Los gritos generalmente comienzan al medio día. Dejo caer inconscientemente las cartas que tengo en las manos al mirar hacia la puerta blanca.

 

"Alguien fue diagnosticado con esquizofrenia ayer." Dice tranquilamente Amber, haciendo que me giré hacia ella.

 

Ser diagnosticado es aterrador. Muchas personas creen que si sólo supieran exactamente lo que esta mal podrían mejorar, verdad. Bueno, supongo que es acertado. Pero de verdad, cuando estás loco, sólo quieres detenerlo; no quieres categorizarlo. Oír su nombre y connotaciones sólo lo amplifica, o solidifica o lo hace parecer como su fuera una parte de tu vida que jamás se irá.

 

Mis cartas terminan en mis manos otra vez y juego mi turno. Amber juega el de ella, y luego toma un trago de agua.

 

"¿Fuiste a tu terapia hoy?" 

 

Ella me mira sobre el borde del vaso mientras bebe. Antes de contestarme, coloca el vaso cuidadosamente en la mesa y vuelve su mirada a las cartas.

 

"Si".

 

Por alguna a Amber se le escapó accidentalmente a su psiquiatra que a veces experimenta alucinaciones auditivas. Él psiquiatra le preguntó porqué no había dormido bien la noche anterior, y Amber, aún emocionalmente exhausta, le dijo "Estaba escuchado las palabras". 

 

Estoy segura de que los psiquiatras aquí tienen la clase de trabajo en donde nada de lo que escuchan es exactamente algo que los detenga. Las personas locas tienden a ser iguales al final. Pero el psiquiatra se quedó mirando a Amber por un momento, antes de escribir ' Psicosis ' en la libreta que todos tienen y sentenciarla a terapia y medicación extra.

 

Por un lado, Amber está asustada. Está tan asustada como el resto de nosotros a darle nombre a sus demonios.

 

Repentinamente Amber recoge todas las cartas y las junta. Toma las qu tengo en la mano y comienza a resolverlas.

 

Yo simplemente observo su rostro y sus manos moviendo las cartas. Es fácil ver el efecto de su mente hoy; las franaticas noches sin dormir y los días de altos y bajos. Sus ojos están enrojecidos y su rostro se alineó con el cansancio que arrastra. La mayoría de las veces lo cubre con su sonrisa boba y su actitud de cachorro, pero supongo que he hecho que sus pensamientos corran y ahora solo quiere distraerse .

 

Reparte las cartas otra vez, Su mirada en blanco.

 

"¿Cuanto crees que llevamos aquí?"

 

Amber mira hacia el reloj. "Bueno, almorzamos hace como una hora y media, hemos estado jugando desde entonces."

 

"No. Me refiero a ¿cuanto tiempo hemos estado en este lugar?"

 

Amber deja de repartir las cartas y me mira, casi sorprendida.

 

"Yo... yo no tengo idea. Pero sabes que soy mala con cosas como el tiempo. ¿Tal vez dos meses? ¿O tal vez dos semanas?"

 

Me muerdo el labio mientras pienso en ello. Ella vuelve a las cartas, ordenándolas lentamente en sus manos.

 

¿Cuantos meses? Estoy segura de que han sido meses. Casi un año tal vez. Cuanto tiempo a pasado desde que mi hermana vino a visitarme? Cuanto ha pasado desde su última carta? Realmente no me doy cuenta de cuando pasa un día, no es nada especial. Ella dijo que vendría a visitarme cuando tuviera la oportunidad, pero no quiero que se sienta presionada. Tiene una carrera demandante y vive lejos. Al menos hace un esfuerzo, creo que debería sentirme conforme con eso, pero no se si creer que algún día alguien quiera estar cerca de mi

 

"Todo aquí es algo... lento a veces, ¿no crees?." Amber comienza a decir.

 

Dejo algunas cartas en el centro, Jugando mi turno.

 

"No como lo era antes de llegar aquí".

 

Antes. No importa cuanto tiempo alguien haya estado aquí, el tiempo fuera de este lugar siempre fue hace mucho, mucho tiempo atrás. Si ves el escenario completo, todo es más seguro aquí. Sin las drogas, todos tenemos miedo de nuestros pensamientos, los cuales, lentamente recuperan el control a medida que el tiempo pasa. Pero el tiempo en sí... no lo notaba cuando estaba drogada y no lo noto ahora. Eso es malo?

