Chanyeol se despertó sintiendo un pequeño peso encima. Le llevó unos segundos recordar qué había sucedido y dónde se encontraba, pero sonrió apenas vio que Baekhyun dormía tranquilamente a su lado cruzándole una pierna por encima. El sonido del celular vibrando lo sacó de su ensoñación y recordó que eso era lo que lo había despertado.

Con cuidado se escabulló de debajo del agarre de Baekhyun, tomó el celular y se sentó en el borde de la cama para revisarlo. Tenía ocho llamadas perdidas y más de veinte mensajes sin leer; todos de parte de sus compañeros. Mientras decidía a quién responderle primero, recibió una nueva llamada proveniente de Junmyeon, así que se puso de pie y salió de la habitación para hablar sin molestar a Baekhyun. Le dirigió una última mirada antes de cerrar la puerta sólo para cerciorarse de que todavía durmiera.

-¡Chanyeol-ah! ¡Al fin contestas! – La voz al otro lado del aparato sonaba emocionada y aliviada a la vez.

-Sí, lo siento. – Chanyeol carraspeó para quitarse la voz de haber estado durmiendo.

-¿Qué sucedió? ¿Cómo está Baekhyun?

-Está bien. – Se llevó una mano a la sien y se la masajeó. – Recibió heridas, pero estará bien.

Junmyeon suspiró antes de volver a contestar; parecía haberse sacado un peso de encima.

-Me alegra oír eso. – En el segundo de silencio Chanyeol pudo oír voces a tropel a través de la línea. Los muchachos hablaban todos juntos y no podía distinguir nada con claridad. – Chanyeol, te necesitamos cuanto antes. Tenemos el cofre.

-¿Qué? – Chanyeol no pudo reprimir un grito de sorpresa; enseguida se llevó la mano a la boca y bajó la voz cuando volvió a hablar. - ¿Acaso ganaron?

-Bueno… no exactamente.

Chanyeol esperó la segunda parte de la respuesta pero no la recibió. El silencio de Junmyeon no auguraba nada bueno.

-No me digas que…. ¿lo robaron?

-Bueno…

-¡Están locos! – Chanyeol comenzó a hacer gestos y sacudir los brazos como si Junmyeon pudiera verlo a través del teléfono.

-Te necesitamos aquí, ven en cuanto puedas.

-De acuerdo. – Suspiró antes de hablar. – Voy para allá.

Colgó y volvió a abrir la puerta de la habitación donde Baekhyun dormía. Éste yacía completamente en paz, boca arriba pero con la cabeza girada hacia un costado y una mano encima del pecho. Lo que menos quería hacer Chanyeol en ese momento era dejarlo solo, pero los muchachos se habían arriesgado para conseguir la siguiente pista sobre el paradero de Yixing y tenía que ayudarlos.

Antes de irse Chanyeol le dejó una nota escrita en la mesa de luz:

“Baek, los chicos cometieron una estupidez y tengo que ayudarlos. NO SALGAS. Llámame en cuanto despiertes.

Te quiero.

-Chanyeol.”

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El remolque de Junmyeon era un desastre cuando Chanyeol llegó. Los muchachos no podían calmar su emoción por lo que acababan de hacer, la adrenalina les corría por las venas incluso después de varias horas. Hablaban todos juntos, superponiéndose entre sí, por lo que Chanyeol no terminaba de comprender qué había sucedido. Cuando al fin se calmaron, fue recolectando las piezas.

-Entonces… ¿simplemente se llevaron el cofre? – Preguntó incrédulo, sentado en un sillón frente al resto de los muchachos. Seis cabezas le contestaron asintiendo con entusiasmo. – Luego copiaron el código. – Recibió la misma respuesta. – Y devolvieron el cofre.

-Bueno, en realidad vinieron a buscarlo. No tardaron demasiado en encontrarnos. – Contestó Sehun.

-Sí, apenas pude terminar de copiarlo cuando recibimos oficiales en la puerta de la guarida. – Habló Minseok.

-Era nuestra intención devolverlo de todas formas, y gracias a que no nos opusimos, solo nos echaron de EXO por setenta y dos horas. – Agregó Jongin.

