Capítulo 2
Enamorada de un YokaiCapítulo 2
Al cabo de unos diez minutos Tiffany llego a su casa, teniendo que mentirle al portero cuando le pregunto que llevaba en sus las manos. Le había dicho que era su nueva mascota que había sido mordida por un perro callejero, no teniendo problemas para entrar ya que en el edificio se permitían mascotas.
Unos minutos después entro a su departamento dirigiéndose directamente a su cuarto para colocar al zorro en la cama, luego corrió al baño por todo lo necesario para curarlo, por suerte el cuchillo no daño ningún órgano y la hemorragia había parado, luego de limpiar, cocer y vendar pudo respirar tranquila mirando como el zorro que dormía tranquilamente a su lado.
- ¿De verdad me está pasando todo esto? – Tiffany comenzó a acariciar el sedoso pelaje del zorro mientras este dormía – así que eres un ser divino, gracias por ayudarme – sonrió y se acomodó al lado del animal, para entregarse al mundo de los sueños
A la mañana siguiente Tiffany despertó en su cama sola, mirando a su alrededor asustada, había soñado con el tipo de anoche, todavía sentía la respiración del sujeto en su cuello y sus manos en su cuerpo, necesitaba olvidarlo pronto, no podía permitir estar afectada por el accidente ¿Qué podía hacer para superarlo? Nada, si iba a un psicólogo o cualquier otro especialista tendría que dar explicaciones para las cuales no tenía, no podía denunciarlo para prevenir que volviera a ocurrir porque si sabían del zorro lo buscarían y no estaba dispuesta a colocar en problemas a quien lo había salvado… en pocas palabras no sabía que hacer al respecto
Luego se preguntó si todo lo sucedido había sido un sueño, pero al ver el botiquín a los pies de la cama confirmo que fue real, así que comenzó a buscar con la mirada al animal, pero no había rastros de él. Se levantó rápidamente y busco por el resto del departamento hasta que sintió la brisa del viento y venía de la terraza, allí encontro al zorro sentado en uno de los sofás de terraza mirando la ciudad.
- ¿Cómo estás? – pregunto sin darse cuenta, luego pensó en su locura ya que el animal no le respondería y camino de regreso al interior
- Muy bien, gracias – Tiffany se detuvo y miro al animal, que ahora caminaba hasta ella - ¿Cómo está tu mejilla?
- Me estás hablando
- Le estoy hablando a tu mente, por suerte eres capaz de escucharme, agáchate – Tiffany obedeció al instante y el zorro pudo mirar de cerca la herida – menos mal no dejo marca – el zorro comenzó a mover su cola en señal de felicidad, mientras que Tiffany aun procesaba la información en su cerebro
- ¿Qué eres? – Tiffany miro al animal, quien ladeo la cabeza
- Gumiho, Kitsune, cada pueblo me da un nombre diferente – el zorro se subió en una silla cercana mientras la miraba – ahora quiero ser tu amigo
- ¿Por qué yo?
- Porque necesitabas ayuda - el zorro se sentó en el sofá mirando a Tiffany, quien se sentó frente a él en silencio. Sin saber que hacer Tiffany prendió iba a encender la televisión, pero recordó algo importante que la niña le había dicho.
- De verdad morirás – a pesar de ser un zorro, Tiffany noto la sorpresa en el rostro del animal
- ¿Cómo…?
- Responde
- Al no tener permiso para venir, no tengo la protección divina, así que soy vulnerable
- ¿Entonces porque viniste si era peligroso?
- Porque necesitabas ayuda, y yo podía dártela
- Pero…
- No importa, hace mucho que no venía aquí, aunque sea por poco quiero disfrutar de este mundo, las cosas han cambiado mucho – el zorro miro nuevamente la distancia
- ¿Qué puedo hacer para que no mueras?
- Nada
- Mentira
- … - el zorro se levantó para ir al cuarto y se dirigió a la cama, donde comenzó a dormir nuevamente, Tiffany pensaba seguir hablando con él, pero miro la hora y recordó que debía asistir a la universidad
- No te muevas de aquí, espero verte cuando regrese, de lo contrario saldré a buscarte por la ciudad aunque sea de noche y no me detendré hasta encontrarte.
Tras decir esto salió del edificio en dirección a la universidad, durante todo el camino pen so en lo ocurrido, no podía sacarse de la cabeza a aquel animal que la esperaba en casa.
Al llegar a la universidad fue rodeada por los estudiantes como siempre, chicos diciéndole piropos o citas y las chicas dándole halagos o invitándola de compras o a fiestas. A lo lejos miro como Donghae se abría paso entre ellos para acercarse a ella, pero no le dio tiempo y comenzó a alejarse hasta llegar a su salón, donde la esperaban Seohyun y Sunny.
- ¿Qué hacen aquí?
- Acaso no podemos ver a nuestra amiga – Sunny fingió llorar ante las palabras de Tiffany
- Claro que sí, pero se me hace extraño que un médico y un policía estén aquí
- Estabas preocupadas por usted unnie, no nos contestó el teléfono desde ayer – explico Seohyun
- ¿Teléfono? – Tiffany comenzó a buscarlo en su bolso encontrándolo descargado, con todo lo que había sucedido el día anterior lo había olvidado por completo – se murió la batería, perdón
- No te preocupes – dijo Sunny mientras le daba unos golpecitos en la espalda – y ¿Cómo estuvo la cita?
- Pésimo - al instante las dos se miraron preocupadas – lo único que quería era hacerlo en el auto – los ojos de Seohyun se abrieron mientras que Sunny solo esperaba que siguiera – claro que no lo deje
- Bien hecho unnie, en todo caso nunca me gusto ese chico – Seohyun miraba a Tiffany con el ceño fruncido, mientras veían que el susodicho que estaba en la puerta – parece que quiere hablar con usted
- Quédense aquí, no se acercara mientras sigan conmigo
- Tanto quieres quitártelo de encima – Sunny la miraba asombrada
- Ni se lo imaginan
Siguieron conversando hasta que llego el profesor, la mañana paso tranquila hasta que la hora del almuerzo. Tiffany caminaba por la cafetería mientras buscaba a sus amigas, que según el texto de Sunny, estaban esperándola en una mesa. Tras localizarlas camino rápidamente hasta sentarse a su lado. La verdad toda la mañana a estado pensando en la forma de hacerle unas extrañas preguntas a sus amigas.
- Seo ¿a ti te gustan los mitos coreanos cierto?
- Si unnie ¿Por qué preguntas?
- Vi un drama hace poco, hablaba de gumihos y llamo mi atención – Tiffany intentaba quitarle la importancia al tema – quería que me contaras sobre ellos
- ¿Qué quieres saber? – Seo miro a Tiffany mientras bebía un poco de agua
- No estoy segura… todo
- A mí me dio curiosidad también – Sunny se unió a la conversación – lo único que sé es que son equivalentes a los kitsune japoneses, zorros que pueden tomar forma humana y tienen 9 colas… que más… ¡ah! que se alimentan de humanos – estas palabras sorprendieron a Tiffany, al ser criada en américa no conocía mucho del folklore de este país –
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