Abrí mis ojos al sentir un ruido proveniente de mi celular y lo tomé entre mis manos observando la hora en él; 11:40; suspiré profundamente mirando los adornos y colores de esa habitación que era iluminada por los rayos del sol, era cálida. Y desvié mi vista al cuerpo desnudo que descansaba abrazado al mío, la observé fijamente mientras ella continuaba durmiendo plácidamente, llevé una de mis manos a su rostro y acaricié sus mejillas, recordando las razones por las que había terminado en la cama de Tiffany.

Para mí, los dos años en que estuve separada de ella, fueron como mil años de agonía, y es que el solo hecho de verla triste, intentando buscar mi mirada entre las clases, los pasillos o fiestas a las que por coincidencia asistíamos era desgarrador. Tiffany, mi hermosa princesa encerrada en la torre del castillo. – Cuando creí que ella era una indefensa mujer, todo se me vino como un balde de agua al saber que ella podía tomar sus propias armas y en el momento en que la vi acostada en ésta misma cama con Taeyeon me despedazaron el alma, pero como si fuera poco, aquella época, Jessica intentó acercarse a mí, y supe que todo era extraño el día en que me encontraba a punto de tomar el quinto vuelo a Seúl.

Estaba sentada observando las imágenes de un libro de bellas artes, tenía que tener un poco de conocimiento respecto a las obras de arte porque mi padre seguro terminaría por preguntarme aquello. Solo porque él deseaba que me convirtiera en una gran artista. – Sonreí pensando en que podría verlos, tras 9 meses de estar separados, mi teléfono sonó y lo revisé, era una alarma y no pude evitar sonreír más ampliamente. “Una hora desde que comienzo a extrañarte. TIFF” - ¿En qué momento había tomado mi teléfono para hacer esto? Mi corazón latió como un loco, estaba perdidamente enamorada de Tiffany y no podía negarlo.

Escuché el llamado que anunciaba mi vuelo y me puse de pie tomando mis maletas y libros, pero una mano me agarró ligeramente de la muñeca mientras pronunciaba mi nombre y no pude evitar retroceder a mirar a aquella persona - ¿Kwon Yuri? – Al mirar a aquella persona no pude evitar fruncir el ceño, se trataba de Jessica Jung, estaba sonriendo sin dejar de mirarme y eso no me trajo una buena espina – Vaya, no puedo creer que seas tú.

-¿Qué haces aquí Jessica? – Pregunté sin mirarle, comencé a caminar en dirección a las puertas.

-Bueno, estoy tomando un vuelo. ¿Qué más podría hacer aquí tontita? – Le miré de reojo con el ceño fruncido. ¿Quién se creía para estarme hablando de esa manera? - ¿Vas de viaje?

-Respondo lo mismo… tontita – Respondí irónicamente y ella asintió caminando a mi lado en silencio, un silencio muy incómodo – De acuerdo esto me aterra – Jessica me miró deteniéndose al mismo tiempo que yo y sonrió - ¿Por qué te acercaste a hablarme? Creí que me odiabas.

-No te odio Yuri, solo estoy molesta porque has atacado a Taeyeon tantas veces, a quien odio es a Stephanie – Fruncí el ceño al escucharla decir el nombre de mi novia – Esa chica me ha quitado a Taeyeon, ella no es la mujer perfecta que crees que es.

-¿De qué hablas? – Pregunté mirándole extrañada, una sonrisa se formó en sus labios y se acercó unos cuantos centímetros a mí.

-Deberías averiguarlo tú misma, yendo a su casa – Respondió sin dejar de mirarme y sentí por algún motivo mi pecho doler, como si cientos de tirones arrasaran con él – Como sea, nos vemos.

Jessica se había marchado, sembrando aquella duda en mí, y yo sin poder dejar de pensar en lo que realmente quería decirme terminé por llamar a mi padre, excusándome de que había cambiado el vuelo para un día después porque me había salido una emergencia.

