Mi futura Mamá
¡¡¿Mi Madrastra?!!Capitulo I : Mi futura Mamá
LA MADRASTRA.
Ella despertó tan pronto como la luz del sol golpeo su rostro. Poco a poco abrió sus ojos y se encontró con el suave calor de un cuerpo desnudo junto a ella. “No otra vez…”
Giró su cuerpo para hacer frente a aquella persona y miró con asombro un hermoso rostro dormido; de largo y rizado cabello azabache, piel blanca y sedosa, apetitosos labios de color rosa que formaban una sonrisa. Se pregunto a sí misma en que club la había conocido. Sí, siempre tiene la manía de dormir fuera de casa cuando iba a discotecas. Cree que es parte de si, salir de un club y traer a alguien a su casa o ir a casa de alguien. La miró fijamente durante unos minutos hasta que vio que poco a poco la desconocida estaba abriendo los ojos.
“Buenos días…” La saludo con una sonrisa. Se sorprendió a sí misma como había dicho esas palabras. Siempre ha sido un ‘Hasta pronto silencioso’ antes de que su invitada se despertara o la típica charla ‘Aun no estoy lista para una relación´. Sin embargo, ahora todavía estaba ahí en la cama permaneciendo inmóvil y saludando a una extraña desnuda a su lado. Por cierto, ¿Cuál era su nombre?
“Buenos días…”la extraña le devolvió el saludo con una sonrisa. Tal sonrisa entrañable que se encontró pronunciando una palabra en su mente.
“Bella…” Sus ojos se abrieron como dijo esas palabras en voz alta. Volteó su rostro lejos de la desconocida mientras sentía enrojecer de vergüenza. La oyó soltar una risa y a su vez se encontró a si misma siendo atraída por aquella risa.
“Así que…” habló una vez más sintiendo el brillante rubor rojo deslizándose a través de sus mejillas.
“¿Así que?” reípitio la desconocida. Miró hacia ella y vio una mirada confusa en su rostro.
“Um… ¿Cómo es que termínanos aquí?”
“Bueno…”, dijo la desconocida mientras uno de sus dedos tocaba su mejilla izquierda, entonces ella continuo. “Me empezaste a besar cuando estábamos en la pista de baile y acariciabas partes delicadas de mi cuerpo. Apropósito, me sentí acosada.” Le sonrió mientras decía esas últimas frases de manera lúdica.
Tan linda quiero `acosarla otra vez.´
“… y cómo puedes ver, decidimos continuar nuestros asuntos en tu cama.”
“¿Estuvo bien?” le sonrió juguetonamente.
“He tenido mejores”, ella replicó.
“Tus gemidos anoche me decían lo contrario.” Le dijo ladeando su ceja izquierda.
“Mi voz es fuerte. Gimo fácilmente. Eso no prueba nada.” Le informó de manera directa aun manteniendo la sonrisa juguetona en su rostro.
Dejó escapar una suave sonrisa cuando escucho la respuesta de la azabache. De repente como por instinto, su cuerpo rodó encima de ella. La miró de nuevo a los ojos como la chica también le devolvió la mirada.
“¿Debo demostrártelo una vez más?” le dijo con arrogancia en su voz mientras le regala una sonrisa juguetona. Se agachó y empezó a dar besos mariposa por toda la parte superior de su cuerpo.
“Ah, eres una ertida…” dijo la desconocida entre risas.
Ahueco su pecho izquierdo y le frotó el pezón con el pulgar, la oyó soltar un gemido ronco y sintió su rigidez corporal. Sonrió cuando empezó a chupar el otro pezón. Su mano hizo su camino lentamente a su condición de mujer y masajeo suavemente su clítoris. Entonces, la oyó hablar entre gemidos.
“Por… por-favor…” consiguió lo que quería cuando escucho eso. Dejó de succionar el pezón y descendió, besando el camino hasta su condición de mujer. Y sin ningún tipo de dudas, hundió su lengua profundamente en ella; lamiendo y devorando su éxtasis. Sintió la mano de la azabache agarrar un puñado de su cabello y empujar su cara más profundo en ella.
Solo sonidos de fuertes gemidos llenaban la habitación el resto de la mañana.
Una joven mujer rubia, una vez más de despertó de su sueño, pero ahora se encontraba sola en su cama. Luego sus ojos fueron a la deriva en busca de cierta mujer de cabello azabache que encontró sentada frente al espejo de un aparador, estaba peinándose el pelo recién secado. La chica sintió una intensa mirada y se quedo mirando el reflejo de una bella chica castaña de suaves facciones, bellos ojos almendrados, que sonreía detrás de ella
“No preguntes.”
“Yo no tenía intención…” una sonrisa apareció en el rostro de la castaña.
La chica de cabello azabache solo puso los ojos y de nuevo empezó a cepillarse el pelo.
“Así que, ¿A dónde va
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