-Realmente tienes buena mano para esto, Jiyeon. Aún no sé porque no aceptaste trabajar en el restaurante con Soyeon- Hyomin pasaba el dedo por encima del dulce betún de aquel pequeño pastelillo que le había llevado la joven como postre, con el tenedor, que fue prontamente alcanzado por ésta, corto un pedacito y lo llevo de manera golosa a su boca. Dio un pequeño saltito de gusto- ¡Mi debilidad!

Jiyeon sonrió de manera amplia, mirando los gestos divertidos que Hyomin hacia al comer. ¿Cómo podía ser tan peculiar? Era al mismo tiempo graciosa y y. La manera en que relamía sus labios lentamente, hacían que el corazón de la menor se acelerara, y la temperatura de su cuerpo subiera un poco, logrando ponerle en un estado ligeramente…

-Bueno, la verdad es que solo cocino en ocasiones y para personas especiales. – Dijo acomodándose mejor en aquel sillón, suspirando y dando un pequeño trago a su soda, después le miró fijamente. La joven tenía en ese momento los mofletes llenos de aquel delicioso pastelillo, y parecía un hámster guardando sus semillas. Jiyeon no podía menos que preguntarse ¿Cómo era que tenía suerte? ¿Cómo esa maravillosa chica, había aparecido en su vida? –Cada momento que paso contigo, Minnie-ah, es muy significativo para mí- tomó su mano y la apretó, acariciando suavemente su dorso.

La mayor trago como pudo aquel bocado, antes de sonreírle y negar con las manos. Siempre relajando el ambiente. –Vas a hacer que me sonroje, ¿y luego como explicaría el rojo de mis mejillas? ¿Cómo decirles que mi novia es tan adorable…? ¿Desde cuando eres tan…? No sé, romántica. De verdad que no sé como puede una chica como tú, haber estado sola tanto tiempo.- le miró pensativamente

Y es que ella no mencionó su pasado. No mencionó la espera que duró años. Omitió detalles. Evitó pensar en el nombre de la persona que estaba enterrada en lo más profundo de sus memorias. Alguien que era solo un…. Si, solo un fantasma. Uno que estaba allí, latente, pero no se atrevía a aparecer. Al final… Jiyeon se decía que los fantasmas no eran reales.

Se encogió de hombros.- No sé, tal vez… estaba esperando a alguien digno de mi- dijo con un toque ligeramente orgulloso, mirando pícaramente a la fotógrafa.

Hyomin sonrió entonces de medio lado, desviando la mirada un momento, mientras meditaba las palabras de la menor y sobre todo, aquella mirada. No podía negar que la chica era sumamente seductora cuando se lo proponía. –Deja de mirarme asi, o tendrás que atenerte a las consecuencias…- dijo, en un tono tan relajado y casual, que nadie pensaría que estaba hablando con segundas intenciones. Pero Jiyeon sabía perfectamente, a que se estaba refiriendo su novia en ese momento.

Y se limitó a bajar la mirada, con las mejillas sonrojadas. Sus manos eran pequeños puños sobre sus rodillas.

-Estaré…

-shhh!- enseguida, la fotógrafa, le silencio colocando su dedo índice sobre los labios de la joven, que le miraba fijamente. –No digas nada, te dije que esperaré… No quiero presionarte. Quiero ir lentamente contigo. Quiero que las cosas se den solas, paso a paso…

Jiyeon asintió con ganas, antes de arrojarse a los brazos de la mayor, en busca del calor de sus abrazos.

*~*~*~*

-Me gustaría seguir trabajando contigo en un futuro, Eunjung-sshi- la alta joven, le dejaba su tarjeta en ese momento a la aludida. Todo era cuestión de unos minutos más. Ya se escuchaban bastantes buenos comentarios respecto a su trabajo, y varias personas ya le habían ofrecido trabajos. De seguir como iba hasta ese momento, su bolso se llenaría prontamente de tarjetas de presentación y derivados.

Y sonrió. Era sencillo ganarte tantas ofertas y peticiones, con trabajo duro. Un trabajo que le había hecho hacer uno de los más grandes sacrificios de toda su vida. ¿Por qué no era igual de fácil ahora, encontrarla? No quería comenzar a asustarse, a crearse miles de ideas en la cabeza.

