Park Bom

La miré a los ojos, estaba confundida, sentí como aflojaba su agarre y se apartaba, su expresión se tornaba seria lentamente.

– ¿Eres una acosadora o algo así? Siempre me observas pero nunca me hablas, no sé ni como me encontraste o como sabes mi nombre. ¿Quién eres?

– Me llamo Park Bom... No te estaba siguiendo ni nada así, juro que te topé de casualidad, no vivo lejos de aquí.

– ¿Cómo sabes mi nombre?

– No soy una acosadora. Te vi hoy en el parque de casualidad cuando volvía de mi trabajo... Un chico rubio que dijo ser tu amigo me contó acerca de lo que tiene tan triste... Yo estudio psicología y hago mis prácticas en Centro Médico Asan, recordé haber escuchado hablar a unos doctores acerca de un caso muy extraño de muerte súbita y... – baje la mirada, ni yo misma me creería no ser una acosadora luego de escucharme, sin mencionar que mentí, yo había fisgoneado para dar con el expediente de Sandara Park y además la había stalkeado en internet para conocer el nombre de Chaerin.

– ¿Qué es lo que quieres? – la miré sorprendida, parecía molesta y estaba con la cabeza gacha.

– ¿Qué es lo que... quiero?

– Si, ya me escuchaste, algo debes querer tu para entrometerte así en mi vida y la de mi novia. ¿Te enviaron del orfanato o algo así?

– ¿Orfanato? – balbuceé confundida, realmente no sabía a qué se refería – Yo... Yo no quiero hacerte daño... Quiero ayudarte

– ¿Ayudarme? Ni siquiera me conoces, y no me voy a creer tus mierdas de doctora ni ayuda humanitaria ni nada – ella estaba furiosa, no me sorprendía que lo estuviera en realidad, podía ser una acosadora, pero no quería lastimarla, es lo último que yo querría en realidad

– No eres mi caridad, no obtendré nada por ayudarte... Es solo que... Por alguna razón me duele y siento una presión en el pecho al verte sufrir – dije con vergüenza y ella levantó la mirada, extrañada.

– Si es un chiste no me causa nada de gracia

– No lo es... Yo... No entiendo por qué pasa

– ¿No se supone que eres psicóloga? Es tu campo después de todo, deberías saber – dijo con molestia – incluso yo lo sé

– Yo... – suspiré con vergüenza, ahora estaba a punto de declarar mi enamoramiento por una perfecta desconocida con quien ya había empezado mal – me siento atraída por ti, de un modo que no sé explicar y yo...

– No voy a estar contigo, nunca, eres extraña y estás loca si crees que estaría con mi acosadora – dijo secamente interrumpiéndome.

– No tienes que gustar de mí – dije con calma – No planeo forzarte ni intentar gustarte, sé perfectamente que no tengo oportunidad alguna... Sólo déjame ayudarte a volver a ver los colores – hablé sin más, su mirada se relajó un poco, ya no era tan dura como hacía unos instantes – será solo una relación médico paciente.

– No tengo dinero para pagar por un servicio de psicología

– No quiero dinero, ya sabes que me gustas, solo quiero que estés bien de nuevo, incluso si tu me odias... No me agrada la sensación de verte rota.

– ¿Qué quieres a cambio? – lo pensé por un momento, en realidad no pensaba pedirle nada – no voy a enamorarme de ti por ayudarme

– Lo sé lo sé, estoy loca y soy una acosadora de la que jamás te enamorarás – la imité, aquello lo dije más para mí que para ella – realmente no planeaba pedirte nada, pero ya pensé que si hay algo que quiero

– ¿Qué es?

– No te lo diré ahora, solo te lo diré si logro hacer que mejores – le sonreí – ¿Es un trato?

La chica no dijo nada y se levantó, se dio la vuelta y comenzó a alejarse, bajé la mirada y solté un triste suspiro, en serio que yo era una idiota, no sé ni como creí tener una miserable oportunidad con ella, desde que la vi en el bar sabía que estaba fuera mi alcance y aún así fui tan estúpida como para fijarme en ella.

– ­­¿No vas a levantarte? – al escucharla alcé mi vista, había regresado y me extendía la mano para que me pusiera de pie, por impulso tomé su mano para levantarme, sentí electricidad cuando nuestras manos se juntaron – acepto el trato Park Bom...

Lee Chaerin, no te arrepentirás, te curaré aunque me pase el resto de mi vida en ello, tal vez tu corazón nunca siga la melodía del mío, pero yo sería feliz con solo saber que puedes volver a sonreír.