Capítulo 1: El inicio de las semanas eternas

La chica del internado entre mis recuerdos
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No todo es como lo hemos deseado, ni siquiera fue suficiente desearlo con todas nuestras fuerzas, es increíble como el mínimo detalle hasta lo más relevante puede darte sorpresas… buenas, malas o peores. Si quizás pensáramos un segundo antes de actuar sin dejarse llevar por las emociones momentáneas que acaparan nuestra vida, en mi caso, quizás no hubiera terminado de esta manera. Disfruta la sensación de sentirte necesario para ese alguien especial; pensaba a veces, la bendita manera que el mundo conspira para hacerte sonreír dentro de tantos infiernos, era simple… como despertar en las mañanas y ver los tímidos rayos de sol entrar en la que era mi oscura habitación.

De no haberla conocido en este infierno, la historia hubiera sido diferente, pero qué más cielo que el de ella, y todo lo que me hacía sentir, pero, aunque sigas en frente de mí, yo te seguiré esperando.

 

Simplemente esa motivación de todos los días que impregna mi cuerpo, tan nula; débil, inútil, levantarse de esta fría y desteñida habitación todos los días a las 7:30am cuando el ruidoso despertador reactiva mis sentidos. Me vestí con el negro uniforme del internado como todos los días, lo recuerdo muy bien, quién iba a pensar que ese día empezarían la serie de eventos que llevaron mi monótona vida a un destino que se me fue de las manos.

Me miré en el espejo roto que estaba a un rincón de esas cuatro paredes que hacía llamar mi cuarto, siempre solía mirarme en él, intentaba esconder mi rostro con el cabello, como si los oscuros mechones podrían haberme hecho desaparecer instantes más eternos y más fuertes de lo que ya, siento que en este lugar me disperso.

Caminé por los largos pasillos del internado, miraba las chicas que estaban ahí, todas eran de familia con status elevado, vivíamos en el establecimiento de febrero a noviembre –aunque yo lo hacía todo el año hace unos tres- el edificio masculino se encontraba al costado dividido por las enormes rejas antiguas.

Mientras caminaba, recuerdo, haber escuchado muchos rumores de todas las chicas presentes que no eran más que ruidosos murmullos sin fundamentos, y claramente ninguna me prestaba ni la mínima mirada.

Si había un día que me desagradaba mucho más que los otros, era el maldito día jueves… tocaba taller electivo, me gustaba hacer deporte, correr y cosas varias, sobre todo me gustaba jugar básquet, pero las cosas ese día nunca estaban a mi favor.

Bajé las enormes escaleras que conducían a los vestidores, miré la metálica puerta de mi casillero.

 

- ¿Otra vez? –me susurro en un suspiro casi inaudible a mí misma, al ver que mi puerta tiene escrito “fenómeno” nuevamente.

 

En verdad pensaba que no tenía caso volver a limpiarla durante una hora; alrededor de mi cuerpo escucho las disimuladas risas, con poco éxito claro, que desbordan mis compañeras de clase.

 

-Estás estorbando el camino, basura – Escuché las burlescas palabras de Yuran mientras me empujaba con violencia al piso de una fuerte patada en el hombro ¡Joder otra vez!

 

Intenté recobrar el sentido, Yuran siempre se salía con la suya, mi cuerpo era víctima de sus crueles torturas y humillaciones, cuando posé mi mano en el piso para volver a levantarme, su pie la aplastó fuertemente, a mirada de las presentes, seguía estando sola.

¿Por qué no me defendía? Se acompañaba de Hyuna y Camila, sus mejores amigas que siempre estaban protegiéndole en caso de que yo me lanzara a golpearla.

Me levanté rápidamente esa vez, intentando zafarme del pie de Yuran, agarré mis cosas y me fui corriendo escuchando aquellas risas vacías detrás de mí, como todas las mañanas.

Llegué al gimnasio, la clase empezó con un poco de trote, cuando solía rodearme de gente los días jueves, me sentía asechada, intranquila como si mi vida corriera peligro a cada respiro; la preparación para jugar un partido de básquet era infinita, inútil, para una oportunidad que se me era arrebatada injustamente como un pedazo de cielo que cae directamente al infierno.

 

-¡Yuran! ¡Marina! –Gritó la entrenadora llamando la atención de todas las presentes haciéndonos formar una fila –Un partido rápido –dijo cortante, pero, aunque fuera la única en esta sala simplemente sabía que no iba a jugar.

 

Odiaba, realmente odiaba hasta con el último átomo de mi cuerpo esta situación, Yuran tenía una sed de humillación insaciable, y recuerdo que en ese momento, su mirada ya me transmitía la maldad infinita.

 

-Bien, yo empiezo… escojo a Wilson –dijo Marina apuntando a una de mis compañeras.

