Sufrimientos.
What Is Love?El abrazo prolongado parecía detener el tiempo más no la fuerza de voluntad de Tiffany, muchos sentimientos se removían teniendo en sus brazos a Hyuna, la cual, ya no parecía la niña que conoció de diecisiete años y que dejo partir a los veintiuno. Ahora contaba con veinticuatro años notorios.
Tres años fuera y sin comunicarse, le alegraba tenerla de vuelta pero no era suficiente, no se valía que se desapareciera.
Cortó el abrazo y dio unos pasos hacia atrás. -¿Estas consiente de tu abandono y que por lo tanto esto termino?
Hyuna parecía fuera de sí, ajena a las palabras, su vista empezó a recorrer a Tiffany.
-Pensé que no te volvería a ver. –Le tomo las manos de repente y siguió escaneando con la mirada. –Estas muy bien, me alegro. –Esta vez le toco el rostro.
-¿Escuchaste lo que te dije? –Le retiro las manos.
-Te extrañe demasiado, como no tienes idea, que bueno que estas muy bien.
-¿Me estas prestando atención? -Comenzaba a frustrarse.
Agacho su rostro unos segundos como para tomar valor. -Perfectamente sé que ya no me amas, verte por última vez me hace feliz. Valió la pena.
La actitud tan rara hacía sospechar a Tiffany de muchas maneras, le quito los lentes y noto sus ojos cristalinos.
-¿Quieres causarme lastima?
-No es eso. –Intento recuperar los lentes.
-¿De qué hablas entonces? Sabes que esto termina y lo aceptas. ¿Es porque siempre haces lo que quiero o porque sabes que lo arruinaste?
-No fue mi culpa y a la vez lo fue, si hubiera tenido otra opción.
-¿Tienes a otra? ¿Estuviste con otras?
-No, te amé cada día igual, probablemente más y por eso deje de comunicarme.
-¿Qué? Me vas a salir con el típico, si me comunicaba contigo iba a querer volver? –Hyuna se quedó en silencio. -¿Por eso no te comunicaste? –Comenzó a reír.
Hyuna giro su cabeza al horizonte, sin lágrimas comenzaron a caer.
-Deja de llorar, llore mucho por ti, pensé innumerables veces que te conseguiste a alguien mejor y que por eso decidiste olvidarme. Estuve en depresión y muchas cosas, aunque no es tu culpa, fue la mía por esperar y creer en ti.
-Estoy aquí, todavía te amo. –La miro. –Lamento causarte tanto.
-¿Por qué lo hiciste? –La vio negar. –Dímelo. Dame una buena razón y tal vez te perdone porque lo único que deseo ahora es no volverte a ver.
-Me dijeron que te harían lo mismo. –Hablo con voz quebrada y con una mirada cristalina pero de enojo.
-¿Lo mismo que? –Noto que temblaba ligeramente. -¿Hyuna? –La menor comenzó a sollozar y a no escucharla.
-¿Qué ocurre? –La tomo de la mano y esta solo negaba.
Tiffany empezaba a desesperarse, la llevo consigo hasta su auto y volvió a nombrarla, las lágrimas escurrían por sus mejillas.
-Tienes que decirme.
-Es difícil, me pasaron muchas cosas.
-Intenta calmarte. –Limpio las lágrimas. –Subamos al auto ¿Quieres?
Ambas subieron y poco a poco fue llegando la calma.
-¿Alguien te amenazó con hacerme algo a mí?
-A todos mis seres queridos, a quien más quisiera.
-Estoy entendiendo poco, cuéntame todo. Nos comunicábamos bien hasta que tú cortaste comunicación ¿Por qué?
-El profesor que me dio trabajo hacia cosas ilícitas, yo no lo sabía hasta que fui secuestrada por sus acreedores.
De momento no le creía, se mantuvo callada.
-Fue rápido todo, no sé qué hizo y fui soltada enseguida, entonces me convenció de no decir nada, de no delatarlo, no dije nada por miedo y entonces a los pocos días volvieron a llevarme, esta vez por más tiempo.
-¿Cuánto?
-Tres meses, lo supe cuando me rescato la policía.
-¿Tres meses? –Ya comenzaba a creerle.
-Él había dicho que nada me pasaría, que todo iba a estar bien y nada lo estuvo. –Las lágrimas volvieron a salir.
