Capítulo XII
1. Existence—¿Qué hiciste todo el fin de semana? Siwon dijo que no te habías sentido bien después del concierto. Pensé que escucharía algo de ti. Pero no tengo nada, nada. Cold Soul tocó un rock impresionante. Deberías haberte quedado después. Conocimos a la banda, bueno, excepto a la cantante, Taeyeon. Se fue pronto o algo. No importa, ¡Fue increíble! Podría haber besado la cara de papá por esta. —Jessica enganchó su brazo con el mío mientras balbuceaba. Escaneé la entrada, necesitando ver a Taeyeon en algún sitio en el mar de caras—. ¿A quién estás buscando? —Había un toque de interés en la voz de Jessica. Taeyeon no estaba entre la multitud, sin embargo, Krystal flirteaba abiertamente con Leeteuk. Eso me pareció extraño.
—¿Has visto a Taeyeon esta mañana? —Le pregunté, mirando a Jessica y rezando para que ella no hubiese leído nada más en mí pregunta.
Su frente se arrugó en una mueca. —¿Taeyeon como Kim Taeyeon, la cantante de Could Soul?
Asentí con la cabeza y escaneé las taquillas. —Sí, Taeyeon. —Repetí. La confusa expresión en la cara de Jessica activó la campana de alarma en mi cabeza.
—Um, ¿Estás tomando esos medicamentos para el dolor de nuevo, cariño? ¿Por qué iba a estar aquí la cantante de Cold Soul?
Algo iba muy mal. Mi pecho se hinchó de pánico.
—Buenos días. —dijo Siwon mientras caminaba hacia mí y me pasaba su brazo por los hombros.
Jessica lo miró con una sonrisa preocupada.
—Buenas, Siwon. Es tan dulce que vayas a por todos sus libros en el momento en que llegas. ¿Te importaría darle algunos consejos a Yuri?
—De ninguna manera. —Se echó a reír y me apretó los hombros con suavidad, normalmente tenerle cerca me ayudaba cuando estaba al borde del pánico. De cualquier manera, justo ahora necesitaba saber dónde se encontraba Taeyeon y por qué Jessica no parecía saber de lo que yo hablaba.
Miré a Siwon. —¿Has visto a Taeyeon? —La misma confusión se apoderó de su rostro.
—¿Quién? —Preguntó, igual de confuso.
—Me ha preguntado lo mismo a mí. Estoy pensando que podría haber tenido que tomar algunos medicamentos contra el dolor otra vez esta mañana. ¿Sigues herida? ¿Lo sabe tu madre? Porque chica, estas drogada si crees que Kim Taeyeon está en nuestro colegio. —Jessica y Siwon me miraban como si fuese una razón para preocuparse. Miré a Krystal, quien seguía cerca de Leeteuk.
—¿Está Krystal saliendo con Leeteuk ahora? —Pregunté en un tono que esperaba fuese conversacional y no delatase el creciente pánico dentro de mí.
Siwon frunció el ceño. —Ellos han estado saliendo desde hace meses. ¿Estás bien, Tiffany?
Forcé una sonrisa y asentí. —Oh, um, lo olvidé. No, estoy bien. Solo necesito hacer una parada en el baño antes del primer periodo. —Me puse de puntillas, besé rápidamente a Siwon en los labios y me fui por otro camino. Necesitaba escapar de su escrutinio para poder pensar. Taeyeon se había ido y nadie se acordaba de ella.
El baño estaba benditamente vacío. Dejé mis libros en el húmedo mostrador y me apoyé contra una pared para sujetarme. Mi corazón se contrajo tan dolorosamente en mi pecho que temía que pudiera dejar de funcionar. Alguien entró y me enderecé. Necesitaba privacidad para mi crisis nerviosa. Pero tan solo dos pasos después, me di cuenta que la puerta del baño nunca se había abierto. Una adolescente de pelo negro había atravesado la pared. Me giré, di un paso hacia ella y se percató de mí. Parecía sorprendida de que pudiese verla y una sonrisa apareció en su rostro.
—¿Quién eres? —Pregunté, pero ella solo me miraba—. ¿Puedes hablar conmigo? —Ya no me preocupaba ignorarles. Tal vez ellos tenían las respuestas. Sacudió su cabeza y su sonrisa se volvió triste. Se dejó llevar más cerca de mí, extendió su mano y me tocó el cabello. Nada. Ni escalofríos ni frío. Era como si ella no estuviera allí. Esto era lo que siempre había sabido de las almas—. ¿Por qué no puedes hablar? —Le pregunté y ella se acercó hasta que estuvo de pie ante mí. Negó con la cabeza como si me corrigiese por preguntar esa pregunta—. ¿No tienes permitido hablar conmigo o no puedes? —No le tenía miedo. Sabía que no tenía el poder para hacerme daño. Su expresión comenzó a agitarse, negó con la cabeza de nuevo y se apartó de mí despacio. Di un paso más cerca de ella—. Por favor, necesito algunas respuestas y creo que podrías ayudarme —Su expresión se volvió asustada y siguió sacudiendo la cabeza y alejándose de mí como si fuera algo a lo que temer—. Por favor —Supliqué, y en mi último favor se dio la vuelta y se desvaneció en la pared.
Me quedé mirando hasta que la puerta del baño se abrió y una chica de primer año entró. Se detuvo y me estudió. Debo haber parecido una idiota allí, de pie, mirando una pared vacía. Le sonreí para tranquilizarla. Tal vez este incidente no se extendiese por toda el colegio. No es que me importase que la gente hablara de mí. Pero no necesitaba que Jessica y Siwon se preocupasen por mí, más de lo que ya lo hacían. Además, necesitaba respuestas y ya estaba muy cansada de esperar para que Taeyeon me las diese. La joven alma no había sido capaz de ayudarme, por motivos que no podía entender. Sin embargo, tenía la sensación de que si seguía buscando, pronto encontraría a alguien dispuesto a hablar o que al menos pudiese hacerlo.
Los pasillos se encontraban vacíos, lo que significaba que ya llegaba tarde a Literatura Inglesa. El dolor regresó mientras pensaba en afrontar la clase de Literatura sin Taeyeon. Incluso, cuando había sido ignorándome, era capaz de escucharle hablar y sentir el calor de su mirada. Ahora, ni siquiera iba a tener ese pequeño pedazo de comodidad.
Lo que más me dolía era que nadie parecía recordarle. Era como si nunca hubiera existido. Me detuve en frente de la puerta. Ir dentro me parecía insoportable. Me coloqué las manos sobre el estómago para sostener el dolor que me destrozaba y me apoyé contra la pared. Me quedé en el pasillo vacío, deseando que otra alma viniese vagando.
En cambio, el silencio vacío se mantuvo. Por primera vez en mi vida, quería ser molestada por la presencia de las almas y no había ninguna alrededor. Si solo pudiese ir a algún sitio que estuviese infectado de almas errantes, entonces podría preguntarles a ellas.
Podría preguntar y preguntar hasta que encontrase alguna que hablase conmigo. Algo acerca de la joven alma en el baño me dijo que podr
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