Park Bom

Su mano era cálida y suave, me sentía cómoda sujetándola, de hecho, podría tomar su mano cada día por el resto de mi vida y sería la mujer más dichosa en la faz de la tierra, incluso diría que sería la mujer más feliz en la historia; sonreí y le acaricie los nudillos.

• ¿Qué haces?  ­– la escuché hablar y subí la mirada, tenía una expresión de confusión, inmediatamente me puse colorada y la solté, había olvidado que yo no tenía permitido hacer eso.
• ­Lo siento, es solo que… Tienes manos bonitas – contesté apenada y bajé la mirada.
• ertida – cuando la escuché decir eso subí mi vista, no creí que fuera posible estar tan roja, pero seguro mi rostro parecía semáforo.
• ¡N-No es eso! – dije casi gritando y cubrí mi rostro con las manos – es que… en serio creo que son bonitas y no lo dije de manera ertida, yo ni si quiera…
• Ok, ok, te creo, no necesitas contarme tu vida en ese aspecto – la escuché reir y me destapé uno de los ojos - ¿dónde vives?
• ¿E-eh?
• Que donde vives Park Bom, dijiste vivías por aquí cerca – se cruzó de brazos y levantó una ceja, se veía muy hermosa – más vale que no me mintieras
• No mentí – me apresuré a decir- vivo al final de la calle, en un edificio residencial
• Edificio residencial – repitió para si misma en voz alta y calló por un momento, con una expresión pensativa – oh, creo que sé cuál – su voz no sonaba muy animada.
• ¿En serio?
• ¿Es uno color blanco con un diseño bastante moderno y de grandes ventanales?
• ¡Sí! ¿lo conoces?
• Solo de nombre, Dara me dijo que allí vive su media hermana… Durami, o algo así, no hablaba mucho de ella
• ¿Durami Park? – dije sorprendida, la conozco, ella vive en el piso de arriba, pero en los registros no aparecía como hermana de Sandara
• Si… Era su hermana mayor
• Oh… -noté su tristeza y por instinto me acerqué a abrazarla, aunque ella se apartó antes de siquiera tocarla.
• No
• Lo siento – dije y retrocedí un poco, tenía muchas dudas, pero ese no era momento de preguntarle nada al respecto. Nos quedamos en silencio alrededor de cinco minutos, hacia bastante frio.
• ¿Vamos?
• ¿A dónde?
• A tu casa, comencemos desde hoy, probablemente luego me vaya a arrepentir – su respuesta me sorprendió bastante.
• Claro, sígueme – me volteé y casi que automáticamente me dirigí a casa, mis mejillas ardían y el corazón me latía a mil aunque sabia que no iba a ocurrir nada.

Caminamos en silencio hasta mi departamento, abrí la puerta y encendí la luz, Chaerin miraba alrededor como una niña pequeña, parecía impresionada. No quiero presumir, pero mi departamento estaba bastante bien decorado, todos los muebles eran de segunda o de rebaja, pero mi hogar se veía bastante bonito y mis muebles muy prolijos.

• Lindo lugar, hasta tienes ese sillón para las terapias
• ¿Quieres un café? ¿un té? Cualquier cosa antes de comenzar
• ¿Tienes té de lavanda? – su petición me sorprendió un poco, no es muy común que la gente tenga eso ya que se le conoce tradicionalmente como remedio para la ansiedad.
• Ammm no lo creo, ¿Qué tal té de manzanilla?
• Está bien, gracias -le asentí con una sonrisa.
• Ponte cómoda, en un momento vuelvo – me dirigí a la cocina para hacer su té. Realmente me hacía feliz tenerla en casa, no es la manera en la que lo hubiera soñado, pero me basta y sobra el saber que está aquí en realidad.

Un rato después regresé a la sala, Chaerin estaba recostada en el sillón con los ojos cerrados, podría ver las lagrimas que se deslizaban por sus mejillas, no dije nada. Estuve inmóvil unos treinta segundos hasta que se percató de mi presencia y se incorporó tallándose los ojos.