 

-Lettier –dijo Yuran sin dejar de mirarme, sé que espera ansiosa la final de la selección.

 

Una a una mis compañeras se distribuían para hacer el equipo, del cual seguramente no participaría por mucho que me quejara con la entrenadora…entonces, así como cada jueves, mi emoción de jugar en el equipo de básquet se iba por los suelos.

Al final sólo quedamos Jounie y yo, tenía su brazo enyesado, no recuerdo el por qué, aunque podría decir que fue por una caída en algún entrenamiento.

 

-Escojo a Jounie –dijo Yuranmientras el resto de las chicas reían por lo bajo en la cómica situación.

 

- ¿Pero por qué? –dije con una mirada llena de rabia.

No es mi culpa que mis padres me hayan dejado en este lugar abandonada a mitad de un año y haya quedado como alumna impar, en simples palabras, era lo que sobraba.

 

-Te elegiría Taeyeon –dijo Yuran con molestoso tono de voz- pero sabes, no quiero –se reía ¡¡perra!!

 

Jounie me dirigió una empática mirada esa mañana y avanzó con lentos pasos hacia la cancha posicionándose con las demás en el centro.

Escuché el pitazo inicial, a pesar de no jugar, me gustaba ver el partido y en parte aprendía, pero ese día me parecía aún más desmotivante que los anteriores, sobre una de las galerías miré mi mano que ardía fuertemente y un enorme dolor en el hombro, me levanté un poco la manga de la camiseta deportiva encontrándome con una horrible protuberancia, a Yuran le gustaba dejarme marcas.

 

-Entrenadora ¿puedo ir al baño? –le pregunté fingiendo tranquilidad.

 

-Rápido Kim, y no te escapes –me dijo sin dejar de observar la cancha.

 

Me reí por dentro, como si se pudiera escapar de esa mierda de vida.

 

Salí del gimnasio y rodeé el campo principal, la cancha de futbol americano, estaba llena de animadoras practicando rutinas.

Me dirigí al baño, con rapidez me empapé el hombro hasta la mano, sentir el agua fría me provocaba un alivio intenso, me preguntaba frente al espejo recordando todas las heridas que Yuran me había hecho ¿Cuál es ese placer de hacer tanto daño? He intentado hablarlo con los profesores, pero Hyuna y Camila siempre ayudan a negarlo, además que sus padres son importantes empresarios al inter no le conviene perder estudiantes, y ¿yo qué? No soy más que una más de este lugar.

Mientras el agua me acariciaba el brazo y el rostro, escuche el estruendoso sonido de la puerta a mi costado, entrando dos chicas luego de éste del club de animadoras.

 

 

 

- ¿Escuchaste? –dijo una eufóricamente sin pudor a la contaminación acústica de su voz chillona.

- ¿Qué cosa? –le preguntó su acompañante con el mismo ápice.

-Luccio me dijo que Charlie le contó que Kevnish está enamorado de Tiffany.

- ¡¿En serio?!

Eso suena a chisme por donde le mires, seguí sin moverme, estaban a dos metros de mí y al parecer mi presencia no les molestaba en lo absoluto para su conversación.

- ¡imagínalo! Tiffany de pareja con el capitán del equipo, de seguro serían la pareja más popular del inter –le decía con ánimo, como si el mundo fuera a explotar por eso.

-Kevnish es guapísimo, pero ¿A la capitana le gusta? –dijo subiéndose sentándose en el lavamanos.

-No lo sé, ahora que lo dices, nadie sabe con certeza si Tiffany está enamorada.

-Es algo difícil de saber, Jessica es la única que habla con ella, además la mayoría del equipo de futbol americano está tras ella, aunque a Tiffany parece no importarle en lo absoluto.

 

Como si los hombres fueran lo único que debería interesarnos.

-y ¿si le preguntamos? –preguntó la chica rubia que había empezado el chisme.

- ¡Claro que no! –exclamó intentando ocultarlo, pero ¡error! Estaba a casi un metro de ellas- no conocemos bien a nuestra capitana como para preguntarle ese tipo de cosas.

Pero si pueden chismear sobre su vida personal, qué patético.

 

De regreso al gimnasio, me topé con todo el maldito club de Animación, escuchaba como todas, pero absolutamente todas hablaban sobre el “supuesto” romance de Kevnish y Tiffany, y quizás que otras invenciones. No es que en ese tiempo me interesara, la verdad, Tiffany era la porrista más popular del internado por sus increíbles habilidades al momento de hacer piruetas y bailar, no sabía exactamente quién era, para mí todas las porristas eran iguales.

Llegué al gimnasio a pasos lentos, no tenía aún el ánimo de ver como no había jugado otra vez, Yuran ganó el partido junto a su equipo, al cruzarnos me golpeó fuertemente con su hombro al mío.

