La continuación del segundo capítulo. Qué lo disfruten <3

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*Amber P.O.V.*

Me desperté con el sol pegándome en la cara, era la más próxima a la ventana.

Pasé la mano por mi flequillo para quitarla de mi visión. Noté que Krystal y Sica-unnie todavía dormían, miré alrededor buscando a Fany-unnie, pero no la encontré, deducía que debía de estar en el piso de arriba. Me decidí por continuar acostada, sabía que no conseguiría volver a dormir, pero me sentía muy cómoda.

Mis ojos encontraron a Krystal y mis labios formaron una sonrisa que no conseguí controlar.

Ella también parecía estar muy cómoda ahí, su flequillo caía delicadamente en su rostro y necesité cerrar mis manos en puños para contener las ganas de alejarla para así poder verla mejor. Fue ahí que lo recordé, había tenido un sueño durante la noche, era un sueño simples, pero por causa de el me sentía completamente dispuesta, en el Krystal agarraba mi mano, parecía tan real que pude incluso recordar la suavidad de su piel y la calidades de su toque. Aproximé mis manos a mi rostro y cubrí mi boca con ellas, imaginando todo el sueño nuevamente.

- ¿Despierta? – Fany-unnie aparece detrás del sofá y mis manos regresan abajo del edredón.

- Ah, hola Fany-unnie, buenos días. – Le sonrío y ella me lanza su tierno eye-smile, noté que ella todavía continuaba con su pijama.

- Buenos días. – Ahora ella doblaba su edredón. – ¿Dormiste bien?

- Un poco más que bien. – Dije, siendo realmente sincera.

- ¡Me alegro! Salí temprano y compré nuestro desayuno, ¿quieres juntarte a mí? Si esperamos a esas dos, termináremos muriéndonos de hambre. – Me reí de su comentario acertado y asentí.

- Claro. – Me levanté y comencé a doblar mi edredón.

Quedamos conversando por unas horas, Fany-unnie era muy agradable, siempre sacaba algún tema interesante, jamás había tenido una conversación tan larga y a solas con ella, admiraba su forma despreocupada de hablar, ella decía sus pensamientos de forma clara y a veces incluso de forma graciosa.

Estaba tomando una buena taza de chocolatada, en mi frente, un plato con, y más en el centro otro plato con varias frutas, Fany incluso las había cortado.

- ¡Finalmente! – Dice Fany-ah cuando escuchamos un ruido proveniente de la sala. – Creí que estabas disputando con tu hermana a quien dormía más.

- Buenos días, Krystal. – Le dije mientras ella se terminaba de despertar.

Su cabello estaba un lio, pero incluso así ella continuaba linda. Llevó su mano a los ojos, como quien quiere espantar el sueño y sus ojos encontraron los míos, sus labios formaban una línea y luego ella desvía su mirada. ¿Qué fue eso?

- Buenos días. – Susurra ella al levantarse y marcharse hacía el baño.

- Por lo menos su humor parece ser mejor que el de Jessica cuando se despierta. – Fany ríe de sus palabras y yo la acompaño.

Pasada una hora, Sica-unnie se despierta, Krystal ya se había unido a nuestro desayuno, ella estaba sentada a mi lado, sin hablar mucho, a penas comía y respondía cuando Fany-unnie le preguntaba algo. A veces la agarraba viendo hacía las palmas de su mano, ¿será que le dolía? Quizá se haya dormido sobre una de ellas, no lo sé.

- Buenos días. – Dice Sica-unnie al aproximarse y darle un beso en la meguilla a Krystal, quien luego trató de parecer más animada. – ¿Quién ha comprado todo esto?– Ella ahora pasaba su mirada por la mesa.

- Culpada. – Dice Fany-unnie.

- Ya era de esperarse, Srta. Hwang la perfecta. – La unnie rubia mostró su lengua a Sica, Krystal y yo nos reímos.

Sica-unnie se sienta entre Fany y Krystal, pero su mirada de repente va hacía mi, sentí una corriente eléctrica recorrer mi columna, aquellos ojos castaños estaban mirando fijamente a los míos, como si quisiera ver mi alma. Me estremecí y necesité colocar la tasa sobre la mesa para no derramar mi bebida.

Sus ojos recorrieron cada centímetro de mi rostro y al llegar a un cierto punto, sus cejas se estrechan y ella aproxima su rostro como quien quiere estar segura de lo que está viendo.

- ¿Qué es eso? – Pregunta ella apuntando para algo entre mi cuello y hombro.

- ¿Qué cosa? – Mi mano vuela hacía mi cuello.

Fany-unnie y Krystal intentan verlo, mi respiración falla cuando veo a Krystal ensanchar sus ojos y enrojecer.

- Eso parece... – Comienza Fany. – ¿Pelos de gato?

Necesité de toda la concentración posible para no dejar que mi sorpresa emerja, me congelé y mi mirada fue hacía Krystal, quien estaba igual, pero su mano en un segundo alcanzó su cabeza y  movía sus dedos como si estuviera buscando algo.