Como era muy tarde mi hora de vuelo, decidí volver a mi casa y dormir, en la mañana iría a casa de Tiffany solo para comprobar que esa chica estaba realmente loca al decirme esas cosas sobre mi novia, ella si es la mujer más maravillosa de todas.

Me bajé de mi motocicleta una vez que llegué a su casa y caminé hasta uno de los floreros que tenía a un lado de su puerta, debajo siempre escondía una llave por si se le olvidaba sacarlas y simplemente entré en el lugar. Vacío de alma, sonreí, ella seguro dormía todavía; nadie está despierto a las 8:00 de la mañana en vacaciones. Subí las escaleras y caminé hasta su habitación, escuché la voz de Tiffany y mi corazón se agitó pero una segunda voz me hizo extrañar y me quedé pegada a la pared a un lado de su puerta. - ¿Cómo te sientes? – Una voz distinta a la de Tiffany preguntó.

-Jamás creí que lo diría pero… estuvo bien – Inquirió y sentí como cientos de boxeadores masacraban a golpes mi corazón – Pero esto no se volverá a repetir nunca.

-¿Puedes al menos darme un último beso? – Aquella voz preguntó y me sentí desesperada, pero más fue el dolor que sentí cuando me giré sobre mis talones frente a la puerta y vi como Tiffany movía su boca contra la de nada más y nada menos que Taeyeon. Besándose de una forma necesitada, ambas desnudas y yo con el corazón siendo apuñalado por aquella chica.

Me había resignado desde ese día que no volvería a amar nunca más. La primera vez que me enamoraba y salía con el corazón a rastras porque la mujer de la que me enamoré en ese momento me había lastimado, era lo que yo creía. Pero a medida que el tiempo pasaba, el dolor aumentaba, cada vez que la veía buscando mis ojos, ese sufrimiento que se convirtió en su pan del día a día. ¿En qué momento nos volvimos unas amantes trágicas?

Mi corazón en ningún momento dejó de latir por ella durante esos dos años, ansiaba abrazarla, deseaba rozar sus labios con los míos, acariciar su piel. Quería a Tiffany solo para mí y me negaba a aceptar que podía perdonarla, que no me importaba ser pisoteada una vez por ella si podía llegar a abrazarla y lograr que me amara nuevamente.

Incluso tuve que soportar muchas veces escuchar a esa rubia oxigenada que intentaba coquetearme, como si buscara causarle celos a Taeyeon o lastimar más a Tiffany; sí, porque Jessica había planeado todo para que yo viera a ambas chicas en la cama ese día y no se había detenido a pensar que lastimaría a la única persona que ella realmente amaba y que terminó por perder tras su venganza.

Me senté en las bancas, dejando escapar un suspiro; había estado llorando demasiado por Tiffany y ella no merecía mis lágrimas. Ella ni siquiera me amaba como para estar llorando. ¿Qué clase de idiota soy? Me enamoré de una chica que creí era muy inocente como una oveja y usaba aquella piel siendo que era un lobo. Tiffany había logrado lastimarme con algo que jamás creí alguien podría usar en mi contra - ¿Yuri? – Miré a un lado y aquella rubia se sentó a mi lado, dedicándome una fingida mirada de preocupación - ¿Estás bien? Oí lo que sucedió entre Taeyeon y Tiffany.

-Sí claro… todo el mundo lo sabe – Bajé la vista suspirando nuevamente.

-Yuri, cuanto lo lamento, yo… no creí que ella te haría algo así, sentía desconfianza de Tiffany desde que Taeyeon puso sus ojos sobre ella. Yo sabía que terminaría cayendo en los jueguitos de Tae-tae y…

-Y me mandaste a verlas porque sabías lo que estaba sucediendo en ese momento ¿no es así? – Pregunté desviando la mirada, Jessica tragó saliva antes de asentir y me quedé observándola por un par de segundos - ¿Te digo algo? Por mucho que odiaras a Tiffany… ¿crees que con lastimar a Taeyeon ganarías algo? La perdiste y ella no volverá nunca a tus brazos pero yo… - ¿Yo qué? ¡Dile algo Yuri! – Yo… todavía soy capaz de decirle… a Tiffany que la amo.