• ¿Quieres algo con el té?
• No, gracias – dijo cabizbaja recibiendo la taza, era doloroso verla así, me acerqué a mi silla y me senté.
• ¿Quién era Sandara Park para ti? Además de tu novia quiero decir
• Mi mejor amiga, mi confidente, mi apoyo, mi alma gemela, mi ángel… Mi luz
• ¿Quieres hablar un poco respecto a su relación? Evidentemente tus sentimientos hacia ella son muy profundos
• ¿Qué quiere que le diga doctora? – su tono era diferente, rígido, como un paciente que no desea estar allí, pero se ve forzado.
• No se trata de lo que yo quiera escuchar Chae, se trata de que quieres decirme tu.
• No quiero hablar de eso
• ¿Por qué?
• Porque la extraño Bom, la extraño tanto cada segundo de cada día que siento que me volveré loca por no poder verla -su voz desafinó, iba a llorar – siento que desde que se fue cada día en mi vida ha sido basura, que me quedé sola y sin propósito.
• No estás sola Chaerin
• ¡Claro que sí! ¡Le jodí la vida a Jessica y nunca volverá a hablarme, y mi mejor amigo es un pobre imbécil que cada fin de semana se droga hasta perder la memoria porque no sabe controlarse en las fiestas ¿cómo es que eso no es estar sola?! – gritó molesta, rompió a llorar finalmente – Ahora ni siquiera tengo a Harin…
• ¿Harin?
• Mi hermana…
• ¿Qué pasó con tu hermana?
• Harin fue adoptada y yo no, seguimos hablando por un tiempo, pero… Al final su nueva vida y su nueva familia la hicieron olvidarse de mí y me quedé sola, al menos hasta conocer a Dara.
• ¿Vivías en un orfanato?
• Sí… Nuestros padres nos abandonaron cuando yo tenía seis y Harin tres, las cosas eran duras pero al estar juntas lo llevábamos bien, cuando Harin cumplió seis una pareja la adoptó, la nana trató de convencerla de que nos llevaran a las dos, pero solo querían a Harin, dijeron que yo era muy fea… – miro al suelo y suspiró – luego de un mes mi hermanita se fue con ellos, podía visitarme una vez al mes y me llamaba cada semana para contarme como estaba, hablábamos por horas, pero con el paso del tiempo cada vez sus llamadas eran más cortas, luego dejó de visitarme y sus llamadas se volvieron mensuales, al final en la última llamada me dijo que ahora ella tenía una nueva familia que la hacia feliz y quería olvidar todo el pasado que le hacía daño.
• Tú eras parte de ese pasado, ¿no?
• Si… Para cuando cumplí los once años mi hermanita me había sacado de su vida completamente y no había nada que pudiera hacer, a partir de ese momento era yo contra el mundo – levantó la mirada y me sonrió, la sonrisa más rota que haya visto – estoy feliz por mi hermanita… Aunque estoy algo celosa de su buena fortuna, tuvo una familia y posiblemente ahora tenga una vida exitosa…
• ¿Cómo conociste a Dara?
• Cuando cumplí doce, una nueva niña llegó, era bastante pequeña y delgada, tenía complexión débil, a los demás niños se les hizo fácil empezar a molestarla, no me parecía correcto.
• Así que la defendiste
• Solo una vez, unas niñas estaban cortándole el cabello con tijeras, las golpeé y dije que la dejaran en paz, luego de eso Dara empezó a seguirme en silencio a donde iba, al final resulté haciéndole la plática y nos hicimos amigas. Nadie quería adoptarnos, Dara era muy delgada y creían que si la llevaban se moriría, sin mencionar que nuestras edades ya no eran convenientes, aunque a Dara eso la hacía feliz, decía que era bueno, porque su hermana volvería por ella y nos iríamos con ella…
• Durami nunca llegó
• No, esa mujer le mintió para que se quedara sin llorar, luego de seis meses sin que Durami si quiera la llamara, Dara entendió que no iba a volver por ella, aunque aún así no la odió. Nos apoyábamos la una en la otra, cuando cumplimos trece nos dimos un beso, sin saber por qué exactamente, solo pasó, desde entonces se nos hizo costumbre hacerlo, se sentía bonito y nos gustaba, los rumores de que éramos pareja revolotearon por el orfanato, realmente no nos importaba, no eran ciertos, pero luego de un tiempo se hicieron realidad.
