Segunda Vuelta.
What Is Love?Una acción ajena puede influenciar demasiado en tu persona, te hace cambiar de decisión en cuestión de segundos, él no se convierte en sí o viceversa. Era el caso de Jessica, asustada, preocupada, sintiéndose responsable llegaba al hospital, esperando que Akemi siguiera viva, si así fuera regresaría con ella.
Sus pensamientos eran cegados por la situación que no hacía más que sentirse mal por haberla dejado, fueron años los que estuvieron juntas, muy buenos, a su lado lo tenía todo y había vivido muchas cosas ¿Cómo pudo ser tan mal agradecida? La término de una día para otro. ¿Se podía ser más cruel?
-¡Eiji! –Grito su nombre al verlo sentado en la sala de espera. Él tenía el labio partido cosa rara a la que le restó importancia. -¿Está viva? Dime que lo está.
Asintió sin poder pronunciar palabra porque Jessica no dejaba de hablar.
-¿Qué fue lo que se hizo? ¿Cómo está?
-Calma. –Una palabra que puede causar todo lo contrario, Jessica comenzó a derramar lágrimas.
-Nunca quise que esto ocurriera, no quiero que se haga daño, yo la quiero.
-Esto no es tu culpa. No llores. –Le ofreció un pañuelo. -Deberías venir después. –Se ganó una mirada incrédula. -Su padre está aquí.
El tiempo se detuvo para Jessica y comenzó a buscarlo con la mirada, no era que le tuviera miedo sino que ese hombre siempre la había odiado, la miraba de manera inferior y en una que otra ocasión le hizo la vida imposible.
Trago saliva al encontrarlo con la mirada, se dirigía a ellos e iba acompañado por dos de sus guardaespaldas, cuando estuvieron frente a ella, estos se pusieron a sus lados mientras que el señor Darenogare permaneció frente a ella.
-Tío. –Siendo obvia la intimidación trato de detenerlo.
-Cállate inepto. Mi hija está aquí por tu culpa.
-Fue culpa mía. –Se responsabilizó Jessica.
-Es verdad.
-No es culpa de nadie. –Intervino Eiji ganándose mirada amenazante por parte de los guardaespaldas.
-¡Lo hizo en tu cara! –Miro primero a Eiji y luego poso su vista en Jessica. -¡Por tu culpa!
Ambos se quedaron en silencio.
-¿Ya te dijo lo que se hizo? –Jessica negó. –Consumió raticida.
Sus ojos se agrandaron. -¿Va a estar bien?
-Ruega por ello o te pasara lo mismo.
Aquello había sido una amenaza fuerte de la cual no presto atención, su preocupación por Akemi era mayor. -Lo siento, yo no creí que fuera a hacerse daño.
-Te lo aviso, interesante. Ya me esperaba algo decepcionante de tu parte, era cuestión de tiempo.
-¿A qué se refiere?
-Márchate, no quieres escucharlo. –Le dio la espalda.
-Tengo que verla, decirle que todo estará bien, que volveremos que ha sido un error de mi parte dejarla.
El señor Darenogare se volvió para enfrentarla. –Claro que ha sido un error que una oportunista como tú la dejara pero no te permitiré que regreses con ella, ni que la veas.
-En primera yo no soy una oportunista y no me iré hasta no verla.
-Lo mejor que pudiste hacer es dejarla no te equivoques.
-¿Cuál es tu problema conmigo?
-Desde el principio era notoria tu intención.
-Nunca me aproveche del dinero de Akemi si es a lo que te refieres.
-Lo hiciste. ¿Acaso crees que el puesto que tenías en nuestras empresas fue por tu merito? Te lo dimos porque eras su novia.
-Entre a la empresa sin conocerla y fui ascendiendo de puesto.
-Cuando eras su novia, muy rápido. ¿Una casualidad no?
El señor tenía razón. -Hacia un buen trabajo.
-¿Sabes cuantas personas mejores que tu estaban esperando por ese puesto? Personas que habían trabajado en agencias europeas y tu una novata. –La vio negar incrédula. –Fue idea de su abuelo ponerte al frente, quería que tuvieras ingresos para darle lujos a su nieta cosa que nunca paso porque ella pago todo siempre.