Y al decir eso me había sentido tan libre, tan capaz de muchas cosas pero mi capacidad de seguir adelante se acobardaba a cada minuto que la veía. No era capaz ni siquiera de mirarla por dos segundos. ¿Cómo podía volver a hablarle? – Fue el tiempo más tortuoso de mi vida, era agotador tener que luchar conmigo misma para que mi cobardía terminara siempre ganándome. Era capaz de enfrentar a Taeyeon, de golpear a chicos pero era más débil que un gatito cuando se trataba de volver a hablarle a Tiffany. ¿Tanto era el terror de que me dijera que ya no me quería y que realmente ahora estaba con Taeyeon?

Pero no fue así, hace unos días había terminado por volver a hacer el deporte que más me gustaba cuando necesitaba relajarme; boxeo, y mi cuerpo sudado y tendido en la colchoneta me pedía a gritos que liberara todo lo que me ahogaba. ¡Ni siquiera eres capaz de decirle un simple hola! – Cada vez me rompía más el cerebro intentando pensar en una manera de acercarme a Tiffany sin sentirme cobarde. Y las puertas del gimnasio se abrieron, mis ojos cerrados y mi respiración tranquila fueron perturbadas por la entrada de otra persona al lugar y no quise observar de quien se trataba hasta que esa persona me dio un puñete en el rostro y al instante abrí mis ojos reaccionando de mala manera. Para mi mala fortuna, se trataba de la mujer que me había arruinado. – Tenemos que hablar Kwon – Inquirió gravemente y me levanté empujándola y lanzándole un débil golpe que ella evadió antes de volver a lanzarme otro golpe con sus guantes de boxeo - ¿Crees que podamos hablar de ésta manera? Pareciera que así me llegases a escuchar.

-No tengo nada que escuchar… de la mujer que quería venganza y me robó a Tiffany – Gruñí volviendo a intentar golpearle, una vez más, caí de rodillas sobre la colchoneta, estábamos en distintas condiciones y ella podía ésta vez hacer lo que quisiera, romperme las costillas, dejarme sangrando, seguro a ella no le importaría.

-Debes escucharme porque esto te interesa a ti y me hará feliz a mí – Inquirió empujándome y sentándose a horcajadas sobre mi abdomen.

-¡¿Qué demonios haces Kim?! ¡Quítate de encima! – Grité alterada y volví a recibir otro golpe.

-¡Cállate y escúchame maldita sea!

-No escucharé a una infeliz que…

-Infeliz eres tú al no ser capaz de darte cuenta que Tiffany ha estado éstos dos años sufriendo por tu culpa maldita sea. Eres la única mujer a la que ama, ella nunca ha tenido nada conmigo, eso fue… eso…

-No me mientas, las vi besándose desnudas en su cama aquella mañana – Mis ojos se llenaron de lágrimas al recordar aquella imagen que continuaba apareciendo entre mis sueños. Había sido capaz de borrarla de mi consciencia mientras me mantenía despierta, pero cada vez el sueño se hacía más fuerte.

-¿Esperarás graduarte de ésta maldita escuela y no verla más? ¿Crees que así puedes solucionar tus problemas? – Preguntó dejándome congelada bajo su cuerpo – Si quieres seguir siendo la misma Yuri que conocí entonces deberías ser capaz de enfrentar tus problemas.

Me dejó noqueada en aquella colchoneta y cuando desperté ya habían pasado largas horas desde que habíamos estado peleando. Y mi mente se llenó de pensamientos respecto a sus palabras. ¿Por qué había aparecido como si nada solo para decirme que hablara con Tiffany? ¿No debía ser conveniente para ella que estuviera alejada?

