nada que decirte después de que…

Chanyeol lo interrumpió poniendo los ojos en blanco.

-Vamos. – Dijo decididamente y salió por la puerta. Jongdae se levantó de mala gana y lo siguió.

-¿Qué sucede? – Le preguntó groseramente una vez afuera. – Si se trata de lo de ayer, quiero que sepas que…

-Lo siento.

Las palabras se ahogaron en la garganta de Jongdae y su semblante se ablandó al instante.

-¿Qué?

-Lo siento. – Volvió a repetir Chanyeol. – Por todo.

Ambos se quedaron de pie observándose sin saber cómo proceder. El sol comenzaba a esconderse dibujando extrañas formas en el césped a sus pies. Finalmente Jongdae largó un suspiro y se sentó en una silla de jardín frente al remolque.

-Yo soy quien debería disculparse.

Chanyeol copió el gesto de Jongdae y se sentó en una silla a su lado.

-No estuvo bien lo que hice aquella vez. – El chico evitaba la mirada de Chanyeol. – Pensé que sería una buena manera de hacernos conocidos y de pasar más tiempo juntos. Pero me equivoqué. – Apoyó la espalda en la silla y observó el cielo. – No solo arruiné la relación que tenías tú con los demás, sino que también lo hice con Minseok. – Lo miró con los ojos bien abiertos. – Por favor no le guardes rencor a él, solo me ayudó a petición mía.

-No te preocupes. – Contestó Chanyeol levantando las palmas. Jongdae suspiró.

-Y tenías razón. ¿Los campeonatos? No son buena idea.

Chanyeol sonrió y miró a sus pies. Pasaron unos segundos de silencio hasta que Jongdae volvió a hablar.

-Ayer… cuando oíste la conversación entre Minseok y yo… en realidad no estaba hablando de ti. – Chanyeol se sorprendió y lo miró. – Hablaba de mí. He pasado estos dos años culpándome y añorando los momentos que tuvimos juntos. A pesar de que la desaparición de Yixing sea lo que nos ha vuelto a juntar, estoy agradecido de que finalmente haya sido así.

-Yo también. – Chanyeol se recostó en la silla. - Lamento haberme enfadado de esa manera. Realmente no creo que sean egoístas; ustedes ocho son las mejores personas que he conocido en mi vida.

Jongdae sonrió ante la confesión de su compañero; sentía un gran alivio al haber tenido esa conversación. En cuanto a Chanyeol, el impulso de Baekhyun al aparecer en la puerta de su casa la noche anterior lo había ayudado a darse cuenta de que necesitaba quitarse la presión del pecho, hablar y arreglar las cosas.

-Bien. – Chanyeol apoyó las palmas en las piernas y se puso de pie. – Vamos adentro. Aún tengo que contarles lo que encontré.