Taeyeon ya ha entrado en la casa y ha desaparecido de mi vista, cosa que me parece estupenda, porque quizá ya no tenga que volver a verla en lo que queda de noche. Teniendo en cuenta la cantidad de personas que hay en este lugar, seguramente no lo haga. Sigo a Jessica y a Yuri hacia el atestado salón y me entregan un vaso rojo. Me vuelvo para rechazarlo con un educado «No, gracias», pero es demasiado tarde, y no tengo ni idea de quién me lo ha dado. Lo dejo sobre una superficie y sigo recorriendo la casa con ellas. Nos detenemos cuando llegamos junto a un grupo de gente apiñada alrededor de un sofá; doy por hecho que son los amigos de Jessica, dada su apariencia.

Todos llevan tatuajes, como ella, y están sentados en fila en el sofá. Por desgracia, Taeyeon está sentada en uno de los brazos, pero evito mirarla mientras Jessica me presenta al grupo.

—Ésta es Tiffany, mi compañera de habitación. Llegó ayer, así que quiero que se lo pase bien en su primer fin de semana en la UNS—explica. Uno por uno, me saludan con la cabeza o me sonríen. Todos ellos parecen simpáticos, excepto Taeyeon, por supuesto. Una chica muy atractiva con la piel aceitunada me tiende la mano y estrecha la mía. La tiene algo fría por la bebida que estaba sosteniendo, pero su sonrisa es cálida. La luz se refleja en su boca, y me parece atisbar algo de metal en su lengua, pero cierra los labios demasiado rápido como para estar segura.

—Soy Sooyoung . ¿Cuál es tu especialidad? —me pregunta. Advierto que repasa con la mirada mi recatado vestido y sonríe ligeramente pero no dice nada.

—Filología —digo sonriendo con orgullo. Taeyeon resopla en señal de burla, pero finjo no oírla.

—Genial —dice Sooyoung—. A mí me van las flores. —Se echa a reír y yo me río también. «¿Las flores? —me digo—. ¿Qué demoni