Pasaron los días y no pensé más en sus palabras, quería simplemente olvidarme de esa pelea, olvidarme de todo e intentar a mi propia manera de hablarle a Tiffany pero me encontré nuevamente con aquella situación. Esa tarde, Taeyeon tenía agarrada a Tiffany detrás de unos casilleros y sentí como la cólera corría por mi sangre; más cuando ella se dio cuenta de mi presencia y se apegó más a Tiffany tomándola por las caderas y haciéndome perder la visión de Tiffany; suspiré con mis mejillas ardiendo y salí corriendo lejos de ese lugar.

Esa misma noche, realmente solo había hecho lo que debía hacer correcto y aceleré todo lo que pude a casa de Tiffany en su búsqueda, necesitaba decírselo todo. No me importaba de qué forma, ni siquiera como saldría todo pero estaba clara de algo… Tiffany era y será mía siempre.

Unos labios me sacaron de mi nube de pensamientos y bajé la vista, Tiffany tímidamente había besado mi cuello y me miró nerviosa, sus ojos brillantes continuaban mirándome con ese amor que me demostró la primera vez que aceptó ser mi novia, y no pude evitar sonreír apretándola contra mi cuerpo, sí, era inevitable. Una absoluta verdad. La amo tanto como para soportar algo que no debió ocurrir. Que fue mi culpa. – Yuri… - Escuché su voz, su suave y a la vez ronca voz llamándome por mi nombre; demonios, como había extrañado escuchar mi nombre de sus labios. Era adictivo, necesitaba volverla a oír decirlo – Yul…

-¿Mm? – Pregunté cerrando mis ojos, disfrutando del contacto de su piel desnuda contra la mía; aquella noche habíamos hecho el amor, sin nadie que se interpusiera, estaba amándola libremente y no me cansaría de hacerlo, era realmente maravilloso amarla.

-Esto… tú y yo… ¿qué somos ahora? – Abrí mis ojos ante su pregunta y volví a verla – No somos novias pero hemos hecho el amor… yo te amo y tú me amas, entonces…

-Quiero que vuelvas a ser mi novia Tiffany, sé mía y ésta vez que sea para siempre, sin ningún sacrificio de por medio – Inquirí mirándole detenidamente, su mandíbula cayó unos centímetros y, sonreí tomando su rostro y le planté un beso sobre los labios.

Extrañaba tu boca.

Entre besos comencé a sentir algo salado y me separé alterada, ella estaba llorando y mi corazón se aceleró aterrado por el simple hecho de que ella pudiera decirme que no quería volver a estar conmigo. Me merecía su castigo, su rechazo pero solo deseaba que ella no me lo dijera y mi dolor terminó cuando volvió a darme un beso. Detuvo a mi corazón – No sabes… todo lo que he deseado que éste momento llegue… ¿sabes cuánto te he esperado?

-Yo… fui una idiota Tiffany… debí aclarar todo antes pero soy tan cobarde – Susurré sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas. Maldita sea; ella me había vuelto tan sensible que era capaz de llorar, tomé su rostro entre mis manos y acaricié sus mejillas limpiando cada lágrima que había derramado – Perdóname mi amor, acepta por favor mis sentimientos otra vez.

-Yul…

-Sé que fui torpe y cerrada, no quería escuchar lo que me dirías porque temí lo peor – Quería decirle todo, toda la verdad sobre mis sentimientos, mis miedos. Ella me había convertido en alguien tan sincera que lo único que quería era solo expresarme – Creí que la amabas a ella… que te enloquecería, yo…

-Te amo Yuri, te amé desde que te conocí y nada, escúchame, absolutamente nada… incluso Taeyeon, pueden cambiar lo que siento por ti – Confesó mirándome fijamente y sentí que el dolor que había retenido por tanto tiempo podía liberarlo ahora.