- Ah, si... eso... – Comencé, pensando con toda la velocidad posible, intentando encontrar algo para decir. – Nosotras adoptamos una gatita la semana pasada. Y como juego con ella todos los días, algunos de sus pelos quedan en mis ropas. – Hablé tratando de sonar lo más natural posible, pero consiguiendo esconder el nerviosismo en mi voz.

- ¿De verdad? – Sica le pregunta a Krystal. – ¿Por qué no me lo has contado? Sabes que me encantan los animales.

- Ah... La ansiedad por la fiesta me distrajo y lo acabé olvidando. – Creo que sólo yo conseguía ver el nerviosismo detrás de la voz calma de Krystal.

Limpie mi ropa rápidamente y al hacer eso, noté que hasta en las mangas de la remera habían pelos. Mierda! Miré a Krystal y su mirada se encontró con la mía, suspiramos aliviadas.

         Después de ayudar a las unnies a limpiar todo el desastre de la noche anterior, decidimos ir para casa, nos cambiamos y nos despedimos de Fany y Sica con un abrazo.

No vivíamos muy lejos, sólo a cuatro cuadras de allí, entonces iríamos caminando, era una linda mañana.

         - No te olvides de llamar cuando ya estés en la nueva casa, ¿ok?  – Pidió Krystal a Sica.

         Estábamos en el portón intercambiando abrazos de despedida.

         - Claro. – Sica ahora le daba un beso en la mejilla de su hermana y sonreía.

         Caminábamos de regreso a casa mientras que las unnies todavía nos observaban, así que estuvimos a una buena distancia, ellas entraron. Sentí mis hombros relajarse y bajé la cabeza.

         - Wa! Fue por poco! – Murmuré.

         - ¿Crees que ellas han llegado a ver algo? – Krystal parecía preocupada.

         - Creo que no, ellas lo habrían comentado, pero debemos de tener cuidado, cosas así pueden meternos en problemas.

         - Aish! Me gusta dormir con tus ropas. – Krystal hace una cara de enfado y yo sonrio. Ella lleva nuevamente su mano a su cabeza y la bajó para que la pudiera ver. – ¿De verdad no hay ningún problema?

         - Aish, relájate Krys, tu cabello esta perfecto, como siempre. – La tranquilicé y ella pareció confiar en mis palabras.

Caminábamos en silencio y yo la espiaba de reojo, el sol hacía que su cabello brille, ella agarraba su flequillo y lo tiraba para atrás, ella me hacía perder la respiración.

Resolví preguntar algo que estaba incomodándome desde la hora del desayuno

– Krys, ¿está todo bien? ¿Te duele algo?

Ella me mira con una expresión confusa.

- Estoy perfecta, ¿por qué?

- Hoy a la mañana, durante el desayuno, no parabas de mirar tus manos, pensé que te sucedía algo malo.

Krystal desvió su mirada de la mía y con un movimiento rápido de cabeza, arrojo su cabello haciendo que su flequillo le cubriera su rostro.

- No sucedió nada. Estoy perfectamente bien! Dormí muy bien y pude pasar un tiempo con mi hermana. – El tono de su voz indicaba que ella estaba sonriendo, entonces pude tranquilizarme, el sol aun golpeaba en su cabello y su rostro parecía rojo, pero debía de ser la luz reflejándose en su piel blanca.

- Entiendo, me alegra que te hayas divertido, fue realmente una noche muy buena. – Krystal sólo asintió.

- Bueno, ahora ven hacía este lado. – Sentí que ella se congelo con mi toque en su brazo, pero debía de ser porque la agarré desprevenida. La alejé del borde de la acera y quedé entre ella y la calle.

         - A veces no sé si realmente te preocupas de esa manera conmigo o es solo una manía paranoica. – Comentó con la cabeza hacia abajo, pero pude ver su sonrisa en medio de la sobra que su cabello hacía en su rostro.

Poco sabía ella que yo jamás podría dejar que algo le sucediera a la dueña de mis sueños.

         [...]

         *Tiffany P.O.V.*

            Las chicas se habían marchado ya hace un tiempo, ahora todo estaba muy silencioso. Sica estaba distraída mirando un programa y yo miraba por la ventana mientras me distraía con los pensamientos de los vecinos. Mi ventaja era muy útil, pero tenía sus límites, no conseguía escuchar más de lo que una cuadra y media de distancia. No había nada de interesante en las mentes de afuera, la mayoría apenas aprovechaba el domingo.

Recuerdo mi conversa con Amber, había sido agradable, ella era joven, pero ya tenía pensamientos concretos y parecía saber lo que quería para su vida. Recuerdo que ella se reía de mis idioteces y de vez en cuando hacia alguna broma que también me hacia reír.

- ¿De qué te ríes? - Pregunta Sica observándome desde el sofá. Ni siquiera me había dado cuenta que me reía en voz alta.

 - De nada, apenas pensando en lo mucho que me he divertido la noche anterior. – Respondí por fin. – Aquellas dos realmente son muy cercanas, ¿no?

Jessica se queda en silencio, parecía incomoda con mi observación. Yo evitaba leer su mente, sabía que eso la incomodaba y por eso siempre era sincera con respecto a mi curiosidad.