 

Siempre sentía que estaba apurada. Pero incluso cuando seguía mirando mi reloj no podía procesar lo que el tiempo era realmente.; Simplemente quería que las manecillas avanzaran más rápido hasta que fuera el momento de inyectarme otra vez. Incluso creo que había una hora acordada.  Siempre acelerada, siempre distraída. Llena de energía pero incapaz de hacer algo con  ella.

 

No había nada más en mi vida además de las drogas. Al principio intentar llevar mi vida igual que siempre; los mismos hobbies e intereses. Ver televisión, leer, jugar videojuegos... Pero después ya no había espacio para esas cosas. Todo lo que quería era sentir lo que obtenía de las drogas, para estar tan alejada de mi misma que simplemente podría estar consciente si un nombre y sin un cuerpo.

 

Sin vida.

 

 

 

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La primera vez que escape casa fue dos días después de cumplir 17. No fui muy lejos y nadie notó porque sólo me fui por unas horas. Pero me sentí mejor por intentarlo.

 

La segunda vez, estaba preparada. Hize arreglos con mis amigos para huir juntos, a otra ciudad, en un auto recién comprado por uno de ellos. Estaba en mal estado y destrozado. Pero nos podría llevar lejos incluso si pareciera que se rompería después.

 

De la nada, decidimos huir en la tarde, antes de cenar. El plan más obvio sería pretender que fuimos a la escuela y huir ahí verdad. Así nadie nos extrañaría durante horas. Pero queríamos ver si alguien nos extrañaría si no llegamos a cenar. Lo hablamos después de clases, y dos horas después recibí la llamada.

 

Abrí la ventana de mi habitación y me escabullí con una mochila.

 

Fue así de simple.

 

Pensé en llevar mi celular. Pero no quería que me molestaran las llamadas. Bueno, eso es lo que me hice pensar esa vez. Pero en el fondo, simplemente no quería estar mirando un silencioso celular si nadie intentaba llamarme. No quería saber si nadie me quería.

 

Porque estoy jodidamenta de que nadie me quería.

 

Hubo una gran carcajada, condujimos hacia la salida de la cuidad con las ventanas abajo y la asquerosa radio gritando algo de la única estación que funcionaba. Incluso si gritaba, y celebraba y reía con mis amigos. Pude sentir algo más. Sólo estábamos retratando una imagen de libertad; una felicidad al escapar que era falsa y mal dirigida. 

 

No estábamos atrapados por nuestros padres; estábamos atrapados por las drogas que llevábamos. No habia escape de eso, sólo un salto más profundo a la oscuridad.

 

La atracción desapareció pronto y cerramos las ventanas otra vez mientras el sol comenzaba a ponerse. Estábamos fuera de la cuidad para entonces, avanzando por los espacios abiertos y los alrededores rurales. Todos se quedaron callados, inquietos y mirando por la ventana. No teníamos planes más allá de esto. Claro, habíamos acordado que iríamos a otra ciudad, pero no teníamos idea de a dónde ir.

 

Así que nos estacionamos en la carretera, y decidimos pensar. Y en nuestro caso, pensar significaba inyectarnos. Las respuestas llegarían a nosotros luego. 

 

"Sólo vamos a relajarnos".

 

Pasamos nuestra primera noche en ese maltratado y destrozado auto en alguna carretera en la mitad de la nada. El aire frío, muy frío se filtraba fácilmente y trataba de atraparnos, sólo para averiguar qué ya habíamos sido atrapados por algo más. Se supone que deberíamos notar el frío y avanzar, movernos hacia a algún lindo, seguro y cálido hotel de la cuidad. Teníamos algo de dinero, pero estábamos muy ocupados relajándonos.

 

Si hubiera sido capaz de ver o sentir algo, podría haber notado que mi piel se volvió azul y mis huesos se sentían como si estuvieran tiritando dentro de mi. Era la clase de frío que cualquiera sentiría. 

 

Ni siquiera recuerdo el amanecer. Debe haber pasado, porque cuando fui capaz de notar las cosas otra vez, ya era más de medio día. El auto fue empujado a las calles de la cuidad, rodeado por tiendas y gente caminando por todos lados. Sus zapatos sonaban en el pavimento y sus voces ardían en mi cabeza.

 

Quisiera que se callarán.

 

Decir que era adicta era enteramente algo exacto o una subestimación masiva. respiré ese sentimiento, me lastimé por ese sentimiento, me lastimé con ese sentimiento y estaba sedienta por ese dolor. Estaba revuelta en un lío de sensaciones y quería más, sólo que siempre quise más de algo que no podía nombrar, que no podía entender, sólo me mantenía deseandolo y queriendo tenerlo. 