La abracé, llorando entre sus brazos, quejándome y temblando como una pequeña niña miedosa a la que habían lastimado robándole un caramelo. ¿Cómo había sido capaz de sentirme de ésta manera tan… tan débil?

La tarde de ese mismo día estaba besándola en la entrada de su casa, sin poder dejar de sonreír, al fin volvía a ser mía. Ya no había más miedos, ella era lo único que quería y lo tenía. – Entonces mañana… ¿salimos a comer algo? Yo invito.

-¿Me estás invitando a una cita? – Preguntó mirándome fijamente, sus ojitos brillantes eran hermosos y quería que solo me mirasen a mí, asentí lentamente – Está bien. ¿A dónde me llevarás?

-Oh no, no seas tramposa, eso será una sorpresa. Ahora debo irme, iré a casa de Yoona por unas cuantas cosas y quizás un cambio de ropa – Inquirí bajando la vista a mi blusa de tirantes blanca toda sucia de grasa.

-Está bien… voy a extrañarte todas las horas que no estemos juntas – Volví a besarla una vez más antes de correr a mi motocicleta, la miré y aceleré alejándome de su casa con mi corazón lleno de alegría.

Al fin hemos vuelto a ser una.

Me senté en aquel bar, observando nerviosa hacia la entrada, había estado media hora esperando la llegada de aquella mujer, y apareció tocando mi hombro – Kwon…

-Necesito que hablemos Kim – Inquirí llevándome una mano a la frente – Es importante.

-Sí, sé que necesitabas que habláramos, no estaría aquí si no fuera urgente – Respondió sentándose frente a mí, le serví un vaso de la cerveza que tenía sobre mi mesa y ella lo recibió llevándose el vaso a los labios - ¿Entonces?

-Quería darte las gracias – Taeyeon alzó una ceja sin dejar de mirarme.

-¿Y eso? – Preguntó calmadamente, suspiré. Odiaba no tener razón y también odiaba pensar que debía agradecerle a Taeyeon porque de no ser por ella no me hubiera atrevido a correr hasta la casa de Tiffany.

-Le pedí a Tiffany que fuera nuevamente mi novia – Ella me miró sorprendida antes de esbozar una amplia sonrisa y alcé las cejas sorprendida – Tenías razón… yo…

-¿Por qué te demoraste tanto en decirle que seguías amándola? – No pude dejar de preguntarme porque razón no estaba alterada. Porque no me estaba odiando. Ella era un misterio – Escúchame… es verdad que lo de dormir juntas era para que dejara de molestarte y he cumplido con mis promesa pero también… ella me hizo ser diferente.

-Juro que si te has enamorado de ella te golpearé como tú lo hiciste en…

-Por dios no podría enamorarme de ella – Comenzó a reír divertida y no comprendí nada – La verdad es que… sigo enamorada de Jessica pero ella hizo algo horrible y no creo ser capaz de perdonarla… Tiffany me cambió, me hizo ver que tenía sentimientos, que mi corazón seguía dentro de mi corazón.

-Taeyeon…

-No la vuelvas a dejar Yuri, juro que si lo haces te arrepentirás de haber conocido a Kim Taeyeon – Inquirió mirándome fijamente, asentí lentamente.

-Vaya, no creí que terminaría hablando civilizadamente contigo sobre Tiffany. Antes estabas tan obsesionada con ella y…

-Perdí a Jessica por mi obsesión, la única mujer que realmente amo, ella…

-Debes hablarle… ella lo hizo por amor, quizás fue una estupidez pero no creo que debas arrepentirte de tus sentimientos por ella… me hiciste entender que no podía arrepentirme que debía solucionar mis problemas. No querrás llegar a tu graduación y no haberla perdonado.

-Maldita… estás usando mis palabras – Sonrió mirándome y sonreí devuelta – No puedo prometer nada pero solo deseo que no vuelvas a cometer una estupidez con Tiffany.