-Muévete –dijo antes de empujarme y ya me sentía lo bastante enojada como aguantarlo.

-Muévete tú, estorbo –le susurré antes de empujarla ¿error?

- ¡perra! –gritó antes de darme un enorme puñetazo en la cara que no pude esquivar completamente.

Yuran me golpeaba una y otra vez, su cabello rojo me caía en la cara, mientras le pataleaba desde el suelo.

-Ya, detente Yuran –le dijo Hyuna deteniéndola –es suficiente.

¡Soy una maldita flacucha! La fuerza de Yuran sobrepasa la mía a mayores, creo que con tantos golpes ya tengo una mejor resistencia que antes, aun así el costado de mi cuerpo luego de tantas patadas sigue doliendo.

 

Las clases cada día avanzan, una rutina tras la misma rutina, estar en este lugar es como no existir y ser castigada por ello, nadie me miraba, nadie me hablaba y nunca entendí por qué tanto rechazo, no encajaba en ningún rincón, si hasta en mi habitación me sentía incómoda, muchas veces tenía ganas de morir, pero no morir ahí.

 

La hora del almuerzo ese día, fue como siempre a las 1:30pm, prefería esperar los quince minutos y que el comedor principal se desocupara a su mitad para poder comer tranquila. Me senté en una de las mesas del rincón, escuchaba las voces a la lejanía, eran tan fuertes que ni mis propias voces podían ser escuchadas en mi mente, el enorme flequillo caía por mi rostro, a través de pequeños destellos podía mirar, mi cuerpo se sentía flácido y adolorido.

-Este año el día de citas será mucho mejor si Kevnish está enamorado de Tiffany- Decía una porrista delante de la mesa donde yo estaba.

¿En serio? ¿No hay otro tema del que se hable?

 

-¡Cierto! ¿Imaginas si Kevnish y Tiffany  salen juntos? –era la misma chica que estaba en el baño.

-Es una lástima que las citas sean mixtas, sería agradable tener una cita con la capitana –ok ya se están pasando, está bien que Tiffany sea la capitana y la más popular ¿pero es necesario tanto idolatro?

Todos aman a la animadora, no es la primera vez que su persona es la más deseada del día de citas, en envidiable, ser amada por gente que ni siquiera te conocer, al contrario de mí que se burlan sin conocerme.

Recuerdo que justamente en ese momento pensaba unirme al club de animación, no tenía futuro agradable en el club de básquet…repensaba dentro de mí, la cantidad de saltos y piruetas que éstas realizaban, no sería buena idea exponerme aún más a la humillación de fracasar, ya tenía suficiente con Yuran.

Luego de tanto ajetreo mental, me di las fuerzas necesarias para volver a mantener la cordura, el dolor de mis brazos no sería suficiente para hacerme rendir a un día más.

Comí lo necesario, me dirigí al edificio de los dormitorios cuando al cruzar por el penúltimo pasillo, escuché la voz de Camila.

-Yuran –dijo- al sentir los decibeles de su voz me escondí rápidamente tras la pared, no tenía otra opción para poder llegar a mi destino- ¿Has escuchado los rumores?

- ¿qué rumores? –le preguntó Yuran con indiferencia, veía de reojo esperando que se fueran.

-Lo que todo el inter comenta –dijo Hyuna, el trío de arpías estaban como un jodido destino a pasas de la entrada a los dormitorios.

- ¿Qué? –dijo evitando mirarlas ¿se había sonrojado?

-Kevnish y Tiffany son novios –Respondió Camila ¡¿Novios?! ¡Pero se está enredando todo!

-Ya no se lo dijiste Yuran –se reía Hyuna.

-Cállate… -se enojó Yuran.

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Comments

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SharnLovesTaeNy
#1
Hello! I'm interested in your story but I can't understand it.. Can I have an english version of this? Thank you!
LlamaAmerica #2
Chapter 7: Hay esta historia siempre que la leo me remueve todo!!! Gracias por traerla!!! <3 <3
scoott #3
Chapter 7: Gracias por adaptar esta historia. Ya conocía la escritora pero de no haber sido por ti no la hubiese leído.. Me movieron mucho ciertas cosas del fic.
Gracias por volver con tus adaptaciones, tus ocurrencias y tus cosas.
<3
Skyth06
#4
Chapter 7: Siempre lloró con el final
LlamaAmerica #5
Chapter 6: Este cap siempre me partirá el </3 es que hay :’(
Skyth06
#6
Chapter 5: Son tan aww
scoott #7
No te pierdas
LlamaAmerica #8
Chapter 4: Haaaaay pero que bello esto! *-* <3
Skyth06
#9
Chapter 4: Genial!!
Skyth06
#10
Chapter 3: Es una excelente historia la verdad