Tiffany entonces escucho las crueles razones, la historia cruda que la hizo sentir pésima. Escuchar lo que Hyuna sufrió esos tres meses fue un horror. Pregunto también lo ocurrido meses posteriores y fue aún peor, quedo con secuelas, con el miedo, enfrentar el juicio contra sus captores y contra el profesor causante era otro problema, las amenazas sufridas eran la clave del porque ya no se comunicó, ellos le habían dicho que buscarían a sus seres queridos y les pasaría lo mismo por mínimo. La institución no ayudo mucho a Hyuna, encubrió los hechos, hizo que todo se tratara por debajo para que no se desprestigiara la escuela a cambio le dio una indemnización muy buena de la cual no le dio opción rechazar. Los culpables no fueron condenados al instante, el juicio se alargó haciendo que Hyuna siguiera cargando pesar y temor, tan solo cinco meses antes de que regresara fueron condenado. Ese suceso la dejo mal, la cambio. La doctora lloro al escuchar la historia, se maldijo a si misma por sus últimas acciones, la había estado esperando tan bien y fue al último que dudo y casi la olvida siendo que Hyuna lo único que enfrento esos tres malditos años fue sufrimiento. Ya no podía dejarla, la amaba, se quedaría a su lado, la protegería y pronto serian felices olvidando ese suceso.
-Bienvenida. –Dijo Tiffany cuando llegaron a su departamento.
-Cambiaste la decoración. –La recordaba a la perfección, vivían en ese departamento desde entonces.
-¿Te gusta? –Llevaba su maleta.
-Me gusta. –Miraba cada rincón atenta.
-Casi termino de pagarlo.
-Puedo hacerlo yo, tengo mucho dinero en mi cuenta. –Hablo con voz apagada.
-Eso ya lo hablaremos después. Ponte cómoda, preparare algo de comer rápido. –Se dirigió a la cocina mientras que Hyuna quedo en la sala esperando.
La tarde había llegado a su fin, después de una cena casi silenciosa pasaron a dormir. Tiffany observo las medicinas que Hyuna consumía, anti depresivos, pastillas para dormir, entre otras. Se fijó el objetivo de hacer que dejase de tomarlas y volviera a la normalidad aunque bien sabía que después de lo que vivió no podía estar del todo bien.
Hyuna cayo dormida gracias a las pastillas, Tiffany por su parte lloro en silencio hasta conciliar el sueño. A la mañana siguiente Hyuna no estaba a su lado, la encontró en la cocina.
-Hice café. –Le paso una taza.
-Gracias.
-Trabajaras cierto.
-En una hora. ¿Necesitas algo?
-Iré a visitar a mi mamá mientras tanto.
En calma le dio un sorbo a la taza. –Delicioso. –Le mostro su eye smile y apenas recibió una pequeña mueca de respuesta. -¿Le vas a contar a tu madre?
Hyuna negó con tristeza. -Es un tema del que ya no quiero hablar, ni siquiera tenía pensado decírtelo a ti.
-¿Por qué?
-No quiero ser una víctima toda la vida, causar pena, lastima. ¿Me tienes lastima?
-Para nada. –Dejo la taza y se le aproximo.
-Estabas por dejarme.
-Porque estaba enojada, no sabía que había sucedido, ya que lo se me siento una idiota. Perdóname por favor. –Le tomo las mejillas.
-Es justo lo que no quiero, que me pidas perdón cuando no es tu culpa.
Asintió. -Puedes esperarme y te acompaño con tu madre, tiene mucho que no la veo.
-¿Fuiste a visitarla después de no saber de mí?
-Y me dijo que la escuela le envió un comunicado donde decía que estarías muy ocupada y no necesitabas distracciones, al principio lo creí y me guie por eso, hasta que supe que no era del todo cierto, ahora se la verdad. –Dio un sorbo a la taza de café.
-Prefiero ir sola, así cuando regreses paso el tiempo contigo. Te lo debo.
-Ya lo recuperaremos. –Le sonrió y se fue aproximando a sus labios.
Hyuna apretó sus ojos cuando vio la cercanía, al recibir el beso se relajó.
-Después de tres años sigo teniendo secuelas, miedo, paranoia, a veces agresiva.
-Aquí estas a salvo.
-Lo sé, ya estoy lejos y ellos por fin están tras las rejas, además mantuvieron mis datos guardados, ocultos, mi archivo de la escuela solo ponía mi nacionalidad.
-Todo va a estar bien. Te ayudare a buscar psicólogo, retomaras las terapias y tienes tu medicina. Todo estará bien. –Le mostro su eye smile para animarla.
Hyuna le tomo las manos y la miro directo a los ojos y por fin le sonrió. -Gracias, en verdad te necesito más que nunca.
-Estaré a tu lado.
-Fany. –De pronto su mirada se apagó. –Todo el tiempo que estuvimos incomunicadas, estos tres años, nunca estuve con otra.