-Vamos a nuestros lugares de una vez- le instó otro de los diseñadores, un chico del cual no lograba aprenderse el nombre.

Lo siguió y tomo asiento en la primera fila. Consultó su reloj. Solo diez minutos. Suspiró. Cuanto deseaba ver a su Dino.

*~*~*~*

-¡¿Cómo diablos paso esto?!- el hombrecito de baja estatura y escaso cabello también, azotó en el suelo el papeleo que traía consigo. Todo allí era un hervidero de nervios. Las modelos cuchicheaban e iban de un lado al otro, lo mismo que los demás miembros del Staff. Y es que sucede, que una de las chicas, acababa de resbalar y caer brutalmente, lastimándose el tobillo.

La jovencita de cabellera castaña y llena de rizos, estaba en ese momento esperando por atención, mientras sostenía una botella de agua helada contra la zona dañada. Se aguantaba el llanto solo por temor a arruinar el maquillaje.

-Lo siento tanto señor Choi, no fue… yo iba…

-¡Ya sé que no fue tu culpa!- el pobre hombre, se pasó ambas manos por su cabeza, en gesto claramente desesperado. Eso no estaba contemplado y su cerebro comenzaba a bloquearse justo en el momento menos oportuno. En todos sus años en la industria, había pasado por algunas cosas semejantes si, pero no era algo común. -¿De verdad no puedes apoyarte?- preguntó, a pesar de que sabía la respuesta

-No señor, ya lo intenté- la joven bajo la mirada.

El señor Choi, dejó escapar el aire de sus pulmones, totalmente desesperanzado -¿Dónde encontraré otra modelo en menos de quince minutos?

-Señor… - otra de las modelos, le llamó tímidamente. El aludido le miró expectante.

-Dígame señorita…-

-Ahmm no… no sé… si… bueno… yo….

-Hábleme claro por favor…-el hombre estaba a dos pasos de perder la compostura nuevamente

-Bueno… la novia… la novia de Park Hyomin… vino a verle… es… una chica… de buena estatura….

-Y es bastante bonita- apuntó otra de las jóvenes

-¿Dónde está Hyomin-sshi ahora?- preguntó a su vez el señor Choi

-Salieron pero no deben estar muy lejos, con el desfile a punto de comenzar…- comentó una de las maquillistas

-Creo que están en la sala B14- comentó uno del staff- o al menos por allí las ví

-Llamen inmediatamente a Hyomin. Y díganle que traiga a su novia por favor- Pidió el señor Choi, mirando su reloj.

*~*~*~*

-Bueno, amor, deberías ir a buscar un buen asiento, yo iré por mi bebé, que nos espera un buen trabajo- ambas chicas se disponían a dejar aquella sala, cuando el móvil de la mayor sonó.- ahmm si, diga…? ¿eh? ¿eh? ¿Por qué? Si aquí sigue… Pues… no sé, supongo que tal vez… vale, vale, yo le digo- La chica suspiró, y miró a su novia, que le observaba esperando por aquello que claramente, la otra tenía que decirle. Quizás no podría quedarse… quizás…

-Jiyeon-ah, sé que… bueno, no lo has hecho antes… pero, atravesamos por una emergencia. Una de las modelos se ha lastimado, y es imposible su participación en el evento… Necesitan a alguien más…. ¿Podrías…?

La menor abrió desmesuradamente sus ojos, como si no diera crédito a lo que escuchaba. Se auto-señalo con su, ahora, tembloroso dedo índice- ¿Yo? ¿No estás de broma? ¿En verdad, quieren que yo lo haga? No soy profesional… No quiero arruinar…

-Nada de eso, Jiyeon-ah, eres capaz de hacer esto y más. Confío plenamente en ti. Lo harás bien, vamos, será divertido…

-Pero hay mucha gente…

-No tengas miedo, cuando salgas, no pienses en nada más, y sonríe para mi cámara. Como aquel día de campo, ¿lo recuerdas? solo concéntrate en… sólo mírame a mi.

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Gracias por leer nwn