-Si tú no estás allí, no habrán problemas jamás.

-Lastima, ella y yo somos amigas, difícil creerlo ¿cierto? – Me crucé de brazos frunciendo el ceño y ella sonrió – Relájate, no nos vemos seguido.

A medida que pasaba el tiempo, cada vez me sentía mejor al lado de Tiffany, ella había logrado llenar ese vacío que mi corazón tenía. Era todo lo que necesitaba para ser feliz, y ya no había nada que pudiera interponerse entre nosotras. Nuestra historia de amor era perfecta, única e irremplazable, jamás volvería a estar lejos de ella.

Sonreí tomándola por la cintura y buscando sus labios, pero ella me rechazó y le miré sorprendida, sin poder creerlo, alcé una ceja y no pude entender porque me miraba de ésa manera - ¿Y eso? ¿Por qué rechazaste mi beso?

-Deberás esperar Yuri, ésta noche tú y yo tenemos algo pendiente – Sonrió coquetamente y le miré sintiendo mis mejillas arder. Desde aquella vez en que volvimos a ser novias, no habíamos vuelto a tener relaciones. Yo la quería completamente para mí, la amaba pero tampoco me volvería una desesperada adicta a su cuerpo – Espera… ¿qué estás pensando?

-Bu-bueno… tú quieres que tengamos…

-¡Detente no era lo que pensaba! – Se separó de mi agarre llevándose las manos al rostro totalmente sonrojada y le miré sorprendida – Me refería a nuestro aniversario, dios Yuri, yo no estoy preparada para…

-Lo sé mi amor y por eso soy feliz contigo – La volví a abrazar pero ésta vez por la espalda sin dejar de sonreír – Eres diferente de las demás – Golpeó ligeramente con su codo mi estómago - ¡Auch!

-Cuando dices esas cosas me haces sentir celosa Kwon Yuri, no deberías decirlas  - Aseguré más mi agarre y apoyé mi mentón contra su hombro aspirando el agradable aroma de su cabello.

-Sabes que no he estado con nadie más que contigo… eres mi novia, mi primer amor y el único que quiero tener toda la vida – Susurré sin soltarla; la sentí sonreír y sus manos se entrelazaron con las mías entre nuestro abrazo.

-Aún no puedo creer que ya mañana es nuestra graduación – Sentí que esas palabras me lastimaban, no había podido decirle todavía lo que había estado guardando por tanto tiempo y no estaba segura de que fuera capaz de hacerlo aún - ¿Yuri?

-Sí… también estoy emocionada – Sonreí débilmente y ella me miró extrañada antes de asentir – Pasaremos las vacaciones juntas ¿verdad?

-Bueno…

-Espera… ¿qué significa eso? – Pregunté alzando una ceja y ella se mordió el labio inferior sin mirarme – Tiffany…

-Mi padre quiere que pase una temporada con él en Europa y me dijo que no desaprovechara el momento porque seguro en la universidad no tendría vida social – Mis ojos se abrieron como platos y sentí como desgarraban mi corazón, me separé de ella y no pude evitar mirarla congelada. Tiffany se volteó a mirarme.

-Yuri…

-¡Chicas las necesito para…! Ah… ¿entré en un mal momento? – Taeyeon apareció por la puerta de la habitación de Tiffany y nos miró a ambas – C-creo que bajaré y…

-No, yo puedo ayudarte, bajaré ahora mismo – Tiffany salió de la habitación dejándome allí, sin saber cómo asimilar la noticia. Ni siquiera y había sido capaz de hablar pero ella sólo lanzó todo como quería decirlo.

-Bien… Parecía molesta ¿le dijiste que tu padre te pidió que volvieras a Seúl? – Preguntó Taeyeon acercándose a mí, negué bajando la vista - ¿Qué? ¿Entonces discutieron a lo tonto?... Kwon Yuri te dije que no…

-Ella se irá a Europa con su padre por una temporada… ni siquiera pude decirle que debo irme a vivir nuevamente a Corea… ¿cómo puede…?