-Te creo.
-¿Estuviste con alguien más?
Tiffany pensó si era correcto decirle la verdad. –No. –Decidió mentir. -Siempre espere por ti, fueron estos últimos meses que fui perdiendo la paciencia.
-Lamento no comunicarme, de verdad. –Se notaba arrepentida. -Al principio fue por la amenaza y luego por miedo, no sabía que decirte.
-Olvidémoslo, ya estás aquí y eso es lo importante. –Beso sus labios rápidamente. -Me voy a alistar para el trabajo, si vas con tu mamá avísame, paso por ti a la hora de la comida.
-Fany. Te amo.
-Y yo a ti. –Compartieron un beso lento para despedirse.
En el camino a la clínica volvió a sentirse de pésima manera, tendría unos días difíciles mientras lo asimilaba.
Jessica enfrentaba su propio problema, Krystal, de los lugares donde pensó que estaría se reducían a Jackson y ya por mucho Eiji, deseaba estar equivocada con el último o lo odiaría aún más.
Fue temprano a la ex universidad donde iba Krystal y comenzó a buscar al vago, como ella le llamaba, luego de un tiempo le pareció ver a un chico parecido de espaldas, dudo pues lo vio con un collarín, igual se acercó a verificar.
-Hey tú. –Al girarse lo vio con el brazo enyesado -¿Qué te paso?
-Yo no hice nada. –Se le notaba el miedo y los nervios. -Ya no hice nada, no estoy con ella ni la busque ni nada, ni la he mirado a los ojos. Ya entendí.
-¿De qué hablas?
-Tu hermana, ya ni la nombro justo como me lo prohibió el rubio. –Se alejaba a pasos rápidos.
-Espera. –Lo siguió confusa. -No sé de qué estás hablando.
-De nada, nada.
-¿Quién te hizo eso? –Se le planto enfrente.
-Me caí de la moto, en un barranco. –Respuesta muy rápida demostrando que era mentira.
-¿Krystal está contigo? –Era lo que le importaba a Jessica.
-NO. Ya no la he visto.
-Ok, tranquilo.
-Déjeme ir.
-Adelante. –Noto como se fue casi corriendo, ya no estaba con Krystal pero parecía tener miedo cuando se la nombraban. Sí que era raro.
Al no encontrar información de Krystal vago por las calles, de Eiji no tenía teléfono ni dirección, solo le quedaba esperar a que Tiffany se comunicara, ojala ella pudiera hablar con Krystal.
Pensar en la eye smile le hizo recordar el último beso, sonrió al instante, recordó la posibilidad de tener esos besos cada día, los besos que tanto añoraba con los que no pedía más.
Aun en la actualidad se tiene que llegar a mentir. Taecyeon y Taeyeon tenían una relación que solo era una pantalla para encubrir sus verdaderos gustos, aunque eran mayores, independientes y contaban con trabajo tenían que ocultar esa parte de sus vidas, mucho tenían que perder, sobre todo Taecyeon.
Siendo el día libre de la dentista y como ambos tenían problemas, se vieron para hablarlos.
-Piedra, papel o tijera. –Era su juego para saber quién empezaba.
-Maldición. –Dijo Taeyeon pues el moreno había ganado.
-Ayer discutí con Nichkhun Horvejkul.
-Lo has nombrado con apellido, hay que preocuparse.
-El maldito me dejo hablando solo y se fue, lo llame y no me respondió, hoy tampoco me responde.
-¿Por qué fue la discusión?
-Se quejaba de la arpía. –Se refería a Victoria. –Yo no sé porque lo hace, pareciera que si le importa mucho, tal vez en el fondo si la quiere.
-Ella tiene amantes y él está contigo, solo le gustas tú, que la va a querer.
-Precisamente estaba hablando de que seguro tenía otro amante. ¿Eso que le importa?
-Quieras o no es su esposa, vive con ella, su reputación, nadie quiere ser el cornudo. . . Joder. –Recordó su caso y se sintió peor.
-Debería de divorciarse. Ya le dio gusto a su padre de casarse, que se divorcie.
-¿Terminaste?
-¿Qué hago? No me responde las llamadas.
-Llévale rosas. –Murmuro, esa mañana Soyeon recibió rosas de parte de Qri, lo que la hizo sentir un asco. –No sé qué puedas hacer.
-Ok, cuéntame lo tuyo que se te ve una cara.
-No es nada.
-Habla mujer. –La ánimo.
-Estoy saliendo con una mujer que ya tiene mujer.
-¡¿Eres la amante?! –Se sorprendió.
-Publícalo si quie
Comments