 

No recuerdo a la gente. Estaban ahí pero eran borrosos y ruidosos y aparentemente los empuje mental y físicamente. Debo haber empujado al menos a dos de mis amigos porque tenían rasguños en sus caras, golpeadas contra el pavimento mientras abrían las puertas del auto.

 

Callense, seguía pensando. Sólo callense.

 

Ya no era más una persona. No tenía cuerpo, al menos no uno del que fuera consciente, y ciertamente no tenía control. Todo lo que tenía era este deseo. Este tintineante, quemante y tirante dolor en en la médula de mis torcidos huesos.

 

Me desoriente, estremecí y tropecé, todo al mismo tiempo. Siendo arrastrada a través de un océano de colores sin formas. Esa droga, esa maldita droga. Una parte de me debe haber reconocido el eco de una aguja e intentado inyectarme, lo hice de verdad, pero no había suficiente de mi para clavar. No habían venas para envenenar, no había sangre ni huesos que lastimar.

 

Yo deberia haber estado muerta.

 

Yo deberia estar muerta.

 

Haber muerto.

 

Morir.

 

Quiero morir.

 

Morir daba igual, vivir daba lo mismo, todo significaba que iba a través de la noción de insertar la aguja en mis venas incluso si ya no quedaban venas.

 

Supongo que no morí físicamente, pero mi mente y mi corazón y mi alma se fueron completamente.

 

 

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Despertar en una celda de prisión no es exactamente una experiencia divertida, pero lo es mucho menos despertar en un hospital, encadenada a tu cama.

 

A pesar de que abrí los ojos, todo quedó borroso mientras que sonaba el bip de la máquina que me traspasaba la sangre. Después, llegaron las cortinas grises, la pequeña ventana limpia con el cielo azul claro. Las paredes de color rosa oscuro con la pintura despegada en la esquina. La pequeña televisión, probablemente en banco y negra. Agachada y abultada en la misma esquina y mirándome.

 

Y el alto, grueso y musculoso hombre, con cara de piedra y uniforme en la puerta. Cuidandome con, a mi parecer, una disgustada mirada en sus ojos.

 

La policía estaba ahí para protegerme. Bueno, estaba dispuesta a creer eso. Estaban ahí para protegerme de mi misma. Bendigan sus corazones, pero los pobres tontos nunca se dieron cuenta de que ya no existía.

 

Mi padre apareció en algún momento, hablando fuertemente con el doctor e impacientemente tratando de sacarme de ahí. A un lugar mejor era a donde el quería que me vaya; no al infierno, era lo que senti que intentaba decir.

 

Mi madre llegó y sin saber que hacer se quedó al lado de mi cama. Tenía poco que decir, pero pude ver los pensamientos que radiaban de ella.¿Por que? ¿Por que? ¿Por que? ¿Por que? ¿Por que? ¿Por que lo hice? ¿Por que estaba así? ¿Por que tenia que pasarle esto a su hija?.

 

Mi hermana sólo sostuvo mi mano y miraba al suelo. Aún no se que estaba pensando, pero tengo la impresión de que estaba intentando entender, y tal vez lo hizo.

 

Fui capaz de caminar al centro de rehabilitación con la cabeza en alto en nivel normal. No, mi cabeza no estaba en alto, no me importaba lo suficiente para hacer eso. Pero mi cabeza no estaba agachada tampoco. Si hiciera eso podría caminar hacia la puerta.

 

Me importó, pero no me importó. Sentía, pero no sentía. Estoy aquí, pero estoy muerta.

 

 

 

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"Adivina ¿que?"

 

El cachorro Amber está moviendo su cola. Vamos a adivinar, les parece?

 

"¿Viste un OVNI?"

 

"Nop".

 

"¿Un hombrecillo verde?".

 

"Nop".

 

"¿Santa Claus y a sus renos?".

 

"Nop."

 

"¿Entonces sólo a un reno?".

 

"Nop."

 

"¿Tres millones de dólares en efectivo y sin marcar?."

 

"Quisiera... Continua."

 

"¿El muro de Berlin?."

 

"!Cerca!"

 

"¿... De verdad?."

 

"Nop. Sólo te lo dire, ¿okey?."

 

"Por favor."

 

"Mi hermana vendrá a visitarme!"

 

La hermana de Amber. Tiene una hermana? Por supuesto que la tiene. Bueno, sí viene a visitarla entonces probablemente sea una parte de la infancia de Amber que no es traumática.

 

Espero que le de un abrazo a Amber. Mi cachorro Amber a estado esperando un abrazo por mucho tiempo.