-No es así.
-Cuanto cinismo. ¿De quién era el departamento en Shangai? ¿Los autos? ¿Quién pagaba las cuentas?
-Nunca me permitió poner dinero.
-Excusa típica, cuando vivieron en Japón todo siguió igual.
Eiji trato de intervenir, fue en vano debido a los guardaespaldas. Jessica por su parte miraba con frialdad sin pronunciar palabra.
-Hiciste mucho dinero a su costa, y ahora que ya no la necesitas la dejas, bien jugado.
-Las cosas fueron
-La única culpable es mi hija, siempre ha sido una estúpida y como lo sigue siendo no puedo permitir que una vividora como tú regrese con ella, no me importa lo que mi padre diga, te quiero lejos de ella o no sé qué pueda pasarte.
Una escena envidiable sucedía frente a sus ojos, a la distancia que estaba podía escucharlas y esa envidia se fue cuando parecía volverse pelea verbal
-¿Qué haces? –Se quejó luego de recibir un beso apasionado, casi le plantan un segundo. –No puedes hacerlo, ya cálmate.
-Solo trato de remediar las cosas.
-Vaya forma. –Le hablo de tal manera que la hizo sentir mal. -Regresa a tu área.
-Lo hare. También me iré de casa. –Nadie espero eso.
-Se lo gano por cruel. –Se dijo a si misma Tiffany, todavía de espectadora.
-¿Wendy? –Ahora si parecía tener miedo, le siguió el paso. -¿Qué estás diciendo?
Se encogió de hombros, no quería hablar o probablemente todo iría peor.
-Por dios. –Se fastidio Tiffany y se aproximó. –Dile que no quieres que se vaya de casa y que te perdone por ser tan estúpida.
-Doctora Hwang. –Se quejó Irene por la forma en la que la llamo.
-Te ha dado el mejor de los besos el cual correspondiste bien y le dices eso.
-No podemos arreglarnos con un beso.
-¿Por qué no?
-Porque aquí no podemos besarnos. . .
Solo buscaba excusas al punto de vista de Wendy -¿Irene tú en verdad me quieres?
-Claro.
-No lo parece. –Siguió su camino.
-¿Qué hago? –Le pregunto a Tiffany aceptando su error.
-Dejar de compórtate como tonta. –No parecía ser suficiente para Irene. –Alcánzala, pídele perdón y bésala. Así de fácil.
La menor seguía ahí inmóvil, de verdad creía que esa no era forma de solucionar las cosas.
-A veces solo hay que dejar las cosas en el pasado. –La empujo a Wendy rogando porque lo hiciera bien y tomando su propio camino, después sabría el resultado.
-Nos vemos para comer. –Yubin se cruzó en su camino.
-¿Tiene tiempo la mujer casada y permiso? Si bien recuerdo, ya no te ibas a juntar con solteras o mujeres no casadas.
-Eso era en referencia a otro tipo de salidas, aun puedo salir contigo a almorzar pero si no quieres no.
-Hagámoslo quien sabe si sea la última vez.
-Tú me cambiaste primero por Jessica, tu verdadera mejor amiga.
-También tienes a tus verdaderas mejores amigas, la perra que no voy a nombrar por ejemplo.
-Desde que se droga no es bueno juntarse con ella.
-Ojala se muera de una sobre dosis.
-Eso es otro nivel de odio. ¿Paso algo?
-Te lo cuento en nuestra última cena.
-Muy chistosita Hwang.
-Estoy y estaré indignada contigo un tiempo largo.
La hora de la comida fue un buen momento para ponerse al día, Yubin se quejó de su hermano por la sorpresa de la novia y Tiffany le contó la ruptura de Jessica y Akemi más el encuentro que tuvo contra Sunmi.
-Lo de Jessica no me sorprende tanto ya intuía que no amaba a esa mujer, lo que si no puedo creer es que abofetearas a Sunmi.
-Se lo gano, ya te conté la historia.
-Buscara venganza, ándate con cuidado.
-Miedo es lo último que le tengo.
-Con ustedes es imposible, siempre van a odiarse.