-Tranquila Yul… deben hablarlo con calma, esto saldrá bien, ella… ella entenderá, ustedes están hechas la una para la otra – Llevé mi mirada hacia ella y suspiré dejando que ella apretara mi hombro dándome su apoyo.

-Gracias.

-Ahora vamos abajo, tienes tiempo para solucionar las cosas – Inquirió mirándome fijamente y asentí caminando fuera de la habitación.

Busqué a Tiffany con la mirada. No entendía la razón de haber realizado una fiesta de despedida en éste preciso momento, además una fiesta en la tarde. Mis ojos se iluminaron cuando recordé que ella me había comentado de nuestra cena a la noche. Claro, debía solucionar las cosas en ese momento y busqué entre mis cosas mi teléfono, tecleé un mensaje rápido esperando su respuesta, necesitaba que me respondiera.

“Recuerda que cenaremos ésta noche. No romperás tu promesa ¿cierto?”

“Yo no rompo promesas… nos vemos a la noche.”

Sonreí, eso me decía que no quería hablar conmigo por ahora pero al menos podía continuar calmada de que podría hablar calmadamente con ella a la noche. – Pero me desesperé al pensar que no tenía ni idea de que palabras utilizar con ella. ¿Cómo debía decirle que me iría a Corea? ¿Y qué probablemente no vuelva nunca más?

Acaricié mis sienes sin poder dejar de pensar en aquello, todo había resultado de maravillas para las dos, después de todo el sufrimiento ella y yo éramos una pareja sólida pero el hecho de pensar que yo estaría en Corea y ella viajando por Europa me aterraba, temía que ella pudiese llegar a encontrar a alguien mejor que yo. Alguien que pudiera ser capaz de seguirla a todas partes.

Terminé por ser sacudida suavemente y miré a quien me despertaba, sonreí observando a Tiffany, y ella suspiró profundamente sentándose a mi lado, tomó una de mis manos y acarició mi rostro con su otra mano. – Sinceramente no te entiendo Yul… ¿por qué te comportaste así en la tarde?

-Tiffany yo…

-No, no hables… será mejor que lo hagamos abajo en nuestra cena – Asentí lentamente y ella me jaló llevándome al primer piso, observé sorprendida el lugar, estaba decorado con flores y velas.

-¿Qué es todo esto? – Pregunté sorprendida, Tiffany me miró y sonrió acercándose a besarme – Tiff…

-Te amo Yuri y no porque me vaya a Europa quiere decir que vaya a dejar de amarte. Eres la primera Yul, la primera en todo – Inquirió mirándome fijamente, sentí que mis lágrimas se asomaban y tomé una de sus manos – Europa no me separará de tu corazón.

-Tiffany… hay algo que debo decirte y es muy importante que me entiendas – Inquirí, debía decirle la verdad. Ella quería que confiara, y yo no iba a ocultarle más secretos – Por favor siéntate.

-¿Qué sucede Yul? Me estás asustando – Suspiré tomando sus manos entre las mías, la miré fijamente sintiendo que mi pecho ardía. Yo no podía pensar en nada más que su estado emocional – Yuri, por favor dime algo, no hagas más difícil esto.

-Bueno… es verdad que me sentí un poco molesta al enterarme de que te vas a Europa, digo… quería pasar las vacaciones contigo, disfrutar de éste momento en que podremos estar juntas antes de ingresar a la universidad…

-¿Por qué lo dices de ésta manera? Pareciera como si fueras a alejarte de mí si yo me voy a Europa – Bajé la vista mordiéndome el labio, sintiendo mis lágrimas deslizarse por mis mejillas – Dime que eso no es lo que va a suceder.

