Extra

Un ángel guardián

Él caminaba solo por el parque. Estaba anocheciendo y todas las personas comenzaban a irse, pero no él, que sólo deseaba pensar un momento.

 

Tomó asiento en el césped, cerca del lago, comenzando así a lanzar piedrecillas. La verdad, la ausencia de su compañera se notaba demasiado, sobre todo luego de convivir casi dos meses con ella. Se había acostumbrado a su presencia y ansiaba tenerla en brazos una vez más.

 

Suspiró.

 

Esperaba que llegara bien a su destino, después de todo, era allí a donde pertenecía.

 

Él agachó la cabeza, pensando en que pronto tendría que irse de aquel lugar que lo llenaba de recuerdos sobre todo lo que había pasado. Volvería a su trabajo, en el cual era destinado a distintos lugares en el globo terráqueo, para seguir ayudando a más gente. Se suponía que eso era lo que tenía que ocurrir si este había sido un trabajo de los muchos que le restaban? Decidió mejor no cuestionarse, o comenzaría a darle su primer dolor de cabeza.

 

Los vellos de la piel se le erizaron en ese mismo instante. No estaba solo. Volteó lento la cabeza para encontrarse a ese mismo , ya no tan desconocido, del otro día, quien mantenía un gesto pacífico en el rostro mientras admiraba el lago.

 

 

 

-No deberías entrometerte en este juego, sabes? -LuHan comenzó a hablar, pero el mayor sólo mantuvo el silencio- Dos es el límite. -se agachó a la altura de la cabeza del que él de denominaba adversario- Puedes salir por voluntad propia. De lo contrario, tendré que mostrarte de lo que soy capaz.

 

-Te deseo suerte entonces. -el desconocido lo miró desentendido, a lo que el mayor suspiró mientras se levantaba, dispuesto a irse- Tú tampoco sabes de lo que soy capaz.

 

-No me asustas -ladeó una sonrisa como desafiante-

 

-No buscaba asustarte.

 

 

 

El mayor se alejaba y el desconocido se quedaba con la imagen de la espalda de este, por lo que tragó saliva y tomó aire. En un hilo de voz, pronunció unas suaves palabras que hicieron al mayor detenerse. En ellas, proclamaba a la menor como alguien de su propiedad.

 

 

 

-Sólo buscas terminar tu trabajo, no te dejaré el camino abierto tan fácil -espetó Joonmyeon-

 

-Si te refieres a que mi objetivo es egoísta, deberías saber que el tuyo también lo es.

 

-La finalidad es distinta, trato de buscar su bienestar.

 

 

 

La sangre parecía hervírsele por dentro, así que emprendió su camino nuevamente mientras aquel con el que recientemente entablaba una charla lo seguía.

 

 

 

-Como si no conociera tus objetivos –Joonmyeon volvió a hablar, lanzando una risa sarcástica y avanzando-

 

 

 

El impaciente LuHan no podía contener más sus fuerzas. Sus ganas de partirle la cara a golpes no podía aguantarlas ya, así que se precipitó al otro.

 

Pocos segundos después él se encontraba sosteniendo el puño del más alto, ese que precipitó para golpearlo, mientras parecía que llamas lo incineraban a través de su mirada. El mayor no ejercía mucha fuerza, mientras el otro trataba de librar patéticamente su mano empuñada con todo lo que podía. Mientras sostenía el puño, su cara era totalmente inexpresiva. Posteriormente y sólo luego de divertirse con esto último, lo soltó y LuHan cayó al suelo.

 

 

 

-No te metas con ella. No te vuelvas a acercar nunca en tu miserable vida

 

 

 

El desconocido miró hacia todos lados esperando no haber sido visto en esa embarazosa escena. Sacudió de sus ropas el polvo producto de su caída.

 

¿Qué era lo que los diferenciaba? Él tenía mucha más fuerza que un ser humano promedio. Por supuesto, él era un hombre lobo, pero... y ¿él, su contrincante? ¿qué clase de poder tenía que lo hizo parecer un ser indefenso?

 

 

 

 

 

La hora había llegado. Luego de varios días ayudando a gente en Seúl, había llegado la hora de marcharse. Cerró los ojos lentamente, mientras una sensación extraña lo invadía. Dio un último suspiro, a lo que su cuerpo poco a poco se transformaba. Parecía que su físico se rompía como si de un cascarón se tratara, para luego quedar su verdadera forma. Unas grandes alas se extendían a sus lados, y pronto su cuerpo había sido cubierto por una túnica blanca. Su rostro no parecía haber cambiado mucho, a excepción del resplandor que ahora emitía. Se elevó lento, hasta el punto de que sus pies ya no tocaban el suelo. Quedó así, suspendido en el aire, visualizando su al rededor. Una vez más, se elevó a medida que movía aquellas maravillosas alas, esta vez sin detenerse.

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¡Gracias por leer! :) el último capítulo está por venir

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Comments

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MimiXD #1
Chapter 5: Waaaaaaaaaaaa!!!!! Ok ok esto fue hermosooo y porque estoy sonrojada????? Jajajaajajaja ya tengo 3er bias!!! Mi angel joonmyeon!!!! Me encantooooo!!! Sigue escribiendo autora-nim!!! Eres geniallllllll!!!!! └(^o^)┘└(^o^)┘└(^o^)┘└(^o^)┘●﹏●●﹏●●﹏●●﹏●◑▂◑●▽●●▽●●▽●●▽●