-En la vida hay que tener un némesis.
-La mía será. . .La novia de Taecyeon.
-Deja a esa pobre chica. Has dicho que es buena.
-Por eso mismo, tan linda que parece irreal, algo debe esconder y yo lo voy a averiguar.
-Taec nunca debió presentártela, tal vez por eso tardo tanto.
-Mi hermano es. -Apuntó de insultarlo se cortó para tomar una llamada. -Disculpa. ¿Amor?
Tiffany rodó los ojos y decidió no prestar atención a la mujer felizmente casada.
-¿Quieres venir a mi casa esta noche? -Había cortado la llamada. -Mañana no hay trabajo. . .
-No.
-Tiffany.
-El no estará cierto? Y por eso quieres que vaya y te haga compañía.
-Tiene que salir a otra ciudad, regresara en tres días. Anda e invitamos a tu Jessica y a
-No es mi Jessica.
-Como si lo fuera, son mejores amigas.
-Iré pero solo tú y yo, si invitas a más gente es igual a tomar y no quiero hacerlo.
-Trato hecho.
-¿Cuál es el plan?
-Miramos alguna película y rompemos la dieta.
-Tú, yo nunca estoy en dieta. –Se lamentó causando risas en la morena.
Otro par de amigos también se encontraban poniéndose al día aunque más bien pareciera un interrogatorio del abogado.
-¿Desde cuándo?
-Es reciente.
-Odio tus evasivas, responde lo que pregunto.
-¿Qué evasivas?
-Dime la fecha y por qué nunca la mencionaste.
-No recuerdo la fecha con exactitud y se me hizo irrelevante mencionarlo, no tiene tanta importancia.
Dispuesto a contestarle se vio detenido al ver como dos personas conocidas para el entraban al lugar.
-Esto queda pendiente.
Los recién llegados terminaron de acercarse.
-Taec. –Saludo un hombre mayor.
-Señor Horvejkul. –Hizo una reverencia. -Victoria. –Le sonrió falsamente a la segunda persona la cual hizo lo mismo y fue a besar a su marido cariñosamente.
-Hace tiempo que no te veía, que gusto. –Seguía el padre de Nichkhun.
-Esposo mío, gracias. –Dijo Victoria cuando su marido le abrió una silla para que se sentara, al tener la mirada de su suegro le planto un segundo beso a Nichkhun.
-Son una pareja perfecta.
-Envidiable. –Apoyo Taecyeon.
-No tienes nada que envidiarnos, tiene una novia muy hermosa. –Soltó Victoria sorprendiendo al hombre mayor.
-¿Ya tienes novia?
-Tanto la ama que pierde la noción del tiempo. –Hablo Nichkhun. -Ni recuerda la fecha en que comenzaron a salir.
-Hijo los hombres somos olvidados, deberías saberlo.
-Es que no es hombre. –Victoria se ganó la mirada de los tres. -Aún es un niño. Parece que tengo un hijo en lugar de esposo pero eso es muy lindo.
-Deben tener un hijo pronto, necesito nietos.
-Papá.
-Taec puede ganarte y el sólo tiene novia.
-No me desee suerte. –Menciono el moreno.
-Señores ya tienen su edad.
-¿Te quedarás en casa? –Nichkhun cambio de tema drásticamente.
-Sí me lo permite la señora de la casa.
-Usted siempre es bienvenido, Nich lo atenderá bien.
-¿Vas a salir?
-Está tarde, a mi país, mi madre a estado un poco enferma.
-¿Y no la acompañas? –Le pregunto a su hijo.
-Ni siquiera lo sabía. –El en verdad no tenía idea.
-Mal esposo.
-No le conté para no preocuparlo y quiero ir sola no me gustaría que descuide su trabajo con lo mucho que ama ser abogado.
-Eres un encantó. –El señor Horvejkul se permitió besarle la mano. -Estoy orgulloso de que mi hijo te encontrará.
-Creo que estorbo, me marchó, gusto en verlo. –Taecyeon se levantó tan rápido como pudo.
-Quédate.
-Otro día, veré a mi novia.
-Espero conocerla algún día.
El moreno se despidió con una sonrisa ante la mirada mol
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