Lo escrito en cursiva es conversación telepática

-           Tiffany vamos… hemos salido durante tres meses – en el interior de un vehículo estacionado junto a un parque se encuentra una pareja. La chica, Tiffany, posee una hermosa cabellera marrón, piel blanca como la leche, ojos color chocolate y todo muy bien puesto, quizá demasiado. Junto a ella estaba Donghae, un tipo alto y atlético con el que había estado saliendo desde hace meses. Lo de hoy era una cita normal: cine, cena, paseo por el parque, pero el chico tenía otros planes.  Ahora estaban dentro del carro besándose, bueno el chico intentándolo y la chica resistiéndose.        

-           Donghae… suéltame… no quiero hacer esto… no estoy lista – Tiffany hacía de todo para quitarse al chico de encima, pero este era más fuerte - ¡¡detente!! – el chico se sorprendió al escuchar el grito de Tiffany y se separó de ella, la chica aprovecho el momento para abrir la puerta y salir del coche.

-           ¡Tiffany regresa al coche! – grito Donghae desde el interior

-           No quiero – Tiffany continuo alejándose

Vete al diablo Hwang, hay muchas mejores chicas que quieren salir conmigo – le grito molesto, Tiffany solo se volteó sonriendo de lado

-           ¿De verdad? ¿Dónde están que no las veo? – Donghae respiro molesto mirando a la chica que sonreía triunfante – no nos mintamos Donghae, eres tan consciente como yo que soy la chica más hermosa de la universidad

               Tras decir esto siguió alejándose, mientras se maldecía a si misma por haber aceptado salir con él en primer lugar. El parque quedaba a unos veinte minutos de su edificio, así que decidió caminar de regreso, se había puesto los audífonos para hacer más corto el viaje, por desgracia eso impidió que escuchara que un hombre se acercaba a ella por la espalda.

               Cuando sintió su presencia era demasiado tarde, este le cubrió la boca para que no gritara y la arrastro hasta un callejón, donde la lanzo contra la fría pared haciendo que soltara todo el aire de sus pulmones a causa del dolor.

-           Pero ¿qué hace una chica tan linda como usted a esta hora en la calle? – el hombre llevaba un cuchillo en la mano derecha, con el que acariciaba la mejilla de Tiffany – ya que los dos estamos solos ¿Por qué no nos divertimos juntos?

-           Suélteme por favor… le daré todo lo que quiera… el dinero no es problema… déjeme ir – Tiffany hablaba con un hilo de voz debido al miedo que estaba sintiendo en ese momento, pero lo suficiente para que el hombre escuchara

-           Suena interesante – el hombre comenzó a acariciar el muslo de Tiffany, quien se asqueo por el contacto – pero me parece más interesante lo que tengo frente de mí – le comenzó a besar el cuello con desesperación, Tiffany intento quitárselo de encima golpeándolo, arañándolo o gritando por ayuda - ¡¡cállate puta!! – Tiffany callo al sentir su mejilla arder por la cachetada que acababa de recibir, estaba en shock mirando la entrada del callejón esperando que alguien, cualquiera, viviera en su ayuda – así me gusta, cuando son bonitas y obedientes – el hombre rio de satisfacción mientras se bajaba los pantalones y acercaba su mano a la intimidad de la muchacha, quien solo sollozaba en silencio, esperando que esto terminara pronto y pudiera desaparecer.

-           Por favor… que alguien me ayude – pensó Tiffany

               De pronto un fuerte gruñido se escuchó en el lugar, el hombre se detuvo y comenzó a buscar asustado de dónde provenía el sonido no tardando mucho en encontrar la fuente. En la entrada del callejón estaba un hermoso zorro blanco, mirando a la pareja molesto.

-           ¿Qué demonios? – hombre se acomodó los pantalones, mientras buscaba una manera de escapar, pero no había posibilidades, la única salida estaba detrás del zorro. Que tenía sus ojos fijos en el hombre, como si mirara una presa o su peor enemigo.

-           Espero no haber llegado demasiado tarde ¿se encuentra bien? – dijo una voz   

               Tiffany comenzó a buscar a la persona que le estaba hablando, por más que miraba no había nadie aparte del hombre, el zorro o ella en