-Volveré a Corea… estudiaré y trabajaré allá… jamás volveré a pisar suelo norteamericano Tiff – Inquirí mirándole fijamente, su rostro empalideció y como si fuera un drama sus ojos se llenaron de lágrimas – Amor, yo…

-¿Por qué no me dijiste nada antes? Sé muy bien que puedo estar un tiempo alejada de ti pero no sé si yo quiera volver a Corea del Sur – Le miré sorprendida y apreté sus manos entre las mías.

-¿Qué?

-Si no podemos estar juntas Yul… ¿por qué seguimos siendo novias entonces? – Como si me hubieran abofeteado, aquella pregunta me golpeó en el rostro con fuerza y no pude evitar sentir aquel dolor desgarrador de aquella vez – Yuri…

-Recién dijiste que me amabas que Europa no te separaría de mi corazón. No me digas que quieres terminar lo nuestro. Tiffany… te necesito por favor.

-Y yo te necesito a ti, créeme que esto es muy difícil para mí. Me duele, me duele tanto pensar que nos separaremos – Tomó mi rostro entre sus manos y pasó sus pulgares por mis mejillas limpiando las lágrimas que habían continuado corriendo, cada vez, veía más lejano nuestro sueño de vivir juntas - ¿Qui-quieres cenar?

-Sí – Pronuncié débilmente.

Caminamos a la mesa, nos acomodamos en nuestros puestos y comenzamos a comer sumidas en un absoluto silencio, no quería pensar que ella se separaría de mí, que terminaría conmigo. No podía y no quería acabar con ésta cena o ésta noche porque tarde o temprano ella me diría las palabras que no querré escuchar nunca decir. Una vez ya había cometido el error de acabar con nuestra relación. Ésta vez ya no era lo mismo, no pensaba separarme de ella, pero no sabía qué pensaría Tiffany. – Yuri… quiero que sepas, que ésta ha sido la mejor experiencia que tuve antes de graduarme. Si no hubiese sido por ti, la escuela seguiría siendo aburrida – Inquirió sin dejar de mirarme.

-No aguanto más – Tomé su rostro entre mis manos y le estampé un rudo y deseoso beso, moviéndome lenta y sensualmente contra ella.

Ambas terminamos poniéndonos de pie, y la acomodé sobre la mesa, sin dejar de besarla de manera ansiosa. Sus labios eran irresistibles y deseaba tenerlos sobre los míos a cada instante, ésta noche no quería dudar; ella es mi novia y lo seguirá siendo, no permitiré nada – Te amo Tiffany, te amo y rechazaré todas tus ideas de terminar nuestra relación – Gruñí bajando por su mandíbula hasta su cuello, besándolos, mordisqueando y lamiéndolo.

-Yul… - Jadeó rodeando con sus piernas, mi cintura, separé mi boca de su cuerpo y me saqué la chaqueta seguido de mi blusa quedando nada más con el sujetador negro – Yul…

-Te deseo Tiffany, te amo y no quiero perder ni un segundo más – Volvimos a besarnos y sin despegar mis labios de los suyos, comencé a desabrochar su camisa, tocando sus pechos, únicamente contra la tela de su sujetador.

-¡Stephanie Hwang ¿Qué es lo que está sucediendo aquí?! – Nos separamos bruscamente y dirigí mi mirada al hombre que estaba de pie en la entrada de la sala de estar.

-Papá – El hombre tenía el rostro rojo pero seguro que de rabia al encontrarse con tal escena y lo peor de todo esto es que él…

Es mi suegro…

Hola!

Pues para todos quienes han leído éste MiniFic, éste es el penúltimo capitulo de la historia y pues el capitulo final es inédito.

Aunque estos cinco capítulos alguien pudiese haberlos leído por otra página en la que solía escribirlo. El último capitulo, lo terminé de desarrollar

éste año, por lo que espero reciban ésta historia con mucho cariño.

Nos leemos prontamente ~!