-Podrían habernos echado para siempre, así que setenta y dos horas fue lo mejor que podría haber sucedido. – Acató Kyungsoo. Los demás asintieron en unísono.

-De acuerdo. – Chanyeol procesó la información en su cerebro. - ¿Cuál era el premio? Quiero decir, ¿qué había en el cofre?

-¡Ajá! – Minseok levantó un dedo, se puso de pie y le alcanzó una tableta. – Míralo tú mismo.

Chanyeol tomó el aparato aún sin comprender todo lo que había sucedido y lo observó. Sus ojos se abrieron en señal de sorpresa cuando divisó un recuadro de color violeta con el dibujo de una lanza dorada.

-¿Un arma legendaria?

-Creemos que es la que Yixing obtuvo cuando terminó la misión de alto nivel. –Dijo Junmyeon.

-Pero… eso implica que sí terminó la misión. – Contestó Chanyeol. – Y que el asesino sabía lo que había en el cofre, y lo quiere.

Junmyeon asintió sonriendo, satisfecho.

-Llegamos a la misma conclusión. – Se acomodó en su asiento, rodeado de los otros cinco amigos. – Yixing cambió el código del arma, tal vez no pudo canjearla como correspondía y volvió a estar disponible. Cuando los encargados de la liga prepararon el premio, la lanza terminó en el cofre. De alguna manera el asesino supo que estaría allí e inscribió a sus secuaces para que la ganaran por él.

-Pero… ¿una lanza legendaria? – Jongdae expresó lo que todavía no comprendían. – Si el asesino puede infligir daño real a través de EXO, ¿por qué le importaría tanto un arma legendaria? ¿No puede crear las suyas propias?

-No es tan fácil… - Acató Chanyeol, observando la pantalla de la tableta otra vez. – No es lo mismo modificar los objetos que crearlos. – Frunció el ceño. – Aun así, hay muchas cosas que no comprendo.

-Dijiste que Baekhyun está bien, ¿pero qué sucedió realmente? – Preguntó Sehun. Chanyeol dejó la tableta.

-Lo hirieron en el pecho. Debe haberse caído de la silla donde estaba sentado, lo que hizo que saliera de su sesión en EXO. Eso nos descalificó al instante. – Chanyeol se pasó una mano por el pelo, intentando explicar la situación sin recordar exactamente cómo se había sentido. – Lo encontré inconsciente en su apartamento; estará bien pero no quiso ir al hospital.

Los demás agacharon la cabeza, algunos cerraron los puños en señal de impotencia mientras que otros rechinaron los dientes. Chanyeol les aseguró de que estaba bien y que lo había dejado durmiendo; debían concentrarse en la pista de Yixing ahora que habían obtenido el cofre. Minseok le volvió a pasar la tableta con el código que había copiado.

Chanyeol la tomó y comenzó a trabajar. Se había traído el programa para detectar las señales de Yixing en una tarjeta de memoria, así que pudo conectarla y avanzar sin problema. Los seis amigos lo observaban con detenimiento e impaciencia, aunque en completo silencio.

-Solo un poco más… - Murmuró Chanyeol. – Listo.

Giró la tableta para que pudieran ver el video. Esta vez la pantalla mostraba a los amigos en la calle jugando con una pelota. Sehun quería mostrarles un truco que sabía, haciéndola rebotar en sus pies y piernas, mientras los demás reían y lo intentaban también. Era un tonto video sin propósito en especial, hasta que Jongdae estiró el brazo y señaló de pronto.

-Estábamos frente al viejo galpón otra vez.

Los chicos se miraron entre sí mientras Chanyeol giraba la tableta otra vez y comenzaba a buscar la pista de Yixing en el código. Cuando la encontró abrió la boca despacio sin despegar los ojos de la pantalla; los demás observaron su cambio de expresión con entusiasmo.

-“66 A.” – Chanyeol levantó la vista. – El galpón.

El caos se desató otra vez en el remolque; todos se pusieron de pie y comenzaron a gritar y hablar sin dar tregua. Junmyeon fue el primero que se dirigió derecho hacia la puerta y salió corriendo, seguido de los demás en tropel.

Querían creer que habían encontrado la ubicación de Yixing.