La mañana era soleada cuando abrí los ojos, la vista que tenía a mi lado no podía ser mejor al tener a Yuri dormida a mi lado. Me recoste sobre mi costado y recargue mi cabeza en mi brazo. Lucía tan relajada. No pude resistir y comencé a acariciar su brazo, la piel de la morena era suave. Sonreí, era muy afortunada de tener a Yuri. 

Me acerqué y besé su hombro descubierto con la intención de de despertarla, Yuri se movió un poco y en unos segundos comenzó a abrir los ojos, besé de nuevo su piel esta vez más duradero, la morena tomó mi cintura y me estrechó contra ella, escondiendo su rostro en mi cuello. Comencé a jugar con su cabello. "Buenos días bella durmiente". Dije, a lo que Yuri respondió con un beso en mi cuello y un buenos días hermosa.

Nos mantuvimos así por unos minutos cuando la morena salió de su lugar en mi cuello y abrió los ojos finalmente. "Luces tan bien en las mañanas". Sonrió "Me encanta cuando pasamos la noche juntas, en especial como lo hicimos anoche". Bromeó.

"Eres una ertida". La alejé de mi fingiendo estar enojada, para luego acercarla de nuevo. "Dice quien inicio lo de anoche" reímos. Yuri gruñó mientras volvíamos a abrazarnos. "Que pasa Yul?" "Olvidé que Manager oppa me pidió estar a las diez am en su oficina, dice que tiene algo muy importante que decirme". Acaricié su cabello. Donghae oppa, el Manager de Yuri había estado hablando conmigo no hace mucho tiempo, tenía una gran sorpresa para la morena pero era lo único que me había dicho. "Entonces debes ducharte, son las ocho pero ambas sabemos que tardarás mucho tiempo" la más alta no dijo nada, solo siguió abrazada a mi cintura.

"Dame cinco minutos, no quiero alejarme de ti aún". Sonreí. Yuri era muy dulce conmigo. Dejamos pasar unos minutos más hasta que decidió salir de la cama. Por un segundo cruzó por mi mente la idea de ducharme con la morena, pero eso solo nos entretendría más de lo necesario y no quería que Yuri llegara tarde con Donghae oppa. Me quedé entre las sábanas pensando en la primera vez que la morena y yo dormimos juntas. Fue en el aniversario de nuestro primer año. 

Yuri había planeado la cena más romántica en el jardín de su casa. Velas, vino,  todo lo que podría haber imaginado, las horas se fueron volando cuando pasamos a los regalos, Yuri me había obsequiado un brazalete de oro no muy grueso con nuestras iniciales talladas que hasta el momento, seguía llevando puesto.

Tal vez sonaría muy cliché pero lo que le quería dar a la morena era algo que demostrará mis verdaderos sentimientos hacia ella. Algo que nunca la hiciera dudar me mi amor. Así que la guíe hasta su habitación, claro que al principio tenia miedo, era la primera vez que tenía o con alguien, pero Yuri fue muy suave y cariñosa en todo momento, preguntándome si estaba bien. Después de esa noche no pude tener suficiente de ella.

Sonreí ante las memorias y decidí salir de la cama. Esperé a que Yuri saliera de la ducha y antes de que pudiéramos hacer algo más cerré la pue