- ¿Qué sucede?  - Pregunto después de evaluar su expresión por unos segundos.

- Fany-ah, ¿has llegado a escuchar sus pensamientos? ¿En algún momento? - Ella me mira con una mirada de sospecha.

- Claro que no! – Y era la más pura verdad. – Me has hecho prometer que no lo haría, y Tiffany Hwang no rompe sus promesas!

Ella se queda en silencio por un minuto y luego suspira.

- Mierda. – Ella ahora infla sus mejillas y pone cara de pocos amigos.

- ¿Qué? – Ahora mis ganas de leer su mente había empeorado y no estaba entendiendo el porqué de ella estar enojada si había hecho lo que me había pedido.

- Supongo que estaba medio dormida ayer, pero vi una cosa que me dejó curiosa. – Dice ella por fin.

La miraba fijamente, contando los segundos para que me contara ya de una vez, antes de que lo viera por mi propia cuenta. Ella pareció entender mi expresión.

- Ayer cuando me desperté para ir al baño, vi a Krystal… - Ella hace una pequeña pausa, lo que me dio ganas de golpearla. -... La vi durmiendo agarrada de las manos con Amber.

Por un momento pensé que estaba bromeando, pero su expresión continuaba seria y entonces lo comprendí. Sentí como mi barbilla se caía y mis ojos se abrían más de lo normal.

- ¿Es cierto eso? - Era extraño y al mismo tiempo aceptable. Extraño porque ni siquiera Sica y yo, que nos conocíamos a tanto tiempo hacíamos eso, y aceptable porque siempre creí que la amistad de esas dos era muy fuerte, entonces mi mente ya debía de estar acostumbrada, no lo sé. - Ah, pero es normal, ¿no?- Sica me miró como si dudará de mi cordura.

- ¿Lo crees? – Ella parecía un poco abatida.

- Sí, a fin de cuentas, ellas son amigas.

- Nosotras también,  y sin embargo nunca hemos hecho algo así.

- Creo que nunca lo necesitamos, o nunca pensamos en eso. No lo sé, Sica, ¿por qué tanta preocupación por eso?

- Ah por nada, sólo me ha sorprendido.

- ¿De verdad crees que estaban juntas?

- Yah! Sal de mi cabeza! – Exigió mientras se llevaba las manos a su cabeza.

- Aish! tonta! – Le hago una mueca. – No necesite leer tu mente para percibirlo!

Ella se relaja, aumentando la mueca que hacía.

- Pero sería interesante, ¿no lo crees? – Pregunté después de algunos segundos, curiosa por saber cómo sería su reacción.

- ¿Qué? – Tardó un poco en comprenderlo y después la tensión había regresado. – No puedo creer que realmente me lo estás diciendo. Ella es mi hermana pequeña, Fany-ah!

- ¿Y qué tiene? ¿Estás con miedo de perderla o con celos porque ella ha encontrado un amor antes que tú?– Cruce mis brazos y la mire.

– ¿O será porque Amber también es una chica?

- AISH! Por tuvo, Fany! Por todo! – Ella ahora resoplaba, me aguanté para no reí.

- Sica, dime... – Caminé hasta ella y me senté a su lado. – ¿Qué es lo que más quieres para tu hermana? Sabes que yo sé la repuesta, pero voy a dejar que me lo digas.

Sica vaciló por un momento, sus ojos mirando hacía sus manos.

- Que ella sea feliz. – Susurró después de un profundo suspiro.

- Y por eso te lo estoy diciendo. ¿Consigues imaginarte a alguien que pueda cuidar de Krystal tan bien como lo hace Amber?

Sica se muerde el labio inferior y su miraba vuelve a ser pensativa. Ella apenas balancea su cabeza en singo de negación, respondiendo a mi pregunta.

En aquel exacto momento suena el timbre, Sica y yo saltamos del susto.

Miro hacía el reloj, ya era hora.

- Debe de ser la chica - Dice Sica, levantándose y marchándose hacia la puerta.

Me parecía rara su actitud, ella generalmente no tiene ganas de atender a las personas, pero su curiosidad debió de ser más grande.

Cerré los ojos por unos segundos, concentrándome, ahora podía escuchar el ruido de un automóvil fuera de casa, escuchaba dos mentes diferente, una estaba atenta, preocupándose por todo lo que se movía en la calle y la otra apenas miraba hacia un volante. Mis cejas se cerraban y mis manos se transformaban en puños.

- No me gusta esto! – Digo en una voz dura y fría, Sica ya casi abría la puerta cuando se gira para mirarme.

- ¿Qué sucede? ¿En qué piensa ella? - Pregunta Sica curiosa.

La miro, mi cabeza ya comenzaba a dolerme. Aquellas mentes de afuera no pertenecían a las personas que tocaban el timbre.

- Ese es el problema. – Me levanto, caminando hasta su lado con una expresión que debía de estar irritada, porque Sica se aleja y me deja frente a la puerta. – no consigo escuchar absolutamente nada!

Ya se habrán de imaginar quién estará detrás de esa puerta xD