• Ella fue tu primer amor
• Mi único y verdadero amor Park Bom… Cuando cumplimos quince decidimos irnos de allí, una noche tomamos nuestras cosas y nos fuimos por la ventana, llegamos a la central de autobuses y tomamos el primero a Seúl
• ¿Habían planeado escapar?
• Si, el gobierno mensualmente nos entregaba un pequeño subsidio para gastos personales, habíamos ahorrado todo lo que pudimos. Al llegar aquí nos costó bastante encontrar una renta que pudiéramos pagar, éramos menores de edad así que era casi imposible que alguien quisiera rentarnos un cuarto, al final un viejo con una casucha aceptó, nos rentó su ático que había remodelado como habitación, no era Beverly Hills pero nos era suficiente, tenía una pequeña cocina y un baño privado, el hombre era tranquilo, solo tomada el dinero y no hacia muchas preguntas, casi no estaba en su casa realmente, conseguimos trabajo como meseras, la paga era una miseria pero entre las dos era más que suficiente para la renta y la comida.
• ¿Cómo terminaron la preparatoria?
• Presentamos un examen de validación de educación superior, aprobamos con buenos puntajes, una vez tuvimos ese titulo pudimos conseguir un empleo mejor pagado y cuando cumplimos dieciocho nos fuimos de casa del viejo
• Tengo dudas respecto a eso, parece que era un buen tipo, ¿por qué te refieres a él como el viejo?
• A veces traía as a la casa, los incesantes gemidos no dejaban pegar ojo en la noche, lo apodamos el viejo ya que era un tipo de unos sesenta y traía a casa mujeres de veinte. Sé que era su propiedad, pero era desagradable si por error ibas a salir y te los topabas haciéndolo en medio de la sala
• ¿Nunca les hizo nada a ustedes?
• Al tipo le gustaban jóvenes, pero no era tan desgraciado para hacernos algo, como dije, apenas y hablábamos
• Me alegro de que no les hiciera nada – sonreí levemente
• Cuando nos fuimos de allí rentamos un departamento por esta zona, vivimos allí felices, incluso ingresamos a la escuela de artes, yo a bellas artes y Dara a actuación, teníamos muchos sueños que queríamos cumplir.
• ¿Ya no los tienes?
• Mi único sueño ahora es volver a verla
• ¿Cuándo enfermó?
• No…  –  entendí perfectamente a que se refería con “no” así que me quedé callada observándola en silencio, no se me ocurría nada bueno que decirle
• Yo… Creo que es suficiente por hoy, pero es muy tarde para irte ¿quieres pasar la noche? No conmigo me refiero, sino en mi casa, yo, tú sabes, tengo un cuarto para invitados – dije mientras señalaba la puerta, no quería que me malinterpretara.
• Gracias – dijo en un susurro y se levantó, sin decir nada más se metió al cuarto. Se había bebido todo su té.

Un sonido me despertó en medio de la noche, se escuchaba como llanto, sin pensarlo mucho, quizás por el sueño o porque aún no procesaba el hecho de a quien tenía como invitada, me levanté y me dirigí a la habitación, sin decir nada solo me acosté a su lado y la abracé.

• ­¿B-Bom?
• Sshh – la acallé en un susurro –
• La vi… - dijo entre lagrimas y se volteó, escondiendo su cabeza en mi pecho, inmediatamente sentí sus lágrimas empapar mi blusa
• Fue un sueño Chae, un sueño… Tranquila, yo estoy aquí, te curaré y me llevaré lejos de ti esa tristeza, lo prometo
• ¿Por qué ella Bom?
• Todos mueren Chaerin… Creo que es más importante vivir, y ese dolor no te deja vivir
• Ayúdame
• Lo haré
• Por favor… Sálvame – dijo en un somnoliento susurro, estaba agotada, besé su frente.

Lee Chaerin era la mujer más hermosa que hubiera conocido, pero era también la persona más rota que había conocido, mi primera paciente. Mi Chaerin, juro que te curaré.